This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.
Protesta multitudinaria de las universidades públicas argentinas en contra de los recortes
efectuados a este sector por parte del gobierno de Javier Milei.
Pero, ¿realmente están justificadas estas manifestaciones multitudinarias?
Veámoslo.
Ayer tuvo lugar en Buenos Aires una multitudinaria manifestación en contra de los recortes aplicados
por el gobierno de Javier Milei a la educación pública universitaria del país.
Los organizadores cifran la asistencia en un millón de personas y el gobierno la cuantifica en alrededor de 200.000.
En cualquier caso, se trata de una marcha muy numerosa contra el gobierno y contra la política de ajustes que está practicando.
Pero, ¿exactamente cuál es la queja, cuál es la exigencia, cuál es la reivindicación
de los organizadores de esta marcha en contra de los recortes practicados por el gobierno de Javier Milei
a la educación superior universitaria del país?
Pues que quieren más dinero.
Que quieren que se aumente el presupuesto estatal destinado a las universidades.
¿Y por qué quieren que se incremente el presupuesto estatal dirigido a las universidades?
¿Es que acaso Javier Milei ha aplicado fuertes recortes del gasto a las universidades?
¿Es que acaso les está dando nominalmente mucho menos dinero del que se les venía dando?
No, no es eso lo que ha sucedido.
Lo que ha sucedido es que Argentina vive una altísima inflación
y lo que no ha hecho Javier Milei ha sido incrementar las partidas de gasto
dirigidas a las universidades públicas en la misma medida en que ha aumentado la inflación
durante los últimos meses.
Es decir, Javier Milei no ha aplicado un recorte nominal en el gasto a las universidades públicas
argentinas, pero sí un recorte por licuación inflacionaria en el gasto real destinado a
las universidades argentinas.
Tomemos los datos de uno de los convocantes, de uno de los militantes de esta marcha en contra
de los recortes a las universidades públicas por parte del gobierno de Javier Milei.
El gasto de las universidades públicas podemos dividirlo en dos grandes partidas.
Por un lado, los salarios del personal docente y no docente de esas universidades,
que representa el 90% de todo el presupuesto de las universidades públicas.
Y por otro lado, las transferencias para el funcionamiento de esas universidades,
todos los otros gastos que no son salarios y que representan el 10% de su presupuesto.
Pues bien, en este gráfico, elaborado, como digo, por uno de los convocantes, por una
de las personas que apoya esta manifestación en contra del gobierno de Javier Milei, Jorge
Aliaga, en este gráfico observamos la evolución de la masa salarial en términos nominales,
la evolución de la masa salarial en términos nominales que el gobierno argentino financia
a las universidades públicas. Y en el gráfico vemos que desde el año 2021 hasta noviembre
del año 2023, esa masa salarial en términos nominales ha ido evolucionando a la par que
la inflación. Y sin embargo, desde diciembre del año 2023 se abre una brecha entre la evolución
de la inflación y la evolución de la masa salarial nominal de las universidades.
Esa brecha equivale a una licuación del gasto salarial de las universidades públicas. Equivale
a un recorte real de ese gasto. Concretamente, en el mes de marzo de 2024, si la masa salarial
remitida a las universidades hubiese evolucionado al mismo ritmo que el IPC, debería haber alcanzado
la cifra de 250.000 millones de pesos. Y sin embargo, la masa salarial que remitió el gobierno
a las universidades fue de 175.000 millones de pesos. Estamos hablando, por tanto, de
una licuación de la masa salarial del orden del 30%. Un recorte real en la masa salarial
que, de hecho, es algo inferior al que se experimenta sobre la otra parte del presupuesto universitario,
el 10% restante, los gastos en funcionamiento de carácter no salarial, donde de haber seguido
la evolución de la inflación. El gasto debería ser de alrededor de 18.000 millones de pesos
en el mes de marzo de 2024 y lo fue de 10.000 millones de pesos. Es decir, un recorte en términos
reales por licuación del orden del 45%. Se trata, desde luego, de un recorte considerable
del gasto público. La cuestión es, ¿se trata de un recorte especialmente más acusado que el
que ha efectuado Javier Milei frente a otras partidas del presupuesto, justamente para conseguir cuadrar
las cuentas y combatir el principal problema de la economía argentina, que es la desbocadísima tasa
de inflación? Pues no. En términos interanuales, marzo de 2023, marzo de 2024, el gasto del gobierno
nacional en todas las partidas, no solamente en universidades o en algunas otras partidas,
sino el conjunto del presupuesto nacional redujo su gasto en términos reales en un 35%.
