logo

Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

¿Se debe combatir la inflación generando más inflación?
Ese ha sido el modelo que ha aplicado recurrentemente Argentina durante los últimos años
y no les ha salido demasiado bien.
Veámoslo.
La inflación está descontrolada en todo el mundo pero muy especialmente en Argentina,
cuyos precios están incrementando a una tasa interanual de más del 60%.
De ahí que debamos prestar mucha atención en cuáles son las ideas sobre la inflación
que han prendido, que se han extendido a lo largo y ancho de Argentina para no importarlas
al resto del mundo.
Argentina debería ser ahora mismo un perfecto ejemplo de lo que no hay que hacer con la
inflación, salvo que queramos que la inflación se siga descontrolando.
El 60% de inflación que ahora mismo sufren en Argentina difícilmente se puede atribuir
a la crisis internacional del petróleo que ha elevado los precios de la energía o de
los alimentos.
En el resto del mundo, con ese mismo contexto, ciertamente inflacionista, la inflación
ronda el 10, el 11, el 12% como mucho.
Pero desde luego no alcanza ni de lejos ese 60% de Argentina.
Por tanto, más allá del debate en muchos países, como Estados Unidos o como España,
si la inflación viene desde el lado de la oferta o viene desde el lado de la demanda,
es decir, desde el lado del gasto, es más que evidente que en Argentina la inflación
está causada esencialmente por el lado de la demanda, por el lado del gasto, por el
lado de la confluencia de los excesos de la política monetaria y de la política fiscal.
Y en esos excesos y en el discurso ideológico que ha justificado y ha facilitado esos excesos
es en lo que tenemos que fijarnos para evitar repetir esos mismos errores.
Pues bien, un mensaje actualmente muy emboga en muchos países occidentales es que como
la inflación viene desde el lado de la oferta, está causada por una restricción en el acceso
global al petróleo o al gas natural, está provocada por las disrupciones que generó
la pandemia en la cadena de suministros internacionales, como la inflación tiene un componente pura
y exclusivamente de oferta, entonces lo que deberían hacer los gobiernos, lo que deberían
hacer incluso los bancos centrales es proteger a su población de esa inflación como poniendo
en su bolsillo nuevo dinero nuevas ayudas públicas que compensen todo el poder adquisitivo que
han perdido con el alza de los precios, con el alza de la inflación.
Y nos sorprenderá que esta misma mala idea, y a continuación expondremos con más detalle
porque es una mala idea, nos sorprenderá que esta mala idea provenga también de Argentina.
Escuchemos al presidente de Argentina, Alberto Fernández, explicar la impotencia que siente
el gobierno argentino cuando ve que cuanto más dinero coloca en el bolsillo de los ciudadanos
o sorpresa, más suben los precios.
Y ahí es donde yo digo que la puja sectorial de algún modo tiene que encontrar un límite
y tiene que encontrar un punto donde solidariamente digamos, basta, pensemos en nuestra gente,
pensemos en los que necesitan, porque si no, todo el esfuerzo que hacemos, tratando de
poner recursos en los que le están pasando mal, terminan pasando el aspirador a los poderosos,
se terminan llevando el dinero y nosotros no hay dinero que alcance para poner en el bolsillo
de nuestra gente si cada vez que ponemos dinero los precios siguen subiendo, no hay manera.
No hay manera, no, no hay manera de que entendáis algo muy sencillo y es que si tu incrementas
todavía más el gasto de una economía que ya está preñada de altísima inflación,
entonces la inflación se te desboca todavía más.
Alberto Fernández dice, los empresarios suben los precios y si nosotros tratamos de compensar
esa subida de precios colocando más dinero en el bolsillo de la gente, entonces los empresarios
suben todavía más los precios y se comen a través de inflación toda la compensación
que les hemos dado a las familias.
Y no cabe la posibilidad de que es precisamente esa compensación, ese dinero extraordinario,
que el gobierno está colocando en el bolsillo de los argentinos para que mantengan su poder
adquisitivo para que lo gasten en la economía como si la inflación previa no los hubiese
empobrecido de manera exagerada.
No puede ser precisamente ese dinero de nueva creación que está colocando el gobierno
argentino en el bolsillo de los ciudadanos el que alimente todavía más la inflación.
La frase de Alberto Fernández, no hay dinero que alcance para poner en el bolsillo de la
gente si cada vez que ponemos dinero en el bolsillo de la gente los precios siguen subiendo,
podría perfectamente revertirse de esta manera.
