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Hola, bienvenidos y bienvenidas una semana más a Rendimiento Evolutivo.
En el episodio de hoy traigo una entrevista diferente y que creo que será interesantísima y muy útil para vosotros.
Y es que hablo con Pedro Antonio Rodríguez Moya. No sé si por el nombre lo conoceréis, pero creo que tiene una lección de vida y una forma y filosofía de ver el ciclismo y de entenderlo,
que es importantísima, ya sea ciclodeportista o jóvenes que buscáis pasar a profesionales.
Porque con Pedro Antonio he tenido la suerte de poder compartir su desarrollo biológico desde que empezó el juvenil de primer año hasta ahora,
pasando por diferentes etapas. Y vamos a hablar precisamente de ello, de todos los problemas y casuísticas, cosas buenas y malas,
que tiene competir en ciclismo desde categorías inferiores, la vida o compaginar la vida normal con la vida de deportista,
la difícil decisión de dejar de competir en sub-23, en fin.
Un montón de enseñanzas en las que creo que muchos os veréis reflejados o resonarán en vosotros.
Antes de empezar con la entrevista, recordaros que si queréis aprender y profundizar mucho más en los contenidos del podcast,
tenéis los cursos de rendimientoevolutivo.com, donde tenéis todo lo que necesitáis para aprender a entrenar o autoentrenaros.
Tenéis cursos online ya grabados sobre las principales temáticas del entrenamiento.
Y ahora, mientras se publique este episodio, pues estamos con el curso de Experto en Entrenamiento de Resistencia,
que empezó en diciembre y que si todo va bien, intentaremos repetir también el año que viene,
porque está quedando un contenido alucinante.
Y así, os dejo con Pedro Antonio.
Hola Pedro, bienvenido a Rendimiento Evolutivo.
Muy buenas Manu, un placer estar aquí contigo.
Bueno, pues no sé si habías pensado alguna vez en que vendrías aquí al podcast, ¿no?
Porque imagino que has escuchado algunos episodios, ¿no?
Y bueno, estamos aquí porque creo que tienes, la verdad, muchísimo que aportar a la gente, a todos los ciclistas,
ya no solamente a los jóvenes, ¿no?
Porque, bueno, al final, pues tú eres todavía, ¿cuántos años tienes? 25 o así, ¿no?
Tengo 24.
No, 24, fíjate.
Pues bueno, yo creo que lo que vamos a hablar hoy va a ser interesante, ya te digo, para jóvenes y para mayores.
Pero antes, pues sí que me gustaría que te presentaras un poco, para la gente que no te conoce,
¿quién es Pedro Antonio?
Bueno, pues antes de empezar, así que, como has dicho,
podcast tuyo, he escuchado unos cuantos, unos cuantos muchos,
y he hablado contigo del tema muchas veces cuando hemos quedado para entrenar.
Así que, algo sé del tema.
Y vale, pues mira, yo soy Pedro Antonio Rodríguez Moya,
soy de un pueblo de Murcia y desde bien pequeño, pues siempre me ha encantado la bici,
los deportes de naturaleza y todas estas cosas.
Y desde muy pequeño estoy compitiendo.
He estado compitiendo por distintas categorías hasta llegar a tomar el ciclismo, pues ya como un hobby,
pero fundamentalmente tanto el ciclismo como el deporte en sí, como un estilo de vida.
Siempre lo he estado compaginando con mis estudios.
Soy ingeniería agrónomo y ahora mismo estoy terminando un máster de ingeniería agronómica,
así que ahora mismo todavía continúo en la universidad,
pero ya se puede decir que estoy finalizando.
Y pues poco más que decir, ese soy yo.
Bueno, has dicho poco, o sea, ha sido corto, pero hay mucha información ahí dentro, ¿no?
Lo primero es compaginar los estudios con el competir, ¿no?
Al máximo nivel, pero yo creo que para ir con un poco de orden, si te parece,
podemos empezar por cuando empezaste, ¿no?
O por lo menos cuando empezamos a trabajar nosotros juntos,
que si no recuerdo mal fue en segundo año de cadete, ¿no?
Y ya después llegaste al juvenil, donde creo que quedaste segundo, la Copa de España,
si mal no recuerdo.
Y me gustaría preguntarte por esa época.
Recuerdas casi bien, pero no del todo.
Yo sí que me acuerdo bien.
Mira, yo desde pequeño siempre, mi madre sobre todo me dice que siempre decía que quería ser,
que quería ser biciclista.
Yo decía cuando era pequeño.
O sea, que quería ser ciclista.
Y desde muy pequeño me regalaron una bici.
No sé si tendría tres años.
Empecé a una bici de montaña, la típica de cuando era pequeño.
Aprendí a llevarla sin ruedines.
Y siempre me ha gustado mucho.
Y ya fueron, creo que sobre los ocho o nueve años, cuando hice la comunión,
mi madre me regaló una bicicleta de carretera, una BH, me acuerdo.
Y ahí es donde me apuntó el club ciclista que había en el pueblo, en Mula,
que se llamaba Suran Racing.
Empecé a correr en escuelas, aquí a nivel de Murcia.
Recuerdo que empecé en la categoría Levin de primero, que corría cinco kilómetros.
Y me parecía mucho.
Pero bueno, ahí ya más o menos siempre disfrutaba, iba bien.
Me acuerdo de corrí un campeonato de España haciendo escuelas y por ahí.
Luego ya pasé a cadete.
Ya estaba en el equipo Valverde Team.
No sé si se llamaba El Greco todavía, porque hubo un año que se llamaba El Greco
y ya pasó a llamarse Valverde Team.
Ya categorías superiores.
Empezamos a hacer viajes fuera de Murcia.
Era otro ambiente totalmente diferente.
Pero vamos, que muy guay.
Luego, como has dicho, pasé a Juveniles.
Es donde te conocí.
Juveniles de primer año.
Con un grupo de entrenadores que tú entraste en el equipo.
Me tocó contigo.
Empezamos a trabajar juntos.
Tuve antes un preparador, pero no me lo tomaba nada en serio.
Porque al final era cadete, era escuela.
Y ahí tampoco merecía la pena.
Pero contigo fue cuando empecé más o menos a trabajar los entrenamientos y todo en general.
Más o menos en serio.
Me acuerdo que perdí peso.
O sea, que antes tenía un poco de kilos de más.
