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Ciclismo evolutivo

Unimos ciencia, práctica y experiencia para hablar de entrenamiento. Unimos ciencia, práctica y experiencia para hablar de entrenamiento.

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Hola, bienvenido y bienvenida una semana más al postcard de ciclismo evolutivo. El postcard
de hoy es muy especial porque tenemos una entrevista que tenía muchísimas ganas de
tener. Una de las investigadoras que más ilusión me hacía traer el postcard y hablamos
de Natalia Balaguer y Serré. Natalia es catedrática en ciencias del deporte y lidera un grupo
de investigación sobre los sistemas complejos en el rendimiento. Natalia es autora de multitud
de papers sobre la complejidad en el deporte y autora de libros como Complex System in Sport
y complejidad y deporte, entre otros. Creo que es una entrevista indispensable y para escuchar
con mucha atención porque va a romper muchos de vuestros esquemas respecto al entrenamiento
y al rendimiento. Sin embargo, estoy totalmente convencido de que este campo y esta idea de los
sistemas complejos van a revolucionar y van a traernos la mayoría de avances tanto en el
rendimiento como en la salud como en otros campos en el futuro. Así que sin más, os dejo con la
entrevista. Buenos días, doctora. Bienvenida al postcard. Buenos días, Manu. Para presentarla,
la verdad que no quiero equivocarme. Usted es catedrática en ciencias del deporte,
lidera un grupo de investigación en sistemas complejos y autora de algunos libros como el
libro de complejidad y deporte. No sé si aparte me estoy saltando cosas, seguramente. Bueno,
hay un libro Complex System in Sport a nivel internacional que quizá es el más conocido,
quizá internacionalmente, localmente sería este Complex System in Sport. Sí, de la que soy
coeditora con Kite Ibizu, Arte Araújo, Robert Zistowski, Pedro Pasos, etcétera.
¿Cómo surge esta idea de investigar sobre la complejidad en el deporte o este de los sistemas
complejos? ¿Le viene ya desde el principio de su carrera o es un descubrimiento que usted ha hecho
durante su etapa investigadora? Pues sí, fue un descubrimiento, digamos que yo soy profesora de
fisiología y entonces pues el tipo de investigación que hacía era muy muy tradicional. Hacíamos estudios
sobre, me acuerdo que en aquellos momentos estábamos investigando sobre temas de fuerza, etcétera,
y en un congreso conocí a Bob Ganschor, no sé si os suena de algo, sobre entrenamiento diferencial
y tal, que me empezó a hacer preguntas y me di cuenta de que no era capaz de responder satisfactoriamente
aquellas preguntas. Y entonces me entró la curiosidad de entender mejor por qué hacía lo que estaba
haciendo cuando era consciente de las limitaciones, de las metodologías de investigación que estábamos
aplicando, de esas relaciones causales que se pretendían encontrar entre variables independientes,
variables dependientes, en las metodologías de trabajo que usábamos, etcétera. Entonces empecé
a replantear cosas, a entrar en contacto con autores que ya estaban empezando a introducir esos
conceptos en sus trabajos y bueno, pues así fue de alguna manera como me empezó a encender,
se me empezó a encender una curiosidad, además muy muy intensa, porque a medida que iba leyendo,
cada vez iba viendo que todo lo que había estado haciendo se podía hacer de otra manera,
se podía entender de otra manera, en fin, este fue el comienzo.
Sí, al final es una idea o un paradigma realmente nuevo, aunque el concepto ha estado ahí toda la
vida, quizás nunca hemos sido capaces de verlo impregnado, no sé si se lo he leído a usted o
otras personas, de una cierta visión reduccionista del cuerpo humano.
Es así, es decir, el reduccionismo en ciencia ha tenido una influencia grandísima, ha llevado a
grandes, mucho conocimiento, a obtener muchos detalles sobre procesos, pero no siempre a una
mejor comprensión, porque parte de un concepto erróneo y es que el organismo humano es reducible
a sus partes, es decir, podemos explicar el todo a partir de esas partes y recomponiendo estas partes
vamos a tener de alguna manera una mejor idea de ese todo, y eso es lejos de ser así, porque
a cada nivel, sí, por ejemplo si hablamos del organismo humano, a cada nuevo nivel emergen nuevas
propiedades, por lo tanto estamos delante de un sistema, un organismo, un sistema que depende
de forma dominante más de las interacciones entre sus componentes, que es de las cuales
emergen nuevas propiedades, que de cada uno de esos componentes de forma aislada, es claro, estudiarlos
de forma aislada realmente proporciona un conocimiento distorsionado sobre su funcionamiento real.
Sí, lo mismo que le decía antes de empezar, que al final, por ejemplo en mi caso, me di cuenta de
esto un poco viendo, aparte de que, como usted dice, que no teníamos respuestas para la mayoría de
preguntas importantes, que son pues por qué mejoramos, por qué acumulamos fatiga, qué papel
juega el estrés o las emociones del rendimiento, aparte de esto, que había una similitud entre lo
que ocurría con el cuerpo humano y lo que ocurría a otros niveles, como por ejemplo a nivel natural,
dentro de los ecosistemas, dentro de los suelos, dentro de la atmósfera, etcétera. Y para preparar
esta entrevista pregunté a algunas personas de confianza qué le preguntarían a una experta en
sistemas complejos y entonces vi que hay mucho desconocimiento, pero muchísimo aún, sobre qué
es esto de los sistemas complejos. A ver si vamos a intentar hacerlo a lo mejor partiendo de lo más
inicial. ¿Cómo serían las diferencias, por ejemplo, entre un sistema complicado y un sistema complejo?