Si hacemos caso a los datos anteriores y suponemos, por tanto, que el gasto público en universidades
se mantuvo constante en términos reales entre marzo del año 2023 y noviembre del año 2023,
y suponemos, además, que durante los últimos cuatro meses, desde noviembre a marzo de 2024,
ese gasto se ha reducido en un 30% en salarios, que representan el 90% del presupuesto universitario,
y en un 45% en gastos de funcionamiento, que representan un 10% del gasto universitario,
lo que tenemos es que durante el último año el gasto universitario se ha reducido en un 32,5%.
Muy cerca, por tanto, de hecho algo por debajo, de la reducción del ajuste del recorte promedio
en el gasto público que ha efectuado Javier Milei desde que asumió la presidencia con un objetivo
muy claro, cuadrar las cuentas como primer paso para estabilizar macroeconómicamente el país,
y que ese país, que esa economía, sea capaz de volver a crecer de manera saludable.
O expresado de otra manera, el gobierno de Javier Milei ha maltratado, en términos presupuestarios,
en mayor medida a las universidades que, por ejemplo, a los pensionistas, no.
En mayor medida a las universidades que a la obra pública, no.
En mayor medida a las universidades que a muchos sectores económicos que recibían importantísimos
subsidios que ahora han sido recortados del gobierno nacional, no.
La queja no se debe, por consiguiente, a que las universidades hayan sido un grupo, un sector,
un apartado del presupuesto nacional especialmente dañado, desproporcionadamente castigado
por los ajustes del gobierno de Javier Milei.
Esa no es la motivación real de fondo de estas protestas.
La causa real de estas protestas es
yo, sector universitario estatal,
no quiero soportar los necesarios costes del ajuste presupuestario.
Quiero que el ajuste lo soporten otros.
No lo quiero soportar yo.
No es que no lo quiera soportar yo en mayor medida que los otros.
Al contrario, quiero que los otros lo soporten en muchísima mayor medida de lo que lo están
haciendo para que yo no tenga que soportarlo en ninguna medida.
Estamos asistiendo, por tanto, a una auténtica lucha de clases, o más bien a una auténtica
lucha de grupos de presión, de grupos de influencia, por el reparto de la tarta de los presupuestos.
El gasto público del Estado se ha achicado, y se ha achicado apreciablemente por muy buenas
razones, para alcanzar y para consolidar el superávit presupuestario como paso previo a
estabilizar el valor de la moneda y como paso previo a la recuperación saludable de la economía
argentina, y los distintos sectores, los distintos grupos perceptores de transferencias,
de rentas de ese presupuesto, que es un presupuesto, no lo olvidemos nunca,
alimentado con el expolio al contribuyente, expolio que luego se redistribuye a través del
presupuesto entre distintos grupos de presión o de influencia, los distintos grupos de presión
cabildean, se enfrentan entre sí y se enfrentan con el gobierno para que la tajada presupuestaria
que siguen recibiendo, a pesar de que el presupuesto se ha achicado, siga siendo la misma que antes.
Pero si el presupuesto se ha reducido, y se tiene que reducir, y unos grupos mantienen
la cantidad de dinero que recibían antes de que el presupuesto se achicara, eso significa que otros
grupos menos organizados, con menor capacidad de presión, con menor capacidad para manipular a la
opinión pública sobre lo importantísimo que es que ese sector siga recibiendo muchísimos fondos
del presupuesto público, otros sectores menos organizados, con menor capacidad de influencia,
tendrán que terminar recibiendo mucho menos dinero del que recibían. Experimentarán el propio recorte
proporcional de que se ha achicado la tarta, de que se ha achicado el presupuesto, pero además deberán
cargar con una porción, con una parte del ajuste de otros grupos de presión que éstos no hacen o no
quieren hacer y que, por tanto, les trasladan en forma de recorte sobreproporcional a los otros grupos.
