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¿Por qué Javier Milei, el primer presidente liberal libertario de la historia, participó
en el acto político Viva 24 de Vox, en el que también participaron personalidades políticas
profundamente antiliberales? Veámoslo.
Este pasado domingo, Javier Milei, presidente de Argentina, participó en el acto Viva 24
organizado por el Partido Político Español, Vox. La participación de Milei en este acto
ha generado bastante perplejidad entre muchos liberales libertarios, no sólo porque Vox
no sea, ni mucho menos, un partido liberal libertario, sino porque, además, en este acto
también participaron otras personalidades políticas que directamente cabe calificar de
antiliberales, de profundamente antiliberales. Quizá el caso más claro al respecto sea el
de la líder del Frente Nacional francés, Marine Le Pen. Le Pen es, en prácticamente todo,
la antítesis de Javier Milei. Le Pen quiere establecer barreras al comercio para proteger,
a través de aranceles, a la industria francesa. Mientras que Javier Milei abraza la globalización
liberal, no el globalismo, la globalización liberal, y quiere derribar aranceles proteccionistas
para que los ciudadanos argentinos puedan decidir qué productos, argentinos o no argentinos,
comprar. Le Pen quiere incrementar el estado del bienestar, incrementar el gasto público en
educación, el gasto público en sanidad, el gasto público en pensiones, y Milei aspira,
a medio o largo plazo, a reducir todos esos gastos a su mínima expresión. Le Pen defiende un tejido
empresarial estatal muy potente, muy vigoroso e incluso creciente, mientras que Javier Milei quiere
privatizar todo lo que sea privatizable dentro del entramado público empresarial de la Argentina.
E incluso, si vamos más allá de las cuestiones estrictamente económicas, Le Pen considera que
el aborto es un derecho con rango constitucional. De hecho, votó en la Asamblea Nacional francesa a
favor de su inclusión en la Constitución como derecho fundamental, mientras que Javier Milei es
más bien contrario a lo que él considera el mal llamado derecho al aborto. Con lo cual,
si Vox no es un partido netamente liberal libertario, como mucho cabrá decir que Vox es una amalgama de
muchas corrientes de la derecha, entre las que también, aunque cada vez menos, se encuentran los
liberales libertarios. Pero, a su vez, también los falangistas, los conservadores compatibles con el
liberalismo y también los conservadores frontalmente antiliberales, los nacionalistas
antiindividualistas, etcétera. Si Vox es una amalgama de todo eso y sólo una pequeñita parte podría ser
considerada liberal libertaria. Y además, en esta convención participan personalidades políticas como
Le Pen, que claramente son todo lo opuesto al liberalismo libertario, ¿qué hace Javier Milei,
el líder por excelencia del liberalismo libertario internacional, participando en este acto? Pues bien,
este pasado viernes tuve el placer y el honor de entrevistar a Javier Milei y la última pregunta que
le formulé fue básicamente esta. ¿Por qué Javier Milei participaba en el acto de Viva 24 de Vox cuando
dentro de ese acto había corrientes de pensamiento político, había líderes políticos radicalmente
antiliberales? Y creo que su respuesta nos proporciona las dos claves por las cuales Javier Milei, a pesar de la
enorme distancia ideológica que lo separa de muchos de los participantes de ese acto de Viva 24 de Vox,
¿por qué, a pesar de ello, Javier Milei decidió participar? Escuchémoslo.
¿Has venido a participar en un evento de Vox este domingo? Sí. ¿Cómo te gustaría de alguna manera
inspirar a, no a Vox ya, sino a lo que se llaman las nuevas derechas europeas? Porque esas nuevas
derechas son una amalgama de ideas muy diversas, hay algunas que son proteccionistas, otras que tiran
más hacia el libre mercado. ¿Cómo te ves tú encajando ahí? Yo voy a hacer varias referencias. La primera
es, uno tiene que ser una persona que tenga gratitud y ser agradecido. Cuando yo era un ser despreciable
que nadie me quería, digamos, el único que me abrazó fue Santiago Abascal. Por lo tanto, era un imperativo
moral participar del evento, porque además es un amigo y es un gran ser humano.
