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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Podemos ha sido reducido a cenizas en su negociación política con el sumar de Yolanda Díaz.
A pesar de que Podemos hace nueve años aspiraba a gobernar España, a ganar las elecciones
generales como primera fuerza política, hoy este partido está en descomposición.
¿Qué ha sucedido durante estos nueve años para que Podemos tenga un final tan humillante?
Veámoslo.
Hace prácticamente nueve años, en Vista Alegre, Pablo Iglesias dio uno de sus discursos más
famosos en el que se pronunció la siguiente frase.
El cielo no se toma por consenso, el cielo se toma por asalto.
Aunque desde la perspectiva actual podría parecerlo, esta célebre frase de Pablo Iglesias
no era un ejercicio de vana ambición. A finales del año 2014, las muy diversas encuestas que se
estaban publicando en este país colocaban a Podemos en primera posición del tablero político.
Su intención de voto en las encuestas rondaba el 30% de todo el electorado.
No era por tanto del todo inverosímil que Podemos llegase a ganar las elecciones generales y llegase
a formar gobierno como primera fuerza política en España. De ahí que Pablo Iglesias rechazara
cualquier consenso, cualquier componenda y animara a los suyos a tomar el cielo por asalto.
De hecho, en las elecciones generales del año 2015, Podemos y el resto de partidos que confluyeron
con Podemos en esas elecciones, como Compromís, como Encomú Podem o como Marea, obtuvieron más
de 5 millones de votos y 69 diputados. Tengamos en cuenta que en esas mismas elecciones el Partido
Socialista Obrero Español con Pedro Sánchez apenas logró 5,5 millones de votos. Es decir,
que la diferencia entre el número de votos del PSOE, hasta ahora fuerza hegemónica dentro de la
escena política española, y Podemos en ese momento no llegaba al 10%. Si Podemos hubiese
quedado por delante del PSOE, perfectamente durante los últimos años la fuerza política
hegemónica en España podría haber sido Podemos. Y de hecho, en esas elecciones no estuvieron tan
lejos de superar, de sorpasar al PSOE. Y es que Izquierda Unida concurría por separado a
esas elecciones, e Izquierda Unida obtuvo en solitario casi 1 millón de votos. Por tanto,
la suma de todas las confluencias de Podemos más Izquierda Unida cosecharon más de 6 millones de
votos, frente a los 5,5 millones del PSOE. En las siguientes elecciones generales, celebradas
apenas medio año después, Podemos ya concurrió en coalición con Izquierda Unida, en lo que todavía
hoy se conoce como Unidas Podemos. Y por desgracia para ambos, y por fortuna diría para el conjunto
de los españoles, los votos que obtuvieron Unidos fueron aproximadamente los mismos que Podemos y sus
confluencias habían logrado por separado, 5,1 millones de votos. Es decir, que la coalición
Podemos arrojó una pérdida de 1 millón de votos, de modo que no lograron sorpasar, superar en votos
al PSOE, que repitió los malos resultados de las anteriores generales, 5,4 o 5,5 millones de votos,
pero quedó finalmente por delante de Unidas Podemos. En todo caso, y a pesar de que Pablo
Iglesias no lograra ni en 2015 ni en 2016 su objetivo de superar al PSOE en votos y en diputados,
lo que estas elecciones pusieron de manifiesto es una muy notable fortaleza de Podemos. La
coalición de izquierdas a la izquierda del PSOE tenía un suelo electoral de unos 5 millones de
votos y había obtenido alrededor de 70 escaños en ambas elecciones. Y si nos fijamos en solitario
en Podemos, es decir, si no nos fijamos en los comuns o en compromís, Podemos en solitario tenía
un suelo de alrededor de 3 millones de votos y obtenía alrededor de 40, 42, 45 diputados. Pues bien,
nueve años después, el panorama político de Podemos ha cambiado radicalmente. En las últimas
elecciones municipales y autonómicas, Podemos, en las distintas coaliciones en las que concurría
a esos comicios, apenas obtuvo alrededor de medio millón de votos, seis veces menos que su suelo
electoral en los comicios de 2015 o de 2016. O expresado de otra forma, Podemos, en toda España,
obtuvo menos votos que Mas Madrid solo en la comunidad autónoma de Madrid y solo algunos
votos más que los 350.000 sufragios que consiguió compromís únicamente en la comunidad valenciana.
