This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.
El número de trabajadores ocupados en la economía española durante el tercer trimestre
de este año superó la cifra mágica de 20 millones de personas.
Se trata del guarismo más elevado desde la burbuja inmobiliaria del año 2007, batiendo
incluso las cifras que teníamos previas a la pandemia.
¿Se trata de un dato tan positivo, tan extraordinario como nos está transmitiendo el gobierno?
Veámoslo.
Los datos de empleo de España durante el tercer trimestre del año 2021 parecen unos
datos extraordinariamente buenos.
Los resumió la propia ministra de trabajo y líder de Unidas Podemos, Yolanda Díaz.
Una buena noticia.
Por primera vez, desde la crisis del 2008, hay más de 20 millones de personas ocupadas
en nuestro país.
El paro baja y se sitúa en el 14,57% según la encuesta de población activa.
Las medidas de protección de la gente y del empleo ponen las bases de una recuperación
justa.
No pretendo negar, desde luego, que la realidad del mercado laboral hoy sea mucho mejor de
lo que nadie habría anticipado en marzo de 2020.
Si a cualquier analista le hubiese emplanteado si firmaba los datos actuales de empleo en
marzo del año 2020, al inicio de la pandemia, a buen seguro todos habrían firmado encantados.
No sólo para España, todo el mundo, todos los países del mundo, han experimentado una
recuperación muy rápida de los volúmenes de empleo con respecto a los mínimos de
la pandemia.
Y, por tanto, sí, un cierto triunfalismo laboral está justificado.
Sin embargo, no deberíamos perder de vista que este dato de los 20 millones de ocupados
que exhibe con orgullo Yolanda Díaz contiene algunas trampas que no se suelen explicitar
ni en las soflamas políticas ni en muchos titulares de prensa.
Primera trampa, los cerca de 200.000 trabajadores en ERTE se incluyen como ocupados dentro
de las estadísticas de la encuesta de población activa.
El propio Instituto Nacional de Estadística es muy claro a este respecto, como podemos
leer la nota de prensa de la encuesta de población activa de este tercer trimestre del año 2021.
Según las especificaciones de Eurostat para el caso de los ERTE en 2020, los suspendidos
de empleo se clasifican como ocupados cuando existe una garantía de reincorporación al
puesto de trabajo una vez finalizado el periodo de suspensión.
No digo que no sea un criterio legítimo para clasificar a los trabajadores en ERTE como
ocupados, pero desde luego nos estaríamos engañando si pensamos que esas 200.000 personas
que están en un ERTE de suspensión de empleo están activamente trabajando, generando valor
dentro de la economía, produciendo bienes y servicios.
No es así, los contamos como ocupados, pero en realidad no están ocupados económicamente,
lo están solo a efectos jurídicos y a efectos de contabilización del número de empleados.
Segunda trampa, el número de empleados en el sector público se ubica en máximos históricos,
más de 3,4 millones de trabajadores en el sector público.
Desde antes de la pandemia, desde el año, desde finales del año 2019, el número de
trabajadores en el sector público se ha incrementado en 230.000 personas.
De nuevo, es evidente que los trabajadores del sector público son ocupados, pero si
pensamos que la evolución, que los buenos datos del empleo de alguna manera reflejan
una realidad económica subyacente del sector privado, incluir a los trabajadores del sector
público para dar la impresión de que la economía privada ya se ha recuperado plenamente,
que tiene un estado de salud muy positivo y que por eso ha recuperado los niveles de
empleo no ya previos a la pandemia, sino previos a la crisis económica del año 2008,
de nuevo nos estaríamos autoengañando.
Bien, ahora visualicemos tres gráficos para comprobar cómo cambia la narrativa, según
definamos de una manera u otra la ocupación laboral.
Este primer gráfico es el gráfico por el que se enorgullece Yolanda 10.
Como podemos observar, la población ocupada en España durante el tercer trimestre del
año 2021 ha superado los 20 millones de trabajadores.
No es que sea una cifra muy distinta de la que teníamos antes de la pandemia, como también
podéis observar en el gráfico a finales del año 2019 y ya estuvimos rozando superar
esos 20 millones de trabajadores, pero es verdad que es un dato superior al de finales
de la pandemia y que se acerca mucho a los mejores datos de ocupación de empleo que
hemos tenido jamás en la historia, los datos de ocupación de empleo previos al pinchazo
de la burbuja inmobiliaria del año 2007-2008.
En ahora eliminemos de este gráfico los ocupados en el sector público.
Si hacemos esto comprobaremos no solo que estamos bastante lejos de la cifra máxima
de ocupados en el sector privado que alcanzamos durante el año 2007, en aquel momento los
ocupados en el sector privado eran de 17,5 millones, hoy son de 16,5 millones, por tanto
todavía hay 1 millón de ocupados de diferencia con respecto a nuestro máximo histórico previo.
