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¿La piratería?
Bienvenido.
¿Es un problema?
Es un problema, no.
No, a lo mejor es la causa de que esté hoy aquí hablando contigo.
¿Gracias a la piratería?
Porque tú pirateabas o…
No, no, yo nunca he pirateado la película, al contrario, al contrario.
Yo me acuerdo que hacíamos…
Porque expandió el mercado.
Claro, claro.
O sea, la piratería lo que hizo fue
habituar al consumidor a consumir a través de internet, películas y cine.
Nosotros cuando nacimos,
era en el año 2007
y era el año en que todo era piratería en España.
Era el año…
Ojo, una película tardaba 24 horas en descargarse en tu ordenador, ¿no?
La gente dejaba por las noches la película,
el ordenador trabajando para el día 7 encontrarse la película.
Con Sin Virus, con la película que tú habías querido bajar,
a lo mejor era otra.
Con todos los problemas que era la época de Megaupload, etc.
Y nosotros ahí, en lugar de haber una amenaza,
vimos una oportunidad.
Dijimos, hostia,
es que tenemos que lanzarnos a hacer el cine en internet.
Nosotros veníamos del mundo del VHS, del DVD, etc.
Dijimos, esto va a ser la distribución de cine
y va a pasar por internet.
La gente se está acostumbrando.
Fue la mayor explosión que hubo de fibra
y de…
El cambio del cobre a la fibra fue en esas épocas,
cuando Telefónica cableó toda España.
Teníamos una fibra que no tenía nadie.
Entonces, ¿eso qué hizo?
Que la gente se acostumbró a abrir un ordenador,
a pedir una película y tenerla, ¿no?
Y la experiencia de no tener que ir al videoclub,
porque la piratería lo primero que hizo fue matar a los videoclubs.
La gente ya dejó de tener que ir abajo a la esquina
a buscar una película,
pensando que la tenía que devolver a los dos días.
Dijía, jo, pero si yo entro a la película, la tengo, ¿no?
Entonces, todo eso fue creando un uso
que en un principio era aquello que nos frenaba
a la hora de, por ejemplo,
cuando íbamos a buscar financiación,
íbamos a buscar a alguien,
le explicábamos el proyecto,
y decía, estáis locos, ¿no?
Esto no va a funcionar nunca porque nadie paga por ver una película
y nadie pagará por ver una película en internet
porque todo está gratis.
Decía, no, no, esto está gratis ahora
porque no hay regulación, pero esto se regulará
y habrá un día en que la gente pagará por ver películas
cuando las tenga ordenadas,
cuando las tenga a un precio adecuado, etcétera.
Pero pagará por la experiencia del usuario,
no por la regulación, ¿eh?
No, no, porque la regulación siempre se da igual de ilegal.
Y aún así...
Bueno, pero han habido muchas actuaciones que ayudaron, ¿eh?
Sí, claro.
Pero la gente sigue pirateando.
Sí, pero bueno, pero hoy pirateaba...
Lo que siempre han pirateado,
también se pirateaba en el mundo del DVD,
en el mundo del VHS, en el mundo...
Siempre se ha pirateado,
pero sí un porcentaje que no hace demasiado daño a la industria
como para que la industria pueda seguir devolviendo dinero
a los productores y ellos puedan seguir haciendo películas.
Si no hay monetización de esos contenidos,
esa cadena se rompe, ¿no?
Sí, pero quiero decir que creo que el cambio
no ha sido tanto la regulación
como la facilidad de la experiencia de usuario.
Totalmente.
Que habéis dado players con vosotros.
No, no, te digo, totalmente.
O sea, nosotros siempre defendíamos eso.
Decíamos, en el momento en que haya una experiencia del usuario
que facilite el poder ver las películas,
no tan complejo como era buscarlas antes en internet,
que te arriesgabas a un montón de cosas
y las encontrabas o las encontrabas, etcétera.
En cuanto haya un catálogo ordenado,
en cuanto el precio sea justo, etcétera,
la gente dejará de piratear porque es lo cómodo.
Y eso lo defendió en el año 2010 o en el año 2012
el presidente de la Academia de Cine,
que era el señor Alex de la Iglesia,
que tuvo hasta que dimitir,
porque toda la industria estaba en contra de internet.
O sea, toda la industria hoy vive de internet,
pero que nadie se olvide que hace 10 y 12 años
era la principal amenaza de todos los productores,
de todos los institutos de cine,
siempre era internet, internet.
