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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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¿Cuáles son las propuestas económicas de José Antonio Cast? ¿Y las de Gabriel Bórik?
Veámoslo.
O el líder de derechas José Antonio Cast o el líder de izquierdas Gabriel Bórik
será el próximo presidente de Chile. Los dos han pasado a la segunda vuelta en las
elecciones presidenciales celebradas ayer domingo 21 de noviembre. Por tanto, y a estas
alturas del partido conviene que analicemos las principales propuestas económicas de
ambos candidatos para ver quién posee mejores ideas al menos en el campo económico. Hay
que aclarar que el programa tanto económico como no económico de ambos candidatos es
muy extenso. Por ejemplo, el programa electoral de José Antonio Cast tiene más de 850 propuestas,
de tal manera que en este vídeo analizaremos una selección de las que, en mi opinión,
son las principales medidas de cariz económico que cada uno de ellos está planteando. Y
para ello vamos a dividir el análisis en distintos bloques.
Primero, en materia de mercado laboral, Gabriel Bórik apuesta por una mayor regulación,
por una mayor intervención del gobierno y de los sindicatos en las relaciones entre empresarios
y trabajadores. Más en particular, Gabriel Bórik defiende darle mucha más importancia
al convenio sectorial sobre el convenio de empresa, de tal manera que serían los sindicatos
dentro de un sector los que establecerían las condiciones laborales para todas las empresas
de ese sector y no los representantes de los trabajadores de cada una de las empresas
de ese sector. Gabriel Bórik también apuesta por subir el salario mínimo, por incrementar
el salario mínimo, lo que podría dificultar la contratación de aquellos trabajadores
con menor productividad, y a su vez también plantea obstaculizar dificultar el despido
incluso en aquellas situaciones en las que la empresa necesite recurrir a él. En cambio,
y en esta materia José Antonio Cast apuesta por todo lo contrario, por flexibilizar el
mercado laboral generando, creando más tipologías contractuales, mucho más elásticas que las
existentes, con el propósito último de que aquellas personas que resulten demasiado
caras de contratar a través de las figuras contractuales existentes y que por tanto se
ven abocadas a la economía informal, esas personas, ante el nuevo menú más flexibilizado
de contratos, puedan emerger a la economía formal. Además, José Antonio Cast también
plantea otra medida que según cómo se articule no sería tan positiva, y es que toda extinción,
toda extinción de un contrato laboral, conlleve una indemnización en favor del trabajador,
incluso cuando el contrato de trabajo lo extingue motu propio el trabajador. Es decir, que
si el trabajador decide romper un contrato de trabajo aún así recibiría una indemnización
por despido del empresario. ¿Cuál es la motivación de esta medida? La motivación
es correcta y es no desincentivar la movilidad laboral, que si un trabajador en una empresa
ha devengado un derecho de indemnización muy alto y le sale un trabajo en otra empresa
que está mejor remunerado o le ofrece mejores condiciones, que ese trabajador no tenga incentivos
perversos a quedarse en su empresa actual para no perder la indemnización por despido.
Como digo, la idea de fondo está bien porque permite mayor movilidad de trabajadores entre
empresas, pero cuidado, porque según cómo se articule puede dar lugar a comportamientos
perversos. Si un trabajador ha devengado un derecho de indemnización muy cuantioso,
a lo mejor rescinde su contrato de trabajo no para marcharse a otra empresa, sino simplemente
para cobrar esa cantidad de dinero, lo cual podría redundar en contra del objetivo de
José Antonio Caste, que es justamente que aumente la tasa de actividad dentro del país
y que emerja la economía sumergida. Los países europeos que han adoptado una medida
similar a esta, la famosa mochila austriaca, lo que hacen es primero obligar a las empresas
a que coticen mes a mes en un fondo de indemnización contra el despido para los trabajadores y
el trabajador solo cobra ese fondo o cuando es despedido por el empresario o cuando llega
a la jubilación. Si el trabajador se marcha a otra empresa no cobra el fondo, sino que
se lleva ese fondo con él. Otro empresario seguiría haciendo aportaciones a ese fondo,
pero el trabajador no lo recibiría o hasta que se jubile o hasta que lo despide al empresario.
