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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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saludamos ya nuestro invitado de hoy José Ramón Rayo, director general del
Instituto Juan de Mariana, buenas tardes. Vamos a aclarar que el Instituto Juan de Mariana es una
especie de finzando, de grupo de pensamiento económico, que ayer presentaba una
propuesta en la que, con la que aseguran, se puede reflotar banquias sin gastar un
euro de dinero público. Explíquenos lo muy claro, ¿en qué consiste esa propuesta?
Sí, básicamente bueno, nosotros creemos que el capitalismo es un sistema que
funciona estupendamente bien cuando se le deja funcionar y el problema es que
ahora mismo no se le está dejando funcionar en toda su extensión. Cuando
uno lo hace bien debe ganar dinero y cuando uno lo hace mal debe perder dinero.
El problema de que los bancos pierdan dinero y eso se traduzca en quiebras de
los bancos es que en efecto las consecuencias, como todos sabemos, serían
devastadoras. Con lo cual, por desgracia, debido a que tenemos un sistema financiero
muy intervenido y que ha sido muy distorsionado, no se puede dejar
quebrar a un banco. Y en eso sí es cierto que la quiebra no es una
alternativa. Lo que no es cierto es lo que miembros del gobierno han estado
repitiendo en los últimos días de que la única alternativa a la quiebra es la
nacionalización y el rescate con dinero público, es decir, con dinero de todos los
contribuyentes de la entidad. Existe una alternativa que expertos del Fondo
Monetario Internacional o de la Comisión Europea, incluso, pues, están
empezando a plantear como que es la alternativa más adecuada para
afrontar esta crisis bancaria, que es convertir deuda del banco, en este caso de
banquia, en acciones del banco. Un banco está quebrado básicamente cuando, digamos,
todas sus inversiones valen menos que sus deudas, con lo cual es relativamente
sencillo, realmente manejable, transformar parte, no muchas, una pequeña parte de
sus deudas en acciones para que automáticamente la entidad vuelva a
ser solvente, con lo cual no haría falta meter ni un solo euro del
contribuyente en el banco para rescatarlo, para reflotarlo.
Pero esto tendría consecuencias para los accionistas, para los clientes, ¿no?
En principio. Efectivamente, los accionistas actuales, como sucede en
cualquier otra empresa y en cualquier otro banco que ha sido rescatado con
dinero público, deberían perderlo todo. Es decir, en efecto, los accionistas han
invertido en un banco que está, yo creo que todos lo sabemos, quebrado y que, por
tanto, una entidad quebrada, es una entidad que las acciones valen cero.
Entonces, la actual serie de acciones desaparecería y se emitirían nuevas
acciones. ¿Cómo se emitirían esas nuevas acciones? Pues, se entregarían esas
nuevas acciones a los acreedores de la entidad. ¿En un porcentaje muy elevado?
No. En primer lugar, como has comentado los clientes, los depositantes ni siquiera
se enterarían. Afectaría, sobre todo, primero, a los acreedores que han asumido
más riesgo al prestar dinero a la banquia, los llamados acreedores subordinados, para
que nos entendamos la duda subordinaria, es una especie de duda basura, es decir,
dinero que se presta sabiendo que se puede perder y que puede haber pérdidas.
Bueno, sólo convirtiendo todos los acreedores subordinados en acciones, ya
afloran 15.000 millones de euros. Es decir, prácticamente todo el dinero que
dice el gobierno que necesita meter, porque el FROP tiene unos 4.000 millones de
euros y haría falta emitir unos 15.000, ya se consigue sólo con la deuda
subordinada. Pero es que además, si nos fijamos en la deuda no subordinada, aquella
deuda más largo plazo de carácter preferente sobre la subordinada, pueden
aflorar perfectamente otros 8.000 millones, simplemente convirtiendo en
acciones el 10% de la deuda a medio plazo y el 30% de la deuda a largo plazo, de la
deuda que hay en el centro del 2017 y 2050. Es decir, estamos hablando de que una
persona que tiene que que ha prestado 100 euros, por ejemplo, a banquia, cobraría
70 en dinero y 30 en acciones. No es que no cobrara, es que 30 las cobraría en
nuevas acciones y se convertirían en propietarios de la entidad.
Pero un temor cada vez que se ha planteado dejar caer un banco, esto sería para
entendernos una voladura controlada. No sería Lehman Brothers, que dijimos, bueno,
pues no le damos ayuda y a ver qué pasa, dijo el gobierno estadounidense y pasó
lo que pasó. Es todo lo que su propuesta es una voladora controlada, pero esto no
espantaría inversores, porque al final estamos hablando de una quita.