Pero bueno, también tenía fuerza.
Y bueno, pues ahí empezamos.
Iba evolucionando muy bien.
Y como has dicho, en Juveniles de segundo, pues iba rápido.
Iba rápido.
Quedé de segundo en la general de la Copa de España.
En muchas vueltas.
Era muy regular durante todo el año.
Muy constante.
Y de muchos top 10.
La verdad que me iba de puta madre.
Muy bien.
Ya por seguir la evolución, pasé a la categoría amateur.
El equipo Valverde Team no tenía categoría.
Todavía no había sacado.
Entonces me fui a un equipo de Alicante, el Rosquet Team, ULB.
Ahí empecé.
Ahí tenía 18 años.
Pasa que este es el cambio más corto que hay.
Porque entré a la universidad.
Metí la ingeniería.
Pasamos a amateur.
Se va muy rápido.
Tienes que entrenar.
No tienes tiempo.
Me tuve que ir fuera de mi casa y vivir a un piso.
Son etapas difíciles.
Pero la verdad que trabajando bien y todo bien.
Fuimos sacándolo adelante.
Me adapté muy bien.
Iba con todo bien.
En la bici bien.
En la universidad bien.
Y nada.
Y así fue evolucionando la cosa.
Un año, otro año, otro año.
Hasta que luego, que ahora más tarde hablaremos.
Cuando decidí dejar la competición a alto nivel.
Y hasta el día de hoy.
Y contigo entrenando, pues llevo desde juvenil de primero.
Que tenía 16 años.
Hasta 24 que tengo ahora.
Pues unos cuantos años.
Yo creo que seré de los primeros deportistas que has llevado.
Pues sí, sí.
De los que más tiempo, sin duda.
No estar ahí desencaminado.
Y con lo que has dicho, la verdad que me parece que hay muchas cosas interesantes.
Pero, ¿cómo has llevado el compaginar la competición con los estudios?
Porque al final siempre has sido de buenas notas.
O sea, para la carrera hace falta tener buenas notas.
Luego, la carrera es exigente.
¿Y tú crees que, por ejemplo, eso te ha perjudicado a la hora de competir?
O sea, que ibas en desventaja contra gente que estaba, entre comillas, dedicada al ciclismo.
A ver, la verdad que es complicado.
Pero no solo desde la universidad, sino en bachiller.
Yo recuerdo en bachiller, mi madre iba por mí a la salida del instituto.
Me llevaba la bici en el manetero del coche.
Y yo me comí un bocadillo en el recreo.
Me iba a entrenar porque se hacía de noche.
Y al final es un poco una agonía.
Que al final tú te acostumbras a vivir en ella.
Y yo siempre he vivido en ella y ya.
Es como que he estado adaptado.
Pero la verdad que sí que es complicado.
Luego, en amateur, pues, que es la etapa clave.
Yo creo que...
A ver, aquí dentro hay dos tipos de...
Dos cosas.
Desventaja con respecto a los ciclistas.
Que no estudian.
Yo creo que sí.
Que hay una clara desventaja.
Porque al final yo es que no paro.
Mi mente no para.
Universidad, entrenar, descansar.
Al final no das más de sí.
Te adaptas porque no te queda otra.
Pero vas como vas.
Pero yo creo que la gente que está dedicada a entrenar.
Entrenar, recuperar.
Entrenar, recuperar.
Al final, a lo mejor un año no.
Pero en dos ya se nota.
Mi punto de vista.
Luego, el otro extremo.
Que si la bici me ha perjudicado para los estudios.
Justo la otra parte.
Pues, a ver, yo...
Yo creo que la bicicleta, los entrenamientos, la vida que eso conlleva, la constancia, te crea una rutina, te crea unos hábitos.
Que la gente que no hace deporte de esta manera tan intensa, por decirlo de alguna manera, no la tiene.
Entonces, aunque tengas menos tiempo para estudiar o para prepararte los exámenes, al final siempre lo sacas y lo puedes llevar todo bien.
Porque tú tienes tu rutina, tu hábito que otra gente no tiene.
Si otra gente...
Tú puedes decir...
Mientras que yo esté entrenando, tú miras si puedes estudiar.
Pero no, luego la gente se va a hacer otras cosas.
Y al final, tú aprovechas más el tiempo que lo otro.
Así que, al final, yo creo que no ha perjudicado nada.
Se puede sacar porque yo he sacado buenas notas en bachiller, he sacado buenas notas en la carrera.
No he perdido ningún año de carrera.
Me he sacado la carrera mientras competía.
Eso sí me ha costado lo mío.
Estudiando en los viajes, en el fulgón, mientras que iba a Pai Paco.
Y bueno, pero que al final se puede con todo.
Sí, sí.
Me veo totalmente reflejado porque al final, oye, que yo tampoco...
Yo tengo seis años más que tú.
Y me acuerdo también de bachiller, pues eso, de algún día entre semana irme en el recreo para poder hacer el fondo.
Porque si no, no te daba tiempo.
Y es lo que tú dices.
O sea, el tiempo que estaba en la bici, desde luego, tampoco iba a estar estudiando.
Porque es una locura lo que pretenden, ¿no?
De que tú, después de siete horas en clase, sentado, atendiendo a la pizarra, llegues a tu casa y te pongas a estudiar.
O sea, eso ni los esclavos en la antigua Grecia, ¿no?
Entonces, yo creo que, además, estoy totalmente de acuerdo con lo que dices.
Que es una forma de trabajo, ¿no?
Una mentalidad, mentalidad de atleta o mentalidad de alto rendimiento que luego en la vida, pues, te ayuda para lo que necesites, ¿no?
Si ahora tienes que estudiar en tu carrera o si tienes que trabajar duro, si te vas con...
Pues, bueno, yo sé que al final tú has estado trabajando en el campo, ¿no?
De tu familia, has estado ahí de sol a sol.
Y, claro, seguramente para ti no ha sido tanto, ¿no?
Dices, te has comparado con una etapa de cuatro horas o de cinco horas, pues, a lo mejor no te parece tan duro.
Sin embargo, a otra persona se lo comen los cuervos allí en el campo.
Claro, al final tú coges una rutina y unos hábitos que ya sabes que las cosas son como son y las haces y ya está.
Que es como una lección de vida.