No hay forma de que los precios dejen de subir si cada vez que los precios se van frenando
el gobierno sigue colocando dinero en el bolsillo de la gente y por tanto alimenta todavía
más la subida de precios.
No hay manera de evitarlo.
Imaginemos una subasta de un producto, una subasta donde participan dos personas y cada
una de esas dos personas tiene unos ahorros de mil dólares que está dispuesto a gastar
en la subasta.
Pues bien, si estas dos personas están dispuestas a gastarse todo su dinero en comprar el bien
que está siendo subastado, el precio del bien podrá subir hasta mil dólares.
Pero imaginemos que el gobierno le da a alguna de estas dos personas o a las dos 500 dólares,
de tal manera que cada una de estas personas ya no tiene unos ahorros de mil dólares
con los que pujar en la subasta, sino de 1500 dólares.
Pues bien, el precio de ese bien que está siendo subastado ya no será de hasta mil
dólares sino que se incrementará hasta 1500 dólares, si después de esta subida de precios
del 50%, el gobierno dijera que es absolutamente intolerable que el precio de este objeto
haya subido un 50% porque eso ha empobrecido a las personas que estaban pujando por ese
objeto.
Y por eso nosotros, como gobierno responsable que somos, tenemos que compensar la pérdida
de poder adquisitivo que han sufrido estas personas.
Vamos a colocarles mil dólares más en su bolsillo para que la pérdida de poder adquisitivo
que han sufrido no se note, de tal manera que ahora ya no tienen ahorros de 1500 sino
de hasta 2500 dólares cada uno de ellos, de modo que el precio del objeto subastado
ya no será de 1500 dólares, sino que las nuevas pujas máximas llegarán hasta 2500
dólares y el gobierno se frotará la cabeza y dirá, no hay dinero que alcance para cubrir
la pérdida de poder adquisitivo de las personas en la subasta si cada vez que les colocamos
nuevo dinero en el bolsillo los precios siguen subiendo, los precios del bien subastado,
las pujas siguen subiendo, pero es que obviamente están subiendo porque les estás colocando
un exceso de dinero en el bolsillo, no digamos ya, que esa es la otra parte de la realidad
que falta en este ejemplo, si el gobierno entra en la subasta con todo su arsenal de
dinero de nueva creación y se pone a pujar además por ese bien que está siendo subastado
haciéndole la competencia a las dos personas privadas que querían comprar ese objeto,
y el gobierno que puede crear, que puede emitir todo el dinero que desee entra en la subasta
con 10.000 dólares, 20.000 dólares, pujando, sobrepujando por ese objeto que está siendo
subastado, pues evidentemente los precios se van a disparar muchísimo más y en absoluto
lograrás compensar la inflación que tú como gobierno estás generando por mucho que crees
nuevo dinero y se lo repartas a modo de limosna a las personas que están siendo pauperizadas,
que están siendo empobrecidas por la inflación que, repito, tú estás creando. Pues bien
exactamente esa es la situación que está atravesando ahora mismo buena parte del mundo,
la economía mundial está en un contexto de oferta muy inelástica, es decir, que por
mucho que se intente incrementar el gasto nominal sobre la economía esa economía no
es capaz de producir nuevos bienes y servicios en grandes cantidades, y cada nuevo dinero
que emite, que crea el gobierno o cada nuevo gasto público que efectúa directamente el
gobierno en la economía es un dinero que no es guardado por los ciudadanos debajo del
colchón, que no es demandado, que no es atesorado, sino que es dinero y muy especialmente en
Argentina donde guardar, donde atesorar pesos no tiene absolutamente ningún sentido, absolutamente
ninguna lógica, es un dinero que directamente se dirige a ser gastado en la economía. Si
la economía no tiene capacidad para producir más oferta inelástica, oferta rígida y el
gobierno va creando nuevo dinero y añadiendo nuevo gasto a la economía, más gasto privado,
más gasto público, más demanda agregada frente a una oferta inelástica, precios cada
vez más altos.
En definitiva, lo que tiene que hacer un gobierno serio y responsable no es continuar
creando más inflación y compensar a sus ciudadanos por los destrozos financieros que
les ha ocasionado la inflación que él ha creado, porque tales compensaciones únicamente
estarán alimentando más inflación. Lo que tiene que hacer un gobierno serio y responsable
es cesar en su expansionismo monetario y en su expansionismo fiscal, es decir, dejar
de crear inflación.