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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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¿Cuáles han sido las divisas de Sudamérica que peor se han comportado frente al dólar
durante el último año?
El peso argentino y el peso chileno.
Veámoslo.
Durante el último medio año la Reserva Federal de Estados Unidos ha empezado a subir los
tipos de interés para contrarrestar la muy elevada inflación que está azotando el país
después de haber sobrestimulado la economía durante 2020 y 2021 a través de una política
fiscal y de una política monetaria muy agresiva.
Esta subida de los tipos de interés del dólar está provocando un fenómeno que en Ibero
América es sobradamente conocido.
Cuando los tipos de interés del dólar se incrementan, parte de los capitales invertidos
en los países iberoamericanos salen de ellos buscando la mayor rentabilidad que ahora ofrece
el dólar y al experimentar esta fuerte salida de capitales, las divisas nacionales de los
diversos países iberoamericanos se deprecian frente al dólar.
El dólar se fortalece frente a ellas.
Todos los países de la región están afectados por esta dinámica.
Al fin y al cabo, la subida de los tipos de interés del dólar es un fenómeno global
que altera la distribución mundial de los capitales en todas las partes del planeta,
aunque se deja sentir de un modo particularmente intenso en Ibero América.
Ahora bien, que todos los países de la región estén afectados por esta misma dinámica
no significa que todos ellos la sufran por igual.
¿Cuáles son las divisas sudamericanas que, a pesar de la depreciación de las últimas
semanas, todavía consiguen apreciarse en el conjunto del año?
Pues son, esencialmente, dos.
Por un lado el real brasileño y, por otro lado, el peso uruguayo.
Si cogemos el promedio mensual del tipo de cambio de estas divisas frente al dólar,
lo que observamos es que estas dos divisas se aprecian frente al dólar.
Es decir, que hay que entregar una menor cantidad de reales brasileños o de pesos uruguayos
para comprar un dólar.
¿Cuáles son las divisas que han conseguido, de momento, estabilizar su tipo de cambio
frente al dólar durante el último año?
Pues si cogemos los promedios mensuales, esas divisas son el peso colombiano, a pesar de
que durante los últimos días ha experimentado una fuerte caída, pero estamos tomando el
promedio del mes de junio, el peso colombiano, el sol peruano, el guaraní paraguayo y el
boliviano de Bolivia.
Las divisas, en su promedio mensual, desde julio del año 2021 a junio del año 2022,
han logrado estabilizar su valor frente al dólar, a pesar, insisto, de la depreciación
que puedan haber sufrido durante las últimas semanas debido a la fuerte elevación de los
tipos de interés por parte de la Reserva Federal estadounidense.
Y, por último, nos encontramos con dos divisas que, a lo largo del último año y tomando
el promedio mensual de los tipos de cambio, se han depreciado frente al dólar, es decir,
hay que entregar más divisa local para comprar un dólar.
¿Cuáles son esas dos divisas?
¿Cuáles son esos dos farolillos rojos de Sudamérica en materia cambiaria?
Pues por un lado, la divisa que peor se ha comportado, no es ninguna sorpresa, es el
peso argentino.
En su momento ya dedicamos un vídeo a explicar por qué Argentina, en estos momentos, está
siendo azotada por la mayor inflación de Iberoamérica.
¿Cuáles son las causas de este fortísimo estallido inflacionista en Argentina?
Pero es que la segunda peor divisa contra el dólar de la región ha sido el peso chileno.
En su promedio mensual el peso chileno ha pasado de 750 pesos chilenos por dólar a unos
850 pesos chilenos por dólar, y si tomáramos la cotización diaria no el promedio mensual
ya estaríamos claramente por encima de los 900 pesos chilenos por dólar, acercándonos
cada vez más a esa cifra psicológica de 1000 pesos chilenos por dólar.
¿Por qué el peso chileno lo está haciendo tan mal frente al dólar?
Porque durante el último año, a pesar de que el resto de las divisas de la región
os han apreciado o se han estabilizado frente al dólar, el peso chileno se ha depreciado
a un ritmo no tan elevado, pero sí cercano al ritmo al que se ha depreciado el peso
argentino.
Sin duda existe una causa común que explica por qué las divisas iberoamericanas están
sufriendo en estos momentos y están sufriendo por lo que ya he dicho, por la progresiva
elevación de los tipos de interés en Estados Unidos que provoca salidas de capitales de
estos países y por tanto la depreciación de la divisa local frente al dólar.
Pero ¿por qué hay países cuya divisa local, en este caso el peso chileno, se está depreciando
bastante más que la de otros países de la región?
Pues en esencia, porque en años anteriores, en décadas anteriores, cuando Estados Unidos
subía los tipos de interés y por tanto salían capitales de Chile forzando, empujando a una
depreciación del peso, había inversores internacionales que observaban a Chile como
una oportunidad para invertir y si el peso chile no se abarataba, esos inversores internacionales
se lanzaban a entrar con sus capitales en Chile para aprovechar la oportunidad de inversión
que suponía entrar con un peso más barato y eso contribuía a estabilizar el tipo de
cambio, los capitales que salían por los capitales que entraban.
El problema es que ahora mismo no están entrando capitales en Chile y no están entrando capitales
en Chile por la incertidumbre institucional que existe en el país a medio plazo.
No se trata solo de que haya llegado al poder, un gobierno que no es especialmente amigable
con el sector privado, un gobierno que apuesta por mayores regulaciones, por mayor fiscalidad,
por empeorar en definitiva el clima de negocios en Chile, es que sobre todo pende sobre el
país la amenaza de aprobar una nueva constitución que erradique aquellas instituciones chilenas
que durante los últimos 30 años han posibilitado uno de los crecimientos económicos más
intensos de la región.
Si no está claro qué entorno inversor empresarial, social civil, va a existir en Chile después
de la posible aprobación de la nueva constitución, si no está claro hasta qué punto los gobiernos
chilenos utilizarán el amplio margen que les proporciona la nueva constitución para
intervenir de manera muy agresiva en la economía, si no está claro todo esto, es preferible
esperar y ver.
Es preferible no invertir masivamente en Chile hasta que se clarifique si Chile va a seguir
siendo una oportunidad más o menos decente para hacer negocios, para generar valor para
terceras personas o, en cambio, se va a convertir en un país que hauyente que expulse la inversión
porque no se podrá rentabilizar esa inversión bajo la bota del intervencionismo gubernamental
e institucional.
Y si los inversores no quieren entrar en Chile hasta que se clarifique qué rumbo va a seguir
institucionalmente el país, los soportes que históricamente han existido para sostener
la cotización del peso chileno desaparecen y el peso chileno, en este contexto de subidas
de tipos de interés del dólar, se hulde.
Y ese hundimiento del peso chileno evidentemente ceba alimenta, con todavía mayor vigor, la
fuerte inflación que está azotando el país, una fuerte inflación que alcanzará el 13%
durante las próximas semanas.
Si Chile no quiere ser como Argentina, no ha de copiar el modelo argentino.
Y la tabla rasa institucional que se propugna para construir sobre los escombros del Estado
de derecho un nuevo modelo de estado hiperintervencionista es, precisamente, seguir el modelo argentino.