Pues bueno, un sistema complicado respondería a lo que conocemos como máquinas o artilugios técnicos
sofisticados, que pueden ser sofisticadísimos porque disponen de múltiples componentes y
conexiones entre esos componentes, etcétera, pero no tienen las propiedades de los sistemas
complejos, es decir, propiedades de emergencia espontánea, de autoorganización, de comportamiento
anolineal, etcétera. Eso no se da en ese tipo de sistemas más complicados. De todos modos hemos
intentado durante mucho tiempo, a través del reduccionismo también, reducir el comportamiento
humano al comportamiento de las máquinas. Por lo tanto, artilugios no tenemos respuestas,
sí tenemos respuestas, lo que pasa que tenemos un tipo de respuestas que nos damos cuenta de que
no son satisfactorias y que podrían ser válidas en un rango muy concreto, una situación muy concreta,
pero que no explican bien los fenómenos que vivimos en el día a día, los que practicamos
deporte o los que observamos a los que lo practican. Por lo tanto, básicamente es esa diferencia
no de sistemas complicados a sistemas complejos, es decir, asimilar que un organismo humano, por
ejemplo, puede ser tratado como una máquina, descomponerlo en partes, estudiar cada parte por
separado, etcétera, porque ya sabemos que no se comporta de forma tan predecible y por lo tanto
hay algunos principios ahí que los estamos ignorando de forma sistemática y que para entender
mejor los procesos y los fenómenos relacionados con deporte hay que tener en cuenta esos principios.
Eso que dices es que dentro del mundo del ciclismo, por ejemplo, que el que conozco bien,
se ve muchísimo, no solamente ya a nivel de que deportistas lo tratamos, pues nutricionista con
nutriciones, psicólogo con psicología, entrenamiento, sino que dentro de entrenamiento
están entrenamientos para el consumo de oxígeno, entrenamientos para el humbrar,
entrenamientos para eficiencia, luego dentro de cada uno que sí, metodologías para mejorar la
masa mitocondria, metodologías para aumentar el volumen plasmático, en fin, milas de cosas,
como usted dice, en partes, como si fuese un coche al que le ponemos unas llantas mejores,
un motor mejor, un cristal mejor y queremos que el conjunto mejore igual.
Bueno, quizás sería bueno para también ir avanzando un poco, explicar brevemente
qué son estos principios de los que actúan los sistemas complejos, por ejemplo,
usted ha mencionado la incertidumbre y la globalidad.
A ver, yo además de lo que has comentado, añadiría que esos estudios realizados de
forma fragmentada dan unos resultados que intentamos aplicar en nuestra práctica
cotidiana de una forma errónea, casi sistemáticamente, es decir, que un estudio
que compara dos grupos, unos que hacen una cosa, otros que hacen otra cosa, las medias de esos
grupos o un grupo al que se le hace una intervención y tiene un resultado, eso no quiere decir que a
todas las personas que le apliques esa intervención van a tener el mismo resultado. Por lo tanto,
aquí de base ya hay una mala interpretación de lo que los estudios con este enfoque reduccionista
vienen a decir. Por lo tanto, hay un mal uso de la ciencia en la práctica deportiva de forma
bastante sistemática. Entonces, eso que me has comentado de la incertidumbre, la globalidad,
si esas propiedades que evidentemente vemos que son así, vemos que somos así, que la realidad
es así, es decir, que no podemos prever lo que va a ocurrir hoy en el entrenamiento o mañana,
otro día, porque van a pasar cosas distintas y tenemos resultados distintos y que esos resultados
no dependen de que haya COVID más y detenido, más y destos de carbono, que el lácteo esté aquí o que
mi frecuencia esté aquí, porque no se cumplen esas reglas causa-efecto. Por lo tanto, somos muy
conscientes de que estamos delante de un organismo que tiene esas propiedades. Lo que pasa es que
seguimos estudiándolo como si no ignorándolas. Hay algo que hay que resolver y yo diría que hay
que resolverlo no cambiando la evidencia práctica, porque esto es lo que nos está diciendo todo el
rato nuestro organismo, sino cambiando los modelos con los a través de los cuales estudiamos lo que
ocurre. Y por lo tanto, no descubriré nada por deciros que estos sistemas complejos tienen todas
esas propiedades porque la práctica diaria lo va mostrando. Hay una revisión, no sé si es Kieli,
habrá habido más autores en entrenamiento y nos dice una cosa que es que está ahí a los ojos del
que lo quiera ver, que dentro de en estudios donde a los deportistas le aplicaban estímulos o planes
de entrenamiento similares, el mismo tipo de entrenamiento, las respuestas de los deportistas
eran muy diferentes entre sí. Lo que pasa es que luego se coge la media, pero dentro de esa media
difería mucho. Pero es que si juntamos muchos estudios con tipos de entrenamiento diferentes,
muy diferentes entre sí, hay respuestas similares entre grupos de deportistas. O sea, está claro
que algo se nos está escapando. Es más, yo añadiría a lo que estás diciendo que un tipo
de entrenamiento que puede ser eficaz para una persona de forma personalizada en un momento de
su vida puede no serlo en otro. Quiero decir que eso está personalizado en el espacio y en el tiempo.
No solo que es particular de una persona, sino que una persona no es nunca lo mismo. El sistema
de una persona está cambiando. Por lo tanto, los efectos que van a tener intervenciones,
la misma intervención va a ser distinta también en la misma persona. Hay una cosa que me gusta mucho
de todas las propiedades, sí que hay una que me gustaría hablar más en detalle, y es la
variabilidad de los sistemas. Y es que parece que ahora queremos hacerlo todos lo más plano posible.
Creemos que la variabilidad o la irregularidad dentro de un sistema es negativa. Sin embargo,
lo vemos además, por ejemplo usted lo ha demostrado, en estudios donde una variabilidad
en la respuesta de la frecuencia cardíaca o sea es capaz de variar nuestra temperatura corporal
para adaptarnos o nuestro metabolismo para adaptarnos a las demandas del entorno puede ser beneficiosa.
A ver, la variabilidad existe, es decir, lo único que se mantiene en la naturaleza es el cambio,
por lo tanto, es decir, estamos vivos porque cambiamos. Podemos seguir vivos gracias al cambio.
Si conoce este concepto por el concepto de tenemos una estabilidad dinámica, por lo tanto,
hay una variabilidad que permite la estabilidad, es decir, si no cambiásemos, no estuviésemos
modificando constantemente nuestras constantes, no nos iríamos adaptando al entorno cambiante,
a su vez, en el que debemos vivir. Por tanto, sí, es consustancial con un ser vivo esa variabilidad.
