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Ciclismo evolutivo

Unimos ciencia, práctica y experiencia para hablar de entrenamiento. Unimos ciencia, práctica y experiencia para hablar de entrenamiento.

Transcribed podcasts: 248
Time transcribed: 7d 17h 4m 40s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

En medio del camino de la vida errante me encontré en un bosque oscuro en el que la
senda había perdido.
No, no os habéis equivocado de podcast, estamos en ciclismo evolutivo y con estos versos
empieza la divina comedia de Dante y la traemos a colación porque es una metáfora perfecta
del tema que vamos a hablar hoy y es que vamos a hablar de motivación, de psicología,
del estado de flujo, de felicidad, de tristeza, de objetivos, de meta, de victoria y de derrota
y lo vamos a hacer siguiendo el libro Flow de Mihaly, al que mejor llamaremos Mihaly a
partir de ahora.
Y bueno, la verdad que este libro de Flow me ha parecido alucinante porque pensaba que
iba a ser típico libro que no habla del estado de flujo durante las competiciones, durante
el entrenamiento, cómo conseguirlo, estrategias mentales para conseguirlo y va muchísimo
más allá.
Además, esta clase de libros que reflejan los estudios, las investigaciones y los aprendizajes
de un profesor a lo largo de toda su vida y que escribe cuando ya es mayor son una fuente
de sabiduría impresionante porque como decían en el postcard que hablábamos de porque los
árboles nos impiden ver bosques, al final aquí recopila y pone en contexto todas sus
investigaciones sin sacarlas de contexto y bueno, me ha parecido alucinante también
porque este libro tiene 30 años de antigüedad e incluye ideas que están totalmente a la
orden del día actualmente y desde luego un libro que nos hace pensar y que personalmente
me encaja mucho con las cosas que he ido viendo, que he ido aprendiendo a lo largo de la vida.
Creo que bueno, como vamos a ver ahora este estado de Flow mucho más profundo que lo
que solemos entender como estado de Flow, vamos a ver todas sus matizaciones, un concepto
muy muy poderoso y bueno antes de empezar brevemente recordaros que no lo hemos dicho
que está el postcard de ciclismo evolutivo y que tenemos una plataforma educativa llamada
ciclismoevolutivo.com cuyo enlace está en las notas del postcard donde tenemos cursos de
entrenamiento de nutrición y psicología, son cursos divididos en diferentes módulos en formatos
vídeos que están ya grabados, por tanto podéis ir viéndolos a vuestro ritmo, repetir algunos
pasajes, volver a verlos y también tenéis soporte para hacer preguntas y dudas relacionadas con el
contenido del curso. Echale un vistazo porque está muy bien en la última estadística el 68% de las
personas que habían hecho un curso habían hecho al menos otro, o sea que al menos 68% en solamente
cuatro meses que llevamos con la plataforma, o sea dos de cada tres personas han repetido cursos,
qué mejor muestra eso de que los cursos son útiles y están gustando, también tenéis reseñas en cada curso.
Empezamos el postcard recitando, no me pedidáis que lo repita, la divina comedia y si nos acordamos
Dante decía que en medio del viaje de su vida se encontró perdido en medio de un bosque y había
perdido completamente el buen camino, perdido en ese bosque oscuro Dante cuenta que tres fieras
bestias le acechan, relamiéndose anticipadamente, son un león, un lince y una loba que representan
entre otras cosas la ambición, el deseo y la concupiscencia, para evitar ser destruido por ello
Dante trata de escapar subiendo a una colina pero las bestias se acercan más y más y en su desesperación
Dante pide la ayuda divina, su rezo es contestado por una aparición, el fantasma de Virgilio,
un poeta que murió unos mil años antes de que Dante naciera pero cuyos sabios y majestuosos
versos Dante admiró tanto que había pensado en el poeta como su mentor, Virgilio trata de
tranquilizar a Dante, la buena noticia es que hay una manera de salir del bosque oscuro pero la