Y nosotros íbamos ahí con nuestro sable diciendo,
no, no, si es que esto es la oportunidad,
empecemos ahora, empecemos pronto.
Y en ese momento,
algunos creyeron en el proyecto de Filmin,
se sumaron,
nos dejaron sus películas,
pusieron algo de dinero
y hoy son gente, pues mira,
que vive de internet
y que ha monetizado su inversión en Filmin,
que ha sacado su rendimiento.
Es curioso porque esto no es nada...
O sea, tú tenías una empresa en aquel momento
que estaba en el modelo tradicional
de venta de películas de DVDs,
que era Cameo.
Sí, Cameo, exacto.
La fundé en el 2001.
O sea, yendo un poco más atrás,
¿tú vienes de trabajar en Manga Films?
Sí, era el director de división de vídeo.
¿Qué significa?
Bueno, se organizaba por cine,
televisión y home video.
Habían tres divisiones,
que tenía su estructura comercial para ir a vender,
su estructura para adquirir contenidos, etc.
Entonces yo era el director en la división de home video.
O sea, yo era el que llevaba...
Pues en aquellas épocas teníamos una estructura
con 20 y no sé cuántos vendedores
y 20.000 clientes que daban los videoclubs.
Íbamos a vender a los videoclubs,
vendíamos luego a la FNAC, al Corto Inglés,
al Media Mark, etc.,
a todos los grandes almacenes.
¿A los cines también o no?
No, vendía.
Esto era otra división.
Dentro de Manga Films había otra división,
había otra gente que vendía a los cines.
Manga Films era un distribuidor.
Sí, era un distribuidor.
Era de los que iba a Cannes,
a comprar películas para España.
Exacto, y se quedaban los hechos
para toda España, para todos los canales.
Entonces, había gente dentro de la empresa
que hacía...
¿Tú llevas toda la vida haciendo esto?
Toda la vida.
Bueno, todavía no.
He hecho otras cosas, ¿no?
Pero 33 años.
Llevo 32, sí, sí.
Algo sabremos.
Una buena larga juventud, sí.
Algo sabremos, sí, sí.
Porque al final es observación y transmisión.
Es decir, ¿qué está pasando ahí?
¿Quién hace esto y tal?
Y luego mucha gente que también me ha ayudado.
Porque si no, hoy no estaría aquí, claro.
Mucha gente que nos ha ayudado a estar aquí.
De la misma manera que nosotros también
tratamos de ayudar a la gente que empieza, ¿no?
Porque es algo que, como te decía antes,
esto no se enseña, ¿no?
Hay que vivirlo dentro.
Y realmente son muchos conocimientos
y muchos personales, ¿no?
O sea, Jaume, mi socio,
que está todo el día en contacto
con todos los productores,
con toda la producción a nivel mundial,
él sabe qué está pasando ahora,
quién está haciendo la película,
y quién la va a vender y quién está.
Y coge el teléfono, lo levante y dice,
oye, cuando esto se acabe,
quiero ver yo antes que nadie la película
porque me puede interesar, porque tal.
O sea, estamos muy metidos.
Entonces, tú estás en Mangafilms.
¿Por qué montas Cameo?
Bueno, porque yo como...
Porque es la competencia de Mangafilms.
Sí, sí, sí.
Me convertí en la competencia de Mangafilms.
Bueno, por una historia que para hacerla corta, ¿no?
Yo quería ser dueño de mi agenda
y yo tenía dentro un perfil muy emprendedor
y siempre había querido tener mi propio negocio, ¿no?
Lo que pasa es que era tan complejo,
necesitaba tanto conocimiento,
que ese fue al que aquí en Mangafilms
y en Filmax anteriormente,
que primero yo empecé en Filmax,
Filmax Presenta, ¿no?
La típica que todo el mundo conoce.
Luego estuve en Mangafilms
y en Mangafilms, entre las dos compañías,
atesoré todo el conocimiento
que necesitaba
y yo quería montar mi propio proyecto de cine.
¿Tú venís de familia de emprendedora?
Sí.
Mi padre era emprendedor, sí, sí.
¿Qué hacía?
Mi padre en el mundo de los muebles.
¿Muebles, eh?
Sí.
Falleció muy pequeño,
pero cuando yo era muy pequeño,
ese gen lo tengo.
Igual que lo he transmitido a mis hijos,
que todos van a riesgo.
Sí, sí, todos.
Sí, sí.
Entonces, ¿tú decides,
después de la experiencia en Filmax y Mangafilms,
con cuántos años montas Cameo?