Otra cosa es que tú puedas estudiarla para identificar cambios de estado, por lo tanto,
cambios desde un estado estable en el organismo a un estado de inestabilidad y a la anticipación
de una transición de fase o transición de estado. Entonces, eso ahí ya reclama del conocimiento de
esa tipificación, de esa variabilidad para reconocer esos tipos de variabilidad que nos ayudan a
identificar esos estados del organismo. A ver si lo entendí bien. Por ejemplo,
una alta variabilidad proviene de que los subsistemas que forman el conjunto o de que
haya muchos subsistemas activos en el conjunto. Por ejemplo, si hay mucha variabilidad de frecuencia
cardíaca, es porque tanto el sistema simpático como parasimpático estarían en buenas condiciones
y el deportista sería capaz de adaptarse tanto a una actividad relajante como a una actividad
intensa. En un ecosistema con muchas especies va a haber siempre mucha más variabilidad en el
número de ellas que en un ecosistema donde solamente haya una especie. ¿Es algo así o me estoy equivocando?
A ver, la propiedad que da esa característica básica para la supervivencia es la flexibilidad.
Es decir, sistemas flexibles son los que se adaptan de forma rápida a los cambios,
al contrario que los sistemas rígidos. Por ejemplo, cuando nos hacemos mayores,
nuestros sistemas tienen más dificultades para adaptarse y hacerlo de forma rápida.
Entonces, eso se puede identificar a través de esa variabilidad y en este caso es más variable
la frecuencia cardíaca que tiene un niño respecto a la que puede tener un adulto,
una persona mayor. ¿De qué nos está informando eso? Las posibilidades adaptativas, por ejemplo,
que el ejercicio es algo que altera, perturba la estabilidad notablemente. Esa adaptación es
mucho mejor, más probable, más fácil para un joven que para una persona mayor, por esas características.
Por lo tanto, esa mayor variabilidad lo que da es mayor adaptabilidad y quiere decir que
estamos más preparados para las perturbaciones que puedan proporcionar el entorno. De forma natural,
por ejemplo ahora, lo que está sucediendo con la crisis sanitaria o de forma manipulada a través
de imposiciones de ejercicio, etcétera. Por lo tanto, podemos testar fácilmente el estado de
un organismo, su flexibilidad y su adaptación al cambio, de esta manera, viendo cuál es ese grado
de variabilidad y cómo queda comprometido con las perturbaciones, cómo se altera con esas perturbaciones.
En nivel de entrenamiento de salud, ¿podría ser un objetivo a buscar esta variabilidad? Lo digo
porque parece que últimamente se busca un enzafalograma plano en todo, en comer siempre
lo mismo, siempre a la misma hora, dormir siempre lo mismo, tener siempre un estado de ánimo similar,
si estamos tristes de subirlo. No sé si me explico, pero bueno, si sería... Sí, es decir que parece que
respondemos a eso, que debemos estar siempre a la misma temperatura, siempre tener comer de forma
regular, tener el mismo peso, tener el mismo índice de salud, todo esto. Y es todo lo contrario, es
decir que obviamente todos estos variables van a estar cambiando en función de las exigencias de
ese entorno, que es variable. Y por lo tanto, cuando vemos que un peso es excesivamente regular,
pues nos hemos de empezar a preocupar. O que la temperatura también es excesivamente regular,
o intentar que siempre vivamos bajo la misma temperatura, eso nos favorece la salud. Todo
eso nos hace menos adaptables, nos hace menos adaptables al cambio, menos flexibles y por lo
tanto nos dan menos posibilidades de supervivencia. Muy bien. Bueno, no lo tenía apuntado, pero esta
mañana me ha preguntado un deportista una cosa y creo que encaja muy bien con el tema que acabamos
de hablar, y es que me decía ¿qué es lo que me limita el rendimiento? Porque sé, bueno sé que no
es realmente así, pero bueno decía, en el ejercicio de resistencia sé que el consumo de oxígeno y la
capacidad que soy capaz de metabolizar, dice, pero en el entrenamiento de fuerza es el músculo. Y
desde nuestro punto de vista de la complejidad, ¿qué le podríamos responder de qué es lo que
limita en última instancia el rendimiento? La correcta, la interacción de los sistemas
que participan en él. Por lo tanto, todos estos supuestos de que el consumo máximo, de que esto,
de que lo otro, no hay, además es que no hay evidencia científica de ello. Entonces es una
creencia que se ha estabilizado a través de que nos la han venido repitiendo y nos la hemos creído
porque habitualmente pues tanto los deportistas como los entrenadores no suelen indagar demasiado,
no suelen intentar de alguna manera fundamentar mejor todos estos criterios metodológicos o esos
supuestos. No se preguntan por qué, es decir, aceptan las cosas como buenas, las dan como buenas,
incluso a pesar de que ellos en sus propias carnes lo viven como que aquello no es así,
pero siguen haciendo caso de lo que la medicina o la psicología, que son las ciencias a las que
estamos, las ciencias del deporte están más supeditadas, predominantemente, a lo que dictan,
a las teorías de esas, ignorando que la ciencia es algo muchísimo más amplio, que ofrece muchísimas
más posibilidades, que existen muchas más teorías a las que acudir, que puedan dar explicaciones más
satisfactorias. Entonces aquí hay que hacer un esfuerzo para que los deportistas, los entrenadores,
intenten fundamentar mucho mejor, entender mucho mejor, comprender mejor aquello que les ocurre,
sin ir a esos mitos, a esas creencias, con muy poca justificación, incluso a pesar de que en
la literatura científica se puedan haber dado informaciones. En ese sentido, cuando idares un
poquito más ahí, ves que aquello no se aguanta, incluso a trabajos citados muchas veces y
incuestionables para muchos. Os recomendaría la tesis de Raphael Poll, que la leyó ayer, justamente,
la defendió ayer, en la que se pone muy bien, con un ejemplo muy claro, desde Manifiesto,
este problema. Y por lo tanto, hay que ir a ello, es decir, hay que dejar de creer en lo que siempre
nos han contado. Las agujetas eran, la causa de las agujetas era la cristalización del ácido láctico
cuando nunca cristaliza. Incluso, aún en facultades de medicina, se sigue explicando a los alumnos de
medicina esto, por ejemplo. Después, han sido la lesión a nivel de miofibrillas o de tejido
conjuntivo. Y ahora, actualmente, la tendencia es a pensar en que hay una lesión también a nivel
nervioso, es decir, a nivel de las fibras intrafusales, etcétera. Por lo tanto, el conocimiento va
evolucionando, tiene que ir evolucionando. Y no nos podemos quedar con explicaciones que no son
satisfactorias, que solo explican una parte del problema, no nos explican bien el problema,
porque la ciencia lo que hace es intentar ir sustituyendo teorías que explican mejor los
fenómenos por otras que no lo explican tan bien. Aún estaríamos creyendo que la tierra es plana,
como primera teoría. Hay mucha creencia infundada, mucha pseudociencia en el entrenamiento deportivo.
