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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Isabel Díaz Ayuso ha rechazado el uso medicinal del cannabis alegando que ella está en contra de las drogas
pero realmente está en contra de TODAS las drogas, veámoslo.
Hace unos días la presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso dijo lo siguiente con respecto a la posibilidad de usar el cannabis con finalidades medicinales
Por otro lado, y como evaluación personal, me parece que las drogas son una condena que quitan la libertad al individuo, le quitan autonomía
y desde luego son absolutamente perjudiciales, pero bueno, eso ya es una evaluación, insisto, personal, de esto en contra de las drogas
así como política general, me parece que es el mayor gláster que tiene una persona, el ser dependiente de ningún tipo de sustancia
Se trata de una postura personal perfectísimamente legítima, el problema de las posturas personales de los políticos es que tienden a transformarse en ley
y tienden a ser impuestas a través de la ley a todos los demás ciudadanos que no tienen por qué compartir esas valoraciones personales
Pero acaso cupiera pensar que al menos la postura personal de Ayuso constituye una postura política coherente
Ayuso en este extracto se ha manifestado en contra de las drogas por cuanto generan dependencia y daños a las personas
De manera que desde una postura conservadora paternalista se podría argumentar que los políticos están legitimados
para interferir, para meterse en la vida de las personas e impedirles acceder a esas sustancias a las drogas
que les pueden terminar generando un daño en el futuro
Aún en el caso de que esas personas sean conscientes de que consumir drogas, de que acceder a las drogas comporta daños
y aún en el caso de que estén dispuestas a consumir drogas haciéndose cargo de los riesgos que ese consumo puede comportar
Como digo, esta sería una postura ideológica conservadora paternalista, no liberal, pero sí conservadora paternalista coherente
El problema es que Isabel Díaz Ayuso dijo cosas como las siguientes durante la campaña electoral
Presidenta, ¿dónde diría usted que tiran las mejores cañas de Madrid?
Pues es difícil porque en Madrid hay muchísimos sitios, la verdad, y aunque es verdad que en algunas ocasiones se toma pitorreo
para mucha gente es importante, porque un buen día, sobre todo en tiempos de pandemia, cuando hay tanto desánimo
y acabar con un familiar, ya que no nos podemos ver en las casas o con un buen amigo, tomando algo, pues anima
Y si has tenido mal día, ni te cuento, entonces, yo creo que el tema de la restauración, de los bares, etcétera
no solo es una cuestión de borracheras, es una cuestión también cultural, es una cuestión también de estado de ánimo
y además también económica
¿O bien Isabel Díaz Ayuso no está en contra de todas las drogas?
¿O bien considera que el alcohol no es una droga? Como esto último no puede ser objeto de discusión
El alcohol es una droga, necesariamente, ha de ser que Díaz Ayuso considera que el alcohol es una droga
que genera menos dependencia y menos daños propios y sobre terceros que el cannabis
Serían estos distintos efectos que el alcohol y el cannabis tienen sobre los consumidores
los que podrían justificar, de hecho, desde una perspectiva consecuencialista, que Díaz Ayuso apruebe, defienda la prohibición del cannabis
y en cambio defienda la legalización del alcohol, no solo la legalización
sino que incluso llega a promover, a hacer apología del consumo, eso sí, moderado y responsable
de algunos tipos de alcohol, como por ejemplo las cañas de cerveza
Pero realmente el alcohol es una droga que genera menos dependencia y menos daños propios y sobre terceros
que otras drogas como el cannabis, pues repasemos que nos dice al respecto la literatura académica
Empecemos con la dependencia que generan el alcohol y el cannabis
Definiremos dependencia como la propensión a seguir consumiendo una droga
aún cuando está ya esté generando efectos negativos sobre el consumidor, sobre el usuario
Pues bien, en un artículo del año 2007 publicado en The Lancet
los investigadores Knutkin, Salzburg y Blackmore trataron de elaborar un ranking
de mayor a menor dependencia de las distintas drogas
Y la conclusión a la que llegaron es que el alcohol es la sexta droga que genera una mayor dependencia
por detrás de la heroína, la cocaína, la nicotina, los barbituricos o la metadona
En cambio el cannabis era la undécima droga que generaba una mayor dependencia
En este índice sintético de dependencia le asignan una puntuación de 1,93 a la dependencia que genera el alcohol
y de 1,51 a la dependencia que genera el cannabis
En un análisis similar, cuyos resultados se publicaron en el año 2010
los investigadores Banamster, Damos, Porjuicen, Coeter y van den Brick
elaboraron también un ranking sobre la dependencia, sobre el grado de dependencia que generan 19 drogas
y las conclusiones fueron muy parecidas, el grado de dependencia que genera el alcohol
es el quinto más fuerte entre las 19 drogas analizadas
El alcohol solo genera menos dependencia que la heroína, que el crack, que la nicotina, que las metanfetaminas
y está al mismo nivel de dependencia, de generación de dependencia que la cocaína
En cambio el cannabis es la duodécima droga que genera mayor dependencia
es decir, que genera un grado de dependencia apreciablemente más bajo que el del alcohol
En este índice sintético el grado de dependencia que genera el alcohol obtiene una puntuación de 2,13
en cambio el grado de dependencia del cannabis es de 1,13
Analicemos ahora los daños personales y sociales, los daños propios y sobre terceros