39.
39, ¿eh?
Con 39 años decido montar Cameo,
decido que necesito hacer mi propio proyecto,
lo tengo claro,
y entonces veo una oportunidad de decir,
bueno, pues esas pequeñas películas
que cada una era de un distribuidor en España,
que él no tenía capacidad
para montar una red de ventas
y ir a todos los videoclubs y tal,
que se las daba pues a Filmax,
o se las daba a Mangafilms,
o se las daba a otras compañías.
Yo junté a todos estos pequeños
y les dije,
mira, todos nosotros juntos
tenéis suficiente para hacer un catálogo.
Yo monto toda esa estructura comercial
y esa estructura empresarial necesaria
y explotamos los derechos nosotros en Home Video
y participáis los dos de la empresa.
Lo único que os pido
es que esos derechos
que ahora le venderíais a cualquier otra empresa,
los aportéis a la compañía.
Sois socios,
nos repartimos,
hicimos ahí un business plan,
me fui a picar a todos los distribuidores
de aquella época.
¿Cuántos?
¿2.000?
En el año 2000...
No, digo 2.000 proveedores.
No, no, no.
Estos eran distribuidores
que cada uno de ellos atesoraba ya catálogos.
Y si no,
éramos siete.
Siete y yo ocho.
No, seis y yo siete.
O sea, seis distribuidores
en el cap table de Cameo.
Sí.
Que cada uno de ellos
aportaba sus películas.
Derechos.
Derechos.
Y yo a la misma vez,
pero entonces busqué financiación
y con un poquito de financiación
que reuní,
empecé a comprar derechos de otros
y empezamos ahí
a vender DVDs.
Teníamos muy buenas películas
dentro de nuestro nicho
porque esos distribuidores
eran los principales del país.
Estaban los hermanos Almodóvar
con el de su empresa del deseo.
Estaban los señores de Wanda Films
que hoy son los que están trayendo éxitos
como, bueno,
que ganan Oscars
y ganan Globos de oro
y ganan Palmas de oro.
Teníamos los señores de Golem
que tienen sus salas de cine,
los señores de los Renoirs
que tienen todos.
O sea, una experiencia
y un alto bagaje
y una profundidad de catálogo interesante
como para poder salir nosotros
con un catálogo.
Y empecé ahí, en Cameo.
¿Cuánto facturaba Cameo?
Porque alguien también me ayudó.
Cameo llegó a facturar
casi 11, 10 millones de euros.
9 millones de euros.
9 y pico, sí.
¿Esto en el mejor momento?
En el 2008.
¿2008, eh?
Sí.
¿Un año después de empezar ya?
Porque a partir de ahí
empezó a bajar el DVD.
Sí, porque nosotros empezamos
en 2007 por la piratería
y en 2008 ya se empezó
a comer toda la piratería
el negocio del DVD.
Entonces, con todos los socios
de Cameo,
tú les convences
de que esto va de internet.
Exacto.
No yo, exacto.
Llega un día
que nosotros en Manga,
en Cameo,
yo seguía teniendo
una amistad muy buena
con José Antonio de Luna,
otro de los fundadores
de Filmin,
que había trabajado en Manga Films
y se había ido a trabajar
a Soje Cable en Madrid.
Y yo, pues,
había montado Cameo,
pero yo tenía una amistad
con él muy buena
y cada vez que iba a Madrid,
que iba cada semana,
porque todos mis socios
eran de Madrid,
pues me veía con él,
nos tomamos unas cervezas y tal.
Y luego tenía otra persona
que era importante en mi vida,
que era Jaume Ripoi,
que es otra persona
que había trabajado conmigo
en Manga Films
de comercial
y que tenía unos conocimientos
de cine de la hostia, ¿no?
Y encima,
él había vivido
todo el mundo el videoclub,
porque su padre,
tenía videoclubs, etcétera, ¿no?
Y entonces, bueno,
yo tenía muy buena relación
con ellos y hablábamos siempre,
incluso Jaume me ayudaba
en Cameo, pues,
a escribir textos
para enviar a los vendedores,
porque yo escribía muy bien,
me hacía las críticas,
me hacía tal,
o sea, me ayudaba mucho,
empezó, bueno,
y teníamos una relación
los tres,
entonces los tres hablábamos
y decíamos,
hostia,
esto tiene que ser internet,
esto, mira,
en el 2000 nació en Apster,
¿vale?,
que rompió
la industria
de la música, ¿no?