Y eso es responsabilidad de los que os dedicáis a eso, de no quedaros conformes con explicaciones
que no os acaban de convencer. Sí, sí, sí, totalmente de acuerdo. Una cosa que me he dado
cuenta divulgando que al final cuesta mucho romper las creencias preestablecidas. Creo que
los científicos y todo el mundo son totalmente conscientes y capaces de saber que en muchos
momentos de la historia de la ciencia del entrenamiento y de todas hemos estado equivocados,
pero somos totalmente incapaces de pensar que ahora mismo también lo estemos. Pensamos que lo que
sabemos ahora ya es seguro, 100% verdadero. Y lógicamente, como usted dice, puede ser que
nos estemos equivocando. Como también decía, creo que no hay ningún estudio que diga que la fatiga
proviene directamente ni de la estatus, ni de los radicales libres, ni del consumo de oxígeno,
ni de la acidez. De hecho, además lo puntualiza usted mucho, que la fatiga no es linear respecto
a estos parámetros. Si la fatiga proviniese únicamente de la deprección de glucógeno,
veríamos que el deportista se va fatigando de forma, digamos, progresiva. Sin embargo,
la fatiga, por ejemplo, en una competición suele ser de golpe. Pasamos un punto crítico,
ya vamos en el pelotón y ya llega un punto que no podemos más y de repente nos quedamos vacíos. Y
eso no se corresponde con la bajada progresiva de la estatus o el aumento progresivo de radicales
libres, por ejemplo. Sí, es decir, que en ese proceso que llamamos fatiga, en ese proceso hay
no linealidades, hay cambios no proporcionales y el cambio no proporcional, claro, es que en un
momento dado seguro que no vas a poder mantener la intensidad de ejercicio y en otro momento,
si aún sigues, si sigues y sigues, tendrás paradas. Esto es algo que es evidente en todas
las especies y en todos los ejercicios y esos son cambios no lineales. Por tanto, son cambios
coordinativos, son cambios que en la red que están comprometiendo la estabilidad dinámica de esa
red y que por lo tanto van a acabar con el fallo necesariamente. Pero eso no quiere decir que tú
puedas mantener durante un tiempo a pesar de que está cambiando tus concentraciones de ácido láctico,
de polvo creatina o cualquier variable a nivel sanguíneo, muscular, etcétera, estén cambiando,
tú te vas a mantener estable en tu rendimiento. Por lo tanto, esto significa que estás delante
de un organismo que gracias a sus sinergias, es decir, está encontrando soluciones para
mantener esa estabilidad a pesar de todos esos cambios. Sin embargo, si continuamos,
continuamos y continuamos, llega un momento en que se producen esos, de repente además,
se producen cambios coordinativos hacia coordinaciones mucho menos exigentes,
hasta el punto que, bueno, llega un momento en que vamos a parar. Por lo tanto, es un proceso
no lineal, fatiga claramente, como cualquiera, como cualquiera de los procesos que hay en nuestro
organismo. Por lo tanto, es importante tener en cuenta eso para anticipar esos cambios
no lineales y entender que cuando estamos estables, cuando el sistema está inestable y,
por tanto, un pequeño estímulo, un pequeño cambio, va a ser suficiente para provocar una
consecuencia macroscópica importante. Aprovecho que la tengo aquí porque además viene con lo que
hemos hablado, pero esto de la autoorganización dentro de las adaptaciones, mire, sabemos que
dentro de, por ejemplo, en deporte de resistencia, cuando se analiza a los grandes campeones o
campeones, vemos que no hay relación entre el consumo máximo de oxígeno y el rendimiento,
pero lo que sí vemos, por ejemplo, es que los deportistas que tienen más alto consumo de oxígeno
tienen menos eficiencia y los menos eficientes tienen más alto el consumo de oxígeno, de forma
que lo que se suele decir es que la genética no reparte las cartas buenas dos veces o no te
puede tocar la lotería dos veces. Sin embargo, mi hipótesis, creo que siguiendo sus modelos también,
es que el cuerpo se autoorganiza de forma diferente para cumplir las mismas demandas y hay
personas que, por su constreñimiento, puede ser que el cuerpo sea capaz de abordar esas demandas
con aumento de consumo de oxígeno y otro organismo que, por su casuística, lo hagan a través de la
mejora de la eficiencia o podría ver las dos cosas. Todas a la vez, es decir, que ahí
interaccionan multitud de factores para que el organismo encuentre la mejor solución,
la más eficaz y eficiente en cada momento. Entonces, claro, evidentemente, si tienes unos
límites genéticos muy marcados, por allí no puedes tirar más, pero igual puedes desarrollarlo
por otra vía, como es esa de la mejora de la eficiencia o, por ejemplo, desde tu fortaleza
mental, desde tu intención, desde tu valor. Es decir, tienes muchas formas de compensar la
reducción a un nivel o en un componente para aumentarla en otros. Por lo tanto,
mientras eso sea posible, el rendimiento no tiene por qué verse afectado. Por tanto,
podemos encontrar deportistas con características y cualidades muy diferentes rindiendo al mismo
nivel. Por lo tanto, no tenemos que dejarnos llevar por prejuicios relacionados con valores
cuantitativos, del consumo máximo, etcétera, para decidir si aquel puede ser o no un buen competidor.
Pasando a nivel de entrenamiento, debemos controlar el rendimiento a través de parámetros
como cuantitativos, de los vatios, la hora realizada, los kilómetros. ¿Tiene sentido
esto desde el punto de vista de la complejidad o fijándonos en otros parámetros como puede ser el
estrés o la fatiga? A ver, tú puedes sentirte muy fatigado una semana por haber recorrido
una cantidad de kilómetros o haber hecho un ejercicio en una cierta intensidad y otra semana
no. Eso es así, ¿no? La misma carga no tiene el mismo efecto siempre en ti. Por lo tanto,
hay algo ahí que se ignora cuando cuantificamos esta carga externa, que es cómo repercute eso
sobre mi carga interna. Y esa carga interna no va a quedar sencillamente reflejada por un valor de
frecuencia cardiaca, que se verá alterado por múltiples factores también a su vez. Por lo tanto,
¿hacer funcionar esos valores cuantitativos para la regulación de la carga puede llevarnos a...
