This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.
¿Qué les interesa más a los políticos? ¿Mejorar tu salud o quedarse con tu cartera? Pues en realidad
quedarse con tu cartera mientras te persuaden de que están mejorando tu salud. Sin embargo,
en ocasiones esta fachada de mentiras se desmorona y nos deja ver la auténtica cara del gobierno.
En Japón, el fisco del país promoverá el consumo de alcohol entre los jóvenes para incrementar la
recaudación tributaria. Veámoslo. ¿Por qué los estados cobran impuestos sobre drogas legales como
el alcohol o el tabaco? Existen al respecto dos posibilidades. La primera es que establecen altos
impuestos sobre estas sustancias para desincentivar su consumo. Los estados adoptan una pose paternalista,
una pose preocupada por la salud de los ciudadanos y, por tanto, intentan que estos no consuman
sustancias que a largo plazo podrían perjudicar su salud. Y precisamente para desincentivar
esas prácticas ciudadanas colocan impuestos muy importantes sobre los mismos y, al encarecer estas
sustancias, reducen su demanda. Esa es una posibilidad. La otra, que establecen impuestos sobre
el alcohol o el tabaco para incrementar su recaudación impositiva. Las drogas legales como
el alcohol o el tabaco son bienes con una demanda muy inelástica. Es decir, tiene que subir mucho
el precio de estos productos para que el consumidor deje de adquirirlos. En consecuencia,
si se establecen impuestos muy altos, muchos consumidores los seguirán pagando para seguir
accediendo a estas drogas legalizadas como el alcohol o el tabaco. Y si los ciudadanos pagan
impuestos muy altos sobre estos bienes, la recaudación impositiva del Estado se incrementará de
manera sustancial. Por ejemplo, en España, con los impuestos especiales que recaen sobre el tabaco
y sobre el alcohol, así como con el IVA que recae sobre estos productos, el estado español recauda
cada año más de 10.000 millones de euros, es decir, alrededor del 1% del PIB, una suma de
dinero considerable a la que probablemente el estado español no querría renunciar. Es decir,
que si al estado español mañana se le planteará la disyuntiva de ¿qué prefieres que nadie consuma
alcohol y tabaco? Y por tanto, ¿quedarte sin esa recaudación? O ¿que la gente siga consumiendo
alcohol y tabaco y por tanto obtener una sustanciosa recaudación al mismo tiempo que dices que esos
impuestos que los están desangrando son impuestos por su propio bien, que no les está robando para
robarles, sino que les está robando por su salud? Pues probablemente el estado español les cogería
que se mantuviese o incluso quizá que se incrementara el consumo de alcohol o tabaco para aumentar
la recaudación. Quizá esto pueda sonar muy conspirativo. Al fin y al cabo, mucha gente tiene
una visión de los políticos como personas que en general buscan el interés general, el bien
común, aún cuando puedan dentro de esa búsqueda del interés general perseguir también su interés
particular, que en este caso pasaría por aumentar la recaudación impositiva, por manejar más recursos
desde el gobierno y por tanto por establecer más redes clientelares, más relaciones de dependencia
con el gobierno, con su gobierno y asegurarse o al menos incrementar la probabilidad de asentarse
en el poder. Sin embargo, tenemos un ejemplo reciente donde esta idea conspirativa de que al
estado le interesa que sus ciudadanos sigan consumiendo alcohol y tabaco para obtener una
sustanciosa recaudación a su costa no es ni mucho menos una idea tan conspirativa y es el caso de
Japón. En Japón el consumo de bebidas alcohólicas ha ido cayendo sostenidamente a año 3 años. En
el año 1995 el consumo de bebidas alcohólicas por persona y año era de 100 litros. En cambio,
20 años después, en 2015, este consumo por persona y año se había reducido a 75 litros, un 25%
menos. Y como además la población en Japón tiende a decrecer, no sólo es que se consuma menos
per cápita, sino que hay menos gente que consume. Y como resultado, los ingresos públicos que
obtiene el gobierno japonés por los impuestos sobre el alcohol se han reducido del 3% del PIB al
2% del PIB. Y de nuevo un punto porcentual de PIB es una recaudación apetitosa para cualquier
gobierno. Pues bien, ante esta preocupante tendencia para la capacidad recaudatoria del FISCO japonés,
¿cómo acaba de reaccionar el FISCO japonés? Pues lanzando un concurso público para que
los ciudadanos presenten ideas sobre cómo reincentivar el consumo de alcohol entre la
población joven, en las personas entre 20 y 39 años, que es el segmento de la población que más
está cambiando sus hábitos de consumo con respecto al alcohol. El concurso público lanzado,
impulsado y financiado por el FISCO japonés se llama SAKE VIVA. VIVA EL SAKE. El propósito del
concurso es el siguiente. El mercado nacional de bebidas alcohólicas está reduciendo debido a
cambios demográficos como la disminución de la natalidad y el envejecimiento de la población y
cambios en el estilo de vida debido al impacto de la nueva infección por coronavirus. En este
proyecto, al pedirles a los jóvenes que propongan sus propios planes de negocio, apelaremos a los
jóvenes para el desarrollo y promoción de las bebidas alcohólicas japonesas y, al mismo tiempo,
revitalizaremos la industria anunciando planes excelentes. Entre el 1 de julio y el 9 de septiembre
hay que enviar las ideas y el 27 de septiembre se notificarán los finalistas. Ideas respecto a
qué? Pues el tema del concurso es el siguiente. Podemos leer un plan que contribuye a revitalizar
la industria licorera japonesa. ¿Y cómo se pretende revigorizar? Pues ideando nuevos
servicios y métodos de promoción para estimular la demanda entre los jóvenes. Propuesta de
productos y diseños basados en nuevos estilos de vida y cambios de gustos por el COVID-19.