Han sido estos paupérrimos resultados los que han colocado en una posición de extrema debilidad a
Podemos en sus negociaciones con su mar. Y es que a tenor de esas negociaciones, Podemos prácticamente
desaparecerá como partido en las elecciones del próximo 23 de julio. Si se repitieran los
resultados de las últimas elecciones generales en España en el año 2019, Podemos ahora mismo,
y como consecuencia de la negociación de las listas con su mar, únicamente obtendría 8 diputados.
La humillación de Podemos frente a su mar ha sido absoluta. Se han contentado con apenas 8 diputados
dentro de la coalición y han tenido que aceptar de nuevo humillantemente el veto a dos activos
políticos de referencia dentro de Podemos, como son Irene Montero y Pablo Echenique. En 2014 decían
que salían a ganar a tomar el cielo por asalto y ahora se han arrodillado ante Yolanda Díaz por
8 diputados. ¿Cómo es posible que Podemos se haya descompuesto tanto, tan rápidamente? ¿Qué ha
ocurrido en estos últimos 9 años para que la formación, entonces de Pablo Iglesias, hoy de
Ione Belarra, haya pasado de ser una fuerza hegemónica en España, prácticamente la primera
fuerza política, a ser, como ciudadanos, una fuerza política hoy irrelevante. Bueno, el
discurso de Vista Alegre de Pablo Iglesias al que hemos hecho referencia al comienzo de este vídeo
nos puede dar al menos tres claves del descalabro de Podemos. En primer lugar, Podemos fue en gran
medida un hijo de la crisis económica que arrancó en el año 2008 y que todavía se estaba sufriendo
en el año 2014. Ese hastío acumulado hacia una clase política que parecía incapaz de superar
esa crisis económica que estaba destrozando el país llevó a muchos españoles a apostar por una
nueva y emergente fuerza política como era Podemos. Que saben que el problema de la crisis es que
hemos estado gobernados por golfos y conmangantes. A día de hoy, por suerte, esa crisis económica ya
queda muy lejana. Podemos tener otros problemas, pero desde luego no los de la crisis económica del
año 2012, 2013 o 2014. Por tanto, el contexto que explicó el nacimiento y el auge de Podemos ya
ha desaparecido. Además, y en segundo lugar, Podemos en aquel entonces se nos presentó como
una fuerza política, atención, de centro. Una fuerza política transversal, una fuerza política
no escorada a la izquierda o a la extrema izquierda, sino una nueva fuerza política que pretendía
superar las divisiones tradicionales de izquierda y de derecha.
Después nos dijeron, pero bueno, entonces, vosotros de izquierdas o de derechas, miradme,
¿tenéis alguna duda de lo que soy yo? Pero el problema no era ese, es que nos querían tomar el
pelo. Nos querían hacer jugar en un tablero en el que todo el pescado está vendido, en el que las
cartas están repartidas, en el que para cambiar algo te tienes que colocar al margen izquierdo de
no sé qué. Y nosotros dijimos que no, que no, que nosotros queremos ocupar la centralidad del
tablero, que existe una mayoría social en este país que apuesta por la decencia.