Y a nivel de vida social te ha costado porque, claro, imagino que la gente de tu edad, pues, está en esa época, ¿no?
Que están saliendo, que quedan, que...
Y tú no tienes tiempo de ir a cenas, de ir a sitios, ¿no?
Es como que en el momento que más necesitas estar con gente es cuando no estás.
Pues eso, esto que me acabas de decir depende cómo lo veas y, sobre todo, cómo sea cada persona.
Porque, por ejemplo, yo que llevo toda mi vida desde que era pequeño con el mundo como lo llevo ahora mismo, con bicicletas, entrenamientos...
Al final, realmente no sé lo que es lo otro de verdad.
Lo otro me refiero a la vida social, a lo bestia.
De salir mucho, juntarte mucho con amigos porque a mí me gusta acostarme temprano, salir con mis amigos de la bici.
Y luego, lo que también tengo que decir es que al final mis amigos son prácticamente a todos son como yo.
Entonces, pues, entre todos nos entendemos.
¿Sabes? Nos juntamos, pero para salir en bici salimos que si vamos a cenar, que si esto, que si lo otro.
Pero no tenemos un desmarque total.
Pero está claro que si yo no llevo una vida como la que llevan mis amigos que no hacen deporte o que no hacen ciclismo...
Mi vida no es como la suya porque no puedes salir como sale la gente todos los fines de semana.
No se me ocurre un día entre semana irme por ahí a cenar y acostarme tarde.
No sé, tengo una rutina que son todos los días pareja.
Pero que eso a mí no me ha dicho...
Me estoy perdiendo vida, vida social, no puedo vivirla.
No, porque mi vida es diferente. Mi vida es la que llevo.
No me gusta la otra porque es la que tengo desde siempre.
Yo ahora una semana no hago bicicleta y me pongo a salir por ahí porque me voy de viaje con unos amigos que no hacen bici y estoy pensando de irme porque no estoy a gusto.
Yo lo normal veo lo que hago, no el resto.
Entonces, pues, depende de la persona porque al final si tú...
Imagínate que yo he empezado a hacer bici con 18 años y hasta los 18 años he estado por ahí con otra vida social saliendo para allá y para acá.
Pues claro, ahora llega el fin de semana y ¿qué? ¿A la 11 ha costado?
Pues no.
Pero bueno, yo lo llevo desde pequeño y al final es así.
No te quiero decir que todos los días me cuesta la 11 de la noche y salgo a entrenar.
Y al final el ciclismo es como todo, te lo puedes tomar como te lo quieras tomar, pero te da para hacerlo todo.
Yo tengo vida social, tengo amigos que son de biciclismo, tengo amigos que no son de biciclismo, salgo, me voy a cenar, me voy a comer, me voy de viaje, lo hago todo.
Pero claramente no al nivel de otras personas, pero porque no me gusta, porque si quisiera lo haría.
Exactamente, bueno, tienes un equilibrio, ¿no?
Yo al final también me siento reflejado en lo que decías, ¿no?
Al final te acostumbras a unas cosas, ¿no?
Imagino que si estamos en la bici también ya es porque de antemano, pues no hemos sido personas de gustarnos mucho la fiesta,
pero está claro que ya te haces una rutina y te sientes cómodo dentro de ella.
Y bueno, hemos dejado antes el tema, que yo creo que es importante porque es el tema de dejar el ciclismo, ¿no?
Es una decisión dura porque ya vas toda tu vida, ¿no?
Centrado al 100% en competir, ¿no?
En rendir, en pasar a profesional.
Y el dejarlo, ¿no?
Es difícil, o sea, yo aquí es donde veo que la gente más peor lo pasa, ¿no?
Y hay algunos que les cuesta mucho dar el paso, otros que tienen ahí casi una pequeña crisis.
Entonces, bueno, ¿cómo fue en tu caso? ¿Cómo lo pensaste? ¿Lo pasaste mal cuando lo hiciste? ¿Te sentiste liberado? ¿Cómo fue?
A ver, está claro que mi sueño desde que era pequeño era ser ciclista profesional y de correr tú de Francia, como dicen todos, ¿no?
Pero, claro, ese sueño es muy complicado y a mí me hubiera encantado.
Y de hecho, todavía de vez en cuando me viene el ramalazo y digo, joder, yo tengo que entrenar para ser ciclista profesional.
Pero es que, o sea, que es imposible.
Pues bueno, yo iba creciendo, iba mejorando año a año en amateur.
Hablo de la categoría amateur porque al final es la última que tengo de mi memoria y la que es más importante para llegar a profesional.
Entonces, pues los años pasaban, de primer año, de segundo, de tercero y de cuarto, que fue cuando dejé de competir a finales de cuarto año.
Yo cada año iba, la verdad es que notaba mejoría, iba siempre un poco mejor.
Bueno, tenía, bueno, hice, tenía podium, top 10, era regular, o sea, que andaba, yo andaba.
Pero, claro, yo tenía mi carrera que la había sacado a la vez y pensé, a mí me encanta la bici, por eso estoy aquí.
Pero yo, ahora mismo, yo estoy viendo que hay gente como yo, de mi edad que ha corrido siempre conmigo.
A ver, la gran mayoría no estaban ya, se habían dejado, era uno de los últimos supervivientes.
Pero bueno, de los que quedaban, mejoraban más rápido que mejoraba yo.
Y eran los que ya, yo veía que corrían la vuelta a España, estaban en profesionales.
Y al final, pues yo me preguntaba, pues sí, pues yo puedo seguir.
Ya sea, soy el año que viene, voy a andar un poco más.
Y al siguiente año, un poco más.
Y si ando un poco más, que ya cuando tenga 24 años, que ahora mismo en mi carrera,
si hubiera seguido corriendo, pues puede ser que sí, que andara un poco más, ganara carrera.
Y en el mejor de los casos, en el mejor de los casos, que a lo mejor sí o a lo mejor no,
pues puede pasar a un equipo profesional continental o alguna cosa así.
Pero que al final no me daba para vivir como yo creo que considero que tiene que vivir un ciclista profesional.
Con lo duro que es, tiene que ser que cuando uno se retire, se dedica a disfrutar de la vida.
No tener que irse a trabajar.
Si no, disfruta de la bici y trabaja por otra parte.
Y al final eso fue lo que yo pensé y lo que hice.
