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Si, como dicen muchos, Evergrand puede ser el Lehmann Brothers de China y la quiebra
de Lehmann Brothers desató una crisis financiera global, debería estar claro que el Partido
Comunista Chino va a rescatar a Evergrand para evitar que su quiebra genere una crisis
de esa misma magnitud en China.
Pero ¿es eso lo que va a suceder?
Pues no está tan claro, veámoslo.
Los problemas de liquidez de Evergrand son incuestionables, tal como explicamos en el
vídeo de ayer, la compañía carga con 300.000 millones de dólares en deuda, mucha de la
cual es deuda a un plazo relativamente corto medio.
Y sin embargo, Evergrand solo dispone de 15.000 millones de dólares en tesorería, y el
resto del activo de Evergrand, que podría realizarse, que podría convertirse en tesorería
para hacer frente a sus deudas, son promociones inmobiliarias a medio terminar en ciudades
secundarias o terciarias del país.
Por consiguiente, como digo, las dificultades financieras son claras.
Ahora bien, lo que muchos analistas, lo que muchos economistas esperan que suceda, es
que el estado chino termine rescatando a Evergrand para evitar que esta crisis se extienda a
mayores.
Pero ¿es previsible que el Partido Comunista Chino termine rescatando a esta enorme promotora
inmobiliaria?
Cuando formulo esta pregunta, no me estoy refiriendo así, es previsible que el estado
chino despliegue ciertas líneas de defensa para evitar que esta crisis de Evergrand
se convierta en una crisis sistémica.
De hecho, este tipo de intervenciones, este tipo de micro rescates y a los hemos vivido.
Hace unos días, el Banco Popular de China inyectó 15.000 millones de dólares en el
sistema financiero para evitar que las dudas, el pánico, el miedo que se estaba gestando
alrededor de Evergrand contaminara al sistema financiero y mermar a su liquidez.
Pero mi pregunta no va a referida a si veremos este tipo de micro rescates, que es evidente
que sí, sino si vamos a asistir a un macro rescate total de Evergrand o no.
Si el Partido Comunista Chino va a dejar caer o no va a dejar caer a la gran inmobiliaria
al coloso inmobiliario chino de Evergrand.
Y en este sentido hay que decir que existen dudas razonables de que el estado chino termine
rescatando a Evergrand, por dos motivos.
En primer lugar, porque los jerarcas comunistas han intentado pinchar la burbuja inmobiliaria
que se viene gestando en el país durante los últimos años, es decir, han sido ellos
los que en gran medida han provocado la situación que estamos viviendo ahora mismo.
Y en segundo lugar, porque el nuevo discurso de los jerarcas comunistas, en especial de
Xi Jinping a propósito de la lucha contra la desigualdad, es poco compatible con un
rescate de esta mega empresa.
Empecemos por el primero de los puntos.
Cómo el Partido Comunista Chino, como el gobierno chino, ha sido el que ha precipitado
este pinchazo de la burbuja inmobiliaria china.
A principios de este año el gobierno chino aprobó unas nuevas directrices crediticias
sobre los promotores inmobiliarios chinos conocidas como las tres líneas rojas.
¿Cuáles son esas tres líneas rojas?
Pues básicamente se exige a los promotores inmobiliarios chinos que contengan, que pongan
freno a su endeudamiento, a través de tres marcadores.
El primero es que la ratio entre pasivos y activos sea inferior al 70%, es decir, que
como mínimo los fondos propios han de ser del 30%.
La segunda restricción es que el total de deudas, no el total de pasivos, sino el total
de deudas, ha de ser igual o inferior a los fondos propios.
Por tanto, si los fondos propios son 100, las deudas han de ser iguales o inferiores
a 100.
Y la tercera restricción es que la tesorería en relación a las deudas que vencen a corto
plazo ha de ser mayor que uno, es decir, que los promotores inmobiliarios se han de
tener tesorería o equivalentes a tesorería por encima del volumen de sus vencimientos
de deuda a corto plazo.
Que cumplen con los tres criterios, pues entonces el gobierno chino autoriza que la deuda de
los promotores inmobiliarios siga creciendo a ritmos del 15% anual, que sólo cumplen
con dos de los tres criterios, pues entonces se limita el crecimiento de la deuda anual
de los promotores inmobiliarios al 10%, que sólo cumplen con uno, pues entonces la deuda
de los promotores sólo puede crecer un 5% anual, que no cumplen con ninguno, como es
el caso de Evergrand, pues entonces se les prohíbe incrementar su endeudamiento cada
año.
El objetivo de estas restricciones al incremento de la deuda de los promotores inmobiliarios
es claramente forzar un desapalancamiento de estos promotores inmobiliarios y una progresiva
desinversión en el sector del ladrillo chino.
¿Y por qué el Partido Comunista Chino quiere forzar este enfriamiento de la inversión
en el sector del ladrillo en el país?
Pues porque se están dando cuenta de que se está generando una burbuja inmobiliaria
muy importante que está lastrando la capacidad de crecimiento y la capacidad de desarrollo
de la productividad de China.
