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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Mientras que Israel ya ha administrado dosis de la vacuna contra el coronavirus equivalentes
al 50% de su población, en España solamente hemos administrado dosis equivalentes al 2,9%
de la población española.
Se trata de una diferencia enorme, de una diferencia escandalosa, pero que no responde
precisamente a un malhacer del gobierno español, porque España, dentro de Europa, está entre
los países que han administrado un mayor número de dosis en relación con su población.
En general, por tanto, lo que está fracasando estrepitosamente es el proceso de vacunación
en Europa.
Durante estos días se ha pretendido echar la culpa de este fiasco a una farmacéutica
AstraZeneca que, por lo visto, estaría incumpliendo los compromisos contractuales con la Unión
Europea.
¿Qué hay de cierto y qué hay de falso en esto?
Empecemos por el principio.
La compra de las vacunas no ha sido gestionada por cada gobierno nacional en Europa, sino
que ha sido gestionada por la Comisión Europea en nombre de todos los gobiernos nacionales.
La Comisión Europea ha ido firmando contratos con las distintas farmacéuticas, contratos
en los que ha adquirido diversas cantidades de vacunas a las diversas farmacéuticas.
Por ejemplo, a Pfizer-BioNTech les ha comprado 600 millones de vacunas a lo largo del año
2021.
A Moderna le ha comprado 160 millones de dosis de la vacuna para el año 2021 y a Oxford
AstraZeneca 400 millones de dosis.
En total, estamos hablando de 1.160 millones de vacunas que equivalen a aproximadamente
el 250% de la población de la Unión Europea, es decir, que hay vacunas más de sobra para
vacunar en doble dosis a toda la población europea.
Sin embargo, al ritmo que estamos recibiendo las vacunas, por ejemplo, en el caso de España,
tardaríamos 4 años en vacunar a la totalidad de la población española.
De todas las vacunas que ha comprado la Unión Europea, estamos recibiendo 350.000 vacunas
semanales de Pfizer-BioNTech y todavía no, pero se espera que en pocos días recibamos
100.000 vacunas semanales de Moderna, por tanto, unas 450.000 vacunas semanales que
en doble dosis requieren de 4 años para vacunar al conjunto de la población.
Por supuesto, estas cifras irán mejorando a lo largo del año y también cuando se
incorporen las dosis que nos tiene que entregar AstraZeneca, pero la cuestión es cómo es
posible que hayamos comprado tantísimas vacunas y, sin embargo, de momento nos estén llegando
tan pocas. ¿Cómo es posible que la Comisión Europea, habiendo comprado vacunas por el
250% de su población, esté en un ritmo de vacunación tan deplorable como el que estamos
experimentando?
La razón es que no solo importa la cantidad total de las vacunas que hayas comprado, sino
los plazos de entrega.
Y los plazos de entrega, si bien no conocemos el compromiso exacto de cada una de las farmacéuticas,
se antoja que van a ser bastante tardíos, se antoja que el grueso de las vacunas las
recibiremos si es que las recibimos en la segunda mitad de 2021.
¿Y por qué razón? ¿Por qué Europa? ¿Por qué la Unión Europea está recibiendo las
vacunas de manera mucho más tardía que otros países como Israel, Estados Unidos o Reino
Unido?
Pues porque la Unión Europea fue tremendamente lenta a la hora de firmar los contratos
de compra de las vacunas.
Para que nos hagamos una idea, el primer contrato de suministro de vacunas con Pfizer-BioNTech
lo suscribe la Unión Europea con estas farmacéuticas el 11 de noviembre.
El 11 de noviembre estas farmacéuticas se comprometen a entregarle 300 millones de vacunas
a partir del momento en el que la vacuna esté aprobada en la Unión Europea.
Y posteriormente, el 8 de enero de 2021, la Unión Europea amplía el contrato de Pfizer-BioNTech
hasta 600 millones de vacunas, es decir, añade 300 millones más a las compras iniciales.
Pero evidentemente el 8 de enero de 2021 ya era una fecha muy tardía.
¿Por qué? Pues porque otros países se dieron prisa y las compraron antes, las compraron
mucho antes y por tanto suscribieron plazos de entrega anteriores a aquellos que habrá
tenido que aceptar la Unión Europea por haber comprado más tarde.
