logo

Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

¿En qué consiste exactamente el plan de choque económico con el que Javier Milei pretende
que la Argentina vuelva a crecer y a prosperar?
Veámoslo.
Aunque Javier Milei no ha presentado de manera estructurada su plan de choque para la economía
argentina, este va tomando forma en función de sus declaraciones y de sus actos.
El último y más significativo de estos actos ha sido su viaje a Estados Unidos junto al
exministro de finanzas de Mauricio Macri, Toto Caputo.
¿Y por qué este viaje a Estados Unidos junto a Caputo es tan significativo?
Pues porque refuerza por entero la hipótesis de que Javier Milei pretende solventar el
enorme problema de las LELICS y de los PASES dentro del balance del Banco Central de la
República Argentina mediante la obtención de un préstamo extraordinario en dólares por parte de
fondos de inversión estadounidenses. Y es que Toto Caputo está muy bien ubicado,
muy bien posicionado entre esos fondos y es probablemente la persona dentro del
establishment argentino con mayor capacidad para levantar varios miles de millones de dólares en
deuda. Y precisamente aquí es donde pueden surgir las dudas razonables sobre la viabilidad del plan
económico de Javier Milei. Y es que Toto Caputo también fue el artífice del préstamo extraordinario
que el Fondo Monetario Internacional le concedió al gobierno de Mauricio Macri y que supuso su
descrédito y hundimiento definitivo. Intentar sacar adelante una economía sobreendeudada
con más deuda es una operación no imposible, pero sí arriesgada. Sobre todo si esa deuda
adicional la asumes no en tu propia moneda, sino que, como ya sucediera con el FMI o parece que
va a suceder ahora con este viaje a Estados Unidos en busca de financiación en dólares,
la asumes en otra moneda que no controlas, que es el dólar estadounidense.
¿Está el gobierno de Javier Milei condenado a seguir el mismo fatal destino que siguió el
gobierno de Mauricio Macri después de que ambos vayan a incrementar la deuda del Estado en dólares?
Pues todo dependerá de las medidas políticas que adopte Javier Milei a continuación. Si
Javier Milei no hiciera nada más después de recibir este préstamo extraordinario en dólares,
a buen seguro seguiría el mismo o un peor destino que aquel que siguió Mauricio Macri. Sin embargo,
si adopta otras medidas de choque complementarias que Macri no adoptó, puede que sí haya esperanza.
Tratemos de comprender la lógica del conjunto de las acciones que está intentando desarrollar
Javier Milei. Primero, ¿por qué Javier Milei empieza buscando financiación en dólares? Pues
para reducir la deuda viva en lelix y PASES, la deuda viva en pasivos, en pesos del Banco Central
de la República Argentina. En un vídeo anterior ya expliqué la enorme problemática que suponen
estos pasivos. Con esta financiación extraordinaria en dólares, que previsiblemente será a largo
plazo, a bastante largo plazo, no a corto plazo, Javier Milei espera poder desarmar el cepo cambiario
y unificar todos los tipos de cambio en el país, como para que los argentinos puedan comprar y
vender libremente pesos contra dólares sin que haya riesgo a un estallido hiperinflacionista,
que es lo que sucedería si se levanta el cepo sin haber solventado previamente el problema de
las lelix y de los PASES. Ahora bien, con esto no hemos solucionado el problema financiero de
fondo de Argentina. El problema financiero de fondo de Argentina es que está muy endeudada y que
tradicionalmente los políticos han afrontado esa deuda imprimiendo pesos. De ahí la enorme
inflación estructural que actúa como una especie de impuesto sobre los ciudadanos para
costear el exceso de gasto sistemático de los políticos sobre sus ingresos formales. En este
sentido, si Javier Milei intercambia deuda a corto plazo en pesos, las lelix y los PASES,
por deuda a largo plazo en dólares, la financiación que previsiblemente conseguirá en su viaje a
Estados Unidos, lo único que ha hecho ha sido alargar los plazos de vencimiento de esos pasivos
y cambiar la moneda en la que se tienen que amortizar esos pasivos, pero no ha reducido
la deuda total del país. De hecho, si en el futuro el peso se sigue depreciando frente al dólar,
lo que habrá hecho Javier Milei es incrementar la deuda del país, dado que el Estado argentino
tendrá que devolver dólares que se irán encareciendo progresivamente frente a los
ingresos del Estado en pesos. Por eso, los dos siguientes e inmediatos pasos que debe dar Javier
Milei después de haber arreglado a corto plazo, de haber parcheado, si lo queremos, el problema
de las lelix y de los PASES refinanciándolos en dólares a largo plazo, el siguiente paso que
debe dar de inmediato Javier Milei tiene tres partes. En primer lugar, un plan de choque de