que generan las distintas drogas, para medir el daño personal y social
se elabora un índice sintético que tiene en cuenta muchos factores distintos
entre los perjuicios personales se mide la letalidad directa, la letalidad indirecta
los daños físicos directos, los daños físicos indirectos, los daños psíquicos directos
los daños psíquicos indirectos, la dependencia, la pérdida de propiedades o la pérdida de relaciones con otros
y en cuanto a los perjuicios sociales se pueden medir la probabilidad de dañar a terceros
la criminalidad, el daño medioambiental, los problemas familiares, los daños internacionales
el coste económico o la merma de cohesión social dentro de una comunidad
y si bien no todos los análisis tienen en cuenta la totalidad de estos factores
si se intenta tomar en consideración la mayoría de ellos
pues bien si regresamos al artículo académico que ya hemos comentado con anterioridad
el publicado en el año 2007 en The Lancet por King, Knuth, Southbury y Blakemore
encontraremos que el alcohol es la 1 décima droga que genera más daños personales
frente al cannabis que es la 17ª
pero es que el alcohol es la 3ª droga que genera mayores daños sobre terceros
sobre el entorno social, mientras que el cannabis es la 1 décima
asimismo si volvemos a echar mano del artículo publicado en el año 2010
por Van Amsterdam o por Huizen, Coeter y van den Brick
encontraremos que el alcohol es la 4ª droga que genera mayores daños en conjunto
teniendo en cuenta tanto los daños personales como los daños sobre terceros
en particular el alcohol solo genera menos daño que el crack, la heroína y el tabaco
pero está por encima de las metanfetaminas y la cocaína
por su parte el cannabis es la 2ª droga que genera mayores daños en conjunto
personales y sobre terceros, es decir a mucha distancia del alcohol
ahora bien, según este mismo análisis, si tenemos en cuenta el grado de penetración social
de las distintas drogas el alcohol no es la 4ª droga que genera más daños
sobre uno mismo y sobre el entorno, sino que asciende a la 3ª posición por encima del tabaco
en el año 2010 también se publicó en The Lancet el que probablemente sea el artículo más completo
sobre el daño personal y social que generan las distintas drogas
un artículo de Knud, King y Philip y la conclusión en este caso es devastadora para el alcohol
el alcohol es la peor droga, la droga que genera más daños en conjunto personales y sobre terceros
en el índice sintético que elaboran el alcohol obtiene una puntuación de daño de 72
la heroína de 55, el crack de 54, las metanfetaminas de 33
la cocaína de 27, el tabaco de 26, las anfetaminas de 23 y finalmente el cannabis de 20
y por último en el año 2020 se ha publicado el estudio La Investigación Más Reciente
sobre este asunto por diversos autores alemanes y las conclusiones a las que llega este artículo
no admiten mucha discusión, leemos textualmente
se estima que el alcohol es una de las sustancias más dañinas y adictivas junto con la heroína, la cocaína, las metanfetaminas
el GHB o las nuevas sustancias psicoactivas
los elevados riesgos del alcohol encajan mal con la regulación alemana de narcóticos
que es similar a la de la mayoría de países, el cannabis y la ketamina han sido calificadas en un rango intermedio
en definitiva el alcohol sí es una droga, de hecho es una de las drogas más duras y más peligrosas que existen
el alcohol es responsable directo e indirecto de la mayoría de las muertes por drogas que se producen cada año en cualquier país
es una droga muchos órdenes de magnitud más peligrosa que genera más dependencia y más daños personales y sociales que el cannabis
y sin embargo el alcohol es legal en la mayoría de países y en cambio el cannabis es ilegal en la mayoría de países
a pesar de que durante los últimos años hemos vivido un proceso gradual de despenalización
por ejemplo, a día de hoy en Estados Unidos más de la mitad de la población del país ya vive en estados donde el cannabis es legal
ya sea para usos médicos o para usos recreativos
Ayuso no puede oponerse a la despenalización del cannabis proclamando solamente que ella está en contra de las drogas
por la dependencia y los daños que generan cuando ella misma ha hecho apología del consumo de una de las drogas más duras y peligrosas que existen
el alcohol y cuidado me parece muy bien que Ayuso apoye que el alcohol siga siendo legal e incluso que anime a los ciudadanos a hacer un uso moderado y responsable del mismo
como el alcohol ha sido legal durante mucho tiempo en muchos países la inmensa mayoría de ciudadanos hemos aprendido a convivir con el alcohol
sin volvernos dependientes del mismo y sin estar expuestos a los enormes daños potenciales que el alcohol es susceptible de generar
pero entonces esta misma lógica debería aplicarse con otras drogas como el cannabis que generan mucha menos dependencia
y son susceptibles de provocar muchos menos daños que el alcohol
la forma de hacer frente a los daños personales y sociales que puede terminar acarreando el abuso de cualquier sustancia
en este caso del cannabis no es prohibiendo el consumo o no es prohibiendo la producción y la distribución de esta droga
es respetando la libertad personal para que cada persona haga lo que quiera con su propio cuerpo
siempre y cuando claro no genere daños sobre terceros y por tanto hacer a cada cual responsable de los daños que genere sobre terceros
y eso sí instar a que cualquier persona que utilice el cannabis lo haga con moderación, con información y con educación
exactamente lo mismo que sucede con el uso moderado, informado y educado del alcohol
un político liberal no debería apostar por un prohibicionismo radical frente a las drogas sino por libertad, educación y responsabilidad