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¿Qué tal, buenos días? ¿Cómo estamos?
Y tenemos los PMI a los que les queda un minuto,
pero antes de conocer el dato, ¿cuál es la situación económica
en un momento en el que hay o empieza a haber unos desacoples importantes,
sobre todo en inflación, donde vemos ya cómo,
si la comparamos con Alemania, nuestra inflación ya está padeciendo más
que un país que tiene un problema,
que tiene un problema,
que tiene un problema,
que tiene un impacto directo de Rusia, ¿cuál es la fotografía?
¿Cómo estás viendo el momento actual de la economía española
en un momento tan complicado?
Bueno, yo intentaría todavía no sacar conclusiones
sobre el diferencial de inflación entre España y Alemania.
Es verdad que si este diferencial persiste
va a ser un problema añadido muy serio para la economía española
porque significa que estaríamos perdiendo competitividad
y que deberíamos ir a una evaluación interna en un momento de alta inflación.
Es decir, imaginemos que ahora nos plantearamos la necesidad ya no
de no subir salarios, sino de bajarlos.
Pues desde luego sería un desastre social de primer orden
pero que derivaría de ese diferencial de inflación.
Todas formas habrá que ver en los próximos meses
si se confirma o no se confirma ese diferencial.
Pero en cualquier caso,
ante lo que estamos es, claramente,
ante un estallido global de la economía,
ante un estallido global de la inflación,
al menos entre los países ricos,
y un estallido de la inflación que coloca en una posición
muy complicada tanto a bancos centrales
que tienen que subir tipos de interés en economías
que, sobre todo desde el lado del sector público, están muy endeudadas
y también a un sector público
que, precisamente, si quiere contribuir junto con el Banco Central
a moderar la inflación, va a tener que revertir el tono
expansionista de sus políticas fiscales de los últimos años
y, siempre que hablamos de recortes, ya sea subidas de impuestos
o bajadas de gasto, eso implica costes electorales,
costes sociales que los políticos no quieren asumir.
Tenemos ya el PMI Manufacturero, al final, 52,6,
se esperaba el 52,2, pero venimos del 53,8.
Hay un retroceso frente a lo que ha sucedido en Rusia, en China
y en el conjunto de los PMI que hemos conocido esta mañana.
España lo reduce, no lo amplía, del 53,8 al 52,6,
aunque el dato es un pelín mejor que el forecast.
¿Está la industria española empezando también
a padecer por la productividad, Juan Ramón?
Bueno, lo que hemos visto en el caso de Estados Unidos,
de Alemania, de Francia y ahora de España es que, efectivamente,
parece que, según este indicador adelantado,
se está no contrayendo la economía, pero sí desacelerando
de una manera considerable, de una manera importante.
Recordemos que, en el caso de Estados Unidos, de Alemania,
están ya al borde de 50, es decir, al borde de lo que
propiamente sería una contracción sectorial,
tanto manufacturera como, en su caso, del sector servicios,
porque también el PMI servicios estaba bastante bajo.
Entonces, podemos estar ante los primeros efectos
de las subidas de tipos de interés de los bancos centrales.
Es verdad que en Europa todavía no se han subido
y que, por tanto, hablar de efectos de las subidas
puede parecer un poco extraño, pero cuando los bancos
centrales anuncian algo, lo anuncian para que afecte
a las expectativas y para que esa expectativa,
subida de tipos de interés, se traslade a otros mercados
más allá del propio mercado de intervención
o del propio tipo de intervención, que es el tipo
que fija el banco central. En Estados Unidos, por ejemplo,
las hipotecas a más de 30 años ya superan el 6%,
el tipo de interés fijo. Claro, eso no es porque el banco
central haya colocado los tipos al 6%, sino porque
se esperan nuevas subidas y porque se le añade
al tipo de intervención un diferencial para cubrir plazos
y riesgos. Pues bien, en Europa, en la eurozona,
también hemos visto subidas de tipos de interés claras
en el mercado de deuda pública. Es verdad que se han moderado
un poco durante las últimas dos semanas, a raíz de que
el Banco Central Europeo haya filtrado cuáles van a ser
sus planes para evitar que los tipos de interés
de algunos países suban mucho, pero en todo caso, hemos tenido
subidas de tipos de interés en los mercados de deuda pública
que, previsiblemente, y aunque no tengamos datos, también se habrán trasladado
a los mercados de deuda privada. Y todo eso, que además
influye sobre las expectativas de los inversores, vamos a un entorno
de un crédito mucho más restringido, mucho más limitado,
pues debería o podría ya estar afectando
al comportamiento presente de esos agentes económicos.
¿Cómo va a servir esa intervención del Banco Central Europeo
en los bonos periféricos? ¿Va a servir para paliar
el diferencial, pero puede estar o puede seguir
dando vida a una burbuja de deuda en Europa?
A ver, ¿la capacidad que va a tener el Banco Central Europeo
sesgando las reinversiones de deuda para contener
el diferencial de los países periféricos
si el mercado no entra en pánico?
Es otro asunto, pero si el mercado de alguna manera
colabora y se cree el plan, es elevado.