De repente parecía que había un problema y se ha apagado. Bueno, estábamos hablando de
eso, del control de la carga de entrenamiento mediante métricas de cuantificación o métricas
de fatiga. Sí, entonces la solución que se propone viendo esa multifactorialidad que afectaría
el rendimiento humano, la fatiga, etcétera, y para controlar mejor las cargas se propone
monitorizar una cantidad, una mayor cantidad de variables mejor, ¿no? Pero claro, eso no está
solucionando el problema, porque no estamos entendiendo cómo interaccionan todas esas variables.
Por ejemplo, estamos ignorando algo clave, que es tener en cuenta al atleta. Es decir,
¿por qué el control de las cargas la tiene que hacer alguien externo al atleta cuando el atleta
posee y ignorando toda la información que tiene ese atleta? Me parece extremadamente difícil para
un entrenador poder llegar a saber cuál es el día que todo lo que ha influido en su estado,
porque es absolutamente inviable. Y en cambio, pues no hacemos participar a ese atleta del diseño
o del control de sus cargas, que tiene más información y tiene una información además
mucha cualidad, muy integrada, porque sencillamente funcionamos así. Tenemos esos cerebros que integran
de forma que no hemos sabido, que estamos aprendiendo de nuestro cerebro para entender
ese concepto de integración, cómo lo hace. Pero nuestro cerebro lo integra. Y es capaz de percibir
si mañana no, y no sabemos por qué, pero sabemos que hay algo ahí. Imagínate si eso lo desarrollamos.
Imagínate si podemos llegar a realmente afinar esa monitorización global que integra componentes
de diferentes dimensiones para saber si conviene hoy proponer algo más intenso o hoy justamente
rebajarlo para evitar esa mayor susceptibilidad de lesionarse o esa efectividad, esa eficiencia
del proceso que es lo que buscamos. Entonces yo pienso que hay que repensar bien todo eso que
estamos haciendo, no dejarse llevar esos supuestos de que si monitorizamos de forma sofisticada la
y con muchas variables, etcétera, vamos a obtener más información. No, si no entendemos bien el
problema que estamos abordando, da igual la información que tengamos, no vamos a entenderlo.
Entonces eso precisa. Y concretamente hay uno de nuestros doctorandos trabajando sobre esos
temas de monitorización y en ese sentido supongo que en breve existirán algunos artículos que van
a poder dar un poco de luz, mayor más luz en ese sentido para ayudar a los entrenadores y a los
agredentes. Pues deseando escucharlo. Eso al final también en mi caballo de batalla porque es que
tenemos el mejor dispositivo y la información más precisa que la tenemos ya con nosotros, que es
nuestra, bueno, nuestras percepciones, nuestras sensaciones, pero somos cada vez, creo, conforme
avanzará el tiempo, cada vez más ciegos, más incapaces de entendernos. De hecho, por ejemplo,
en ciclismo, en los entrenamientos están buscando, como usted dice, modelos más sofisticados que son
totalmente burdos en relación a lo que es capaz de asimilado, de entender nuestro propio cuerpo,
nuestra propia mente, y cada vez se pone más confianza en estos modelos, además muchas veces
basado en el principio de impulso y respuesta, de que pensándose como un coche que aplicamos tal
carga y vamos a tener esta respuesta, que si pisamos el acelerador al 100% vamos a responder
al 100% cuando vemos que esto no ocurre, es que directamente, aunque en la teoría pueda tener
sentido, que bueno, pero es que no ocurre. No, en teoría no tiene ningún sentido pensar así, o sea,
no tiene ningún sentido pensar así. O sea, si alguien decide pensar así, puede pensar así,
pero no tiene sentido, por lo tanto, y no tiene sentido ni tiene en estos momentos justificación,
porque si diésemos no existen otras teorías, no existen otros modelos, no existe, digamos,
bueno, pues vamos a acogernos a lo que tenemos, pero es que existe, es decir, existe esta ciencia
de la complejidad, existen esos conceptos, existen estas herramientas, lo único que hay que hacer es,
bueno, pues desaprender, como constantemente hay que hacer en la vida, ¿no? Desaprender para aprender
cosas nuevas, y eso, bueno, pues sí, reclama de trabajo, reclama de un interés sobre todo, ¿no?
Y, bueno, puede parecer más laborioso, pero mucho más fructífero.
Claro. Al final, una cosa que pienso es que el problema que tienen muchas veces, escuchar a nuestro
propio cuerpo, es que es gratis. Si valiese 200 euros, como valen algunos dispositivos para medir,
que te digo, la variabilidad de la frecuencia cardiaca, todo el mundo estaría interesado.
Lo vemos gratis, y encima, digamos que cada vez tenemos más datos que dan la sensación de ser
más científicos. Creo que la gente, cuando ve cosas complejas y datos que no entiendo que son nuevos,
creo que asociamos nuevo con que ya es mejor que lo que teníamos cuando, como usted dice,
es que somos primeramente incapaces de escuchar lo que nuestro cuerpo nos está diciendo.
Sí, no hay pensamiento crítico, no hay criterio, no hay reflexión. Pensamos que los entrenadores
son prácticos, lo que tienen que hacer son ejercicios. No, lo que tienen que hacer es entender
muy bien qué pasa, ¿sí? Y eso es lo más práctico que pueden tener. Eso es lo más práctico para
entrenadores, comprender bien lo que está ocurriendo. Y, bueno, pues eso no se consigue
a través de recetas. Eso se consigue a través de reflexionar, de pensar críticamente sobre lo que
tenemos y de ir adquiriendo criterio de forma continua. Es decir, eso es un proceso que no
termina nunca, que tiene que acompañar y que tiene que transformar la formación que se da a
los entrenadores y entrenadoras. Sí, sí, eso es otra cosa que muchas veces nos preguntan,
¿no? Me dicen, Manuel, ¿cómo hay que entrenar? Pues no lo sé, ¿no? Depende de tu caso. Al final,
como dice una receta, y lo que te sentaba bien el año pasado, este año puede ser que te lleve a
sobre entrenamiento. Exactamente. Hay que tener criterios metodológicos, ¿no? Recetas concretas
de entrenamiento. Las recetas pueden ir cambiando en función del momento, ¿no? Lo importante es
entender y tener ese criterio que no es habitual. Por cómo se han desarrollado las cosas. Por eso
el interés de que podáis tener esa curiosidad por parte de algunos de ir más allá, de ir más
a fondo, de entender mejor, de ir más a la ciencia, buscar las respuestas y entender también los límites
de esa propia ciencia, ¿sí? Para interpretarla mejor y saber cómo aplicar eso o no aplicar eso.
