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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Yo, antes de subir un impuesto, me corto un brazo.
Pues parece que, al menos de momento, Javier Millet va a conservar ambos brazos.
Veámoslo.
Uno de los compromisos más firmes que adquirió Javier Millet durante su campaña para las
elecciones presidenciales de Argentina, que terminó ganando, fue el compromiso de no
subir los impuestos a los argentinos.
Dimos, yo voy a renunciar a mi dieta en caso de que llegara a la cámara.
Yo no solo eso, yo me comprometo públicamente, lo puedo hacer frente a esa cámara.
Señores argentinos, les voy a decir algo.
Cambiemos el quince, dimos todo, le subieron impuestos.
Cuando le tuvieron que meter la mano en el bolsillo, no tuvieron reparo alguno.
Yo, antes de subir un impuesto, me corto un brazo.
Sin embargo, la situación económico-fiscal de la Argentina es tan crítica, el país se
debate entre el default y la inflación, que una vez alcanzada la presidencia de la República,
Javier Millet dio marcha atrás a este muy firme compromiso.
Como podemos observar en esta tabla, de los algo más de 5 puntos de ajuste de PIB que
quería efectuar Javier Millet, 2,9 puntos de PIB procedían desde el lado de los gastos
y 2,2, en realidad, como veremos ahora alrededor de un punto, pero en todo caso sobre la tabla,
2,2, procedían desde el lado de los ingresos.
Concretamente, Javier Millet pretendía subir el impuesto país, que es un impuesto que
se cobra a los importadores por adquirir divisa al tipo de cambio oficial, quería incrementar
las retenciones sobre la mayoría de las exportaciones, que es un impuesto que se cobra a los exportadores
por los ingresos que obtienen al exportar, quería revertir la subida del impuesto a
las ganancias que él mismo votó, que él mismo apoyó como diputado y por último quería
revisar el impuesto sobre bienes personales, rebajándolo en algunos casos pero subiéndolo
en otros y aprobar un blanqueo de capitales, una especie de amnistía fiscal para que el
capital vuelva a ser invertido en la Argentina.
De estos 2,2 puntos de PIB de recaudación adicional a través de impuestos, en realidad
solo un punto era propiamente subidas de impuestos, incluso en realidad algo menos, 0,5 o 0,6
puntos de PIB. ¿Por qué razón? Pues porque como ya explicamos en un vídeo anterior,
el vídeo en el que detallamos este plan de ajuste, en realidad la subida del impuesto
país no es más que una reducción del subsidio que reciben los importadores cuando compran
dólares a un tipo de cambio oficial que está bastante por debajo del tipo de cambio
de mercado. Si hoy un argentino quiere comprar dólares al tipo de cambio oficial, ha de
pagar aproximadamente 1.200 pesos. En cambio, si lo compra a través del Banco Central,
ha de pagar unos 820 pesos. Pues bien, lo que hace el impuesto país es incrementar
el precio que ha de pagar cuando lo compra a través del Banco Central, de aproximadamente
820 a alrededor de 960. Aún así, sigue siendo un tipo de cambio subsidiado frente al de mercado,
pero se reduce la magnitud de ese subsidio. Y como también explicamos, la subida de las
retenciones a las exportaciones, que sí son un impuesto, habría sido en realidad un incremento
fiscal sui generis. ¿Por qué razón? Porque al mismo tiempo que se habría decretado esto,
Javier Milei también ha devaluado el tipo de cambio oficial. Lo devaluó desde alrededor
de 400 pesos por dólar a 800 pesos por dólar. Y los exportadores no solo están obligados a pagar
retenciones sobre sus ingresos en dólares, sino también a vender los dólares que ingresan por
exportar al tipo de cambio oficial. No exactamente al tipo de cambio oficial,
pero sí a un precio que referencia el tipo de cambio oficial. Con lo cual,
al devaluar de 400 pesos a 800 pesos, los exportadores han pasado a recibir por cada
dólar que están obligados a liquidar en el Banco Central, han pasado de recibir 400 pesos
a recibir 800. Por tanto, aunque les subieras las retenciones, los pesos que recibirían por dólar
después de aplicarles la retención y la liquidación seguirían siendo más que antes
de la devaluación y de la subida de las retenciones. Por consiguiente y en resumen,
la subida del impuesto país en realidad no es una subida de impuestos, es una bajada de subsidios,
y la subida de las retenciones a las exportaciones sí habría sido una subida de impuestos,
pero bastante sui generis al combinarla con la fuerte devaluación del tipo de cambio oficial
del peso. Lo que incuestionablemente sí era una subida de impuestos que atacaba frontalmente el
la promesa que hizo Javier Milei durante la campaña electoral, y ya lo dijimos en diversas
ocasiones en vídeos anteriores, era la reversión de la bajada del impuesto a las ganancias,
del impuesto a los ingresos personales de los argentinos. Eso sí habría sido una subida de
impuestos. Pero ¿por qué estoy hablando en condicional compuesto? Porque estoy diciendo que
la subida de las retenciones a las exportaciones habría sido un incremento fiscal sui generis,
y la reversión de la bajada del impuesto a las ganancias habría sido un claro incumplimiento
del compromiso electoral asumido por Javier Milei. Pues porque finalmente ni se van a subir las
retenciones sobre las exportaciones, ni, más importante, a efectos de cumplimiento electoral,
va a haber reversión de la bajada del impuesto a las ganancias. ¿Y por qué razón, finalmente,
Javier Milei no subirá el impuesto a las ganancias o algunos tramos del impuesto sobre bienes
personales? Pues porque ahora mismo Javier Milei está negociando con la oposición la aprobación
en el legislativo de su ley OVNIBUS, una ley muy liberalizadora de muchos sectores de la economía
argentina que ya tuvimos ocasión de analizar en varios vídeos publicados hace algunas semanas.