ajuste presupuestario. Si la deuda total de Argentina no se ha reducido, y hasta cierto punto
existe el riesgo de que se haya incrementado, es necesario que el Estado argentino incremente
su margen financiera de solvencia para poder hacer frente con holgura al endeudamiento público del
país. Y eso requiere de superávit presupuestario, es decir, requiere de más ingresos y de menos
gastos. Y dado que Javier Milei con buen criterio se opone a subir impuestos, la principal palanca
directa que tiene para cuadrar el presupuesto es la palanca de reducción de gastos. Y, afortunadamente,
parece que Javier Milei tiene bastante claro que una de las prioridades del año 2024 es la cuadratura
del presupuesto para acabar con el déficit público. No hay plata, Alejandro, no hay plata,
si no hacemos el ajuste fiscal nos vamos a la hiper. Nos vamos a la hiper y nos vamos a 95% de pobres
y 70-80% de indigentes. No se negocia el equilibrio fiscal. El equilibrio fiscal no está bajo
discusión. Ministro que me gasta más, lo echo. No sé si soy claro. Ministro que gasta más, lo echo.
El 2024 va a terminar con equilibrio fiscal. Si se equilibra el presupuesto,
incluso si se consigue un cierto superávit, la solvencia del Estado argentino frente a su
stock total de deuda se incrementará. Y al incrementarse la demanda de los pasivos
argentinos aumentará. Es decir, los tipos de interés de la deuda pública argentina caerán
y el peso se apreciará frente al dólar. Pero para eso, insisto, es necesario que la
solvencia percibida del Estado argentino se incremente en relación con su stock total
de deuda. Y para ello no va a ser suficiente alcanzar el equilibrio presupuestario.
En segundo lugar, Javier Milei también tiene que aprobar un plan de choque para relanzar
el crecimiento económico. Tengamos presente que, a corto plazo, los ajustes presupuestarios van a
tener una influencia probablemente contractiva sobre la actividad económica. Eso no significa
que no haya que rebajar estructuralmente los gastos. Significa que el impacto inicial de
la economía hasta readaptarse a una nueva estructura agregada de gastos probablemente
sea una contracción de la actividad económica y de rebote una caída de ingresos. Por eso,
para que parte del ajuste que se está implementando por el lado del gasto no se estropee por el lado
de los ingresos, es necesario que al mismo tiempo se ponga en marcha un plan de estímulo del
crecimiento económico. Porque cuanto más crezca la economía argentina, más aumentarán los ingresos
del Estado argentino sin necesidad de subir impuestos o incluso bajándolos, y a más ingresos
y menos gastos, mayor superávit presupuestario y, por tanto, mayor solvencia frente al stock de
deuda. ¿Y a qué me refiero con un plan de choque que estimule el crecimiento económico? Bueno,
una primera medida que va a ser fundamental para ello es precisamente la eliminación del cepo
cambiario y la unificación de los tipos de cambio. Por eso, probablemente Javier Milei tiene tanta
prisa por resolver el problema de las lelix y de los pases y poder levantar el cepo cambiario sin
que estalle el riesgo de la hiperinflación. Ahora mismo, el tipo de cambio no oficial entre el peso
y el dólar, aproximadamente mil pesos por dólar, es un tipo de cambio que coloca a Argentina,
a la industria argentina, a los activos argentinos, en un precio, en una posición tremendamente barata
y competitiva. Si los argentinos pudieran exportar sus bienes y servicios o sus activos a un tipo
de cambio de mil pesos por dólar, se hincharían a vender al resto del mundo. Y, desde luego,
el capital extranjero estaría deseoso de entrar en Argentina para poder exportar a ese tipo de
cambio tan sumamente competitivo. Es cierto, no obstante, que si se produjeran todos estos
movimientos, el peso tendería a apreciarse frente al dólar. Pero aún así, si no fuera una
apreciación absolutamente extraordinaria, Argentina seguiría siendo un país barato y
competitivo. El problema es que ahora mismo los argentinos no pueden exportar al resto del mundo
a un tipo de cambio de mil pesos por dólar, o los extranjeros no pueden invertir en Argentina a un
tipo de cambio de mil pesos por dólar. Y es que existe un cepo cambiario y un control cambiario
que impone un tipo de cambio oficial de 350 pesos por dólar. El gobierno argentino impide
que se hagan transacciones oficiales a más de 350 pesos por dólar. Y claro, a 350 pesos por dólar,
Argentina ya no es tan atractiva, ya no es tan barata, al menos dentro del contexto macroeconómico
tan complicado al que se enfrenta en estos momentos. Por eso, si se consigue una cierta
estabilización macroeconómica, un levantamiento del cepo y una unificación de tipos de cambio,
cabe esperar que se produzca un boom exportador y un boom de inversión interna dentro de la Argentina.
