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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

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Esto quiere decir que la economía española va como una moto.
¿Verdad o mentira? Veámoslo.
Hace unos días, y ya en modo de precampaña electoral, el presidente del gobierno Pedro
Sánchez se descolgó con estas llamativas declaraciones.
Bueno, ¿esto quiere decir que la economía española va bien? No.
Esto quiere decir que la economía española va como una moto.
Ya sabemos que Pedro Sánchez no tiene por costumbre de decir la verdad,
pero no obstante conviene analizar si esta afirmación de que la economía española
va como una moto es cierta o no lo es. Y desde luego, un problema inicial con el
que nos encontramos para evaluar la veracidad de esta afirmación es determinar qué entiende
Pedro Sánchez por ir como una moto, cuál es el exacerbado nivel de crecimiento de
expansión económica que encajaría en la descripción de ir como una moto.
Por ejemplo, en el primer trimestre del año 2023 la economía española se expandió a una
tasa intertrimestral, primer trimestre de 2023 con respecto a cuarto trimestre de 2022,
del 0,5%. Esta tasa de crecimiento intertrimestral del PIP
equivaldría a una tasa de crecimiento anualizada del 2%. Crecer a un ritmo del 2% es ir como una moto.
Es verdad que se trata de un ritmo de crecimiento económico más elevado
que el que se esperaba que exhibiera la economía española en estos momentos después de la fuerte
subida de tipos de interés que hemos experimentado. Pero aún así, creo que nadie diría que por el
hecho de que una economía crezca un 2% de manera anualizada, esa economía está yendo como una moto.
A lo largo de la década pasada, la economía española creció al 3%, al 3,5% o incluso al 4%.
Si por crecer al 2% vamos como una moto, creciendo al 4 deberíamos haber ido como un cohete. Y Pedro
Sánchez en esos momentos no afirmó nada similar a esto. Probablemente a lo que se esté refiriendo
Pedro Sánchez cuando dice que la economía española va como una moto es que ahora mismo
está creciendo a tasas sustancialmente más elevadas que el resto de sus colegas europeos.
Por ejemplo, hoy mismo la cuenta oficial del Partido Socialista en Twitter ha escrito el siguiente
mensaje. España lidera el crecimiento de la actividad y el empleo en Europa. Fue el país que
tuvo un mayor crecimiento del PIP en el primer trimestre en tasa interanual, es decir, en el
primer trimestre de 2023 con respecto al primer trimestre del año 2022, con un 3,8%, más del triple
que la media europea. El 1% es la media europea, según ha confirmado Eurostat. Y nos adjuntan una
imagen con un ranking de banderitas en el que comprobamos que en efecto España, a lo largo de
los últimos cuatro trimestres, ha crecido un 3,8%, Chipre un 3,4%, Malta un 3,2%, Rumanía un 2,8%,
Croacia un 2,6%, Portugal un 2,5%, Dinamarca un 2,4%, Países Bajos y Grecia un 2,1%,
Bulgaria un 2%, Italia un 1,9%, Austria un 1,8%, Bélgica un 1,4%, Eslovaquia un 1%,
Francia un 0,9%, Suecia un 0,8%, Eslovenia un 0,7%, Letúnia un 0,4% y a partir de ahí el PIP
del resto de países a lo largo del último año o se ha estancado o ha decrecido. En el caso de
Polonia no ha crecido nada durante el último año, el PIP de Irlanda y de Finlandia ha caído un
0,3%, el de República Checa y Luxemburgo un 0,4%, el de Alemania un 0,5%, el de Hungría un 1,1%,
el de Lituania un 2,7% y el de Estonia un 3,7%. Por tanto, quizá, y forzando un poco los términos,
en términos comparativos sí que podríamos decir que la economía española va como una moto. Es
decir, va sustancialmente mejor que el resto de otras economías europeas. ¿Y por qué esto es así?
Causas las habrá diversas. Por ejemplo, el desigual impacto que ha tenido la guerra en Ucrania en las
distintas economías europeas. O, por ejemplo, la distinta estructura económica de los países.
Ahora mismo lo que está sufriendo más en la economía global no son los servicios, sino la
industria. Y la economía española es una economía que depende mucho más de los servicios,
por ejemplo del turismo, que la economía alemana, que tiene una base industrial mucho mayor. Por
tanto, si ahora mismo lo que se está debilitando en el conjunto del planeta es la demanda y,
por tanto, la oferta de manufacturas, es lógico que aquellas economías con una mayor base industrial
también lo hayan hecho peor durante el último año. Pero dejando de lado las consideraciones
lo que no es honesto es afirmar que la economía española va como una moto porque durante el
último año ha sido la economía que mejor se ha comportado dentro de la Unión Europea,
omitiendo —habría estado muy bien— que el PSOE hubiese adjuntado junto a su imagen de las
banderitas otra imagen de las banderitas donde se nos expusiera la tasa de crecimiento acumulada
de cada una de las economías europeas con respecto, por ejemplo, al cuarto trimestre
del año 2019, es decir, al último trimestre previo a la pandemia. Y si el PSOE hubiese
hecho esto, habría generado una imagen con banderitas similar a esta. Crecimiento económico
acumulado de Irlanda en el primer trimestre de 2023 con respecto al cuarto trimestre de 2019,
27,4%. Es verdad que los datos de PIB de Irlanda siempre hay que cogerlos con pinzas,
porque no son enteramente comparables con los datos del PIB del resto de la Unión Europea.
Pero aún así, crecimiento acumulado de Croacia en el primer trimestre de 2023 con respecto al
cuarto de 2019, 11,8%. En Polonia, 11,2%. Chipre, 8,6%. Malta, 8,6%. Eslovenia, 7,8%.