Y este es uno de los principales retos, de los principales problemas a los que tendrá que
enfrentarse Javier Milei para preservar a medio plazo, si no el superávit presupuestario,
si el equilibrio presupuestario. Porque todos aquellos grupos que reciben transferencias de
dinero público de los presupuestos estatales, ante el recorte por licuación o por motosierra que
han experimentado durante los últimos meses y gracias al cual se ha conseguido un histórico
superávit presupuestario que sienta las bases para acabar con la altísima inflación en la
Argentina, todos esos grupos van a estar protestando y reclamando ¿qué hay de lo mío? Recorta a otros,
no me recortes a mí. Vuelve a subir mi gasto en términos reales al mismo nivel al que se encontraba
cuando la Argentina tenía un alto e insostenible déficit y una desbocada tasa de inflación derivada
de ese déficit. Y si el gobierno de Javier Milei va cediendo a cada una de estas presiones,
el superávit desaparecerá y volveremos a las andadas de déficit e inflación galopante. Pero si
el gobierno de Javier Milei no cede, estas protestas van a ir increscendo. Porque todos estos grupos,
especialmente los mejor organizados, son muy conscientes de que todas estas protestas terminan
generándole un coste político a un gobierno. Terminan socavando, con razón o sin ella, el apoyo
electoral a ese gobierno y, por tanto, como el objetivo de todo gobierno. Con buenas o malas
intenciones. Pero el objetivo de todo gobierno es perpetuarse en el poder, pues al final el gobierno,
si quiere seguir en el poder, se ve empujado a ceder a esas peticiones que son el fundamento del
descontrol presupuestario y, por tanto, de la galopante inflación que ha sufrido Argentina durante
décadas. Comprar el apoyo y el silencio de los grupos de presión sociales regándoles, con dinero de
nueva creación y, por tanto, robando al conjunto de los argentinos no sólo a través de impuestos,
sino sobre todo a través de la inflación. Y este es, en definitiva, el auténtico motivo de fondo detrás
de esta protesta multitudinaria del sector universitario estatal. No queremos ser nosotros
los que nos apretemos el cinturón. Gobierno de Javier Milei, búscate las vueltas para que sean
otros, no nosotros, quienes suframos el ajuste. No es que nos neguemos a sufrir un mayor ajuste que
otros, es que no queremos sufrir ningún ajuste significativo, aun cuando ello suponga que otros
argentinos van a tener que experimentar un ajuste, ya sea mediante impuestos, ya sea mediante inflación,
o ya sea mediante recortes del gasto, van a tener que soportar un ajuste muchísimo mayor que aquel que ya
están soportando. Y lo sabrá probablemente que consideren que hay que priorizar el gasto público a las
universidades y dejar de gastar en otras partidas centrales del presupuesto público, como puedan ser
las pensiones, o como puedan ser los subsidios a los más necesitados, o como pueda ser la obra pública,
aunque ésta ya se ha reducido a prácticamente cero con el gobierno de Javier Milei. Pero al menos que
nos digan claro lo que buscan. Y lo que buscan es, queremos que nuestros salarios no se reduzcan en
términos reales, aun cuando los salarios del resto de los argentinos sí o sí se vayan a reducir en
términos reales. Nosotros no queremos experimentar el mismo ajuste que el resto. Nosotros, personal
universitario, queremos estar protegidos por el Estado de cualquier recorte, de cualquier ajuste,
que sí o sí va a experimentar el resto de la población argentina, en parte porque nosotros
no queremos hacernos cargo de ningún ajuste. Que nos digan lo que buscan y también lo que cuesta
aquello que buscan. Porque si no, estas protestas únicamente están envenenando con desinformación a la
población para trasladarle una imagen irreal de la situación actual. Y la situación actual es que
no hay plata y, por tanto, si se da más plata a las universidades, se dará mucha menos al resto de la
sociedad argentina.