Eso reclama de una formación distinta, ¿sí? Y eso es lo que me parece que es un mensaje importante
a difundir. Dentro de eso, sinceramente, es lo que usted dice, que dentro de la ciencia la gente
cree que es coger un artículo científico, leerse la conclusión y ya está. Pero los artículos dicen
cosas muy diferentes entre sí. Hay que saber cómo se han hecho y muchas veces lo que no dice el
artículo, que es más que lo que dice. Entonces, parece que todo el mundo cree que todo el mundo
dice que hace ciencia cuando hacen copiar las conclusiones de los autores en el mejor de los casos.
Y malinterpretarlas, porque bueno, hay ya recientemente un artículo publicado en Nature sobre
800 dicos signatarios científicos reconocidos que piden que se retire el concepto de significación
en estadística porque está muy mal interpretado. Es decir, un resultado estadísticamente significativo
no quiere decir lo que se interpreta muchas veces después de estos resultados. Por lo tanto,
hay que entender bien qué dicen esos experimentos y qué no dicen. Y no hay que trasladar a la práctica
de forma directa la conclusión de un trabajo que no se ha leído en profundidad y que, por lo tanto,
eso de forma sistemática está haciendo un mal favor.
Sí, hay un autor que es un talento y que acuña el término científico como refiriéndose a dar por
más científico lo que es más complejo sin tener en cuenta que la ciencia duda y casi nunca es
afirmación, sino que es refutación de teoría. Podemos decir que esto no funciona, pero es muy,
muy difícil decir esto es así. Exactamente. Nos vamos acercando. Es una acercarse constantemente.
Y las ciencias de la complejidad están en desarrollo. Y el deporte es un entorno privilegiado
para proporcionar información que pueda ser valorada y que pueda contribuir a ese desarrollo
de las ciencias de la complejidad, porque es realmente algo que refleja muy bien. Es decir,
esa perturbación de ejercicio refleja muy bien el estado en el que se encuentra el sistema. Tenemos
ahí algo que tiene mucho valor para ofrecer información y desarrollar esas ciencias de
la complejidad que están avanzando y que este es el proceso. Es un constante ir compreniendo mejor,
ir tomando decisiones más bien fundamentadas y ir evolucionando en el conocimiento.
El deporte pone al límite el organismo y ahí es donde emergen estas propiedades que en el sofá no
emergen. Exactamente. Muy bien. Me gustaría preguntarle algo más. Entrando en profundidad en el
entrenamiento, a ver si puedo explicarlo bien, pero muchas veces se proponen metodologías basadas
también en el reduccionismo y en hacer un perfil de deportista y en centrarlo en trabajar en lo que
el deportista es débil. Sin embargo, quizás no tenga sentido porque el organismo de cada deportista
se puede autoorganizar de forma diferente y quizás debemos centrarnos solamente en el resultado final
del conjunto en vez de mejorar las partes débiles. No sé qué opinión tiene usted.
Bueno, esto parte del supuesto falso de que existe un prototipo ideal de deportista que reúne una
serie de cualidades. Por lo tanto, yo puedo decidir que otro deportista tiene puntos débiles respecto
a un prototipo ideal. Es decir, si no hay prototipo ideal que es débil, que es fuerte. ¿Pero quién ha
dicho que hay un prototipo ideal cuando somos todos distintos? ¿De dónde sale este prototipo ideal?
No hay una media ideología práctica de que existan esos prototipos ideales. Por lo tanto,
esas medias no son nadie. Una media no es nadie. Por lo tanto, nadie tiene los valores de la media.
Claro, estamos construyendo sobresupuestos que no se aguantan. Uno es ese, ¿no? Ideales,
ideales de esto, ideales de lo otro. ¿Cuál es el ideal? El ideal es el que se adapta. Es el más
diverso, porque el más ideal es el más diverso, porque se puede adaptar a contextos muy distintos,
entornos muy variados. Este es el más ideal, este es el más que puede rendir más. Y, por lo tanto,
eso no tiene nada que ver con ese supuesto de que hay que tener estos valores de fuerza,
estos valores de tal, esto. Nada que ver con esto. Es decir, podemos resolver cualquier reto
de formas muy diversas y desde muy diversas dimensiones. Y, por lo tanto,
sí, es un mito a romper. Sí, sí, es un mito muy arreglado. Una de las últimas. ¿Por qué influye
o de qué manera nuestros pensamientos y nuestras emociones en la respuesta fisiológica que luego
ocurre en nuestro organismo? Siempre, quiere decir, eso es siempre. Y al revés también, es decir,
que nuestra respuesta fisiológica altera nuestros pensamientos. Por ejemplo, es obvio que cuando nos
empezamos a mover o nos vamos a correr, nuestro estado de ánimo cambia, nuestras emociones cambian,
nuestros pensamientos cambian. Es tan así como que cuando tenemos preocupaciones o estrés emocional,
etcétera, se alteran nuestra fisiología. Eso es una causaridad circular que está todo el tiempo
funcionando de esa manera y en la que esos estados emocionales, esos estados de estrés,
esos pensamientos, como pueden ser mucho más estables que las respuestas fisiológicas,
tienen en ese sentido un peso más importante y tenemos que cuidarlos de forma más especial.
Porque de alguna manera están constriñendo todo el tiempo esa respuesta fisiológica,
que no tienen efectos muy duraderos y eso lo desconsideramos a menudo. Por lo tanto,
para entrenar, para estar preparado para el entrenamiento, hay que prepararse también en
ese estado de ánimo, en ese estado emocional para que el entrenamiento tenga otros efectos
fisiológicos, por supuesto. Por ejemplo, hay una cosa que a veces digo y es que si un deportista,
partiendo de la base, de que haga el plan de entrenamiento que tenía a la perfección, coma
a la perfección, recupere a la perfección, si todo eso le supone un estrés mental o una sensación
de ansiedad y de desánimo, de tener ese agobio, de tener que hacerlo todo perfecto, quizás luego
el rendimiento del conjunto va a ser imperfecto. Digamos que al final, si la sensación, o sea,
si por hacer todo lo entre comillas físico, bien, provoca que a nivel mental tengamos una ansiedad,
el rendimiento, el resultado final pasa en el negativo.