Pero claro, como no me dejé la bici forzado, no dejé de competir forzado porque me gustaba lo que hacía,
estaba contento, pues lo sigo teniendo como un hobby y el hobby cada vez es que cada vez me gusta más.
Y ya lo compagino con estudios y ya próximamente lo compaginaré con trabajo.
Frustrado que va, no me siento.
O sea, es una decisión, estoy muy contento de la decisión que tomé y ahora mismo me siento muy bien.
Y de hecho has seguido, ¿no?
O sea, en realidad dejaste de competir en élite, pero no dejaste de entrenar ni de, bueno, ya claro, tomándotelo diferente,
pero al final, pues bueno, haciendo pruebas de montaña, algunas marchas, ¿no?
O sea, por disfrute, pero que por lo menos no tuviste la presión que te hizo dejarte las ganas de competir, ¿no?
Como le pasa a gente que deja la bici y no vuelve a coger una bici en 10 años, ¿no?
En tu caso no ha sido así.
Sí, a ver, yo tengo muchos amigos también que, a ver, la mayoría de mi generación no han llegado a la edad que he llegado yo,
se lo han dejado de mucho más pequeño por el camino.
Pero los que sí que han llegado o los que he conocido por el camino más grande o más pequeños que se lo han dejado,
la gran mayoría, o sea, hasta han llegado a vender la bici.
La cuelgan y dicen ya esto. O me cambio de deporte o me pongo gordo, pero, o sea, me acuerdo de cada uno que digo,
no, no lo entiendo. Yo creo que eso es por la forma de llevarlo durante los años que he estado compitiendo,
porque yo, con lo que me gustaba y con lo que disfrutaba, ¿cómo me quieres que me ha dejado?
¿Puedo dejar de correr? Pero la bici no. Al final, eso es, cada uno lo forzado que vaya entrenando,
llevando el día a día, si no lo disfrutaba, pues cuando la ha colgado ha dicho, vale, se ha terminado.
Pero yo, yo terminé de correr, cuando tuve esa decisión, terminé de correr, pero claro,
a ver, está claro que desde ese día ya no entreno ni los dos igual de bien que lo hacía,
como cuando corría. Pero al final yo siempre he dicho que iba a seguir entrenando,
haciendo deporte al máximo, cuidándome relativamente bien. Al final es que, es lo que te digo,
es mi estilo de vida y así es una rutina que yo he seguido entrenando. Recuerdo que cuando terminé,
o sea, estaba tan, tan, tan seco, tan fino, que luego dije, para ser persona normal, sin competir,
me da igual que luego subiendo, me pese más el culo, pero tengo que coger algo de peso.
Tuve como tres o cuatro meses en el gimnasio haciendo volumen, comiendo arroz y pollo todos los días
y cogí ocho o diez kilos de músculo y de grasa y todo. Pero bueno, seguía con la rutina de ciclismo,
de deporte y al final pues ahora tengo, estoy más pesado, pero sigo entrenando, estoy fuerte, estoy sano
y es lo que me gusta y no me lo voy a dejar. Luego, hay épocas que yo siempre como mi rutina
es de hacer deporte y de cuidarme, aunque tenga épocas que hago más y épocas que hago menos,
pues siempre estoy más o menos bien. Al final si tienes salud porque medio cuida, medio hacer deporte,
si no sale a andar por el monte, a hacer bici, a correr, va al gimnasio, que es lo que yo hago, hago de todo.
Salud, o sea, salud y entrenamiento igual a rendimiento, que siempre estoy bien.
Entonces, por eso me gusta hacer marchas, me gusta hacer carreras, me lo paso bien con todo eso.
Incluso no es que me guste marchas y hacer carreras, sino que quedo con mis amigos del ciclismo
y es que nos lo pasamos tan bien que no pido más. Y llego hasta el punto que me lo paso bien yendo solo.
Yo salgo y me hago cinco o seis horas yo solo y me gusta. Y no tengo ganas de volver a mi casa.
No echo de menos a nadie porque voy genial. Luego tengo épocas que, como este verano,
que me fui de viaje a los Pirineos, empecé a subir por allí puertos de Francia, me motivé
y me corrí la vuelta a Valencia, que era amateur, que iba rápido, por cierto.
Así que, nada, estos son por épocas y lo que te apetezca lo haces y cuando no te apetezca, pues no lo haces.
Pero al final la rutina siempre es la misma. Y ya está.
Sí, bueno, has dicho antes, ¿no? Y creo que tienes mucha razón en que también es la forma
en la que lo hemos llevado desde el principio que hace que tenga este disfrute por el ciclismo, ¿no?
Porque al final nosotros siempre hemos sido de hacer entrenamientos de vez en cuando más libres, ¿no?
Siempre con rango amplio y tú tenías compañeros, ¿no? Y alguna vez lo hemos hablado,
que se obsesionaban tanto con el entrenamiento o tenían entrenamiento o entrenadores tan cerrados
que era todo el día mirando el potenciómetro, todo, o sea, sin margen de disfrutar
y al final han tenido una relación con el ciclismo que ha sido al revés, que lo odian, ¿no?
O que han terminado por... quemados, ¿no? Mentalmente por lo menos por planes lícidos.
Yo pienso que por eso es por lo que cuando la gente deja competir se deja la bici, del todo.
Porque al final yo lo que me acabas de decir, se lo he recordado ahora que no había caído en decirlo,
pero eso lo he visto yo así, o sea, muchísimas veces.
Yo salí a entrenar con gente y van a esos vatios exactamente clavados,
hacen un sprint cada 2 minutos y 30 segundos, recuperan 5 minutos, no paran a la tostada,
se saltan en el semáforo, o sea, una locura, una locura.
Al final todo eso es una agonía que vale, pues te puede gustar, lo haces y mejoras,
sí, pero a la larga te explota la cabeza.
A la larga estoy hablando de 5 años o de 10, ¿sabes?
Que no de medio año.
Entonces es una cosa que no se puede seguir.
Yo siempre contigo, la verdad que hemos hecho, hemos ido llevándolo todo de una manera que lo disfrutaba.
Yo no te digo que no me hiciera mi serie y mi sprint y mi entrenamiento,
pero lo llevaba de una manera que al final yo veía y encima de todo,
la cosa es que yo veía los resultados y veía que luego a esa gente le ganaba.
Y decía, bueno, pues si no quieres parar, no pare, date vueltas en la rodonda mientras que yo me como la tostada.