Bueno, realmente no es una voladura, es evitar la voladura, porque lo que queremos
evitar es que en efecto pase como con Lehman Brothers, es decir, que haya una
liquidación desordenada del banco. Queremos que el banco siga funcionando, porque
somos conscientes de que en el actual sistema financiero muy intervenido es
devastador dejar quebrar un banco, pero que la ampliación de capital, digamos, la
suscriban íntegramente los actuales acreedores de la entidad. En efecto,
puede haber consecuencias como que se desconfíe de España. Por eso, primero,
habría que adoptar varias medidas. Primero, que esto no se restrinja solo a
Banquia, sobre todo si somos conscientes de que el sistema financiero español el
problema no se limita a Banquia, habría que recapitalizar de esta manera a todo
el sistema financiero español, y no sería nada demasiado descabellado, ni
mucho menos las cifras son incluso más asequibles que en el caso de Banquia,
porque Banquia es, digamos, la manzana más podrida probablemente del sistema
financiero español, y luego que la recapitalización se produzca de manera
bastante amplia, es decir, que no quede duda de que los bancos españoles ya son
solventes después de esta operación, porque si no, en efecto la gente no quiera
volvernos a prestar, no se fiera de nosotros. En cambio, si lo que demostramos es
que la banca pasa a ser solvente, que no hay ningún riesgo de que en el futuro se
impagan las deudas, no sé si los que nos estaban prestando ahora querrán
seguirnos, seguir prestandonos, pero desde luego otros inversores
observarán la situación de la banca española, verán que es solvente, verán
que es sólida, y volverán a prestar los dineros.
Esta propuesta que ha hecho hoy la Comisión Europea, que como nos explicaba
desde Bruselas nuestro corresponsal, no es algo inmediato, no es algo que se puede
hacer ya, necesitará un proceso, cambiar los tratados, en fin, esto al estado
tampoco le costaría en principio dinero.
Bueno, la propuesta que ha hecho la Comisión Europea básicamente es que el
fondo de rescate que está financiado fundamentalmente por Alemania cubra los
agujeros de la banca. Yo aquí simplemente reflexionaría que lo que no
queramos para nosotros, es decir, que se socializan las pérdidas entre los
contribuyentes españoles, que yo creo que es algo que todo el mundo, prácticamente
todo el mundo rechaza al menos en principio, tampoco lo queramos para
los contribuyentes alemanes. Es cierto que los inversores alemanes que han
invertido en bancos españoles deben sufrir pérdidas, por ejemplo, a través del
sistema que hemos propuesto de convertir deuda en acciones, pero no la
generalidad de todos los contribuyentes alemanes, que son tan inocentes como
pueden ser los otros contribuyentes españoles. Es más, pretender que Alemania
deba financiar íntegramente o en gran parte la recapitalización del sistema
financiero español tiene dos problemas. Uno, Europa ya está muy endeudada y no
necesitamos más deuda, sino menos deuda, y nuestra propuesta va precisamente en esa
dirección, reducir deuda y transformarla en acciones. Y segundo, Alemania no es el
país solvente indefinidamente o solvente a lo infinito, es decir, no vayamos a
enmarronar a Alemania, que es de momento el único motor que está tirando de Europa
y no la arrastremos a nuestra propia carga, a nuestra propia losa de deuda.
Por tanto, no creo que fuera la solución más adecuada. La solución más adecuada es
esta, es desapalancar a la banca, convirtiendo parte de su deuda en acciones y que, por
tanto, paguen los errores aquellos que han invertido en los bancos, pero paguen no
liquidando el banco, no infligiéndoles pérdidas extraordinarias, sino dándoles
acciones del banco, convirtiéndose en propietarios del banco para que el banco
vuelva a ser solvente. Tenemos la prima de riesgo disparada hoy, el gobierno insiste
en que hay mucha presion también de Grecia, aunque aquí tenemos el foco puesto
sobre lo que lo tenemos. Esas dos medidas que han anunciado hoy en la comisión
europea se esperaba que aflojaran un poco la presión. ¿Por qué cree que no ha
sido así? Bueno, primero porque no está claro que esto vaya a entrar en funcionamiento,
quien tiene que pagar esa Alemania y de momento Alemania ha dicho que no quiere.
Entonces, en la medida en que se crea que esto entra en funcionamiento, pues nuestra
prima se relajará, aunque la alemana pues empeorará. Y en segundo término, yo creo
que no estamos de todas formas solventando el problema de fondo, es decir, llevamos
meses o años incluso retrasando a afrontar los problemas, estamos pegando la patada
al balón y esperando que escampe el temporal, cuando no nos damos cuenta de que el temporal
lo tenemos dentro y que no va a escampar hasta que solventemos las cosas dentro.
Lo que tenemos que tener presente es que la economía española está al borde de la
suspensión de pagos. Y esto no se solventa porque otros nos presten el dinero o porque
otros cubran parte de nuestros agujeros. Tenemos que cambiar muchas cosas de la economía
española, entre ellas un estado que está sobreidimensionado, que está adaptado a
funcionar con unos ingresos públicos que eran los propios de la época de la burbuja y que
han desaparecido. Por tanto, necesitamos austeridad de verdad, no la austeridad que
el Gobierno del Partido Pular dice que está implantando, que ninguna austeridad es sangrar
a las cosas medias con suidad de impuestos para financiar un estado enorme y luego liberalizaciones
mucho más profundas del sector público. Y aún así no es seguro ni siquiera que consigamos
salir de una situación de suspensión de pagos, pero es que desde luego el otro camino que
nos están diciendo que sigamos gastar más, que nos paguen las dudas desde fuera, solo
nos aproxima una economía más endeudada y más al borde de la suspensión de pagos.
Bueno, Juan Ramón Rayo, muchas gracias por estar en la economía, se nos ha ido el tiempo
nuestro otro día. Muchas gracias a vosotros.