Y luego,
en el 2003 o 2004,
apareció Facebook,
que ya las relaciones,
hostia,
todas iban por internet, ¿no?
Y luego aparece YouTube
y digo, hostia,
YouTube,
ya se comparten el vídeo, ¿no?
Claro,
y todo el mundo decía,
hostia,
es que los vídeos no corren
por internet,
tardan 24 horas en esto,
embajar,
no puede haber un videoclub
en internet.
Y decíamos,
coño,
pero esto es hoy,
pero cada día va más rápido esto,
digo,
llegará un momento
que esto volará.
Y Jaume me dijo,
José Antonio y yo,
todas nuestras conversaciones
eran a raíz de esto,
hasta que llegó un momento
que fue,
que yo dije,
digo,
que el mercado del DVD
veía muy claro
que se iba a pique,
que yo les dije,
oye,
capital y hacemos una empresa
para internet.
Y digo,
ahora,
va a ser un sacrificio,
digo,
porque nadie va a creer en nosotros.
Digo,
o sea,
tenemos que salir invirtiendo
nuestro salario lo primero,
¿vale?
Y yo voy a tener que seguir
con Cameo
porque Cameo va a aguantar
parte de esta fiesta,
¿no?
Y te vendían a Cameo
sabiendo que le estabas,
que te estabas metiendo en internet.
Sí,
y entonces yo hablé
con los socios de Cameo
y les dije,
oye,
tenemos unas reservas
que hemos ganado
en estos años de esto,
usted y yo apuesto por internet
y creo que tendríamos
que hacer un negocio en internet
y todos me miraron ahí
diciendo,
pero ¿qué dices,
no?
Si internet es nuestro enemigo a batir,
que nos está pirateando
todas las películas,
joder,
que acabo de poner una película
en el cine
y está en internet,
me la están puteando,
¿qué tal?
¿Cómo que dices?
Digo,
esto es el futuro,
¿no?
Se miraron entre ellos
y me dijeron,
bueno,
Juan Carlos,
si tú crees en ello,
pues vamos,
¿vale?
Porque nos has demostrado
antes de muchos años
que tal,
pues hostia,
eres un visionario y tal,
si tú te atreves,
venga,
nosotros no te vamos a dejar detrás.
Y entonces ellos decidieron,
se hizo un consejo de administración,
se decidió que todas las reservas
que tenía la empresa
se iban a poner
en la constitución
de una sociedad nueva,
que fue Comunidad Filmin,
invitamos...
¿Reservas de dinero en caja?
De caja,
lo que teníamos en caja de cameo,
sí, sí.
¿Era más o menos
un orden de magnitud?
300.000 euros.
300.000 euros,
en aquellas épocas,
¿eh?
Y bueno,
pero no teníamos suficiente,
entonces abrimos el...
Y yo entonces dije,
no puede ser cameo,
necesitamos más socios.
O sea,
los socios de cameo
pasan a ser socios de Filmin.
Todos.
Automáticamente.
Automáticamente.
Y entonces constituimos
una sociedad
en la que damos entrada
a otros distribuidores
de derechos,
¿vale?
Que los más jóvenes que había,
que decían,
hostia,
esto sí que va a ser internet y tal,
yo quiero apostar por esto.
Y entonces buscamos...
Es el mismo modelo que cameo, ¿eh?
Sí,
el mismo modelo que cameo.
Porque ir a buscar Venture Capital,
levantar 10.000 euros
y comprarle...
No, no,
ya lo hice,
ya fui,
claro.
Nadie le interesaba.
Nadie quería saber nada
de un negocio de internet de cine,
porque todo era piratería,
esto no va a funcionar nunca,
nunca.
Y a mí me dejaron...
Y se hizo este salto
de cameo a firming
porque los distribuidores
de cameo me decían,
bueno,
son beneficios de la empresa,
a mí no me está pidiendo
que ponga dinero en mi bolsillo.
¿Entiendes?
Y dije,
bueno,
pues tírate para adelante,
¿no?
Y el único que puso
dinero en su bolsillo
fue gente particular,
como Marta,
una chica que trabajaba
con nosotros,
que ella quiso poner,
ahí puso su dinerito,
el otro que puso,
gente que fuimos hablando
y gente que le cambiamos cosas,
¿no?
Por ejemplo,
el que nos hizo
toda la parte de usabilidad
o la parte de experiencia
y tal,
bueno,
pues fue Javier Cañada,
igual lo conoces,
de Vostok,
bueno,
ahora es el de Tramontana,
¿no?