Cuando planificas, eso correcto que me has dicho, no, perfecto, no sé lo que es,
que no sé lo que es eso, supongo que es que respondes a lo que has planificado,
sí, previamente. Entonces, tú cuando has planificado, has partido de unos supuestos
teóricos, ideales, no sé, irreales, sí, sí, como estaré de aquí una semana, de aquí un mes, etcétera,
tienes ni idea, pero tú planificas, no, respecto a qué, es decir, eres un vidente,
sí, o sea, cómo, en base a qué, prevés cómo estarás de aquí a un tiempo. Por tanto,
este concepto de perfección, porque respondo a la planificación, o sea,
a la entrada, esas planificaciones que se basan en supuestos irreales, teóricos, que no existen,
¿por qué tenemos que seguirlas la bajatada? A mí parece que la perfección es no seguirlas,
es decir, como no está basado en nada y es un supuesto que no tiene nada que ver con lo que
será real, pues de entrada no seguirlo me parece que es lo más adecuado. Sí, porque al final el
deportista de dentro de una semana no es el deportista de hoy, no puedes prevés todo lo que
le va a pasar en esa semana, en ese día, no, porque es que hay tantas cosas que si le duele
una muela ya va a afectar a la respuesta del deportista. Por supuesto, cualquier, cualquier
situación, cualquier situación diaria que cambia, que nos está cambiando, va a afectar eso y,
por lo tanto, bueno, pues, no sé, os recomiendo ese artículo de John Keighley sobre...
Periodization and Unconvenient Truth, ¿no? Donde pone de manifiesto eso y hay que
romper ya con esa idea de la planificación, hay que adaptar, hay que adaptar al día a día todo eso,
no se trata ni de seguir algo que un día de forma iluminada nos pareció que no es de forma
iluminada, sencillamente es copiando lo que hizo otro que tiene, que ha tenido éxito, eso por
definición no es algo que se tenga que hacer, es decir, que tenga éxito en otra persona no quiere
decir que vaya a tener éxito en ti, por lo tanto, dejad de copiar modelos de otros atletas, otros
entrenadores o de modelos de éxito, porque nuestros contextos son distintos y vosotros
sois distintos, por lo tanto, aquello no va a funcionar igual y esa práctica hay que dejarla,
ese confiar en que lo que tiene éxito una vez va a tener éxito siempre, si ha tenido éxito entonces
probablemente habrá que cambiarlo para que pueda seguir teniendo éxito, entonces, bueno, en fin,
ahí hay muchos supuestos sobre el que hay que repensar.
Si eso hace, como decíamos a un deportista, que hacerlo todo perfecto en el plan, o sea,
donde ponemos los entrenamientos, si se hace el entrenamiento a perfección, o sea, a perfección,
no, perdón, idéntico a lo que está planificado, sale verde, no? Pues decía, si está todo el mes
verde, o sea, si está todo el mes según lo planificado, seguramente no esté bien hecho,
porque es imposible que tú estés siempre como el día que lo planificas, pensando encima que lo
planificado es correcto, que eso primeramente puede ser erróneo, pero aún así, siempre necesitamos
cambios o adaptar lo planificado a lo que estamos sintiendo ese día, si tenemos más estrés,
si hemos comido mejor, peor, si hemos dormido más, no? Sí, yo pienso que un buen termómetro es uno
mismo y que cuando el atleta realmente está alineado con esos valores o esos objetivos,
es decir, que realmente quiere conseguir esa mejora de su rendimiento y de su salud, sin que
sean incompatibles con su salud, porque están conectadas las dos cosas, yo pienso, y está educado
en ese sentido, puede ser un agente indispensable para conseguir una mejor eficacia y eficiencia del
proceso de entrenamiento, conseguir más o menos desgaste, que eso siempre es algo que se intenta
responder para responder a las dos cosas, ¿no? A la salud, porque sin salud ese rendimiento puede
hacer un pico, pero no se puede mantener, el éxito deportivo es mantener esos resultados,
eso es un éxito deportivo, no haber ganado una vez, sí, no, eso se puede conseguir, pues bueno,
con muchas pequeñuras, ahora mantenerse ahí, pues solo si alguien gestiona muy bien todo
esto que estamos hablando puede conseguir eso, por lo tanto, cuando un atleta realmente quiere eso,
confiado en sus capacidades, en su conciencia, en su autocorcepción, en su autoconciencia como punto
clave para regular cargas de entrenamiento, y hay que desarrollarlo, se puede desarrollar más,
es decir, lo tenemos sin desarrollarlo de forma innata, es porque probablemente colabora mucho
con nuestra supervivencia, imagínate si lo desarrollas, hay atletas que son capaces de
detectar un pequeño grado de inflamación en algún músculo que han lesionado, etc., etc.,
cuando aquello realmente puede poner en compromiso su carrera deportiva o tener
consecuencias que no desean, esa capacidad está ahí, y bueno, pues centrarla, explotarla,
me parece que es de un sentido común aplastante delante de la situación que nos propone la
monitorización deportiva y las compañías que tienen intereses económicos alrededor del uso
de esos sistemas de monitorización. Yo creo que ese es el principal problema, al final cada vez
somos más incapaces de escucharnos nosotros mismos porque tenemos mucho demasiado ruido fuera y
demasiadas cosas que nos dicen, tienes que hacer esto, tienes que este dato, y al final creo que
ese es un gran problema. Perdemos esas competencias que naturalmente tenemos, las podemos llegar a
perder, pero bueno, no sólo de recuperarlas sino de desarrollarlas incluso. Perfecto, bueno, pues ya
para terminar le lanzo la última y es si cree que deberíamos cambiar también, digamos, la forma en
la que dividimos los campos en las ciencias del deporte y de la salud, por ejemplo, si en vez de,
yo una cosa que pienso, si en vez de haber estudiado ciencias del deporte, pues si hubiese una carrera
que sea rendimiento y que aglobe la ciencia del deporte, la nutrición, la psicología, la fisioterapia,
porque al final digamos que tenemos profesionales de campos muy diversos que solamente saben de su
ámbito, pero claro es que si no sabemos de la globalidad, si yo como entrenado no sé de nutrición
o sobre todo si no sé de psicología, no seré un buen entrenador y cada vez me doy más cuenta,
entonces no sé si hay que cambiar ese modelo y abrir mucho el campo o trabajar con equipos