mala noticia es que el camino atraviesa el infierno y a través del infierno ellos siguen
lentamente su camino, siendo testigos de los sufrimientos de aquellos que nunca eligieron
una meta y del destino aún peor de aquellos cuyo propósito en la vida había sido aumentar el
disfrute, la entropía, los llamados pecadores
esto me encanta porque es una parábola buenísima de lo que ocurre en la realidad de que a menudo
nos sentimos perdidos en nuestra vida, no tiene por qué ser por problemas, a veces la ausencia de
problemas también y como la única forma de salir de ahí es pico y pala, atravesar un infierno,
atravesar unos sacrificios inmensos que son los que le dan gordura a nuestra vida, los que hace
que volvamos a reencontrar el camino y como dice aquello que no tienen una meta o que sólo se
dedica al disfrute momentáneo siguen perdidos en este infierno. Bien, volviendo al libro de
Mikhail creo que todos tenemos una idea aproximada de lo que es el flujo o el flow, él lo define como
la manera en que la gente describe su estado mental cuando la conciencia está ordenada
armoniosamente, gente que desea dedicarse a lo que hace por lo que le satisface en sí,
mucha gente piensa en el estado de flow solamente como ese momento en el que están concentrados al
cien por cien en lo que están haciendo, ¿vale? durante una competición, durante un examen o
durante el acto sexual y lo que esperan son estrategias o formas de ser capaces de entrar
en este estado de flow cuando queramos a nuestra demanda para intentar maximizar como siempre
nuestro rendimiento, nuestro potencial en las actividades que más nos interese. A veces también
confundimos el estar en flujo con estar presente, porque para estar en flujo debemos estar presentes,
pero estar presentes no significa que estemos en flujo, cuando alguien medita no quiere decir que
necesariamente esté en flujo aunque esté sintiendo el presente si lo está haciendo bien.
Estar en flujo es un concepto mucho más amplio porque depende no solamente de la actividad que
estamos realizando, sino de que esta actividad esté en concordancia con quienes somos, con nuestras
metas, con nuestros objetivos y con lo que queremos hacer en ese momento. De hecho,
para conseguir estar en flujo en una tarea ni siquiera implica que esta tarea tenga que ser
agradable, simplemente tiene que ser necesaria para el objetivo más grande que esta tarea que
queremos conseguir. ¿Os suena esto de otros podcasts donde hablábamos de cómo se puede incluso
disfrutar del sacrificio de entrenar o de cuidar la alimentación? Este estado de flujo que parece
relacionar con la felicidad no debería ser tan difícil de conseguir. De hecho, según expone
Michael, los animales parecen estar constantemente en flujo. Todo lo que hacen lo hacen por un
propósito. Cuando uno ve a un perro o a un animal salvaje, cualquiera, os daréis cuenta de que
parecen estar concentrados al cien por cien en lo que están haciendo. Uno podría pensar que es
porque no tienen conciencia como nosotros, pero esto no es del todo cierto. Sabemos ya que muchos
animales tienen pensamientos, tienen autoconciencia y, por supuesto, tienen sentimientos. De hecho,
esta incapacidad de conseguir el flujo tampoco es intrínseca al ser humano. Sabemos, por ejemplo,
que esta capacidad de entrar en flujo ha ido disminuyendo con el paso de los años conforme
aumentaban los avances tecnológicos, tanto que nos hacían la vida más fácil como que nos
distraían, o que en países subdesarrollados, donde se supone que la gente debería vivir peor,
tienen unos niveles de depresión muchísimo pero infinitamente más bajos que en los países
desarrollados. De hecho, aquí me gustaría meter con cartas dos. Una de las preguntas que lanza
Yuval Nahari en el libro Sapiens, que dice, ¿es más feliz un hombre de ahora o una mujer que un
hombre o una mujer cazadora y recolectores en el paleolítico? Porque si como todo apunta la
respuesta es no, ¿qué sentido han tenido todos los avances tecnológicos conseguidos hasta ahora?