Así que es una cosa que es lo que me ha ayudado a tomarme el ciclismo con esta perspectiva,
con esta visión y yo estoy muy contento de haberlo llevado así y cada vez que alguien me pregunta yo lo digo.
Digo, mira, yo estoy así por esto, por esto y por esto.
Y tú si no quieres no lo hagas, pero yo voy a parar.
Así que así es.
Sí, sí, sí, porque dices, hombre, estos entrenamientos funcionan.
Digo, bueno, o sea, refiriéndote a que no vamos a parar o ir mirando siempre al bate funciona.
Digo, bueno, lo que funciona es entrenar porque está claro que si paras también funciona.
De hecho, es como decir que Valverde entrena mal porque paras a tomar café o pogacha o cualquier profesional.
Tú miras el extraba de cualquier profesional y todos paran, todos van cambiando ritmo, todos van tranquilos y nosotros yo creo que pensamos que les vamos a adelantar, ¿no?
Que vamos a hacer lo mejor que los profesionales.
Muchas veces con planes así muy rígidos y mucha angustia.
Ya ves.
Y encima de todo sin cobrar, ¿sabes?
Así es, así es, así es.
Eso al final, a la larga, ya sabes que eso no va por el camino.
Y hasta yo siempre lo he hecho así, ahora lo hago todavía más.
O sea, todavía paro más y lo hago todo más.
O sea, más no, más.
Más libre.
Bueno, ya como sabes que no tengo ningún preparador.
En mi último preparador fuiste tú y no creo que tenga otro nunca más.
Pero así voy.
Sí, sí.
Bueno, a mí me viene a cabeza mucho entrenamiento de puertos, de días de cadáver, pues para hacer rutas largas, ¿no?
Que siempre decías que era lo que más te gustaba, con los puertos a ritmo.
Siempre te mojaba la oreja, pero cada vez menos.
Y ya las últimas tres marchas que hemos hecho juntos, pues las tres me has ganado.
Así que este año tiene que cambiar la racha.
No sé si, ¿cómo lo vamos a hacer?
Pues sí, como has dicho, mis entrenamientos favoritos son los mismos.
Un fondo de 5, 6 horas por el monte y los puertos a 300 vatios.
Ese es mi entrenamiento favorito.
Porque al final es un ritmo que puedo disfrutar, que puedo observar y voy rápido.
Me gusta bajar rápido.
Me meto al monte y esos días entro a un estado de, me acuerdo que lo llamábamos estado de flow.
Te tomas un café, entro en el estado de flow y es que llego a mi casa y digo, pero cómo puede ser si voy mejor que cuando he salido.
Pero Miguel, ya.
Eso me ha gustado siempre y me sigue pasando.
Y además, eso me ponía fuerte porque esto es que yo creo que es como una cosa psicológica.
Que yo digo, voy a hacer esto que me va con el fuerte.
Y lo hago y me pongo fuerte.
O sea, y si no me pongo fuerte, yo me lo creo.
Y yo sé que esos días me gustan y esos días muy bien porque sé que voy a ir bien.
Antes de salir, ya lo sé.
Entonces, es una cosa que, pues lo he hecho así y lo sigo haciendo.
Recuerdo este verano, por contar una anécdota,
desde que me fui de viaje a los Pirineos,
ahí una paliza de día y el último día, pues nos ponemos a subir allí puertos,
porque claro, ahí subí un puerto allí 30 kilómetros.
Un puerto, otro puerto, otro puerto.
Yo cada vez me encontraba mejor.
Digo, pero ¿cómo puede ser esto posible?
Dice, no sé si hice 180 kilómetros y 6.000 desde mi vez o una burra así.
Y digo, me voy a ir ya, me voy a recoger porque me voy a romper alguna rodilla o algo.
Esto no puede ser.
Porque yo cada vez me encontraba mejor.
Que llega un punto que dices tú, Dios, qué guapo he estado, cómo voy.
Y tú lo sabes y cada vez mejor y mejor.
Y yo pensaba en mi cabeza, el siguiente puerto he visto ya mejor.
Y llegaba al puerto y yo a mejor.
Es que al final son cosas que solo entienden los que lo pasan como yo.
Y tú también, porque tú y yo nos hemos pegado unas cuantas por ahí.
Igual que recuerdo buenas rutas, también recuerdo pajarones, que se nos haga de noche.
Recuerdo verte tirar en el suelo con un zumo de un litro para ver si podías llegar al coche.
Todo no es tan bueno.
Sí, sí.
Yo no soy tan fondista como tú.
Al principio de la ruta voy bien, pero eso de subir los puertos cada vez mejor, a mí no me pasa.
Yo cada vez lo subo un poco peor.
Yo no sé cómo tú te la apañas, pero cada vez que...
Recuerdo que cuando me juntaba contigo, bueno, me juntaba y me junto.
Siempre yo, no sé si voy a poder irme, no sé si voy a aguantar la ruta porque no estoy saliendo, no estoy bien.
Y luego me pegaba cada pretón que no había huevo a seguir.
Esa ya me la sé.
Por ahí ya me puedes engañar con otra cosa, por eso no.
Bueno, y echar la vista atrás y...
¿Qué recuerdos te vienen a la cabeza los mejores y los peores?
O sea, cuando piensas, oye, me has merecido lo primero, ¿no?
O sea, tú piensas para atrás y dices, ¿has merecido la pena o no?
O dices, ostia, a lo mejor tenía que haber...
No me tenía que haber metido el ciclismo.
Pues mira, a ver, eso de la respuesta está clarísimo.
Me ha merecido la pena al 100%.
Porque soy la persona que soy gracias al ciclismo.
Yo creo, no es por echarme flores, pero creo que soy una gran persona.
Soy... me considero buena persona.
Y todo ello, gracias al ciclismo, no tengo malos hábitos porque visto como está...
Visto lo visto, como está la sociedad hoy en día, sobre todo de mi edad, está todo fatal.
Y yo, pues, estoy muy contento de haber estado siempre refugio en la bici y de seguir estándolo.
Que eso me ha salvado, me ha ido por un buen camino.
Y me ha llegado a conseguir éxitos como por mis estudios, todas las cosas que he conseguido.
Y al final, pues gracias... y todo, se lo llevo todo al ciclismo.