Y dentro de estas negociaciones la oposición, y más concretamente los gobernadores de Juntos
por el Cambio, le han pedido a Javier Milei que retire todo el capítulo fiscal de la ley OVNIBUS,
donde se consagraban algunas subidas de impuestos, como las subidas de las retenciones a las
exportaciones o el incremento de algunos tramos del impuesto a los bienes personales, y también
que retire el proyecto de ley de subida del impuesto a las ganancias. Y Javier Milei ha
tenido que ceder, entre muchas comillas, retirando todas estas subidas de impuestos para que la
oposición acepte votar a favor de la ley OVNIBUS. Hemos decidido retirar el capítulo fiscal de la
Por consiguiente, al menos de momento, veremos si en el futuro, en función de cómo evolucione
el déficit público de Argentina, hay otros cambios, pero al menos de momento no va a ver
subidas de impuestos en la Argentina. Uno puede interpretar que no las va a ver gracias a que los
gobernadores de Juntos por el Cambio, especialmente los de la Unión Cívica Radical, han conseguido
doblegar a un Javier Milei hiperlibertario que quería multiplicar los impuestos, y ellos han
tomado la bandera ahora del liberalismo impidiendo que Milei suba los impuestos. O también puede
interpretar uno que quizá todas las subidas fiscales que había planteado Javier Milei formaban
parte de una opereta para en las negociaciones en el Congreso, que tenían que darse sí o sí cederles
a los gobernadores de Juntos por el Cambio algo de carnaza en forma de retirar aquello que
originalmente Javier Milei no quería incluir en la ley de bases y puntos de partida para la libertad
de los argentinos, es decir, las subidas de impuestos. Es decir, que puede que originalmente
Javier Milei quisiera incumplir de manera clara su compromiso electoral de no subir impuestos,
y que ahora los gobernadores de Juntos por el Cambio lo hayan forzado a mantenerse dentro de
los parámetros de sus compromisos electorales, o puede ser que hayamos estado ante una brillante
táctica negociadora de Javier Milei para conseguir que con muy pocos diputados de su partido de la
libertad avanza, una de las liberalizaciones más profundas de la historia de la Argentina termine
saliendo adelante a cambio de no subir impuestos. No solo eso, es verdad, porque ha habido que
retirar ciertos aspectos de la ley de bases y puntos de partida de la libertad de los argentinos,
y cuando finalmente sea aprobada por el Legislativo ya lo comentaremos aquí.
Pero el último y decisivo paso para conseguir que los gobernadores de Juntos por el Cambio se sumen
al apoyo de la ley de bases sí ha sido no subir impuestos. Ahora bien, y por mucho que a los
liberales nos pueda entusiasmar la idea de que el Estado argentino no vaya a subir impuestos,
hay que tener muy claro que la situación financiero-fiscal del Estado argentino sigue
siendo crítica. Y por tanto, si no se reduce el déficit desde el lado de la subida de impuestos,
es decir, que si para 2024 no va a haber un aumento de los ingresos estatales de punto y medio,
dos puntos de PIB como originalmente estaba previsto, porque lo único que se va a mantener
va a ser la subida del impuesto país, que en realidad ya hemos dicho que no es una subida
de impuestos sino una reducción del subsidio que reciben los importadores, si las otras tres medidas
desde el lado de los ingresos que se contemplaban para bajar el déficit se caen fruto de estas
negociaciones, eso significa que habrá que reducir el déficit en mayor medida desde el lado de los
gastos. Porque en la misma rueda de prensa en la que el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció
que retiraba el capítulo fiscal de la ley de bases y, por tanto, las subidas de impuestos ahí
proyectadas, también reiteró en numerosas ocasiones que el compromiso del gobierno de
Javier Milei con alcanzar el equilibrio presupuestario, el déficit cero en el año 2024,
es innegociable, se mantiene tan vivo como el primer día.
No se va a dejar de cumplir la meta de déficit cero, estamos garantizando el cumplimiento del
déficit cero, nuestro objetivo de déficit cero, esto por supuesto que se mantiene.
Por ende, si esto es así, si hay que alcanzar el equilibrio presupuestario en la Argentina
sin subir impuestos, Javier Milei necesitará volver a sacar a pasear la motosierra.