En fin, no vamos a entrar en esa pregunta, pero sí que os recomiendo encarecidamente que leáis el
libro de Sapiens, o al menos que escuchéis el audiolibro. Volviendo con Mijail, él nos diría que
el flow está ligado estrechamente a este concepto de felicidad o de bienestar que solemos sentir,
y este a su vez está relacionado con el hecho de tener un objetivo y un propósito claro en nuestra
vida, que nuestros actos estén alineados con lo que queremos conseguir. Parece que este bienestar
está en el camino y no en la meta en sí misma. Por ejemplo, estamos hartos de ver casos de gente
que tras ganar la lotería acaba con un estado de ánimo peor del que tenían antes de ganarla. El
estado de flujo, el que todo cuadre el orden, el estado de flujo, por tanto, sería simplemente
una consecuencia de estar haciendo lo que debemos hacer. Y lo primero para conseguir este flujo,
este camino, es tener claro qué es nuestra meta, qué es lo que queremos conseguir y por qué. Y por
suerte, hoy en día nuestras metas no tienen que ser las mismas metas que tienen los animales o que
tiene la gente en los países subdesarrollados, como pudiese ser comer, beber, mantenerse con
vida o perpetuar la especie. Ahora nuestros objetivos pueden ser mucho más variados, mucho
más específicos y tener por supuesto más de un objetivo. Estos objetivos hoy en día pueden ir
desde aprender a tocar un instrumento, visitar un país, competir en un deporte o aportar a cierta
persona o a cierto grupo. No importa cuál sea la meta, siempre y cuando nos obligue a invertir la
energía suficiente para ordenar nuestra vida. Por ejemplo, y también hablando del ciclismo,
podemos tener el objetivo de mejorar nuestro rendimiento y de competir. Las raíces de la
palabra competición vienen del latín competire, que significa buscar juntos y compitiendo lo que
cada persona busca es hacer efectivo su máximo potencial. Y esta tarea se realiza más fácilmente
cuando los demás nos fuerzan a hacerlo lo mejor que podamos. La competición por tanto genera orden
en nuestras vidas en tanto en cuanto buscamos conseguir nuestro máximo potencial, un juego
infinito en el que no terminaremos nunca. La competición es un entrenamiento para la vida,
es ese juego que todos los animales tenemos en nuestro ADN pero que debido a las reglas sociales
que imperan hoy día, no hemos llegado a poner en práctica de forma agresiva. De hecho,
aquí me va a salir un poco del libro y va a ser un poco más agresivo y es que me da bastante
que pensar cuando se intenta enseñar a los niños o nos dicen que no deben competir bajo ningún
concepto en el instituto, en la escuela, en sus clases, en sus deportes, das premios a todos.
Y personalmente estoy bastante en contra de esa visión paternalista del mundo y es que creo que
la competición no, pues como decía, no entrena para la vida, regalándonos muchos aprendizajes
por la vía dura pero efectiva de muchas veces la derrota. Y es que los chavales tienen que saber que
la vida es muy competitiva, que cuando se oferta un puesto de empleo muchas personas compiten entre
ellas para conseguirlo y solamente la que más se haya esforzado y la que mejor lo haya hecho de
forma más inteligente lo va a conseguir. Que cuando quieres estar con una pareja compites contra
otras personas por estar con ella. Las jerarquías se dan en muchas sociedades de animales y todo
parece indicar que en los humanos también se daban. La competición no es mala, es una maestra y el
problema viene de no enseñar la gestión de esta competición o de esta, entre comillas, derrota.
De que la persona sepa que por perder una carrera de ciclismo, que bueno habría que definir que es
perder, eso no implica que tú seas peor ser humano, peor persona o que valgan menos que el
que ha ganado. Que el que ha ganado le ha dado los pedales un poco más rápido que tú en el momento en
que importaba. Pero si nunca dejamos que los chavales compitan, si damos medallas a todos,
tampoco van a ser capaces de gestionar las derrotas y vamos a tener gente que va a estar esperando a
que venga el estado a darle un trabajo porque se lo merecen, porque han hecho todo lo que le han
dicho desde el principio. En fin, que desvarío. Pero es que tenía muchas ganas de hablar de este
tema de las competiciones porque nos pintan como tan locos en esta sociedad moderna. ¿Cómo vais
a competir? No es lo más importante del mundo. Lo que deberíais hacer es ahorrar dinero, vivir,
cuidar a los hijos si los tenéis, sino seguir produciendo. Como que lo único que importa aquí
es vivir la vida gris que se supone que tenemos que seguir. Y desde luego, seguro que hay gente,
y la he visto, gente que el competir le está restando en su vida, no le aporta nada y solamente
le genera molestias. Pero también me he dado cuenta en estos años de muchísima gente para
la que competir está siendo una salvación, que están a gusto, están haciendo lo que quieren,
es una parte de su vida que no tiene por qué ser la parte más importante de su vida, ni mucho menos.