Y por eso, aparte de porque me gusta, voy a seguir practicándolo.
Entonces, eso es lo primero que me viene a la cabeza.
Y luego, de buenos momentos, he conocido a muchísimas personas.
Mi vínculo de amigos prácticamente es todos los de la bici.
Donde quiera que vaya, en España, tengo amigos por todos lados.
Me conozco en todas las carreteras.
Siempre he estado en todos los sitios donde vaya.
Tengo casa donde vaya porque conozco a todo el mundo.
Y al final, si conozco a todo el mundo, es porque yo también soy gran persona y ellos me quieren.
Entonces, es una cosa que todo se lo llevo.
Es gracias al ciclismo.
Otra gente que no haya hecho ciclismo, eso no puede decirlo.
Y recuerdo, pues me vienen muchísimos recuerdos de vueltas que he corrido con el equipo.
Me acuerdo, una enjuvenible vuelta a Besaya que a la semana siguiente había una Copa de España
y nos quedábamos allí dos semanas.
La vuelta... o sea, era al revés.
Primero la Copa de España, una semana, y después vuelta a Besaya.
Imagínate un viaje de dos semanas allí con amigos del ciclismo.
Una locura.
Y ahora, todo lo que yo hago ahora en todos mis viajes y todo lo que yo disfruto
es prácticamente con amigos del ciclismo.
Todo eso, si no hubiera sido por toda mi época que he estado compitiendo, no lo viviría.
Entonces, pues solo me queda que agradecerle al ciclismo.
No me queda otra.
Ah, y peores momentos.
Pues los peores momentos que se me vienen a la cabeza son clarísimos.
Son los días de las Copas de España del Norte, Valencia, Legapia y Chondo.
Cuando llovía, cuando te caías y no ibas bien.
Ahí, a mí que pillaba una hipotermia a cero grado, que yo pensaba, ¿pero para qué hago yo aquí?
¿Para qué me he pegado yo ocho horas de viaje para aquí pasar esta miseria?
Quiero tener que irme en el coche para ir estudiando otra vez.
Voy a llegar a mi casa a las tres de la mañana y a las nueve tengo un examen.
Eso es una locura.
Un disparate.
Esos son los malos recuerdos que se me vienen a la cabeza.
Bueno, y ya decía anécdotas de entrenamientos, pájaras que he pillado.
Pero bueno, también hay que decir que todas estas cosas, por un momento bueno, un día bueno, se olvidan días malos.
Entonces, sí, sí, sí.
Y a ti te pasa lo mismo.
Sí, sí, sí.
Bueno, ese pensamiento que dices, ¿no?
De estar allí en Valenciaga y retirarte por hipotermia.
Pero luego cuando entras en calor y estás en tu casa ya se te pasa.
Y estás pensando otra vez en la próxima.
Y lo de las pájaras tiene fácil solución al final.
Bueno, eso me sigue pasando todavía.
Que a lo mejor, porque ahora que he hecho alguna carrera, algún ultra de MTB, algo de esas largas,
que tardo, yo qué sé, siete, ocho horas, que voy por ahí penando y digo, ¿qué necesidad tengo yo?
Ya no hago una carrera de estas mal nunca.
Es que aunque la gane, porque he ganado varias, digo, aunque la gane, no tengo necesidad de correrla.
Porque qué paliza me estoy dando.
Y termino la carrera y soy tan tonto que estoy buscando a ver cuál voy a hacer otra vez.
Entonces, al final, digo, soy masoca.
Pero al final es que es lo que me tira, es lo que me gusta.
Y llevo un poco el freno echado porque es que soy un loco de la bici, soy un freak de la bici.
Y llevo un poco el freno echado porque no quiero cebar mi liarme otra vez.
Pero el cuerpo no es que me pide, entrena, entrena, compite, corre, disfruta de la bici.
Y así estoy un poco retenido.
Pero esto es un no parar.
Al final, como se dice, solo entiende mi locura quien comparte mi pasión.
Exactamente.
Al final, el experimentarlo es el que te hace comprenderlo, ¿no?
Por ejemplo, esta relación, lo que tú decías, ¿no?
Que a mí también me ha pasado exactamente igual, ¿no?
Que tú, cuando estás en la carrera y cuando estás agonizando y al máximo,
piensas, hostia, ¿qué hago aquí?
Esto es demasiado duro, esto tal.
Y luego, cuando te bajas las pulsaciones y vuelves a la normalidad,
tienes otro pensamiento porque, al final, tu conciencia depende del estado del organismo.
De hecho, hay más vías de comunicación del cuerpo a la mente que de la mente al cuerpo.
Entonces, ese estrés físico que tienes, ese estrés metabólico,
es el que te cambia los pensamientos, ¿no?
Al final, amplifica ese entrenamiento de esfuerzo de dolor y el cuerpo busca soluciones, ¿no?
Busca escaparse.
Y ahí es cuando te convences de, hostia, esto no me gusta, voy a parar, ¿no?
Te vas buscando excusas, ¿no?
Pero, bueno, al final, si sigues compitiendo, ¿no?
Y, de hecho, sigues, o sea, tú, en verdad, te has retirado, entre comillas, ¿no?
Porque, oye, te he visto, has hecho marchas de mountain bike, has hecho carreras,
bueno, lo que dices de correr a Vuelta a Valencia, ¿no?
Entonces, está claro que le encuentras un disfrute, ¿no?
No solo al entrenar, sino también al competir.
Está claro, está claro que el disfrute lo sigues teniendo.
Al final es que yo, a mí, me gusta más entrenar que competir.
Y no solo te digo entrenar entrenamientos con gente en grupetas, sino entrenar yo solo.
Yo salgo solo, me siento bien, me encuentro bien y fuerte y me gusta.
O sea, no necesito más.
Ya digo, llego a mi casa muy contento porque yo me entreno para eso, para sentirme bien.
Pero claro está que te sientes bien y dices, voy a correr una carrera a ver si le gano a toda esta gente
que no hace nada más que entrenar y cuidarse y no hace otra cosa.
Y voy y les gano.
Entonces, es lo que me da gusto y me gusta.
Y al final el cusanillo de la competición siempre lo he llevado dentro.