Pero ese potencial boom exportador y boom inversor debería verse complementado desde el Estado por
otros estímulos e incentivos al crecimiento económico. Por un lado, una liberalización
o deregulación masiva de la economía que abarate los costes de operar empresarialmente dentro del
país. Por ejemplo, reforma laboral, reforma de los alquileres, reforma energética, etcétera. Y por
otro, rebajas fiscales selectivas en aquellas partes de la actividad económica donde los impuestos
desincentiven en mayor medida la inversión. Si se lleva a cabo todo ello y Argentina consigue
crecer de manera importante, los ingresos públicos también lo harán en un contexto de restricción de
los gastos y, por tanto, habrá un equilibrio financiero o un superávit financiero que permitirá
incrementar la solvencia percibida del Estado argentino frente a su stock de deuda.
Y en tercer lugar, además del plan de choque de ajuste presupuestario y del plan de choque de
estímulo al crecimiento económico, hay una tercera pata que tampoco hay que descuidar y
que parece que mi ley desde luego no va a descuidar, que son las privatizaciones. ¿Por qué las
privatizaciones de activos estatales son importantes? No sólo por una cuestión moral, para que no esté
en manos del Estado aquello que puede estar en manos del sector privado. No sólo por una cuestión
de eficiencia, porque si esos activos públicos los colocas en el mercado, en mercados competitivos,
tenderán a estar mejor gestionados que cuando los controla el monopolio burocrático del Estado.
No sólo por estos motivos, sino también porque con las privatizaciones se pueden conseguir ingresos
extraordinarios con los que reducir el stock de deuda pública argentina que ahora mismo pone en
duda la solvencia del país. Este tercer plan de choque, el de las privatizaciones, que podría
haberse emprendido desde ya mismo, parece que Javier Milei lo quiere retrasar algo respecto a
los dos planes de choque anteriores. ¿Y por qué? Pues puede haber ciertos buenos motivos para hacerlo
así. Si Javier Milei tiene éxito con sus dos planes de choque anteriores, con el ajuste
presupuestario y con el estímulo al crecimiento económico, Javier Milei conseguirá, por un lado,
rebajar los tipos de interés dentro de la economía argentina y, por otro, incrementar
las expectativas de ganancias futuras de las empresas y de los activos en Argentina.
¿Esto qué significa? Significa que el valor de los activos argentinos se revalorizará de
manera muy sustancial. A mayores ganancias futuras esperadas y a menor tipo de interés,
mayor es el valor de un activo. Por tanto, parece que Javier Milei tiene en mente privatizar los
activos del Estado argentino después de haber saneado la economía del país y haber puesto en
valor esos activos que hoy por hoy están en manos del Estado argentino. Después de ponerlos en valor,
será capaz de venderlos a precios mucho más altos y, por tanto, la reducción del stock de deuda
resultante de liquidar, de vender, de privatizar esos activos públicos será mucho mayor que si
optara por liquidar hoy esos activos. Porque hoy esos activos, en medio de unos tipos de interés
altísimos y de una incertidumbre macroeconómica muy potente, tienen precios muy inferiores a los
que podrían llegar a tener en un contexto macroeconómico distinto y con tipos de interés
más bajos. Sin embargo, creo que sería muy importante, de cara a la credibilidad y a la
confianza frente a los mercados, que Javier Milei no sólo comprometiera su palabra con la
privatización de determinados activos en manos del Estado argentino, sino que comprometiera la
palabra del Estado, es decir, que aprobara ya un plan de privatizaciones. Aunque se empiece a aplicar
dentro de dos o de tres años, que aprobara ya un plan de privatizaciones para dejarles muy claro
a los mercados que esos activos se van a vender y que el dinero que se obtenga por su venta,
sea mucho o sea poco, idealmente mucho, pero también si es poco, se utilizará para mejorar
la solvencia del Estado argentino. Porque si los mercados temen que esos activos pueden no terminar
vendiéndose en el futuro y que, por tanto, no están realmente subordinados al repago de la
deuda pública argentina, la solvencia percibida del país no mejorará tanto como podría hacerlo,
