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Sam Bangman Freight, fundador de FTX, ha sido detenido en las Bahamas, acusado de perpetrar
uno de los mayores fraudes financieros de toda la historia de Estados Unidos.
¿Qué ha sucedido exactamente en este caso?
Veámoslo.
Sam Bangman Freight, fundador del exchange de criptoactivos FTX, ha sido detenido en
las Bahamas, acusado de cometer, atención, uno de los mayores fraudes financieros de
la historia de Estados Unidos.
Los motivos por los que comenzó a destaparse el escándalo de FTX ya tuvimos ocasión
de comentarlos en vídeos anteriores.
Esencialmente Bangman Freight tomaba, se apropiaba del dinero de los clientes de FTX para especular
en el token nativo emitido por FTX, llamado FTT, que era un token que había comprado
masivamente su empresa de gestión de inversiones, su hedge fund, Alameda Research, de esa manera
conseguía inflar el valor de mercado de este token de FTT y, por tanto, anotarse beneficios
extraordinarios en la cuenta de resultados del hedge fund Alameda Research.
Imagina que yo emito mil unidades de un sello, todas las unidades son iguales, y me quedo
con 999 unidades y coloco en el mercado un único sello, y yo luego con dinero, que ni
siquiera es mío, sino con dinero de otra gente, me dedico a comprar y a inflar y a calentar
el precio de ese sello que está cotizando en el mercado, imagina que el precio de ese
sello se dispara a un millón de euros, como yo tengo todavía 999 que no he vendido en
el mercado, puedo decir, como ese sello que se está comprando y vendiendo en el mercado
vale un millón de euros, cada uno de mis 999 sello también vale un millón de euros,
por tanto yo tengo un patrimonio de 999 millones de euros.
Esta era la jugada principal que se desarrollaba entre FTX y Alameda Research.
FTX emitía un token, Alameda Research compraba la mayor parte de ese token, una pequeña
proporción de ese token se vendía en el mercado y luego se utilizaba el dinero de
los clientes de FTX para elevar el precio de mercado de esas pocas unidades que cotizaban
en el mercado, permitiendo que Alameda Research sobre el papel se anotara unos beneficios extraordinarios.
Sin embargo, no pensemos que las acusaciones que pesan sobre Bangman Fright terminen aquí,
según las autoridades estadounidenses, ante lo que estamos es simple y llanamente ante
una burda apropiación del dinero de los clientes de FTX.
El nuevo director ejecutivo de FTX, nombrado por los tribunales para liquidar la compañía
y tratar de recuperar la mayor cantidad posible de dinero para devolvérselo a los acreedores,
ha constatado que no estamos ante ninguna operación financiera extraordinariamente
sofisticada para engañar a la gente, no lo ha calificado como el más viejo de los desfalcos,
es decir, una pura y dura apropiación indebida, una apropiación del dinero de los clientes
para el lucro personal de Bangman Fright y de los suyos.
Según el presidente de la SEC estadounidense, la agencia estatal encargada de supervisar
los mercados financieros, Bangman Fright simplemente construyó un castillo de naipes,
son palabras textuales, que infló propagandísticamente su reputación de exchange serio, de exchange
fiable, de exchange confiable, para así atraer el dinero de muchísimos inversores, no solo
particulares, sino también institucionales.
Black Rock secuoya capital, o incluso el fondo de pensiones de los profesores estatales,
de los profesores públicos de la provincia canadiense de Ontario, todos ellos y muchos
otros operaban en criptoactivos a través de FTX, es decir, le entregaban su dinero
a FTX para que comprará determinados criptoactivos, y FTX se quedaba con ese dinero y lo desviaba
a las cuentas personales de Bangman Fright y de los suyos.
¿Para qué utilizaba Bangman Fright ese dinero? Pues para cubrir sus propios gastos, para
pagar deudas propias y para hacer inversiones, como decíamos, a través de Alameda Research.
Coge el dinero y corre.
Según las autoridades estadounidenses, FTX proporcionaba una línea de crédito ilimitada
a Alameda Research, en virtud de la cual esta, la compañía de inversiones de San Bangman
Fright, podía disponer sobre miles de millones de dólares en activos de los clientes de
FTX. En esencia, coge el dinero y corre.