No solo eso, sino que todavía estamos por debajo de los ocupados en el sector privado
previos a la pandemia.
A finales del año 2019 había 200 mil ocupados más en el sector privado de los que hay ahora
mismo.
Por consiguiente, si hemos superado la cifra de ocupados totales en el conjunto de la economía
española con respecto a antes de la pandemia, ha sido, esencialmente, por la creación de
empleo en el sector público, creación de empleo en el sector público cuya sostenibilidad
futura al menos es en parte dudosa.
Pero es que además, como ya hemos dicho, dentro de este dato de ocupados en el sector
privado, incluimos a los trabajadores que están en ERTE, es decir, a los trabajadores
que realmente no están trabajando ahora mismo, no porque ellos no quieran trabajar, sino
porque la empresa que los contrata no ha restablecido su actividad y, por tanto, son trabajadores
que no están ocupados económicamente.
Por desgracia, el INE no nos proporciona ninguna serie histórica de cuántos trabajadores
que están ocupados se hallan a sí mismo en ERTE y, por tanto, no podemos restar de
la anterior gráfico los trabajadores contabilizados como ocupados, pero que en realidad están
en ERTE.
Por bien, podemos llegar a una conclusión similar si, en lugar de fijarnos en el número
de personas ocupadas, nos fijamos en el número de horas semanales trabajadas en el sector
privado en la economía.
Dado que los trabajadores ocupados en ERTE no están realmente trabajando, esos trabajadores
computan como horas trabajadas igual a cero, de modo que fijándonos en el número de
horas trabajadas por semana en el sector privado obtendremos un proxy de cuál es realmente
el nivel de ocupación efectivo en el sector privado.
Esto es lo que hemos hecho en el siguiente gráfico, donde reflejamos las horas semanales
trabajadas en el sector privado.
Como podemos observar, no solo es que estemos legísimos del máximo histórico de horas
trabajadas en el sector privado, que fueron, según este registro, las del año 2008, unos
625 millones de horas trabajadas por semana, actualmente estamos por debajo de 500.
No solo es eso, sino que, además, el perfil de recuperación del número de horas trabajadas
por semana es bastante más modesto de lo que transmite el gobierno.
Es verdad que este gráfico no es del todo ilustrativo porque sufre de un problema de
estacionalidad.
En el tercer trimestre de cada año, siempre se trabajan menos horas que en otros trimestres
del año, esencialmente porque se incluye el mes de agosto, mes de vacaciones, donde
muchos trabajadores no trabajan y, por tanto, las horas trabajadas caen.
Pero podemos resolver este problema de estacionalidad comparando el número de horas trabajadas
en el tercer trimestre de 2021 con el número de horas trabajadas en el tercer trimestre
de 2019 o con el número de horas trabajadas en el tercer trimestre del año 2018.
Y si hacemos eso, a día de hoy, tercer trimestre del año 2021, todavía estamos un 3% por
debajo, el número de horas trabajadas en el sector privado es un 3% inferior al número
de horas trabajadas en el tercer trimestre de 2019 y también a las del tercer trimestre
del año 2018.
En particular, el número de horas trabajadas en el sector privado por semana es de 490
millones de horas trabajadas.
En los años 2019 y 2018 fueron de 507 mil horas trabajadas y en el año 2017 de 484
mil.
Es decir, que estamos más cerca, bastante más cerca, del año 2017 de la ocupación
efectiva en el sector privado del año 2017 que de 2018 o de 2019.
En el tercer trimestre del año 2017 había 16 millones de trabajadores en el sector
privado.
Y medio millón menos de los que tenemos en la actualidad o expresado aún de otra manera
en el tercer trimestre del año 2017 había poco más de 19 millones de trabajadores
en el sector público y en el sector privado en el conjunto de España.
Por tanto, si no hubiésemos creado empleo público desde el año 2017, si no estuviésemos
contabilizando a los trabajadores que están en ERTE como trabajadores ocupados y si omitimos
el problema de que algunos trabajadores hoy ocupados en el sector privado trabajan menos
horas de las que trabajaban en el año 2017, en realidad si corrigiéramos todo eso no
estaríamos en una cifra de trabajadores superior a 20 millones, sino de 19 millones.
En definitiva, los recientes datos del mercado laboral no siendo ni mucho menos catastróficos
tampoco son para tirar absolutamente las campanas al vuelo, hay que evaluarlos con prudencia.
No hay que exagerar el buen momento en el que se encuentran ni el mercado laboral español
ni la economía española más en general.
Estamos experimentando una recuperación laboral y económica decente pero ni mucho menos extraordinaria.
Y si el gobierno te quiere vender lo contrario, si el gobierno quiere que creas que estamos
prácticamente en el mejor momento laboral y económico de nuestra historia, entonces
ese gobierno te está intentando manipular.