Nadie dice que tenga que ser lo más importante de tu vida, pero es algo que da orden a tus días,
que hace que luego estés de mejor humor y que estés mejor con tu familia, con tus hijos si los
tienes, con tus amigos y en definitiva con tu autoconcepto y autoestima personal. Como digo,
lo llevamos en los genes y la mayoría de personas que ahora consideramos personajes históricos que
han influenciado el mundo compitieron con sus contemporáneos por algo, ya sea por el tema de
la guerra o por conseguir poder, como los emperadores romanos, los reyes, los escritores,
los artistas, los músicos, los científicos, los inventores. De hecho, sin competición no hubiésemos
llegado hasta donde estamos. Ahora, por suerte, como decía, la competición no es lo más importante
de nuestras vidas y no necesitamos tener éxito en ella para sobrevivir, lo cual nos permite tomándola
de otra forma, poniendo el foco en lo intrínseco, en la mejora continua y en el propio disfrute de
la tarea. Además, ahora podemos elegir la competición que mejor encarte con nuestras
habilidades. En la estructura salvaje, lo único que importa es la fuerza para escalar dentro de
la sociedad. Ahora, si tenemos buen oído musical, podemos competir siendo músicos,
podemos competir en literatura, podemos competir investigando, podemos competir en cientos de
deportes diferentes y por tanto hacerlo en el que más nos guste y donde nosotros más probabilidades
tengamos de hacerlo bien. Volviendo al libro de Mihail, nos dice que una vez que busquemos una
meta para tener orden, es importante que las metas sean auto seleccionadas, que las elijamos
nosotros, que no sean fruto del azar o de fuerzas externas que tengan propiedad sobre nuestras
decisiones. O sea, que si haces algo que no sea porque tus padres te han dicho que eso era lo mejor,
lo que más salida tenía o el deporte que te han dicho desde pequeño que tenías que hacer,
porque si no lo has elegido tú cuando vengan momentos de crisis y tiempo seguro que vendrán,
tirarás la toalla. Necesitamos por tanto que las metas sean intrínsecas, que salgan de nosotros
mismos, de lo que nos gustan. En cambio, si lo que aún no te preocupa son las metas extrínsecas,
como impresionar a alguien o pretender ganar dinero, entonces es muy probable que la competición
o los pasos que hagamos para conseguir ese objetivo se conviertan en un suplicio en vez de un incentivo.
Además, Mihail nos habla sobre el canal de flujo, que es un concepto que quizás suene y que nos
viene a decir que para mantener flujo durante el proceso de consecución de objetivos, siempre este
objetivo y las actividades que lo preceden tienen que seguir por una línea donde su dificultad sea
tan alta como podemos gestionar, pero no más de eso. Y lo que nos diría este canal de flujo,
os voy a dejar un gráfico en la nota del episodio para que lo entendáis mejor, es que si la tarea
es más difícil que nuestras habilidades en ese momento, se produce la ansiedad o el estrés y
por tanto dejaríamos de disfrutar de esta tarea, a la vez que si la tarea es demasiado fácil para
nuestras habilidades del momento, se produciría el aburrimiento y por tanto en la progresión del
camino a conseguir un objetivo, cada vez tenemos que ir aumentando poco a poco la dificultad de las
tareas para evitar que ésta se mantenga siempre la misma y que hayamos un aburrimiento, pero también
evitar que la progresión sea tan rápida que nos lleve a la ansiedad. Por ejemplo, esto ocurre mucho
en la competición, a veces nos marcamos unos objetivos tan irrealistas, por ejemplo alguien
que empieza con la bici en un año o dos y quiere pasar a profesional o estar ganando competiciones
y claro, le genera ansiedad previa a la carrera, ya que lo que quiere conseguir está muy por encima
de sus habilidades en este momento, igual que entrenando vamos a una bajada técnica con la bici
de montaña y la bajada es bastante más complicada de lo que somos capaces de hacer, no vamos a sentir
flow porque lo que vamos a sentir es miedo, ansiedad, terror hacia esa bajada, lo mismo puede
ocurrir al contrario. Esto es una cosa interesante cuando alguien se mete a competir en una categoría
que está por debajo de sus habilidades o de sus destrezas, por ejemplo alguien que es un ex