Primer motivo por el que Javier Milei decidió participar en este acto de Viva 24 de Vox, por lealtad y por
amistad. De Javier Milei podrán decirse muchas cosas, buenas y malas, pero desde luego una de sus
principales características humanas es que es una persona tremendamente leal con aquellos que a su vez
han sido leales con él. Es decir, es una persona tremendamente leal para con sus amigos. Y aquí, en el fondo,
lo que está diciendo Javier Milei es que cuando a él nadie le hacía políticamente caso, cuando era un paria
de la política, porque apenas tenía apoyo electoral y, por tanto, no parecía que fuese a llegar a
presidente de la República Argentina, fue Santiago Abascal, el líder de Vox, quien le tendió una mano
y quien le ayudó a tener reconocimiento y visibilidad internacional. Y ahora que Javier Milei, por su posición
política, tiene mucha más visibilidad internacional que Santiago Abascal, pues le devuelve el favor. Por tanto,
este es el primer motivo que induce Javier Milei a participar en el acto de Viva 24 de Vox. Lealtad y
Amistad. Vamos con el segundo.
Lo otro, lo otro, que hay que entender, que el poder es un juego suma cero.
Y si lo tienen los zurdos, no lo tenemos nosotros. Y eso, ellos lo entienden. Entonces, yo diría,
miren, el cáncer de la humanidad es el socialismo. El enemigo es el socialismo. Si yo les tuviera
que decir algo, es traten de ponerse todos. O sea, una de las cosas maravillosas que se dio ahora
en Argentina y que cuando yo lo proponía durante la campaña y cuando ingresé en política era
que tenía que haber un ordenamiento en términos ideológicos. Digo, para que la gente cuando vota
sepa lo que vota. Entonces, que de un lado queden los colectivistas y del otro lado los que abrazan
la sede de la libertad. Digo, después, obviamente que va a haber matices. Hay una frase de Friedman
que era genial. Dice, mire, los liberales, hay distintos tipos de liberales. Dice, mire,
tiene los liberales clásicos. Usted podría poner ahí a Adam Smith. Lo podemos poner a Friedman ahí.
Digo, hay algunos que hasta lo pondrían a Hayek ahí. Digo, usted tiene los minarquistas.
No sé, podríamos poner a Mises. Y en un momento dice Friedman, digo, cosa que sabía en carne propia
por su hijo. Y si se fija, viene hasta los hay anarquistas. Entonces, lo que digo es, en lugar de estar
tan preocupados por las diferencias que podemos tener en este lado de la vida,
no dejemos que el lado oscuro, negro, satánico, atroz, espantoso, cancerígeno que es el socialismo,
no gane. Y segundo motivo, por estrategia política. Javier Milei considera que todas aquellas fuerzas
políticas no socialistas o no de izquierdas deberían aliarse entre ellas para hacer un
frente común contra la izquierda y derrotarla. De tal manera que sea la no izquierda, la derecha,
si lo queremos ver así, quien llegue al poder y no la izquierda. Porque como dice Milei, el poder es
un juego de suma cero. Por tanto, si no lo tiene la derecha, lo tiene la izquierda. Y Milei considera
prioritario que no lo tenga la izquierda. Y por tanto, que lo tenga la derecha. Sea esa derecha
liberal-libertaria o no lo sea. Y sobre este segundo punto, relativo a la estrategia política,
he de decir que no estoy en absoluto de acuerdo con Javier Milei. Aunque también hay que añadir y
hay que reconocer que Javier Milei, aunque sólo sea por los increíbles logros políticos alcanzados
hasta la fecha, ha de saber por fuerza muchísimo más de estrategia política de lo que sabe un servidor.