Aun así, lo que importa ya no es sólo
el diferencial, lo que importa es que si el Banco Central Europeo
para controlar la inflación va a un entorno
de subidas importantes de tipos de interés,
digamos que el tipo de interés libre de riesgo
el de Alemania va a subir.
Y no me resulta concebible que el Banco Central Europeo
ejecuta un programa de compras por el cual
el tipo de interés de España o de Italia
sea inferior al de Alemania.
Eso obviamente no sentaría políticamente demasiado bien
y es comprensible a los alemanes.
Con lo cual, si sube el tipo libre de riesgo,
el tipo base y sube bastante,
que podemos tener igualmente problemas,
porque el problema ya no es sólo el tipo de interés,
sino el nivel de deuda sobre el que se aplica
y no tiene la misma deuda ni la misma capacidad
de recaudación ni de generación de superávit alemania
que la que tiene España o la que tiene Italia.
Por tanto, ya digo, si el tipo de interés base
se va al 4 o al 5, que es un escenario
que si la inflación persiste, desde luego no habría que
se me ha ido la base y tengo problemas de sostenibilidad.
Y aparte de esto, en el foro del Banco Central Europeo
que tuvo lugar el pasado miércoles en Portugal,
la GART, yo creo que lanza un mensaje
que no se ha reseñado lo suficiente,
quizá porque son mensajes que a veces los banqueros centrales
lanzan y luego no tienen repercusiones,
pero que sí es importante. Lo que dijo la GART
es que si durante la pandemia la política monetaria
y la política fiscal cooperaron para bien
para sostener la economía, se lo olvido de decir
que lo mejor han generado un poquito de inflación,
pero bueno, ahora también es momento
de que la política fiscal y la política monetaria
cooperen para bien. ¿A qué se refiere?
Pues que si la política monetaria se está volviendo
más contractiva para controlar la inflación,
la política fiscal debería apoyar la política monetaria
y contribuir a reducir la inflación, y eso implica
política fiscal contractiva, y añadió a medio plazo
todos los países de la Eurozona, desde luego
ciertamente tienen que recuperar espacio, sostenibilidad,
fiscal. Por tanto, creo que
el mensaje que se está empezando a mandar es que
vamos hacia un proceso nuevo de austeridad,
quizá no tan agresivo, según lo planean,
luego veremos qué pasa, pero no tan agresivo, no tan acelerado
como el del anterior crisis, pero desde luego
no nos van a dar ya más margen ilimitado
para que gastemos, gastemos y gastemos emitiendo deuda.
Y eso supondrá un nuevo reto claro
para un estado tan endeudado,
con tanto déficit, con tantas debilidades
presupuestarias institucionales como España.
Un último pregunta, Juan Ramón. ¿Tiene sentido
en el entorno actual que ayer el gobierno anunciara
un fiscal prácticamente record
a manos llenas en un momento donde la demanda interna
cae un 3,7, ayer Reino Unido anunció
que iba a estudiar ya la rebaja del impuesto que lo ha añadido
de su IVA, de su BAT. ¿Tiene sentido que España
camine hacia potenciar la demanda interna
a la vez que suben los tipos de interés? Es decir,
intentar que la inflación baje vía a tipos
pero se consiga que la demanda interna se recupere
para evitar entrar en un proceso estanflacionario.
Yo creo que es una combinación peligrosa,
es lo que decía la política fiscal
a de ir de la mano de la política monetaria
y aunque es verdad que esas combinaciones que tú mencionas
a veces se plantean, que el Banco Central
se ponga muy duro con los tipos de interés y eso
genere una recesión, pero que la política fiscal
empuje la economía al alza,
las conexiones entre la política fiscal
y la política monetaria, no digamos ya, en un entorno
como la eurozona, son enormes y son muy intensas
y por tanto en un contexto de inflación tan alta
como el actual creo que sería una combinación
que frustraría más que contribuiría
a lograr controlar la inflación. Otro asunto
y este es un tema del que muchas veces
se opina mal, es que
si se defiendan bajadas de impuestos, yo las defiendo,
pero si se defiendan bajadas de impuestos debe ser
a costa de contraer el gasto, es decir, no es momento
ahora de incrementar el déficit, no es momento
de aumentar todavía más la deuda, es momento
de no cebar la demanda interna
pero quizás si redistribuir su composición,
es decir, de la misma manera que durante la pandemia
hubo una expansión y también una recomposición
de gasto interno, el sector público adquirió
un papel mucho más preponderante, mucho más capital
a la hora de manejar el gasto agregado de la economía
ahora debería ser momento de que se produzca
un retroceso muy importante del sector público
de espacio de gasto, espacio
autonomía financiera al sector privado
a familias y empresas para gastar, pero tratando
de que el gasto agregado interno no se dispare
de lo que se trata es eso, de controlar el gasto agregado interno
para evitar que los precios sigan subiendo.
Muchísimas gracias Juan Ramón Rayo, doctor en economía
por atendernos esta mañana este viernes, justo en el momento
además que salían los PMI en España. Buen día, buen fin de semana
buen negocio Juan Ramón, muchas gracias. Buen fin de semana
hasta otra.