¿Te suena Tramontana
a la escuela en Madrid?
Sí.
¿Vale?
Pues el fundador de Tramontana
pues era una persona
pues muy experimentada
en la experiencia de usuario
en Internet,
¿no?
Entonces,
no podíamos pagarle
para que nos ayudase,
entonces le dábamos
un porcentaje
del capital de la sociedad,
¿no?
Lo mismo hicimos
con una empresa
de Valencia de Internet
que era experta
en la gestión de comunidades
en Internet
porque nosotros
sabíamos mucho de cine,
sabíamos todo de cine.
¿Era todo for equity?
¿Era diseño for equity?
¿Tecnología for equity?
¿Derechos for equity?
Todo.
Porque es que nosotros
no teníamos apenas dinero
y no teníamos
los otros conocimientos
que no teníamos.
O sea,
nosotros de Internet
sabíamos lo que era
navegar en el Netscape,
no sé si te acordarás
del Netscape,
y sabíamos lo que era
Servicom,
y no sé,
y algunos se habían arruinado
o ganado dinero con Terra
o cosas de esas,
¿no?
Pero nada más,
no teníamos ninguna experiencia
y tampoco teníamos muy claro
cuál era el modelo de negocio
que iba a ser de Filmin.
Lo que sí que teníamos claro
es que teníamos que estar en Internet
y que teníamos que estar
en ese momento.
O nos metemos ahora
o no nos van a dejar entrar.
¿Y cuál era el modelo de negocio?
¿En aquel momento?
Iba a ser una comunidad
de gente que iba a venir,
por eso la empresa
se llamaba comunidad de Filmin,
porque esto iba a ser
una comunidad de gente
que vivía de por y para el cine,
¿no?
O sea,
y los cineastas
vendrían a recomendar películas,
los estudiantes vendrían a hablar,
los otros vendrían a...
¿No había películas en el principio?
Muy poquitas,
muy poquitas,
¿no?
Y en un principio creíamos,
mientras estábamos desarrollando
nuestra aplicación,
¿vale?
¿Qué modelo vamos a tomar,
¿no?
Y cuando salimos,
salimos con un modelo de alquiler,
de me compras una película
y te la dejo,
no me acuerdo,
si eran 48 horas o 72 horas
y me pagas una película.
Imagínate qué tiempos te hablo
que la película se pagaba
con SMS,
o sea,
para que te des cuenta
con mensajes,
¿no?
Pero tú,
¿era online?
¿Era un browser?
Sí,
¿Era un browser?
Sí,
sí,
sí,
y tú que te tenías que descargar,
que la primera vez que hicimos...
¿Te descargabas la película?
No,
el browser,
el...
El browser lo tenía todo el mundo,
¿no?
No,
ahora,
pero es que antiguamente necesitabas
uno especial para nuestra aplicación,
porque si no,
no iba.
Ah,
era un browser especial.
No había streaming.
Es que el streaming...
¿Tú pagabas para verla?
Sí.
O sea,
para ver la película una vez,
¿no?
Sí.
Modelo de alquiler.
Sí.
¿No había suscripción en algún momento?
No,
no había suscripción.
Nosotros lanzamos la suscripción
en el año 2010.
A los tres años
vimos claro que el modelo era...
Empezó en Netflix,
en Estados Unidos,
en el...
Igual que nosotros,
en el 2007.
Empezaron a hacer ellos streaming
y ellos tenían una suscripción
ya basada en el soporte físico,
porque ellos antes de hacer streaming
vendían DVDs también.
Y ellos tenían una tarifa plana
para poder alquilar DVDs
que se hacían a través de correo,
¿no?
A través del postcard allí,
pues enviaban las películas,
y la gente pagaba la suscripción.
Y nosotros ya vimos que,
o sea,
que la suscripción sería el modelo,
¿no?
Y empezamos con una suscripción
que no sé si tendría 200 películas
o 300 películas,
¿no?
O sea,
muy pocas y películas,
digamos...
¿Cuánto valía?
Antiguas y tal.
Siempre ha costado...
Bueno,
al principio lo pusimos más caro,
pero siempre ha costado 8 euros.
Sí,
sí,
pero por unos meses,
que nos íbamos equivocando todo el día,
íbamos probando,
y la prueba-error,
¿no?
O sea,
la experiencia fue muy difícil
y tengo muchas anécdotas
para explicarte,
¿no?