Y no pensemos que esta apropiación indebida del dinero de los clientes de FTX por parte
de Bangman Fright, era una apropiación reciente. No es que Bangman Fright creara FTX, que durante
mucho tiempo, FTX fuera una compañía íntegra, honesta, rigurosa, confiable en última instancia
y que precisamente porque se fue gestando una buena reputación de empresa confiable,
al final Bangman Fright cayó en la tentación de meter la mano en la caja. No es eso. La
propia acusación de las autoridades estadounidenses contra Bangman Fright, certifican que desde
su misma creación, desde el año 2019, Bangman Fright se ha estado apropiando del dinero
de sus clientes. FTX nunca fue una empresa limpia. Siempre fue un vehículo para atracar
a los clientes de la compañía para mayor lucro de Bangman Fright. Pero claro, en tal
caso la pregunta debería ser obvia. Si desde su misma creación, FTX fue un esquema Ponzi,
un vehículo a través del cual Bangman Fright robaba a sus clientes, ¿cómo es posible
que esta compañía se labrara una percepción social, una reputación de compañía confiable,
de compañía íntegra, de compañía prestigiosa, a través de la cual la gente VIP debía operar
en el mercado de criptoactivos? ¿Cómo es posible esto último? Pues en esencia, pero
una magníficamente orquestada campaña de publicidad alrededor de la figura de Bangman
Fright. Bangman Fright se convirtió en un donante inversor a muchos medios de comunicación,
a muchas organizaciones benéficas y también a un determinado partido político que dentro
de Estados Unidos señaliza la virtud, señaliza el progreso, señaliza la bondad, señaliza
la tolerancia, señaliza la integridad, señaliza el altruismo, señaliza la preocupación por
los demás. Y me estoy refiriendo al Partido Demócrata. Bangman Fright fue, después de
George Soros, el segundo mayor donante del Partido Demócrata. En las recientes elecciones
midterm en Estados Unidos, Bangman Fright se convirtió después de George Soros y a
bastante distancia de él en el segundo mayor donante del Partido Demócrata estadounidense,
donó solo para esas elecciones 40 millones de dólares. Y si os lo estáis preguntando,
acertaréis. El dinero de esas donaciones es dinero robado a los clientes de FTX. No
es una teoría conspirativa, no es una acusación infundada. La propia acusación de las autoridades
estadounidenses contra Bangman Fright confirman que el dinero de esas donaciones al Partido
Demócrata procede del robo a los clientes de FTX. ¿Y por qué Bangman Fright utilizaba
dinero robado a los clientes de FTX para dárselo al Partido Demócrata? No solo para influir
en la dirección del Partido Demócrata, sino también para granjearse un buen nombre dentro
de Estados Unidos. Si Bangman Fright dona dinero al partido de los buenos, ¿cómo va a ser
malo Bangman Fright? ¿Cómo va a estar delinquiendo? ¿Cómo va a estar estafando a nadie? Si fuera
un donante del Partido Republicano, sí podríamos sospechar con razón que es un delincuente,
pero donando dinero al partido de los buenos, Bangman Fright solo puede ser bueno. Y por
tanto, si es bueno, es una persona confiable a la que le podemos entregar nuestro dinero
sin temor a que nos lo robe la típica estrategia del lobo con piel de cordero, solo que en este
caso era un lobo con el pin del Partido Demócrata. En definitiva, estamos ante uno de los mayores
escándalos financieros de la historia de Estados Unidos, pero ante un escándalo financiero
chusco, un escándalo financiero que apenas consiste en haber metido la mano en la caja,
en apropiarse del dinero de tus clientes, algo que podría haber sucedido en cualquier
otro mercado, pero que ha sucedido en el mercado de criptoactivos. Algo que además ha venido
acompañado de una estrategia mediática deliberada para blanquear la imagen de Bangman Fright
con el objetivo de seguir engañando a la gente y seguir atraiendo consecuentemente a
clientes incautos a los que robarles el dinero. Y si todo eso termina demostrándose,
veremos que Bangman Fright lo pague.