Dinamarca, 7,6%. Rumanía, 7,5%. Bulgaria, 6,5%. Suecia, 6,4%. Grecia, 5,9%. Letonia,
5,1%. Países Bajos, 4,9%. Luxemburgo, 4,9%. Hungría, 4,5%. Portugal, nuestro vecino Portugal,
4,4%. Lituania, 4%. Bélgica, 3,7%. Austria, 3,5%. Estonia, 3,1%. Eslovaquia, 3%. Italia,
2,5%. Finlandia, 2,3%. Francia, 1,2%. España, esa economía que va como una moto,
menos 0,2%. Alemania, menos 0,5%. Y República Checa, menos 1%. Es decir,
esa economía que va como una moto es la tercera peor economía de la Unión Europea si la comparamos
con el cuarto trimestre del año 2019. Cuidado, que podría significar que la economía española
lo hizo muy mal en el año 2020 y que hubiese comenzado a acelerarse progresivamente en 2021,
2022, 2023 y esperemos que 2024. Y en ese caso, aunque en 2020 hubiésemos estado totalmente
escacharrados, eso no impediría que en estos momentos estuviésemos yendo como una moto.
Ahora bien, los datos hay que contextualizarlos porque parte del sobre crecimiento actual no
deja de ser un rebote, una compensación de la sobrecaída previa. En resumen, la economía
española, esa que va como una moto, todavía no había recuperado en el primer trimestre del
año 2023 el nivel de PIP previo a la pandemia. Lo haremos, salvo catástrofe, en el segundo
trimestre de este año. Y a su vez, en el primer trimestre del año 2023 había crecido en términos
anualizados un 2%, que es un crecimiento que en términos absolutos, no en términos comparativos,
sino en términos absolutos, es un crecimiento bastante mediocre. Aunque quizá cuando Pedro
Sánchez habla de que la economía española va como una moto, a lo que se refiere es que el
mercado laboral español va como una moto. No tanto el PIP, pero sí el mercado laboral.
Sin embargo, también a este respecto no hay nada demasiado sobresaliente o espectacular.
En el primer trimestre del año 2023, el número de personas ocupadas en España era un 2,3% superior
al del último trimestre del año 2019, todo ello ajustado por estacionalidad y calendario.
¿Es mucho que el número de personas ocupadas haya aumentado un 2,3% frente a los niveles
prepandemia? Bueno, pues comparemoslo con el resto de Europa para ver si hay algún tipo de
excepcionalidad dentro de la economía española. En el primer trimestre del año 2023, el número
de personas ocupadas en Irlanda era un 11,1% superior al del cuarto trimestre del año 2019.
En el caso de Luxemburgo un 9%, en el caso de Países Bajos un 6,4%, en Dinamarca un 6%,
en Estonia un 5,2%, en el conjunto de la eurozona un 4,2%, en Bélgica un 4,1%, en Finlandia un 4%,
en Lituania un 3,9%, en Croacia un 3,7%, en Suecia también un 3,7%, en Austria un 3,6%,
en Eslovenia un 3,4%, en Chipre un 3,3% y en España un 2,3%. Por debajo de España aparecen
Italia 1,7%, Hungría 1,7%, Alemania 1,1%, Eslovaquia cuyo empleo todavía es un 0,4% inferior a los
niveles prepandemia y Letonia cuyo empleo también es un 2,3% inferior. Hay que decir que en este caso
no aparecen todos los países porque Eurostat todavía no ofrece todas estas cifras. Por tanto,
tampoco en materia de empleo cabe decir que la economía española vaya como una moto. Todo
Occidente o prácticamente todo Occidente, la Unión Europea y Estados Unidos, desde que han
superado la pandemia han creado mucho empleo. No es algo excepcional o singular de la economía
española, es algo común a prácticamente todas las economías occidentales. No es algo que sea
exclusivamente meditorio de la economía española. Es más, en términos comparativos,
como estamos viendo, a pesar de que España es el país de la Unión Europea con más paro y,
por tanto, con mayor potencial capacidad para generar empleo, a pesar de esto, el dato de
creación de empleo de España durante los últimos años es, dentro del contexto europeo, mediocre.
Lo cual, por cierto, tampoco es que sea exactamente una mala noticia. Hasta la década pasada,
cuando el PIB de la economía española no crecía, destruía mucho empleo. Acabamos de ver que,
desde el fin de la pandemia, el PIB de España no ha crecido y, por tanto, si hubiese mantenido el
patrón histórico que mantenía la economía española, deberíamos haber destruido bastante
empleo durante los últimos años. Y no lo hemos hecho, hemos creado empleo. Por tanto,
este cambio de patrón es una buena noticia, pero es una buena noticia que viene dándose desde la
reforma laboral del año 2012. No es algo exclusivo de los últimos 3 años. Y aun cuando fuera algo
exclusivo de los últimos 3 años, lo que no cabe decir, que es lo que estamos evaluando, es que el
mercado laboral español, a tenor de estos datos, vaya como una moto. Con todo lo anterior no quiero
dar a entender, ni mucho menos, que la economía española ahora mismo sea un desastre, una
calamidad, haya entrado en barrena, esté creciendo o esté destruyendo empleo. Nada de eso. La economía
española sigue creciendo a un ritmo decente y sigue creando una cantidad de empleo igualmente
decente. No espectacular, pero sí decente. Es más, está creciendo y creando empleo a un mayor ritmo
al que se esperaba en estos momentos. Pero una cosa es que estemos mejor de lo que se esperaba,
o incluso que durante los últimos trimestres hayamos sido mejor que el resto de países europeos,
y otra cosa muy distinta es que vayamos como una moto. La diferencia, desde luego, no es menor,
es la distancia que media entre el rigor y la propaganda, entre la verdad y el sanchismo.