Pero no obstante, quiero expresar mi opinión. En primer lugar, no creo que haya que dogmatizar
en contra de la posibilidad de que los liberales libertarios se alíen estratégicamente con fuerzas
no estrictamente liberales para luchar para combatir un enemigo común que represente una
amenaza mayor para la libertad. Sí creo que cuando se producen esas alianzas, los liberales libertarios
han de dejar muy clara la distancia ideológica que los separa y los diferencia de las fuerzas
políticas no liberales con las que se han aliado estratégicamente, pero no creo que haya que renegar
por sistema, por dogma, de esas posibles alianzas políticas coyunturales. Ahora bien, en segundo lugar,
tampoco creo que haya que dogmatizar respecto a que la alianza de los liberales libertarios para
combatir un mal mayor siempre será necesariamente una alianza entre fuerzas políticas no de izquierdas
y en contra de la izquierda. Cuál sea en cada momento y en cada lugar la mayor amenaza política
para las libertades individuales dependerá del contexto concreto en el que nos movamos. Por poner
un ejemplo que no creo que sea controvertido ni para Javier Milei ni para muchos de los que
suscriben esta tesis de Javier Milei. Imaginemos que nos encontramos en una tiranía teocrática de
carácter islamista y ultraconservador. Es decir, que esta tiranía no sería de izquierdas ni
necesariamente socialista. Pues bien, en ese contexto concreto, esa tiranía islamista ultraconservadora,
no de izquierdas, puede ser la mayor amenaza para las libertades de sus ciudadanos. Y si dentro de
esa sociedad, o incluso fuera de esa sociedad, existen fuerzas políticas liberales libertarias,
perfectamente podrían aliarse con fuerzas políticas de izquierdas, ya digo, dentro o fuera de esa
sociedad para combatir, para contrarrestar, para tratar de socavar el poder de esa tiranía
teocrática ultraconservadora islamista. O dicho de otra manera, la posible alianza política entre
liberales y no liberales de derechas no es una alianza política natural y perpetua. Es una alianza
política posible si la lectura de un determinado contexto político sugiere que la mayor amenaza
dentro de ese contexto político concreto es la izquierda. Pero si la mayor amenaza en otro
contexto político concreto fueran fuerzas de derecha antiliberales, entonces la alianza estratégica del
liberalismo contra esa suprema amenaza contra nuestras libertades podría ser, coyunturalmente
siempre, una alianza con la izquierda. Y tercero, precisamente porque, como dice Javier Milei, el
poder es un juego de suma cero, tampoco hemos de perder de vista que el poder dentro de la alianza
entre liberales y no liberales, la alianza contra la izquierda que defiende Javier Milei, el poder dentro
de esa alianza también es un juego de suma cero. Es decir, si el poder dentro de la alianza
antiizquierdista lo tienen los liberales, no lo tienen las fuerzas no liberales. Y si lo tienen las
fuerzas no liberales, no lo tienen los liberales. Si la alianza antiizquierda llega al poder y tiene
que gobernar, la cuestión es con qué políticas, con qué ideología, con qué propuestas va a gobernar.
Porque si en esa alianza antiizquierda tenemos a Milei y tenemos a Le Pen, pues o gobierna Milei o
gobierna Le Pen, o gobiernan las propuestas librecambistas favorables al libre comercio, o gobiernan
las propuestas proteccionistas. O se restringe el derecho, entre comillas, al aborto, o se garantiza
constitucionalmente el derecho al aborto. Con lo cual, precisamente porque el poder es un juego de
suma cero, si se conforma una alianza política coyuntural en contra de un enemigo común, es
previsible que dentro de esa alianza se multipliquen las cuchilladas entre planteamientos ideológicos
no ya rivales, sino directamente antagónicos. Por tanto, y en resumen, no siempre el enemigo
de mi enemigo será mi amigo. Muchas veces el enemigo de mi enemigo también será mi enemigo.
En última instancia, sin embargo, las razones aducidas por Javier Milei para explicar su participación
en Viva 24 de Vox probablemente puedan resumirse en una sola. Y es que Javier Milei, primer presidente
liberal libertario de la historia, necesita de aliados internacionales para no quedarse aislado
en el tablero de la geopolítica mundial. Y a falta de otros líderes políticos renombrados y con capacidad
de acceder a los gobiernos que también tengan una ideología liberal libertaria, parece que Milei
escoge aliarse con aquellas fuerzas de derechas que tengan una agenda antisocialista con la esperanza,
primero, de que esas fuerzas derechistas no adopten un perfil muy contrario a las reformas
liberalizadoras que Milei pretende aplicar en Argentina, y segundo, también con la esperanza
de que la ideología liberal libertaria de Milei termine influyendo en esas otras formaciones
derechistas antisocialistas y hoy por hoy no liberales, pero que Milei probablemente crea
que puede terminar empujando, orientando, influyendo hacia el liberalismo. En cualquier caso,
y esto debería ser lo relevante para el debate estrictamente ideológico, en la respuesta que
ofreció Javier Milei a por qué iba a participar en el acto de Vox junto con otros líderes de la
nueva derecha europea, Javier Milei en ningún momento respondió que por afinidad ideológica.
Amistad, sí. Lealtad, sí. Unidad antisocialista, sí. Pero afinidad ideológica entre aquellos que
conforman un frente contra el socialismo, no. Y lo peligroso de esa estrategia política, porque es
una estrategia política, es que de la misma manera que Javier Milei aspira a influir, a devorar
ideológicamente a aquellas derechas antisocialistas que ahora mismo no son liberales,
con esta alianza de derechas antisocialistas, liberales y no liberales, también se corre el
riesgo de que, primero, las profundísimas diferencias entre ellas no sean nítidamente
percibidas por los ciudadanos y, segundo, que sean las derechas antiliberales quienes terminen
devorando e instrumentalizando en su propio beneficio al liberalismo libertario.