Por comparación, ¿cuándo compró Estados Unidos las vacunas a Pfizer?
Estados Unidos compró 600 millones de vacunas el 22 de julio del año 2020.
Recordemos el primer contrato de la Unión Europea es el 11 de noviembre, 4 meses más
tarde, y Reino Unido compró 30 millones de vacunas, que luego amplió a 40 millones
el 20 de julio, de nuevo 4 meses antes que la Unión Europea.
Pero no pensemos que esto es algo excepcional de la compra de la vacuna de Pfizer-BioNTech.
Con la vacuna de Moderna y con la vacuna de AstraZeneca sucedió tres cuartos de lo mismo.
La Unión Europea firmó el contrato de adquisición de las vacunas de Moderna el 25 de noviembre.
Reino Unido compró 160 millones de unidades.
¿Cuánto suscribió ese contrato Estados Unidos?
Estados Unidos le compró 400 millones de dosis de vacunas a Moderna el 11 de agosto,
tres meses antes.
Y Reino Unido, en este caso sí quedó más rezagada, no con respecto a la Unión Europea,
sino con respecto a Estados Unidos.
Reino Unido compró 5 millones de vacunas, que luego amplió a 17 el 17 de noviembre.
Es decir, solo ocho días antes de lo que lo hizo la Unión Europea.
Pero desde luego aquí, Estados Unidos nos volvió a pasar por delante clarísimamente.
Y con Oxford AstraZeneca, pues lo mismo sucedió.
Cuando firmó su contrato a la Unión Europea con Oxford AstraZeneca por 400 millones de
unidades de la vacuna el 27 de agosto de 2020, parece que esta fecha ya es bastante más
temprana.
De haber comprado en noviembre la de Pfizer-BioNTech o la de Moderna, pues haberse adelantado a
agosto no parece mala fecha.
¿Cuál es el problema?
Pues que Reino Unido compró sus vacunas en concreto 100 millones de unidades el 20 de
julio, es decir, un mes antes, casi un mes antes, y Estados Unidos, atención, compró
las suyas 300 millones de unidades el 20 de mayo, tres meses antes de cuando las compró
la Unión Europea.
Por tanto, clarísimamente, la Unión Europea ha ido rezagada en la compra de vacunas.
Y no se podría plantear por qué esto es así, por qué la Unión Europea ha sido tan lenta
a la hora de firmar los contratos de suministro de las vacunas, y por tanto por qué se ha
terminado quedando al final de la cola en el ritmo de suministro.
Bueno, una primera explicación podría ser que Estados Unidos y Reino Unido tienen ventaja
negociadora con estas farmacéuticas, porque Pfizer es estadounidense, Moderna es estadounidense
y Osfora AstraZeneca es británica.
Por tanto, si las farmacéuticas son estadounidenses y británica, pues entonces sus gobiernos
tendrán más facilidad para negociar y les habrán dado un trato ventajoso.
Esta explicación es totalmente incorrecta.
¿Por qué?
Porque la vacuna de Pfizer, BioNTech, es de Pfizer estadounidense y de BioNTech, alemana.
Y por tanto, no hay en este caso concreto una supuesta ventaja de nacionalidad.
Es más, sabemos que Pfizer-BioNTech le ofreció a la Comisión Europea firmar un contrato
de suministro por 500 millones de unidades de la vacuna de Pfizer-BioNTech a finales
de julio.
Y la Comisión Europea lo rechazó.
¿Y por qué lo rechazó la Comisión Europea?
Porque consideró que las vacunas eran demasiado caras, que no quería pagar tanto por la vacuna.
Y por tanto, se esperó hasta el mes de noviembre, momento en el que pudo negociar un mejor
precio por la vacuna para firmar el contrato.
Y sí, adoptando una posición negociadora muy dura y negociando durante meses, la Comisión
Europea, efectivamente, ha conseguido cerrar un mejor precio que Estados Unidos o Reino
Unido por las vacunas.
En el caso de Pfizer, el precio de la vacuna que tendrá que pagar la Unión Europea es
un 24% inferior al que pagará a Estados Unidos.
