Que hubiera sido de Hércules sin la hidra, el león, el jabalí y el resto de
trabajos que acometió, tan solo habría dado media vuelta en la cama y no se
habría convertido en el héroe que todos admiramos. Epícteto.
Bienvenidos y bienvenidas al podcast de ciclismo evolutivo, ya sabéis, el podcast
donde unimos prácticas, ciencias y experiencias para hablar de entrenamiento,
nutrición, psicología y todo lo que tenga que ver con el rendimiento. Hoy vamos a
hablar de psicología, de motivación, de disfrute, de placer y de propósito y todo
esto lo vamos a hacer uniendo el conocimiento teórico con el práctico
siguiendo esta reflexión que hacía Epícteto sobre la figura de Hércules. Como
decía Epícteto, fueron los trabajos los que definieron a Hércules, los que lo
hicieron ser tal como ahora lo conocemos. Bueno, esta figura mitológica. Y es que
enfrentar desafíos y adversidades siempre ha sido algo primordial para la
escuela antigua de pensamiento, desde el propio cristianismo al estoicismo.
Por ejemplo, me gusta esta frase de Seneca que dice, te juzgo desafortunado porque has
pasado por la vida sin un oponente y nadie podrá saber nunca de lo que eres
capaz, ni siquiera tú mismo.
Está claro que afrontar las adversidades siempre ha sido algo importante, algo
valorado y algo de lo cual los ciclistas sabemos mucho. Sin embargo,
tampoco quiero caer en este coach motivacional de centraros solamente en
no pain, no gain o en superar inconvenientes, sino que también es bueno
hacerse a veces la pregunta contraria. ¿Huiese sido la vida de Hércules mejor?
¿Huiese sido el más feliz sin hacer esos 12 trabajos simplemente dando huerta en
la cama? Como decía Epícteto, al fin y al cabo, solo se vive una vez y por mucho
que estos trabajos le hiciesen más fuerte y recordado en la eternidad,
¿mereció la pena pasar por la vida sin experimentar placer?
Bien, espero que esto haya hecho pensar un poco, pero tranquilo, esto no es un
postcard de estoicismo, este es un postcard de ciclismo y ahora sí empezamos con la
temática que nos traemos entre manos, que es muy similar a esto. Y es que mirad,
últimamente, bueno, últimamente siempre ha pasado, pero últimamente ha sido más
consciente de que no estamos entendiendo muy bien a qué nos referimos con el
concepto de disfrutar del ciclismo o disfrutar del entrenamiento que tanta
veces ha lanzado en los postcards y bueno, y que ha lanzado otra gente y a menudo se
mal interpreta. De hecho, creo que hay dos corrientes o dos pueblos opuestos que
aglutinan a la mayoría de la población que se clasifican en dos puntos. Por un
lado tenemos la tribu de personas que abogan porque lo importante en el
ciclismo, para ellos por lo menos, es el placer. Entonces no hay que entrenar, no
hay que cuidarse a la comida, si te cuidas la comida se ríen de ti, no hay que
entrenar con potenciómetro, no hay que entrenar con pulsómetro, por supuesto no
hay que hacer series, no hay que picarse, es salir con la grupeta porque ya no
somos profesionales, somos cicloturistas y sabemos lo que somos.
Un punto de vista totalmente respetable para el que lo vea como suyo y en el
otro extremo tendríamos la población o las personas más enfocadas al propósito
y menos al placer. Aquí encontramos pues algunos típicos machacas, algunos
entrenadores, alguna gente que ha visto demasiados vídeos de motivación donde
dice para rendir hay que ser metódico, hay que olvidarse de los placeres, hay
que olvidarse el disfrute, simplemente trabajo, trabajo y cuando te canses más
trabajo. También totalmente respetable para el
que se identifique con ello. Seguro que todos estáis pensando que ahora lo que
voy a decir es que hay que tener un término medio entre estos dos
lados, sin embargo nada más lejos y es que creo que entre estos dos lados lo que
hay es una caída al vacío. No se puede tener solamente un poco de propósito o
solamente un poco de placer, o sea por decirlo de otra manera para que se
entienda no se puede no entrenar bien y luego querer competir y querer superar
nuestros límites. Ahora para que se entienda mejor lo voy a
explicar de una forma un poco más científica y para ello voy a seguir las
investigaciones y el libro de Paul Nolan, Happiness by Design.
Bien, Paul Dolan, que es un doctorado inglés colaborador de Daniel Kahneman y
además powerlifter de competición, lo que nos propone es el término PPP, o sea
3P, que significa placer, purpose, path, o el camino del placer y el propósito.
Lo que nos viene a decir es que nuestra felicidad o nuestro disfrute en la
actividad que estemos realizando y en general de nuestra vida
es como un péndulo que puede o que debe ir variando entre actividades que
nos generan placer y actividades que nos generan propósito, alternando y no
quedándose en medio. En un lado del péndulo tenemos el placer
que se trata de aquellas actividades, aquellas ocasiones en las que nos sentimos
bien, al menos al corto plazo, tenemos una sensación de bienestar. Esto no
ocurre a menudo en el ciclismo y eso es lo que lo hace el deporte que tanto nos
gusta, porque podemos hacer salidas con amigos y disfrutamos de la amistad, de la
superación, incluso en que vayamos en solitario disfrutamos la sensación de
libertad, el viento en la cara, las bajadas, también la posibilidad, por qué
no decirlo, que nos ofrece gastar estas calorías, de comer mucho más, de beber
cosas que quizás no nos podríamos permitir si no fuésemos deportistas, esa
sensación de bienestar que se queda en el cuerpo después de realizar un
entrenamiento exigente o, por qué no, la realización de rutas o de salidas por
entornos naturales donde volvemos a reencontrarnos con nuestros orígenes.
Como decía, el placer no le veo nada de mal y no creo que tengamos que huir de
estos placeres, de hecho, como decía, al final la vida es breve y hay que
disfrutarlo y además creo que son una guía que nos dice que todo va bien o que
las cosas encajan tal y como deberían, al menos en un entorno natural y de hecho
los placeres que encontramos haciendo deporte, pues son mucho más potentes y
mucho más sanos que otros placeres que pueden tener las personas.
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