profesional, alguien que tiene un nivel muy alto y se mete a correr en categoría máster o se mete a
correr en marcha cicloturista, va a sentir aburrimiento, a no ser que su objetivo sea el
reconocimiento por parte de los demás y que le digan que bueno que eres y tal, cuando uno compite
y no está teniendo un reto adecuado a su altura, lo que va a sentir falta de motivación a largo
plazo y lo mismo haciendo el simil de la bajada, cuando la bajada es demasiado fácil para tus
habilidades actuales tampoco va a sentir flow, va a ir realmente fácil, aburrido o desde luego pensando
en otras cosas y no en el momento presente. Esto que se aplica a una tarea, como digo,
también se aplica a los objetivos que van evolucionando a largo tiempo, por ejemplo,
puede ser que tu objetivo cuando empiezas siendo caeteo, siendo juvenil, pues sea estar en el
podio de tu categoría, luego vas a su 23 y tu objetivo puede ser primero fichar por un equipo
bueno, luego pasar a profesional y una vez seas profesionales te pueden marcar un objetivo de
ganar una etapa en un sitio, si ganas esa etapa te puede marcar otro objetivo de ganar una vuelta
y eso sería una progresión lógica que seguiría este canal de flujo de actividades que son un
reto pero que son asequibles. En cambio, cuando alguien intenta hacerlo esto demasiado brusco,
empezando desde el principio queriendo ser profesional o cuando alguien se conforma con
lo que tiene y ya no aspira más, empieza a entrar en este declive psicológico donde deja
de sentirse con propósito en un estado de flujo. Esto también lo podemos llevar a la vida,
porque a veces, por ejemplo, ahora hay muchos como coach de vida o gente que dice cómo tenemos que
pensar y nos enseñan a hacerlo en un curso y nos dicen que su objetivo es mejorar el mundo o
ayudar a las personas y muchas veces deberíamos pensar en esto mismo. Si tú quieres ayudar al mundo,
ayudar a las personas que están muy bien, quizás deberías empezar ayudándote a ti mismo,
ayudando a tus amigos, reciclando, intentando no consumir plástico, teniendo una movilidad
sostenible y poco a poco, si eso te va dando más estatus o te va dando la posibilidad de ayudar a
más gente, pasar a cosas más grandes, pero no esperar desde el principio cambiar el mundo porque
no lo vas a conseguir. Según Mijail, para conseguir esta experiencia óptima necesitamos tres cosas al
menos. Uno es que tenemos que tener al menos una oportunidad de conseguirlo, como decíamos,
algo imposible, nunca te va a hacer disfrutar. Tenemos que tener unas metas claras y ir teniendo
retroalimentación de que estamos consiguiendo nuestras metas. Y por último, podremos saber
que estamos en estado de flujo cuando el tiempo se altera. Cuando una tarea nos provoca la sensación
de que el tiempo ha sido más corto o más largo de lo que realmente ha sido, no tiene por qué ser
solamente más corto, implica que nuestro estado de concentración, nuestro estado de flujo en esa tarea
era elevado. Otra cosa que nos dice Mijail, y no puedo estar más de acuerdo, es que las personas
con vidas más felices son las personas con más significado y estas son las que implican toda su
energía en el proceso o en la meta que quieren conseguir. Esto, si lo recordáis, lo dije muy
similar en el episodio de jugarnos el alma y quiere decir que lo que hace que disfrutemos al
máximo de verdad algo, y que la vida merezca la pena ser vivida, es que nosotros nos empleemos
al máximo en esta vida, en esto que hacemos. Lo que importa, por tanto, es tener este propósito y
poner el alma, dar todo lo que tengamos en la consecución y en la persecución de este o estos
propósitos, que no tiene que ser uno, y no si lo conseguimos o si no. De hecho, un buen objetivo
ni siquiera se puede fallar. Un buen objetivo es infinito. Cuando uno dice mejorar mi rendimiento,
esto es infinito. Quizá llegue un punto donde, por la edad, sea incapaz de seguir mejorando mi
rendimiento, pero eso no implica que sea capaz de llegar a la mejor versión de mí con 40 años,
a la mejor versión de mí con 50, y a la mejor versión de mí con 60. Ayudar a los demás,
enseñar a los demás, salvar el medio ambiente, son objetivos infinitos, objetivos que no terminan
nunca, y que si de verdad son lo que queremos hacer con nuestra vida y nos esforzamos al máximo por