En este gráfico, gentileza del economista Kenneth Rogoff, podemos observar como casi
el 30% del PIB chino, a finales de 2017, dependía directa o indirectamente de la construcción.
Se trata de una ratio históricamente elevada, incluso por encima, aunque bastante cerca,
de la ratio que tuvimos en España en el pico de nuestra burbuja inmobiliaria.
Y claro, si cada vez un mayor porcentaje del ahorro de los chinos se dirige hacia el ladrillo,
ese ahorro nos está invirtiendo en otros sectores que supuestamente tienen un mayor
potencial de desarrollo futuro como las nuevas tecnologías.
En este otro gráfico podemos observar como el porcentaje de exportaciones tecnológicas
chinas, aquellas que podríamos considerar de alto valor añadido, está relativamente
estancado desde hace años.
Es verdad que aumenta un poquito, pero aumenta muy poco cada año.
¿Y por qué?
Porque lo que está creciendo en el país es el ladrillo.
Y como consecuencia de todo ello, la productividad del conjunto de la economía china, lo que
denominamos productividad total de los factores, lleva estancada incluso en un ligero retroceso
desde el año 2015, la productividad total de los factores que venía creciendo de manera
muy acelerada en China en la década de los 90 o en la década de los 2000, en la década
de los 2010, especialmente en la segunda mitad, vemos que se estanca.
¿Por qué?
Porque coincide con ese estallido del endeudamiento agregado de la economía de China que tuvimos
ocasión de explicar en un vídeo anterior y también coincide con la burbuja inmobiliaria
que estamos describiendo en este vídeo.
Por tanto, si el gobierno chino quiere pinchar de manera pretendidamente controlada, claro,
un aterrizaje suave, como suele decirse, la burbuja inmobiliaria china, que ellos inicialmente
alimentaron con las políticas de crédito barato, sería incoherente que saliera al rescate
de la principal promotora inmobiliaria china, que es precisamente el modelo de negocio que
quiere que se vaya abandonando en el país para dar entrada a otro tipo de industrias
de componente más tecnológico.
Dicho de otra manera, si el gobierno chino rescata Evergrand, estaría contribuyendo
a zombificar la economía china, y esto es algo que parece que el gobierno chino quiere
evitar.
De hecho, a principios de este año ya quebró otro importante holding empresarial chino,
HNA Group, que estaba también volcado en gran medida en actividades inmobiliarias y pese
a que cargaba con pasivos superiores a los 100.000 millones de dólares, no es Evergrand,
pero si es un tercio de Evergrand, el gobierno chino no intervino para salvarlo.
Pero además, como decía, existe un segundo motivo, o de corte más ideológico, que podría
llevar a que el gobierno chino no rescatara a Evergrand en esta crisis de liquidez que
puede convertirse en crisis de solvencia en la que se haya inmerso.
Hace unas semanas, el Partido Comunista Chino dio inicio a su campaña de la llamada Prosperidad
Común y que quiere conseguir con esta campaña la excusa de que va a perseguir una mayor
igualdad tanto de la renta como de la riqueza, es decir, que las disparidades dentro de China
sean menores, que emerge una clase media pudiente a costa de frenar el enriquecimiento de los
más acaudalados, con esta excusa ideológica que encaja muy bien dentro de las premisas
del comunismo, lo que en realidad quiere hacer el Partido Comunista es laminar a la emergente
clase empresarial capitalista, en realidad clase mercantilista en gran medida, porque
ha hecho sus negocios bajo el paraguas del Partido Comunista Chino, pero esa emergente
clase empresarial capitalista que podría llegar a convertirse en un contrapoder del
Estado.
Y como el Partido Comunista quiere todo el poder dentro de China, tiene que ir cortando
cabezas cuando uno acumula demasiado poder.
Pues bien, esa es una campaña que se ha iniciado hace pocas semanas y con la cual van a poner
coto a las grandes fortunas en China.
Sería bastante incoherente con esta campaña pro-igualitarista, con este discurso en busca
de una mayor igualdad en ingresos y en riqueza, que una de las primeras decisiones políticas
que adoptara el gobierno chino dentro de esta nueva campaña fuera a rescatar a un coloso
inmobiliario como Evergrand a costa de los contribuyentes chinos.
En definitiva, aunque los incentivos institucionales para que el gobierno chino rescate a Evergrand
están ahí, Evergrand es un potencial riesgo sistémico, quizá no para la economía mundial,
pero desde luego sí para la economía china, y por tanto, lo más fácil es esconder los
escombros debajo de la alfombra o socializar las pérdidas de esos escombros, también
es cierto que existen razones que podrían llevar a que el gobierno chino deje caer a
Evergrand.
Pero en todo caso, recordemos que el problema ni empieza ni termina con Evergrand.
Haya o no haya rescate, el problema de fondo va a seguir ahí, y el problema de fondo es
el sobreendeudamiento del sector privado chino desde el año 2008 y es la sobreinversión
en actividades a muy largo plazo y de bajo rendimiento como paradigmáticamente lo es
el sector inmobiliario.
Y ese es un problema cuya digestión no le va a ser fácil a China y no va a ser inmediata,
y cuyas consecuencias todavía están por ver en el resto de la economía mundial.