Establecimiento de nuevos métodos de venta utilizando inteligencia artificial y el metaverso,
o formas de mejorar el valor de marca de bebidas alcohólicas utilizando indicaciones geográficas.
Y, como podéis observar, el organizador es la agencia tributaria nacional, el fisco de Japón.
No lo organiza el Ministerio de Industria ni ningún organismo similar, en cuyo caso,
quizá cabría pensar que, como dice la campaña, el propósito principal es ayudar a la industria
del alcohol japonesa. No, lo organiza el fisco japonés, la agencia nacional tributaria
de Japón. Por tanto, el objetivo es muy evidente. Impulsemos el consumo de bebidas
alcohólicas para que el gobierno recaude más. En definitiva, precisamente porque los
impuestos son un robo e, inicialmente, muchos ciudadanos los perciben como tal, me estás
quitando lo que es mío, me estás quitando lo que me pertenece, me lo estás quitando,
además, por la fuerza. Precisamente porque los impuestos son un robo, mucha gente los
percibe como tal y, en general, la gente rechaza intuitivamente que se robe a personas inocentes.
Cada vez que el Estado establece un nuevo impuesto, tiene que buscar alguna justificación
que, en última instancia, permita legitimar dentro del imaginario colectivo ese robo. Justificaciones
las hay muchas y muy variadas, pero una bastante eficaz es aquella que apela al bienestar de
la propia persona que paga el impuesto. Te estoy quitando parte de tu cartera, pero
lo hago por tu propio bien, lo hago para que consumas menos alcohol o para que consumas
menos tabaco. Me preocupo más yo, el gobierno, por tu salud que tú mismo. Y como me preocupo
tanto por tu salud, te obligo a pagar un impuesto para que supuestamente dejes de comprar alcohol
o tabaco. Sin embargo, cuando al final el gobierno logra supuestamente su propósito,
o más bien ese propósito se alcanza por causas distintas a los impuestos, entonces
la verdadera cara del gobierno emerge. Y la verdadera cara del Estado no es la de un conjunto
de políticos realmente preocupados por la salud de los ciudadanos, sino la de un conjunto
de llenas ávidas de quitarle el dinero al ciudadano. Y precisamente por eso, si el ciudadano
deja de consumir aquello que supuestamente los políticos no querían que consumiera
y deja en consecuencia de pagar impuestos por ese menor consumo de alcohol y tabaco,
los propios políticos que querían desincentivar el consumo de alcohol ahora buscan ideas
novedosas lanzan un concurso público para ver cómo relanzar el consumo de alcohol entre
los jóvenes. En definitiva, que no solo hemos de aguantar
que el Estado no robe, sino que también hemos de aguantar las mentiras del Estado a propósito
de ese robo. Sería todo mucho más transparente si el Estado dijera, te robo porque tengo
el monopolio de la violencia y precisamente porque soy más poderoso que tú, te quito
tu propiedad. Pero no, el Estado no quiere lanzar ese mensaje para no generar un cierto
clima, una cierta conciencia de desobediencia. Prefiere, necesita engañar a la población,
te quito tu dinero por tu propio bienestar para mantener anestesiada, para mantener mansa
a esa población. Pero que no nos engañen, el propósito de los impuestos no es mejorar
la vida de los ciudadanos, es para citar a los ciudadanos.