la puntilla al diagnóstico fue aquel no volverás a andar en la bici igual que ahora
nunca llegué a plantearme seriamente que mi vida también estaba en juego y eso en parte ayudó a
mi manera de afrontar el tratamiento frente a aquellas palabras del médico me encontré días
después las de José Manuel Oliveira ex profesional y amigo que me dijo al médico no le hagas ni
puto caso los médicos saben de medicinas y tú volverás a andar y andarás el doble
desde la habitación de aislamiento cada mañana miraba por la ventana y veía las antenas del
monte pedroso y soñaba con volver a subir allí con la bici después me levantaba y aprovechaba el
único momento de soledad en el baño para hacer unas sentadillas unas lesiones lo que las vías que
tenía puestas y las máquinas me permitía en el primer descanso de la quimio a los dos o tres
días de estar en casa cogí la bici y subí al pedroso creo que tardé unos 40 minutos en hacer
los cinco kilómetros que tiene desde figueras guardo con cariño una foto que le pedí que me
hiciesen un matrimonio brasileiro que estaban allí y es que creo que en ese momento comprendí
que todos tenemos mucha más fuerza de la que creemos me había arrastrado literalmente para
coronar aquel puerto y no lo había hecho para marcar ningún récord no no existía estrava ni
para demostrar nada a nadie creo que ni siquiera le había dicho a nadie a donde iba esa tarde
simplemente necesitaba sentirme vivo y sentir que la vida seguiría teniendo sentido y así lo logré
en mi cuarto duerme conmigo aquella bici hoy en día
el trasplante fue un éxito y todo el sufrimiento parece quedarse allí desde el mismo día en que
me dieron el alta pero muchas cosas se vinieron conmigo buenas o malas aunque tardé tiempo en
darme cuenta y una de ellas fue la relación con el dolor como tantas otras cosas que tememos en
la vida el dolor el sufrimiento de cualquier clase suele traer consigo grandes regalos sólo
hay que tener tranquilidad y observar para mí ahora es muy sencillo de ver y de sentir lo que
quiero decir al fin y al cabo hubo un momento en mi vida en aquellos días donde lo único que podía
hacer era vomitar y tratar de seguir respirando donde el dolor mismo era el regalo más grande
porque significaba que seguía respirando creo que la vida puede puede verse como caminar descalzo
cada paso es una sorpresa no sabes lo que vas a pisar a lo mejor te encuentras una mata de hierba
fresca o una piedra cada paso es una aventura caminando sobre la arena suave y caliente de
una playa en verano puedes encontrar una concha afilada una medusa así como caminando por aquí
el infierno un día te puedes encontrar un gesto amable una sonrisa que se quedan para siempre
y la vida se trata de ir caminando y no perder nunca las ganas de saber qué carajo será la
próxima cosa que vas a pisar desde la salida del hospital el camino fue aún duro y largo el
primer paseo por aquel pasillo me dejó los pies destrozados llenos de llagas el primer día fuera
del hospital casi no me tenía en pie visité a mi mejor amiga en su casa y casi no logró subir 15
pedaños salía todos los días a caminar cada día un poco más
volví a coger la bici comencé a entrenar mi primera marcha cicloturista fue una btt que
organizaba el club de montañas y esteiras del que me siento orgulloso de formar parte hoy día
en el camino hubo altos y bajos porque en unos pasos encuentras hierba fresca y en otros piedras
pero continué siempre caminando que otra cosa vamos a hacer y llegó un día en que me atreví a
ponerme un dorsal a la espalda y con el nombre de olivera en el maillot no podía haber sido de otra
forma comencé a terminar carreras aprendí muchísimo a entrenar a competir a comer a
disfrutar y sigo aprendiendo cada día que salgo en bici procuro disfrutar y aprender algo
pero siempre tuve la intuición de que había algo especial en mi relación con la bici siempre
he dicho que la bici me salvó la vida quizá porque estaba en aquel agujero mirando hacia
aquel puerto y esperando a dar mi siguiente paso voy comprendiendo poco a poco que hay algo en la
competición que necesito que me hace sentir vivo llegó al límite del sufrimiento en un puerto
en un sprint en un acrono de ninguna otra forma puedes llegar a sentirse el dolor en las piernas
esa que me zonan tus pulmones la vista que se nubla los escalofríos ese sabor metálico en la boca así
sabe la vida así sabía mi paladar en aquel hospital cada persona tiene sus motivaciones sus
metas y sus capacidades pero estoy seguro de que hay algo que nos une a todos y es que en cuanto te
bajas de la bici tras cruzar la meta a nada que prestes un poco de atención seguro que te
encuentras con el canto de un pájaro con una brisa fresca y agradable con el aroma de unas flores o
el sonido del agua de un arroyo de una fuente cercanos porque en ese momento todo se multiplica
por mil los poros de tu piel se abren y por ellos entra la vida a chorros sería fantástico poder
vivir permanentemente en ese estado pero no se puede lo que sí podemos es tratar de recordar
de cuando en vez de lo que somos y para qué estamos aquí yo lo consigo en ese preciso instante
como ya dije en algunos pasos del camino puedes encontrar piedras zarzas cosas que te hagan daño
o que te hagan desviarte pero igual que el miedo el dolor traen sus regalos también las
piedras del camino pueden ayudarte a crecer o por lo menos podrás subirte a ellas para ver mejor
he vivido algo así recientemente al igual que la bici fue la primera en dictar diagnóstico
en su momento de vez en cuando la escucho
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