En materia de estado del bienestar, que más bien suele ser el bienestar del Estado, Gabriel
Bórik plantea evidentemente incrementar de manera muy sustancial el gasto en sanidad
y en educación. No solo plantea aumentar el gasto público en sanidad y educación, sino
básicamente convertir todo el sistema sanitario y universitario chileno en un sistema público
o semi público. Gabriel Bórik apuesta por un sistema nacional de salud, por una sanidad
estatalizada, de carácter universal y a su vez también apuesta por la gratuidad de la
enseñanza superior universitaria, es decir, porque el estudiante no pague absolutamente
nada de la matrícula universitaria a pesar de que ese estudiante cursa unos estudios
universitarios para recibir en el futuro un salario mayor al que recibiría un trabajador
sin esos estudios universitarios. De alguna manera, por tanto, se plantea socializar,
entre todos los chilenos, el coste de la educación superior de ciertos trabajadores
para luego privatizar en esos trabajadores las ganancias que ellos obtendrán merced
a esos estudios universitarios. Además, Gabriel Bórik también apuesta por una mayor interferencia
del Estado a través del Ministerio de Educación en la vida interna de las universidades, es
decir, propone atacar la independencia, la autonomía universitaria, incluyendo la de
las universidades privadas, para someterla a un plan nacional de educación, a una coordinación
planificada de los distintos actores que participan de la vida en la universidad. Básicamente,
no digo que ya no haya ni autonomía ni diferenciación, sino que todos los estudios universitarios
estén planificados desde arriba. En cambio, José Antonio Cast parte de la base del respeto
escrupuloso a la autonomía de cada centro docente, incluyendo, por supuesto, los centros
universitarios, y a diferencia de Gabriel Bórik, que plantea una especie de socialización
de todos los gastos pre-universitarios y universitarios, Cast simplemente se compromete a que los
gastos pre-universitarios sean gratuitos, es decir, a socializar entre todos los chilenos,
esa parte de los gastos educativos, no necesariamente reduciendo todo el sistema educativo pre-universitario
a un sistema público, sino previsiblemente a través de algún sistema de ayudas o becas
o cheques escolares, y a su vez también plantea incrementar las ayudas para cursar estudios
universitarios, pero no volverlas gratuitas como Gabriel Bórik. Y a su vez, en materia
de salud, defiende el estatu quo vigente, regulando de una manera más intensa, eso
sí, los seguros sanitarios para, supuestamente, proteger en mayor medida al asegurado frente
a las aseguradoras. Tercero, impuestos. Evidentemente, si Gabriel
Bórik aspira a disparar el tamaño del estado, tendrá que disparar también la recaudación
de ese estado. Ningún estado gasta, salvo extrayendo esos recursos a sus ciudadanos,
más gasto público, son más impuestos, y al menos, en este caso, Gabriel Bórik es
sincero. Su aspiración es a elevar en ocho puntos la presión fiscal de Chile. Los ingresos
públicos sobre el PIB de Chile pasarían del actual 22-23% a más del 30%. Un salto
gigantesco en la fiscalidad, que desde luego sería muy complicado de digerir para la economía,
sobre todo si se quiere aplicar en un periodo de cuatro años. Este tipo de transiciones
suelen ser transiciones de 8, 12, 20 años, pero que en cuatro años, que es el mandato
que tendría Gabriel Bórik, se suba la presión fiscal en ocho puntos, es un ajuste fiscal
brutal sobre las espaldas de la economía. Más discutible es que con las subidas de
impuestos que plantea Gabriel Bórik, se llegue a esa cifra que él ambiciona, que es la cifra
que además él necesita para poder gastar todo lo que dice que quiere gastar. Si no
recauda a ocho puntos más del PIB para gastar en todo lo que quiere gastar, pues tendrá
que emitir mucha más deuda y las finanzas públicas de Chile se empezarían a resentir.
¿Qué impuestos quiere aumentar Gabriel Bórik? Pues, por un lado, el impuesto sobre la renta
dice que es solo a los más ricos, pero esto es como siempre, nunca se sube solo a los
más ricos, en segundo lugar suprimir prácticamente todas las exenciones fiscales, en tercer lugar
establecer un impuesto a la riqueza que, según sus cálculos, solo pagaría el 0,01% de la
población de Chile, de ahí no salen ocho puntos del PIB, y por último impuestos verdes,
que con la excusa de que son verdes los termina pagando absolutamente todo el mundo y en
ocasiones de manera muy sangrante. Por su parte, José Antonio Caz apuesta por lo contrario,
no por subir, no por disparar los impuestos, sino por bajarlos. En particular, José Antonio
Caz propone eliminar todo tipo de tributación que tenga algún tipo de carácter patrimonial,
es decir, fuera impuestos sobre herencias, fuera impuestos sobre donaciones, en segundo
lugar rebajar el IVA, Gabriel Bórik se queja en su programa de que los chilenos pagan mucho
IVA, pero en lugar de proponer bajarlo, como hace José Antonio Caz propone mantener el
IVA y subir mucho otros impuestos, pues bien, en el caso de José Antonio Caz propone bajar
el IVA del 19 al 17%. Mismo tipo impositivo, por cierto, al que propone bajar el actual
impuesto sobre sociedades de Chile que se ubica, se ha ubicado en los últimos años
en el 27%, una rebaja del impuesto sobre los beneficios empresariales de 10 puntos. Además,
ya este último respecto también hay que señalar que José Antonio Caz propone que las pymes
estén exentas, totalmente exentas, tipo cero, de pagar el impuesto sobre sociedades, el impuesto
sobre beneficios empresariales, y a su vez que el resto de empresas no pagan impuestos
sobre aquellos beneficios que reinviertan, es decir, solo se pagaría impuestos sobre
sociedades, sobre beneficios, sobre aquellos beneficios que se distribuyeran a los accionistas.
Esta medida, que puede parecer menor, es fundamental para incentivar la inversión empresarial.