Pero ya sí que es verdad que solo quiero hacer cosas de, pues, alguna carrera de Interclub de máster,
marchas, carreras de bici de montaña de ultra, modo disfrute, alguna de UCI,
de estas que tienen punto UCI a modo de experiencia porque corres con gente de muchos niveles muy buena
y hay un ambiente de locos, está súper bien organizado y al final me encanta.
Recuerdo que corrí ahora en octubre la Guerra Estrella Epic y me encantó.
Yo no soy biker, no bajo con la de montaña, pero me moló un montón.
Entonces, alguna de esas más haré.
Y al final siempre sigo.
Pero lo que sí creo que no voy a volver a correr ya nunca más son carreras de carretera,
de amateur, como he hecho este año, este verano, correr la Vuelta Valencia.
Porque no me merece la pena y no me sirve para nada.
Y al final, igual que disfruto ahí, disfruto de otra manera saliendo del bici por mi casa,
corriendo otro tipo de carreras.
Y no creo que lo puedo hacer.
Y al final, llevar este funcionamiento, correr estas carreras,
la que sí que siempre he hecho ha sido el campeonato regional de aquí de Murcia,
que se me da bastante bien, que llevo ya tres o cuatro.
Llevo los últimos dos élites que ya estaba sin competir.
Lo he ganado a los dos, ganando a la gente que está siempre compitiendo.
Y al final voy, me lo creo, disfruto y lo hago.
Que es lo que la cabeza manda, como te he dicho.
Y así es.
Sí.
Bueno, esto que dices, ¿no?
Al final de no correr en sub-23 ya también es por tu contexto, ¿no?
O sea, porque es una cosa que la gente no se da cuenta, ¿no?
Porque al final, o sea, yo creo que el que nunca está en sub-23, por ejemplo,
pues se cree que, oye, correr en sub-23 y correr en máster es más o menos lo mismo.
Y no, o sea, no es lo mismo porque el nivel es muy diferente.
Porque en sub-23 están los mejores, los mejores que han llegado hasta ahí,
entrenando lo mejor que saben y se van muy rápido, ¿no?
Y no son carreras donde cualquiera puede estar, ¿no?
Ya necesita, no solamente estar a tope, sino tener buena genética.
Efectivamente.
Al final, hay que nacer, pero también hay que hacerlo.
También hay que, la genética hace.
Pero tú, al final, si lo haces las cosas bien, todo puede llegar.
Tampoco hay que rendirse antes de tiempo.
Sí, sí, sí.
Pero bueno, lo decía por eso, ¿no?
Porque dices, ya no corro en la materia.
Claro, porque a ti ya competí en ese sitio, ¿no?
Con esa tensión, ¿no?
Que tiene una carrera de la materia.
A lo mejor si no vas a buscar profesionalismo no tiene sentido.
No tengo, así es, efectivamente.
No tengo la necesidad, no le veo, no tiene fuste.
O sea, puede estar bien, pero ¿para qué?
¿Para qué quiero llevar esa tensión?
¿Para caerme por ahí?
¿Qué voy a ganar?
Ponle que en el mejor de los casos, lo único que puedo ganar es ganar la carrera.
¿Pero y qué? ¿Para qué?
Eso no creo que lo vuelva a hacer ya.
Puedo disfrutar de la bici de otra manera.
Sí, bueno, en el podcast hemos tenido gente que sigue compitiendo en Amateur.
Porque igual han corrido en Masters, por ejemplo, y el nivel era bajo y les gustaba el gusanillo.
O sea, cada persona tiene su historia y su mundo.
Y sí que en este podcast había gente que los conoce, que sigue en Amateur porque en Masters el nivel se les quedaba demasiado bajo
y les gusta competir contra gente de nivel.
Pero bueno, sí que ya cada persona aquí tiene lo suyo.
Y me gustaría preguntarte, o sea, para la gente sub-23 que te estarán escuchando,
¿qué consejo? Bueno, sub-23 o juveniles o cadetes, ¿no?
O sea, después de tu experiencia, ¿no?
De haber pasado por tantas cosas, ¿qué consejo les darías?
Así para terminar el episodio.
Bueno, antes de, para cerrar el tema de antes,
lo que me han dicho de que hay gente que dice que se le queda a la categoría Masters que se le queda corta,
eso tengo que verlo yo, ¿eh?
Porque en Masters también se anda.
Lo que pasa es que es una cosa diferente.
Y bueno, pues como consejos que para gente juvenil, sub-23,
que yo pueda aportar o apoyar,
también es verdad que ahora mismo ya yo,
a ver, yo siempre sigo el ciclismo,
veo como los fichajes de los equipos,
tanto amateur como profesionales y lo veo todo.
Entonces, la cosa es diferente a como era antes.
Porque yo antes cuando empecé me acuerdo
que yo te decía, cuando entré a Masters de primer año,
te decía,
Manu, es que, es que mira,
estos de mi equipo que son élites entrenan,
están haciendo 600 kilómetros a la semana
y yo hago 10 horas.
Y tú me dices,
pero es que tú no puedes entrenar como entre un élite,
que tienes 18 años, eres de primer año,
tienes que tener una progresión cada año un poco más.
Al final yo creo que esa cosa,
esa perspectiva ya no puede ser así porque ha cambiado.
Ahora estamos viendo que los equipos profesionales,
si tú te quieres dedicar plenamente al ciclismo,
estás fichando gente, incluso juveniles, gente joven.
Si cumples 20 años o 21 años, ya eres viejo,
ya no te quieres.
Entonces ya esa progresión,
yo pienso que ya no la puedo llevar como yo la llevé.
Tienes que tirar las cartas encima de la mesa un poco antes
y probarte,
porque si no,
como te esperes a progresar cuando tengas 22 años,
ya puedes ganar la Copa de España,
puedes hacer lo que tú quieras,
que alineo no vas a ir,
vas a ir con 19 años.
Entonces la cosa está un poco complicada.
Pero bueno,
sea cual sea la cosa,
como consejos que yo puedo decir,
es que para no mandar todo al aire
y dejarlo todo,
tirarlo todo,
tirar la casa por la ventana,
es coger, como yo digo,
como tengo yo,
un hábito de vida,
una rutina,
y convivir con la bicicleta,
con el deporte,
con la salud,
con cuidarte,
al final llevar una vida sana
y disfrutarla,
disfrutar del camino
por si acaso no llegas a la meta
y que no te arrepientes.
Entonces,
¿qué es lo que he hecho yo?