y eso será una importante piedra en el camino que ha esbozado o que está esbozando hacia la
recuperación macroeconómica Javier Milei. Estas parece ser que serán y deben ser las
tres patas del plan de choque que complementen el endeudamiento en dólares que parece que Javier
Milei está buscando en Estados Unidos. Plan de choque de austeridad presupuestaria, plan de choque
de relanzamiento del crecimiento económico y plan de choque de privatizaciones masivas. Y añadiría,
de hecho, una cuarta e importante medida que ha sido nuclear en la campaña electoral de Javier
Milei, pero que durante las últimas semanas ha comenzado a ponerse en cuestión justamente por
el baile de nombres alrededor de su gobierno. Y esa cuarta medida que a medio plazo también va a ser
muy importante para reforzar la solvencia percibida del Estado argentino es la dolarización. Si una
porción cada vez más importante de la deuda total del Estado argentino está denominada en dólares,
entonces los ingresos del Estado argentino también han de ser ingresos en dólares. Y para que el
Estado argentino pueda cobrar impuestos en dólares, los ciudadanos tienen que tener sus
propios ingresos y han de efectuar sus propios gastos también en dólares. Si el Estado argentino
está muy endeudado en dólares, pero sus ingresos siguen siendo en pesos, va a haber un importante
descuadre entre la divisa en la que recauda el Estado argentino y la divisa en la que está
denominada su deuda. E históricamente ese descuadre ha ido en perjuicio de la divisa en
la que el Estado argentino recauda sus impuestos, es decir, el peso. El peso se ha ido depreciando
frente al dólar. Y eso ha supuesto, como ya hemos explicado antes, que la deuda real del
Estado argentino haya ido aumentando, porque cada vez ha necesitado recaudar más pesos para
amortizar un mismo monto de deuda en dólares. Para no jugar a este peligroso juego del descalce
cambiario de tener los ingresos en una divisa que se puede depreciar y tener la deuda en otra divisa
que se está apreciando frente a la que ingresas, es mejor que ingresos y gastos que deuda e ingresos
estén denominados en la misma moneda, en este caso en dólares. Por eso, Javier Milei no debería
descuidar la dolarización de la economía argentina, porque si incrementa la deuda del
Estado argentino en dólares y sigue recaudando ingresos en pesos, cualquier crisis cambiaria se
convertirá en una crisis de confianza en la solvencia del Estado argentino. Como vemos la
situación económica de Argentina es tremendamente complicada y es necesario que muchas cosas salgan
bien para que todas ellas, reforzándose mutuamente, terminen empujando el país hacia adelante y
salvándolo de su actual situación de insolvencia. Y cuando digo que es necesario que muchas cosas
salgan bien, me refiero en primer lugar a que muchas cosas salgan bien en el terreno político. Es
decir, en primer lugar, que Javier Milei tenga la voluntad y la determinación para sacar adelante
todos y cada uno de los planes de choque que he esbozado con anterioridad. Y en segundo lugar,
que Javier Milei consiga las mayorías necesarias en el Congreso y en el Senado para aprobarlos.
Si el Congreso y el Senado se convierten en obstáculos, en bloqueos para la aprobación de
los planes de choque anteriores, serán el Congreso y el Senado argentinos los que estarán condenando
a la miseria, al empobrecimiento y al colapso económico a millones de ciudadanos argentinos.
Porque meramente por el hecho de que Javier Milei haya llegado a la presidencia de Argentina,
Argentina no va a levantar cabeza. Por el mero hecho de que Javier Milei consiga varias decenas
de miles de millones de dólares en Estados Unidos en forma de financiación extraordinaria,
Argentina no va a levantar cabeza. Para que Argentina levante cabeza es necesario que Milei
consiga aprobar todas las reformas y todos los ajustes que he mencionado con anterioridad. Y
si Javier Milei no quiere aprobarlo, la culpa del fracaso económico será de Javier Milei. Pero si
Javier Milei quiere aprobarlo y no puede aprobarlo, la culpa y la responsabilidad del fracaso y del
colapso económico de Argentina será de aquellos que se lo impidan. El muy incierto y tortuoso
camino de Argentina hacia la recuperación solo acaba de empezar.