O sea,
yo el primer día
que les puse una televisión
de 40 pulgadas
en una pared
a mis socios
y les dije,
ya tenemos streaming,
¿no?
Y puse una película de ellos,
todos eran cineastas,
o sea,
o eran los hermanos Almodóvar,
o era gente que tenía cines,
o gente que tenía derechos de cines,
gente que toda la vida
estaba en el mundo del cine.
Y cuando les pusimos una película,
dijeron,
mis películas así
no se van a ver nunca.
Porque la calidad era muy mala.
Malísimo.
Eso parecía un tablero de ajedrez
de píxeles,
¿no?
Era espantoso.
Y no,
no,
que esto va a ser cada vez mejor,
que esto va a ser tal,
pero es que era muy difícil.
Nadie sabía lo que era el streaming
en aquellas épocas,
¿no?
Y al final...
La tecnología de streaming
no es nada trivial,
¿eh?
No, no, no.
Es compleja.
Sí, sí.
Y luego el hecho de la plataforma
donde se distribuye,
o sea,
donde se consume,
quiero decir,
la televisión,
el móvil,
¿no?
O sea,
en particular las televisiones,
hay mil formatos,
mil marcas,
hay una fragmentación brutal,
¿no?
Sí.
¿Creasteis aplicación para todas las películas?
Nosotros fuimos,
la primera aplicación que hubo
de Apple TV en Europa
para películas de cine
fue Filmen.
Pero Apple TV,
nadie usaba Apple TV.
Bueno,
nosotros hicimos una aplicación.
Nosotros hicimos una aplicación.
La primera aplicación
que hubo en Europa
de cine,
aplicación que te vendiese
una suscripción de cine
fue Filmen,
en Europa,
en España,
¿no?
En el año 2013 o 14,
no me acuerdo,
¿no?
¿Y eso no era muy caro?
Sí,
pero nosotros queríamos estar ahí,
queríamos ser los primeros en todo,
¿no?
Porque decíamos,
así cuando vengan los demás,
digo,
tendremos ya un sitio
que hemos ganado,
pequeñito,
¿no?
Porque como tardemos,
digo,
es que no vamos a poder estar
nunca con ellos,
¿no?
¿Por qué?
Porque ellos cuando vengan,
nos...
Hostia,
como hemos dicho antes,
es un mundo de dinosaurios,
¿no?
Y nosotros teníamos
nuestro pulmón pequeñito,
¿no?
Aunque dicen que lo importante
es ser el último que queda,
no el primero.
El primero a veces muere,
¿eh?
Totalmente.
Bueno,
pero nosotros ya veremos
quién es el último que queda.
Digo,
nosotros nos han querido enterrar
un montón de veces
nos han querido enterrar.
¿Quién nos ha querido enterrar?
Joder,
pues desde la prensa,
la competencia,
hasta personas del mundo financiero,
personas del mundo de cine,
diciendo,
bueno,
no vais a llegar a ningún lado.
El mantra era este,
¿no?
Estáis locos,
esto no va a funcionar nunca.
¿Wacky TV es competidor?
Bueno,
ellos Rakuten,
¿vale?
Ahora es Rakuten.
Rakuten.
No,
se dedican a otras cosas estos.
Tienen otras películas,
van a otro nicho.
Ellos,
por ejemplo,
ellos quieren ser,
por ejemplo,
el Apple de la Smart TV,
¿no?
Ellos alquilan películas más
que en suscripción,
ya lo han abandonado la suscripción,
ellos nada más alquilan películas,
¿no?
Pero cuando nació sí,
¿no?
Sí,
cuando nació Wacky,
sí.
Y entonces Wacky,
pues claro,
era con un pulmón financiero,
era gente que no venía del mundo del cine,
que venía del mundo financiero,
¿no?
El marketing,
la compañía,
pues esto era gente que dominaba mucho
lo que era el territorio startup,
el territorio de Venture Capital,
etcétera,
¿no?
Y ahí se puso mucho dinero
y empezaron,
pero ¿cuál era la finalidad de Wacky?
Venderla.
Era una,
¿no?
Y apareció Rakuten,
la vendió.
Cuando nació Firmin,
la finalidad no era venderla,
ni lo es.
O sea,
la finalidad es poder vivir siempre de ello.
Porque yo lo único que he aspirado
siempre es a poder vivir del cine,
que es algo que me gusta
y que me apasiona.
Y ya,
o me dijo,
José Antonio,
mis socios,
lo mismo.