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El Gobierno de Pedro Sánchez planea subir a partir del 1 de enero de 2024 el IVA de
los alimentos básicos, el IVA del gas, el IVA de la electricidad y el impuesto extraordinario
a la electricidad. ¿Por qué razón? ¿Qué busca con ello? Veámoslo.
A partir del próximo 1 de enero, el Gobierno de Pedro Sánchez eliminará la rebaja del
IVA a los alimentos básicos, la rebaja del IVA al gas, la rebaja del IVA a la electricidad y la
rebaja del impuesto extraordinario sobre la electricidad. ¿Y por qué las elimina? Pues
porque Bruselas le ha pedido que lo haga. A partir del 1 de enero del año 2024 se reactiva
en Europa el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, es decir, la obligación de todos los países que
forman parte de la Unión Europea de mantener a medio plazo unos déficits por debajo del 3% del
PIB y una ratio de deuda pública cercana al 60% del PIB. Es verdad que se trata de un pacto de
estabilidad y crecimiento que está abierto a la renegociación, pero de momento esas son las reglas,
y son unas reglas que ahora mismo España no cumple. España no cumple esas reglas tanto
porque su deuda pública sobre el PIB está casi en el doble de lo que requiere la Unión Europea y
España tampoco cumple porque el déficit público anual, la diferencia entre gastos e ingresos,
supera ese 3% del PIB que mandata el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. ¿Y cómo puede
reducir el déficit público? Pues o bien recortando gastos o bien aumentando ingresos. Y como este
gobierno es ciertamente alérgico a recortar gastos, al contrario, lo que busca es multiplicarlos,
la única vía que tiene para cumplir el Pacto de Estabilidad y Crecimiento es aumentar los
ingresos, es decir, aumentar los impuestos. Y eso es precisamente lo que va a hacer al revertir su
plan de choque contra la inflación, un plan de choque que consistía en rebajar selectivamente
los impuestos de aquellos bienes que más se han encarecido durante los últimos meses, alimentos,
gas o electricidad. Y, evidentemente, una vez se revierta en estas bajadas temporales de impuestos,
los precios por estos productos, electricidad, gas o alimentos, que pagan todos los españoles,
se incrementarán. Dicho otra manera, pagaremos más por la electricidad, por el gas y por los
alimentos, porque el gobierno prefiere subir impuestos a recortar el gasto como forma de
cuadrar el déficit público. Y todo esto, por tanto, debería hacernos recordar dos cosas. Primero,
el endeudamiento público se termina pagando, se termina pagando de alguna forma, ya sea o con
inflación, ya sea o con recortes del gasto público y, por tanto, supuesto deterioro de
los servicios públicos, o se termina pagando con subidas de impuestos. En consecuencia,
cada vez que los políticos gastan más de lo que ingresan, cada vez que los políticos
abusan del endeudamiento público, lo que están haciendo no es crear riquezas sin ningún tipo
de contrapartida, lo que están haciendo es gastar hoy a costa de pasarle la factura con
intereses a las generaciones futuras. Dado que España tiene mucha deuda pública y dado que
España tiene un déficit público por encima del 3% del PIB, toca intentar reconducir la situación
con reducciones del déficit público, que si no se materializan con recortes del gasto, se tendrán
que materializar con subidas de impuestos, que es lo que va a hacer este gobierno a partir del
1 de enero de 2024. Así pues, algunas de las facturas que acumularon los políticos del pasado
ya las empezamos a pagar hoy, y las pagaremos hoy, o más bien a partir del 1 de enero de 2024,
con unos alimentos, con un gas y con una electricidad más caros de lo que podrían ser,
justamente porque algunos políticos en el pasado gastaron más de lo que ingresaron. Y segunda
cuestión que esta subida fiscal a partir del 1 de enero de 2024 debería evocarnos. Cuando el
gobierno de Pedro Sánchez rebajó el IVA de los alimentos, el IVA del gas, el IVA de la electricidad,
el impuesto extraordinario sobre la electricidad, cuando lo rebajó sin recortar otros gastos,
y con el propósito de que esa rebaja tributaria tuviese un carácter meramente temporal,
en realidad lo único que estaba haciendo con esa política era acumular más deuda y, por tanto,
pasar esa factura fiscal a las generaciones futuras. O dicho de otra manera, esta rebaja
tributaria, este plan de choque contra la inflación que aprobó el gobierno de Pedro Sánchez, dado que
no era financieramente sostenible en el tiempo, dado que ni siquiera pretendía ser financieramente
sostenible en el tiempo, dado que generaba nuevo endeudamiento que habrá que pagar en el futuro,
lo único que hacía no era rebajar realmente los precios, lo único que hacía era ocultar la subida
de precios bajo la alfombra del endeudamiento para que estadísticamente no pareciera que los
precios estaban subiendo. Pero si los precios subían y absorbías parte de esa subida con la
generación de nueva deuda, en el fondo esa subida de precios estaba ahí, aunque no la midieras,
aunque la ocultaras debajo de una alfombra de deuda, y esa subida de precios no sólo estaba ahí,
sino que también la terminarán pagando los españoles cuando toque hacer frente a la deuda
generada por esa rebaja transitoria de impuestos que no fue acompañada por una rebaja del gasto y
sí por la generación de deuda. Imaginen que mi factura de la electricidad pasa de 100 a 250
euros y el gobierno, como no quiere que estadísticamente midamos que han subido los
precios, le dice a la compañía eléctrica, tú cóbrale 100 euros, de tal manera que su factura
eléctrica no se haya encarecido. Y yo, gobierno, le cobraré un impuesto de 150 euros y te lo daré
a ti para que compenses la diferencia. Pues en ese caso es evidente que los precios de la electricidad
igualmente han subido, porque yo termino pagando esos mayores precios de la electricidad, aunque
sea a través de impuestos y de un subsidio a la compañía eléctrica, pero estadísticamente no
estaríamos reflejando la magnitud de ese incremento de los precios. Pues aquí algo muy
parecido. Durante un tiempo se han bajado transitoriamente los impuestos sobre la
electricidad, sobre los alimentos, sobre el gas, para que los precios de estos productos no suban
tanto, no se han recortado otros gastos, se ha generado nueva deuda y esa nueva deuda habrá que
cubrirla en el futuro con nuevas subidas de impuestos. Por tanto, en lugar de pagar en 2022
o en 2023 los sobreprecios del gas, de la electricidad o de los alimentos, los pagaremos
vía impuestos más adelante. Y de hecho, para no seguir acumulando deuda por esta rebaja de impuestos,
a partir de 2024 se revierte la rebaja de impuestos mostrando a las claras cuál es su precio real y
no parcheado dentro de España. En definitiva, hipertrofia estatal, saqueo tributario y engaños
continuos y generalizados.