Yo siempre he disfrutado del camino,
no he llegado a mi meta,
pero bueno,
he llegado a otras metas
que tampoco están mal.
Así que tienen que hacerlo todo lo mejor posible.
Si quieren ser ciclistas profesionales,
tienen que estar claro,
que entrenar,
y tienen que hacerlo todo lo mejor que sepan,
pero sin ninguna obsesión,
sin nada,
para no aburrirse,
porque siempre,
nunca,
o sea,
siempre no,
nunca se sabe lo que puede pasar.
Y así es.
El camino es la meta,
que decía un anuncio de la Vuelta a España
cuando tú estabas todavía con el chupete.
Estabas recién nacido,
en 2003,
el anuncio de Meléndiz,
que decía el camino es la meta.
Y es verdad,
pero es que aunque luego llegues,
tú llegas al profesionalismo,
¿y qué?
Ahora mismo,
cuando no has llegado,
piensas que cuando llegas allí
voy a vivir en un estado de flujo continuo,
pero el cuerpo se adapta a todo,
y vas a estar ahí,
y te vas a adaptar,
y luego vas a tener otro reto,
y otro,
y otro,
y otro,
y hay gente que ha tenido el máximo éxito en el deporte,
y se ha suicidado.
¿No?
Entonces,
es que si no disfrutas del camino,
da igual que llegues,
porque es que te das cuenta de que era el camino,
lo que te importaba,
no llegas.
Mira,
para,
o sea,
yo considero que para llevar un buen entrenamiento,
o sea,
en este caso,
para la gente,
como tú me has dicho,
como aconsejar,
tengo dos palabras que resumen todo.
La primera,
la primera palabra es disfrutar,
disfrutar de todo el camino,
y de todo lo que conlleva,
todo,
no solo el ganar una carrera,
sino todo,
todo lo que lleva hasta ahí,
y aprender a convivir con eso,
o sea,
disfrutar con todo.
Y la segunda palabra es constancia,
tener constancia durante siempre,
o sea,
no constancia todo el año igual,
entiéndeme,
pero al final,
tener la rutina,
ese hábito,
de que siempre estás bien,
y estás sano,
y eso es rendir,
porque yo tengo muchos amigos,
que a lo mejor se tiran seis meses,
que van como el fuego,
que no paran de entrenar,
y luego,
dos o tres meses que desaparecen,
al final lo pierdes todo,
tú necesitas una constancia,
para que el cuerpo se adapte,
a estar siempre así,
siempre estás bien,
y hay que ser muy,
muy constante,
o sea,
disfrutar y ser constante,
un año y otro año,
con tu periodo de descanso,
y con tu periodo de todo,
pero nunca,
y para ser constante,
lo que hay que hacer,
es no sesionarse,
en ningún momento,
sino,
tomárselo todo de una manera,
que lo disfrute,
y que sea así,
si es que son las dos palabras,
que vienen de la mano,
ser constante,
disfruta,
no hay otra.
100% de acuerdo,
tío,
creo que has resumido,
lo que he intentado yo,
explicar en 200 episodios de podcast,
pero,
a la gente todavía no le entra en la cabeza,
así que espero que,
escuchándote a ti,
lo entiendan,
porque al final,
oye,
es que es lo que hay.
Así es,
no hay que exasionarse,
hay que vivir con ellos,
y ya está,
de la mejor manera posible,
y,
y,
lo que,
o sea,
para vivir con ellos,
puedes tener,
también,
otras cosas de la vida,
que hemos tocado antes,
como tema de vida social,
la puedes tener,
te puedes ir a comerte,
algo fuera de tu dieta,
lo puedes tener todo,
pero al final,
luego vuelve a lo tuyo,
y si has vivido siempre con ellos,
lo bueno lo echas de menos,
y,
y entonces te da igual,
tanto,
no te perjudica ni mentalmente,
ni,
ni físicamente,
el hacer algo que no esté bien,
entonces,
por una vez,
no pasa nada,
ni por dos tampoco,
y así,
avanzando por el camino.
Eso,
exactamente,
y es que además,
te viene bien,
si te obsesionas,
en comer siempre bien,
dura un mes.
Claro,
no pasa nada,
bueno,
eso hay que llevarlo,
hay que saber,
cómo llevarlo.
Sí,
yo creo que,
lo hemos llevado bien,
nos hemos pegado,
nuestros,
convites,
nuestros,
buenos festines,
también,
cuando ha habido que,
que hacerlo,
¿no?
Y,
y espero que sigamos haciéndolo,
de hecho,
porque bueno,
lo que tú has dicho,
¿no?
Ahora es verdad que hace más frío,
aunque no,
no tanto como,
como debería,
pero bueno,
y seguro que,
que bueno,
que iremos quedando ya,
el resto del año,
¿no?
Tengo pendiente invitarte,
para que vengas otra vez a,
a entrenar por la sierra,
y que coincidamos,
seguro que coincideremos en,
en marcha,
de carretera,
o de gravel,
que ahora,
también me,
me he metido en la categoría,
así que tío,
pues,
estaremos en contacto,
y,
y bueno,
muchísimas gracias por venir al podcast.
Pues sí,
yo de,
por lo que dices del gravel,
yo gravel todavía no me he metido,
o sea,
yo me compré una bici de gravel,
antes del boom del gravel,
pero todavía no estaba funcionando,
y la vendí,
y ahora ya,
bueno,
ahora la verdad que me he comprado una de carretera,
y otra de montaña,
y no,
no pienso comprarme ninguna de gravel,
pero bueno,
no lo descarto en un futuro,
y sí,
por supuesto que coincidiremos entrenando,
quedando,
juntándonos,
y al final pasando el día,
porque es lo que nos gusta,
y eso 100%,
en la que pase este frío,
y este año,
pues nada,
desde el febrero en adelante,
vamos a coincidir en marcha,
seguro,
es donde nos pasamos bien,
y lo que nos gusta,
es más,
tengo previsto comentarte alguno,
para,
para ir los dos juntos,
así que,
gracias a ti,
por invitarme a este podcast,
y espero haber ayudado a gente,
que nos vea,
o que nos vaya a ver,
y cualquier cosa,
que se le ocurra a alguien o a ti,
pues yo estoy a vuestra disposición,
muchas gracias mano.
Genial tío,
pues un abrazo.
Venga,
igualmente,
hasta luego.