Y en el caso de Oxford AstraZeneca, un 45% menor.
Por tanto, qué bien lo hemos hecho, que hemos conseguido una sustancial rebaja en el precio.
El problema es que hemos conseguido una rebaja en el precio que dentro del presupuesto comunitario
de los presupuestos nacionales es irrelevante, son unos pocos cientos de millones de euros,
a cambio de retrasar la firma de los contratos durante meses y, por tanto, de retrasar también
el suministro de las vacunas en la actualidad.
Y retrasar el suministro de las vacunas equivale a retrasar la inmunidad frente al coronavirus.
Y retrasar la inmunidad frente al coronavirus supone perder muchas vidas humanas y, desde
la perspectiva económica en la que estamos hablando, también destruir muchísimo más
producto interior bruto del que habría costado pagar un sobreprecio por las vacunas.
¿Y a qué se debe esta cortedad de miras de la Unión Europea?
¿Cómo es posible que prefiera ahorrarse el 24% o el 45% del precio de una vacuna
a una costa de retrasar durante muchos meses el suministro?
Bueno, se me ocurren dos hipótesis, pero esencialmente una.
La primera hipótesis sería que la Comisión Europea haya intentado hacer un ejercicio
de austeridad, de mal entendida austeridad, porque hay que hacer austeridad donde hay
que hacerla, y justamente en esto no habría que hacer austeridad, habría que haber comprado
la mayor cantidad posible de vacunas al precio adecuado para tenerlas lo más pronto posible.
Si intentas escatimar en este gasto, que es el gasto que te permite poner en marcha la
economía, desde luego estás destruyendo mucha más actividad económica de lo que
realmente te ahorras abaratando el precio de la vacuna.
Sin embargo, esta hipótesis que la han sugerido algunos no termina de convencerme, porque
justamente 2020 estamos en un año donde la austeridad ha saltado por los aires.
Todos los gobiernos, también la Comisión Europea, se están endeudando masivamente,
que sentido tendría abrir las compuertas del endeudamiento masivo y luego querer ser
austero justamente con la vacuna. Personalmente hay otra hipótesis que creo que es la real.
La Comisión Europea no ha querido pagar un alto precio por las vacunas, porque no
quería que las farmacéuticas se forraran a costa de dinero público.
Hay una especie de estigma con que las empresas ganen mucho dinero, en este caso por estar
haciendo las cosas bien, y se ha pretendido escatimar en el precio para que no reflejaran
beneficios extraordinarios que se pudieran atribuir a las transferencias presupuestarias
a la compra de las vacunas por parte de la Comisión Europea.
Ese espíritu totalmente anti-beneficios, totalmente anticapitalista, que desde luego
empañan gran medida las instituciones comunitarias, nos puede terminar saliendo carísimo a todos.
Y con estos antecedentes llegamos a la polémica entre la Comisión Europea y la farmacéutica
astracénica. Según la Comisión Europea, la farmacéutica se había comprometido a
entregarles 80 millones de dosis de su vacuna durante el primer trimestre de este año,
y sin embargo, la farmacéutica acaba de afirmar que no podrá cumplir con ese compromiso
y que más bien les podrá entregar 31 millones de dosis de la vacuna, es decir, menos de
la mitad de lo supuestamente comprometido con la Comisión Europea.
Aparentemente, por tanto, estamos ante un grave incumplimiento contractual. Astracénica
se comprometió a entregar 80 millones de dosis de la vacuna y ahora está diciendo
que sólo podrá entregar 31 millones de dosis. Según la Comisión Europea, esto es así,
porque las vacunas que sí tiene astracénica se están desviando hacia otros destinos,
como Reino Unido, como Estados Unidos o como otros países extraeuropeos, que están pagando
más de lo que pagó la Comisión Europea por la vacuna.