disciplinares o cuál es su visión. La multidisciplinariedad no es integrativa
necesariamente, es decir, que tú puedes tener criterios sobre un mismo fenómeno desde muchas
disciplinas diferentes y ese criterio no va a ser el mismo, la solución que va a proponer el psicólogo,
el nutricionista, el fisiólogo, el biomecánico a un mismo problema no va a ser el mismo, por lo
tanto cuando juntamos disciplinas eso no va a resolver los problemas de integración, los va
incluso a agravar esos problemas, entonces desde las ciencias de la complejidad lo que ofrecen
esas ciencias de la complejidad son conceptos totalmente transdisciplinarios para mejorar la
comunicación entre disciplinas, de manera que eso es un reto formativo muy importante del futuro,
en la actualidad estamos haciendo algún experimento de innovación educativa en ese sentido,
pero estamos muy lejos de conseguir que la educación también sea integradora de conocimiento,
y bien eso lo permiten esos conceptos, los principios generales de las ciencias de la
complejidad, por nosotros hablamos de constreñimiento, me da igual que sean de orden psicológico,
de orden ecológico, de orden biomecánico, de lo que sea, el concepto de constraints integra
todo esto ya, ya no estamos hablando, no estamos separando esas disciplinas sino
entendiendo el organismo como un todo y por lo tanto haciendo que los especialistas,
que está muy bien que existan también, puedan tener un lenguaje, incluso un lenguaje común que
les acerque para encontrar las mejores soluciones y bueno, algo que estamos haciendo en el INEP,
por ejemplo, asignaturas de integración disciplinaria, etcétera, es entender cómo todos
esos múltiples factores que intervienen en el rendimiento, cómo los podemos organizar para
entender mejor por dónde empezar a intervenir, cuáles pueden tener mayor peso que otros,
de qué manera, cómo están interaccionando entre ellos, esto es clave, este conocimiento es clave
y lo proporcionan principios de ciencias de complejidad, por lo tanto mi propuesta muy clara
es que introducir esos conocimientos en la formación es indispensable para que
ese potencial integrador que tiene el profesional de ciencias del deporte por su formación
multidisciplinar, que la diferencia de otros profesionales que no tienen esa formación
multidisciplinar, ese potencial integrador le sirva para aportar algo diferente a la sociedad,
algo distinto, esa capacidad de integrar todo ese conocimiento y de saber cómo está interaccionando
unos factores con otros, saber si empiezo por aquí, empiezo por allí, tomar decisiones bien
fundamentadas respecto a eso, porque se entienden esos conceptos que la complejidad nos permite,
nos ofrece para tratar la mayor parte de los problemas con los que nos enfrentamos en el deporte
y en la vida, ahora tenemos también las soluciones de los políticos, de los sanitarios, de los
economistas, etcétera, al COVID no son las mismas, por lo tanto muchos especialistas tampoco garantizan
que vamos a encontrar mejores soluciones y tampoco la solución es decir, no, no, pues lo dejamos en manos
de estos, ignorando a los demás, claro, todo esto reclama un conocimiento mejor de cómo gestionar
eso y eso es la posibilidad que ofrecen esas ciencias de la complejidad que tendrían que estar
en los currículums educativos universitarios y por supuesto en las ciencias de la actividad física
en deporte. Sí, parece que tenemos demasiada gente experta en árboles concretos y poca gente capaz
de ver el bosque, ¿no? Exacto, de entender qué pasa en el bosque, sí, eso es. Bueno, pues llevamos ya una
hora, como me había dicho, muchísimas gracias, la verdad, como le decía antes, es que encontrar
investigaciones de complejidad y deporte, que no sabía que existían, fue como encontrar, como ver
la luz, la verdad, y no sé por dónde cree usted también que en el futuro se va a desarrollar la
investigación o qué es lo que quiere, lo que quisiera descubrir o conocer o demostrar en los
próximos años. Bueno, yo pienso que se ha hecho una base interesante reconociendo una rama científica
en estos momentos que es la network physiology of exercise, la fisiología de redes del ejercicio y
que supone un cambio drástico en todos esos supuestos que la fisiología del ejercicio más
tradicional ha ido ha ido estabilizando y poniendo las bases del entrenamiento respecto
a todos esos conocimientos que tienen que ser revisados, esas metodologías de investigación
también y por lo tanto aquí hay la posibilidad de que nuevas famas de la ciencia puedan ir resolviendo
esos problemas. Bueno, problemas y también todo lo que han ofrecido porque tampoco se puede decir
que la fisiología del ejercicio no ha ofrecido un montón de conocimientos pero quizá estamos en
el momento en que hay ramas de la ciencia que influenciadas por otras ramas científicas pueden
ir un poquito más allá en la comprensión de esos fenómenos complejos concretamente de la
fisiología del ejercicio para proporcionar unas metodologías, una teoría del entrenamiento y una
metodología del entrenamiento diferentes a las que tenemos. Y eso existe y eso pues ahora mismo
Frontiers in Frontiers in Network Fisiology of Intercise ya está dispuesta para recoger artículos
desde estas nuevas perspectivas que proponen la contribución interdisciplinar de diferentes tipos
de profesionales de ramas distintas que colaboran para hacer crecer esas ramas científicas,
estas nuevas ramas científicas. Bien, yo pienso que eso está sobre la mesa, eso ya es algo que no va
para atrás y que irá cambiando esa realidad despacio y los profesionales del deporte que se
acerquen a esos nuevos conocimientos pues yo pienso que van a ser los que van a ir abriendo
vía para que todo eso se refleje en la práctica del entrenamiento deportivo. Ahí estamos, ahí estamos
y eso no avanza, está avanzando. Pues sí, estoy seguro de que eso va a ser uno de los futuros del
deporte y tocará volver a aprender. Muchísimas gracias por su tiempo y por esta clase magistral
y bueno espero que sigamos en contacto en el futuro. Gracias a ti Manu por vuestra atención
y por vuestro interés. Que mucha suerte, hasta pronto. Gracias, un abrazo. Hasta pronto.