En aquel entonces se nos dijo que la división no era izquierda versus derecha, sino los de arriba
frente a los de abajo. Claro, cuando en 2016 Podemos se une a Izquierda Unida en Unidas Podemos,
entonces las caretas ya se caen. Y aquellas personas no de izquierdas que hubiesen sido seducidas o
engañadas por este tipo de discursos, nosotros no ocupamos ni el lado izquierdo ni el lado derecho
del tablero político, sino la centralidad, pues muchas de esas personas dejaron de votarles,
evidentemente. Pero sobre todo y en tercer lugar, lo que ha terminado destrozando electoralmente a
Podemos ha sido la contradicción entre su discurso regenerador y su praxis política
tradicionalmente castuza. Podemos había venido a impugnar a la casta y se ha terminado convirtiendo
en casta. ¿Cómo lo sabemos? Pues atención a algunas de las perlas que contenía este discurso
de Pablo Iglesias en Vista Alegre. Dicen que llegamos aquí divididos. Yo quiero que les
dediquéis un aplauso irónico a todos esos que dicen que estamos divididos.
¿Qué es lo que pensaban? Si una discusión en Podemos iba a ser como en el PP o en el PSOE,
donde pactan las familias, donde tú me ofreces no sé cuántos puestos en la dirección y
Una discusión en Podemos iba a ser como en el PP o en el PSOE, donde pactan las familias,
se reparten cargos y llegan a acuerdos. ¡Vaya descripción más precisa de Pablo
Iglesias de lo que ha sido Podemos durante los últimos años y ahora mismo sumar!
Aquí Pablo Iglesias nos está diciendo que él es un militante de base que se pone al servicio de
la mayoría, pero en realidad si algo ha definido Podemos durante los últimos años ha sido
justamente el hiperliderazgo de Pablo Iglesias. De hecho, la mayoría de los que aparecen ahora
mismo detrás de Pablo Iglesias en este discurso de Vista Alegre, como Carolina Bescansa o Íñigo
Erejón, fueron decapitados por el propio Pablo Iglesias dentro de Podemos por no alinearse con
su estrategia política y no aceptar su hiperliderazgo dentro de Podemos.
Por eso tienen miedo a Podemos, porque nosotros sabemos decir que no, puede que nos ofrezcan la
presidencia del gobierno a cambio de pactos, puede que nos ofrezcan presidencias de comunidades
autónomas a cambio de pactos, puede que seduzcan a los futuros alcaldes y alcaldesas de Podemos a
cambio de pactos. ¿Y sabéis cuál es la diferencia? Que a lo mejor nosotros decimos,
en esas condiciones no. Porque lo importante no es que el alcalde sea de Podemos, lo importante no
es que el presidente sea de Podemos, lo importante no es que el gabinete de la comunidad autónoma
tenga consejeros de Podemos, lo importante es lo que hemos construido colectivamente. Esa es nuestra fuerza.
Decía Pablo Iglesias aquí que para Podemos lo importante son las ideas y las propuestas,
no los cargos públicos. Pero en cambio lo que hemos visto durante los últimos cuatro años
ha sido una absoluta obsesión de Podemos por los cargos públicos. Ha peleado hasta el punto de
forzar una repetición de unas elecciones generales en España para conseguir meter cabeza dentro del
gobierno. Y lleva una semana amenazando con romper la unidad de la izquierda a la izquierda del PSOE,
no porque las propuestas programáticas de Yolanda Díaz le gusten o le desagraden,
que de hecho no se ha debatido absolutamente nada de esas propuestas programáticas sino para
conseguir meter cabeza dentro de las listas electorales. Quizá Podemos sabe decir que no
a cargos públicos, pero desde luego ahora mismo no quiere decir que no. Y por todo eso,
porque las circunstancias económicas y sociales que explicaron en su momento el nacimiento de
Podemos, porque Podemos se ha destapado como un partido de izquierdas o incluso de extrema
izquierda, y porque Podemos ha terminado mimetizando perfectamente las peores formas
de PP y de PSOE, por todo eso, Podemos ha terminado descomponiéndose. Y por todo eso,
no ha sido Podemos quien ha tomado el cielo por asalto, sino Yolanda Díaz la que ha tomado a Podemos
por asalto.