Sin embargo, de acuerdo con la farmacéutica, la realidad es distinta. Según dice la farmacéutica,
en ningún momento asumieron la obligación de entregar 80 millones de dosis de la vacuna
a la Comisión Europea durante el primer trimestre del año. Lo que aparece en el contrato, según
la farmacéutica, es que se comprometieron a hacer los mejores esfuerzos posibles para llegar a
entregar durante el primer trimestre del año 80 millones de dosis de la vacuna, pero que eso no
significaba comprometerse a hacerlo, sino a esforzarse a hacerlo. Y lo que están diciendo ahora es que,
por mucho que se esfuercen, no lo van a conseguir. ¿Quién tiene razón en esta polémica? Pues,
realmente, no lo sabemos, porque el contrato entre la Comisión Europea y astracénica es
ultra secreto. Ni siquiera los parlamentarios europeos han tenido acceso a una versión del
mismo sin censura, sin partes omitidas. Por tanto, como el contrato no es público,
no sabemos lo que pone en el contrato, y cada parte dice que pone una cosa. Lo más fácil,
desde luego, sería que publicaran el contrato, porque al final es un contrato público suscrito
con dinero de los europeos, y todos nos enteraramos de quién dice la verdad o de quién miente.
Si miente astracénica, tendrá que indemnizar, evidentemente, a la Comisión Europea por haber
se comprometido a hacer algo que no iba a cumplir. Pero si miente la Comisión Europea,
si la Comisión Europea nos ha vendido a los ciudadanos la falsedad de que tenía amarradas
80 millones de dosis de la vacuna de astracénica durante el primer trimestre del año, cuando
sólo tenía el compromiso no vinculante de astracénica de esforzarse a intentar suministrar
80 millones de dosis de la vacuna, estaríamos ante un ejercicio de propaganda europea del
primer nivel para encubrir la incompetencia negociadora de este organismo con el resto
de vacunas. Porque no lo olvidemos, la Comisión Europea, al margen de si tiene o no tiene
razón en la polémica con astracénica, desde luego ha negociado fatal las vacunas de Pfizer
y Biontech, y la vacuna de Moderna. Y ese es un fiasco que no puede tapar, y es un fiasco
que no debería salirle gratis a la Comisión Europea.
Estas que España, uno de los países que está administrando las dosis de la vacuna
de manera más rápida dentro de Europa, apenas ha vacunado al equivalente al 2,9% de su
población, es decir, ha administrado dosis equivalentes a 2,9 dosis por cada 100 habitantes,
Reino Unido y Estados Unidos que cerraron sus acuerdos con las farmacéuticas mucho antes
que la Unión Europea, aunque fuera a costa de pagarles un sobreprecio más que razonable
para salir lo antes posible de esta pesadilla social y económica, digo, Reino Unido y Estados
Unidos ya han vacunado, respectivamente, al equivalente al 11,3% de su población, Reino
Unido y al 7,1% de su población, Estados Unidos.
Es la diferencia entre tener un amplio o al menos un suficiente suministro de vacunas
como para seguir vacunando a un ritmo razonable, Reino Unido y Estados Unidos, o no tener las
vacunas garantizadas por contrato durante el primer trimestre del año.
Estamos ante un nuevo fiasco de la megaburocracia europea, lo que se nos vendió como un gran
éxito de Europa, el que la Comisión Europea negociara ella sola con una sola voz en nombre
de todos los estados europeos, lo que ilustraba la solidaridad y la fortaleza de Europa negociando
de tú a tú con las farmacéuticas y no discriminando entre países si unos negociaban mejor o negociaban
peor otros, esa estrategia se ha terminado revelando como un absoluto fracaso.
Seguro que a día de hoy, muchos británicos, al menos por esto, celebran, están jubilosos
por haber consumado el Brexit.
Si Reino Unido todavía siguiera dentro de la Unión Europea, sus ratios de vacunación
serían tan pobres como lo son ahora mismo las de España, las de Francia, las de Alemania
o las de Italia.
En este caso, la centralización negociadora nos ha terminado equiparando a todos a la baja,
no al alza, sino a la baja.
El fiasco de la Unión Europea ha sido impuesto a todos los países que forman parte de la
misma.
El fiasco de la Unión Europea ha sido impuesto a todos los países que forman parte de la
misma.
El fiasco de la Unión Europea ha sido impuesto a todos los países que forman parte de la
misma.
Seguro que el fiasco de la Unión Europea ha sido impuesto a todos los países que forman
parte de la misma.