conseguirlo, harán que todo en la vida tenga orden y sentido. Si os fijáis aquí, para que todo
esto funcione, hace falta una cosa, y cada vez lo tengo más claro, y es la emoción. No basta con
decir mi objetivo es ayudar a los demás, si yo no tengo esa emoción dentro, ese deseo dentro que
quema. No podemos engañarnos a nosotros mismos. A veces se ve la razón como algo totalmente separado
de la emoción, como la metáfora del elefante y el jinete. Sin embargo, cada vez tenemos más pruebas
de que la emoción guía al pensamiento. Y de hecho, estoy terminando un libro súper interesante
sobre esto, el error de Descartes de Antonio Damasio, que si queréis lo podemos también hablar en
otro episodio, aunque esta vez va a ser bastante más difícil de aplicarlo al ciclismo. Pero bueno,
en este caso lo que queremos decir es que tenemos una dicotomía entre lo que sería lo sensato,
digamos este propósito sensato, que haz lo más cómodo para ti, estudia la carrera que tiene más
salidas, compite en este deporte que es más fácil o no compitas porque no te lleva a ningún
beneficio tangible. Mejor dedica tu tiempo a trabajar más horas porque te da un beneficio que
es más dinero, frente a la emoción que te podría decir, mira, más bici porque es lo que tú disfrutas
en la vida. Cuando haces la vista atrás y piensas en los momentos más felices de tu vida, te ves
entrenando, te ves en el coche con los colegas, viniendo de una competición, por ejemplo,
o en la preparación hacia ello, te sentiste feliz, etcétera. Y esta dicotomía es peligrosa porque
tenemos tan asociado que la razón siempre es lo mejor, que el raciocinio, aunque vaya en contra de
nuestros sentimientos, es a lo que tenemos que hacer caso, que podemos acabar persiguiendo el
objetivo de otro y no el nuestro. Y es importante destacar esto, que al perseguir un objetivo que no
es nuestro, no vamos a encontrar este estado de flujo. De hecho, esto nos enlaza para terminar con
dos frases y conceptos súper poderosos, que creo que son lo más importante de este episodio. Por
un lado, cuando uno persigue algo y no va obteniendo recompensas extrínsecas de ello
a corto plazo, por ejemplo, uno se pone a competir y los resultados no salen o el rendimiento no
mejora, podemos tener la idea racional de que lo mejor sería cambiar las metas. Sin embargo,
Mijail nos dice que el precio que uno paga por cambiar las metas cuando los obstáculos las
amenazan es que, aunque pueda tener una vida más cómoda, es probable que acabe vacío y sin significado.
Y es que, como me dijo una sabia amiga, el error no es fallar, sino tener éxito en lo que no te gusta.
Ninguna meta puede tener mucho efecto a menos que se la tome seriamente. Cada meta tiene un
conjunto de consecuencias y, si uno no está dispuesto a considerarlas, la meta pierde su
sentido. Además, como llevamos repitiendo todo el episodio, las metas correctas justificarán el
esfuerzo necesario para conseguirlas, pero a partir de cierto punto será el propio esfuerzo
el que justifique la meta. Y hasta aquí el episodio de hoy. Si te ha sido útil y te ha gustado,
te pido que me ayudes recomendándolo a tu amigo o compartiéndolo en las redes sociales. También,
si no quieres perderte nada, tenemos un canal de Telegram, también puedes poner Ciclismo Evolutivo
en el buscador de Telegram, en el que vamos compartiendo noticias, nuevos episodios, nuevos
contenidos y, en definitiva, todo lo que voy viendo en el día a día que me parezca útil relacionado
con el rendimiento y la salud en ciclismo. Esto ha sido Ciclismo Evolutivo y nos escuchamos en
el próximo episodio.
Escondidos besos
Trueno y relámpagos
Si no regresamos ya
Quién nos iba a echar de menos
Cuando fue la última vez
Que nos vieron
Pero se piensa en volver
Cuando el círculo se cierra
Y otra vez
Les desoriento
La luna llena
Hay veces que se pierden
Entre la cocina
Y el salón
Ellas son mi presente
Y describen
Desde su rincón
Trueno y relámpagos
Sácame de esta ciudad
En cohete disparado
Quiero estar
En cualquier otro lado
Entre autopistas
Vacías
Por la senda natural
Juntos
Mano a mano
Trueno y relámpagos
Trueno y relámpagos
Trueno y relámpagos
Trueno y relámpagos
Trueno y relámpagos
Trueno y relámpagos
Trueno y relámpagos
Trueno y relámpagos