La inversión empresarial es el motor del crecimiento económico de un país y, por
tanto, es muy importante que no se la penalice fiscalmente. Este modelo de no pagar impuestos
sobre beneficios, sobre aquellas ganancias que se reinviertan internamente, es el mismo
modelo que, por ejemplo, tiene Estonia, el país que internacionalmente se considera que
tiene el impuesto sobre sociedades mejor diseñado de todo el planeta.
Y, por último, pensiones. En este campo, la propuesta de Gabriel Bori, que es un cambio
una transformación radical del sistema de pensiones chileno. Más en particular, Gabriel
Bori propone efectuar la transición hacia un sistema público de pensiones, hacia un
sistema público de reparto de pensiones, como el que ahora mismo está provocando recortes
en las pensiones españolas por su insostenibilidad financiera. Esa es la apuesta de Gabriel Bori,
el modelo, que allí donde se aplica de manera generalizada y universal funciona normalmente
tan mal, sobre todo si la demografía no acompaña. ¿Y qué haría Gabriel Bori con todo el ahorro
que ya haya acumulado en las administradoras de fondos de pensiones? Pues supuestamente
respetaría ese ahorro, no habría nuevas aportaciones obligatorias a esas administradoras, si podría
haber nuevas aportaciones a planes privados de pensiones de carácter voluntario, y las
aportaciones que se han efectuado hasta el momento se respetarían aunque se promovería
que se integraran en el sistema público de pensiones. Básicamente sería una apropiación
a la Argentina, porque esto es lo que sucedió en Argentina. Hace 20 años, una apropiación
a la Argentina del ahorro de los trabajadores chilenos. El estado se quedaría con ese ahorro
a cambio de prometerles a esos trabajadores que en el futuro recibirán una pensión.
Una promesa que los estados, ejemplo práctico, España, suelen incumplir de manera recurrente
cuando llega el momento de pagar si no tienen fondos suficientes y si la demografía no
acompaña, no los tienen, lo que hacen es meterle un tijeretazo a la pensión que se
paga y, por tanto, el estado hoy se apropia de tu ahorro y mañana ya veremos qué te
da. En cambio, José Antonio Cast plantea mantener
el sistema actualmente vigente en Chile, el sistema de pensiones privadas, pero con dos
cambios importantes. Por un lado, incremento de las cotizaciones de los trabajadores, de
las cotizaciones obligatorias y, por tanto, de las aportaciones a esos fondos de pensiones,
a esas pensiones privadas. Actualmente la cotización en Chile es del 10% y José Antonio Cast planteía
incrementarla al 14%. Recordemos que en España la cotización para el sistema público de
pensiones ronda el 26%. Es decir, es sustancialmente superior a la que hay en Chile, incluso si
se aplicara la subida de José Antonio Cast. Por eso, muchas veces las comparaciones entre
España y Chile son tan tramposas. En España se cotiza forzosamente mucho más que en Chile
y, por tanto, España tiene capacidad para pagar pensiones relativamente mayores, capacidad
que, de todas formas, debido a la insostenibilidad, a las contradicciones del sistema público
de reparto, ni siquiera puede mantener en el tiempo como estamos viendo ahora.
Pues bien, ese sería el primer cambio, elevación de las cotizaciones sociales para ahorrar
en planes privados de pensiones. Segunda reforma, crear una pensión universal básica, una pensión
universal de mínimos que cobrarían todos los chilenos. Este es un modelo similar al
que existe, por ejemplo, en Dinamarca, donde el Estado paga una pensión universal pública
muy bajita y todo lo demás se complementa con pensiones privadas, con ahorro privado.
La idea no es necesariamente mala, sobre todo si la comparamos con la alternativa que plantea
Gabriel Bórik, pero, en este caso, empezamos a ver las costuras, las debilidades del programa
económico de José Antonio Cast. Vamos a ver, pensión pública universal básica, aumento
de las ayudas a la educación, aumento del gasto en defensa. Al final, José Antonio Cast
está planteando un incremento notable del gasto público del Estado chileno. Es verdad
que también propone otros recortes, pero los recortes que propone no son en absoluto
de la misma magnitud que el aumento del gasto que está planteando. Y al mismo tiempo, promete
una rebaja de impuestos muy ambiciosa, pues entonces las cuentas empiezan a no cuadrar.
Más gasto público, menos recaudación fiscal, más déficit público. Y José Antonio Cast,
con buen criterio, también ha dicho que él es enemigo del déficit público. Por tanto,
todo no puede ser. O se bajan impuestos y se aumenta el gasto público, en cuyo caso
se disparará el déficit o no se bajan impuestos y se aumenta el gasto público, en cuyo caso
el déficit no tiene por qué dispararse desde luego, no tanto. O no se aumenta el gasto
público y se bajan impuestos, en cuyo caso de nuevo el déficit público aumentaría,
pero no se dispararía. Todo a la vez, no. En fin, estas son las principales propuestas
económicas de los dos hombres que aspiran a ser presidente de Chile. Esperemos que
el próximo 19 de diciembre, segunda vuelta en las elecciones presidenciales, los chilenos
escogan bien o, mejor dicho, no escogan demasiado mal.