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Después de las elecciones catalanas celebradas ayer, una de las posibles coaliciones de gobierno
es un tripartito de izquierdas, un tripartito entre el PSC, Esquerra Republicana de Cataluña
y en Comú Podem, la versión, la marca catalana de Podemos.
Se trata de una combinación que, aún en el caso de que no terminara fraguando en un
gobierno tripartito, aún así tendría mucha influencia a lo largo de la legislatura a la
hora de determinar la política presupuestaria, la política impositiva, la política de gasto,
la generalita catalana, por qué razón, porque tienen mayoría en el Parlamento y, por tanto,
aunque terminarán gobernando Esquerra Republicana de Cataluña y Junts per Cataluña, un gobierno
nacionalista, aún así, Esquerra se podría apoyar en el PSC y también en en Comú Podem
para pactar los presupuestos.
Por tanto, va a ser una coalición que gobierne o no gobierne, va a marcar ideológicamente
la siguiente legislatura de Cataluña, la izquierda en materia presupuestaria, en materia
de política económica, va a marcar la siguiente legislatura catalana.
Por tanto, conviene analizar cuáles son las ideas económicas de fondo de estos partidos,
porque serán esas ideas las que terminarán marcando la agenda económico-social del
gobierno catalán.
Y lo que, desde luego, estos tres partidos tienen en Común, desde un punto de vista
económico, es la defensa de un muy notable aumento del gasto público autonómico.
Por ejemplo, el PSC defiende incrementar el gasto público en sanidad hasta el 7% del
PIB, también aumenta el gasto en infancia hasta el 2,2% del PIB, desde el 1% actual,
por tanto, estamos hablando de un incremento de más de un punto del PIB catalán, también
aumentar el gasto de venir más de hasta el 2% del PIB.
A su vez, Esquerra también defiende, por ejemplo, aumentar el gasto al 0,4% del PIB en materia
de vivienda.
Actualmente, el gasto público de la generalidad en esta partida es prácticamente el 0, por
tanto, sería un incremento neto del 0,4% del PIB.
Esquerra también defiende un papel muy activista del Estado a la hora de manejar inversiones
públicas, apuesta por la figura del Estado emprendedor, que el Estado entre con capital
en diversos sectores de la economía de supuesto, alto, valor añadido, que considere necesario
impulsar en ese momento, y también promueve, por ejemplo, la creación de un banco público,
evidentemente, con recursos públicos, y que, por tanto, haría falta capitalizar con dinero
del conjunto de la población catalana.
Y ya, si vamos a en Comú Podem, pues, como siempre, nos topamos con las propuestas, dejando
del lado de la CUP más delirantes dentro del panorama económico, autonómico y también
del panorama económico estatal.
En el caso de Podemos, por ejemplo, quiere incrementar el gasto público en sanidad y en
educación hasta el 7% del PIB.
En este caso, estaríamos hablando entre estas dos partidas de un aumento neto de 4 puntos
de gasto sobre el PIB.
También pretende incrementar el gasto en política pública de vivienda al 1,5% del PIB, como
ya hemos dicho, la generalitat está gastando aproximadamente el cero, por tanto, sería
un incremento neto de 1,5 puntos del PIB, y luego habla de incrementar el gasto en protección
social del 21 al 28% del PIB, es decir, 7 puntos del PIB.
4 en educación y sanidad, 1 y medio en vivienda, 7 puntos en protección social, estamos hablando
de 12,5 puntos del PIB, para que nos hagamos una idea de si supondría duplicar prácticamente
o duplicar el tamaño de la generalitat actualmente, porque el conjunto de sus propuestas supone
un gasto adicional de unos 30.000 millones de euros al año y la generalitat está gastando
hoy en día unos 34.000, 35.000 millones de euros, por tanto, Podemos, en Comú Podem,
está proponiendo duplicar el tamaño de la administración pública catalana.
No auténtico de esquicie, pero que en todo caso está impregnado por una misma sintonía
ideológica con Esquerra o con el PSC, es decir, necesitamos más Estado, necesitamos más
gasto público, necesitamos incrementar el tamaño de la administración en relación
a la sociedad civil en relación a la economía privada en Cataluña.
Y más allá de que filosófica o económicamente podamos discrepar de esta cuestión, desde
luego ningún liberal se sentirá a gusto con estas propuestas de incrementar tantísimo
el tamaño del Estado, hay un problema que es común a todos los programas que he mencionado,
al programa del PSC, al programa de Esquerra y en menor medida al programa de En Comú
Podem.
Y es que no especifican cómo piensan financiar ese extraordinario, muy extraordinario incremento
del gasto público, es verdad que en Comú Podem sí cita algunas figuras fiscales que
le gustaría aumentar, pero no cuantifica cuánto espera recaudar de todas ellas y desde
luego no darían ni muchísimo menos para sufragar el enorme gasto público, el enorme incremento
del gasto público que está proponiendo.
Por tanto, claro, es muy fácil desde un partido político proponer y prometer que se van a
incrementar las transferencias de dinero público a los ciudadanos y a diversos sectores económicos,
pero luego queda la parte difícil y es financiar ese programa.
Y al respecto claro, si no se proponen subidas de impuestos concretas, y es que aunque se
propusieran no hay subidas de impuestos que permitan financiar ni lejanamente lo que proponen
en Comú Podem, y solo muy parcialmente y a un coste muy graboso lo que proponen Esquerra
y lo que propone el PSC, si eso es así, ¿qué va a suceder?
Pues lo que va a suceder muy probablemente es que los tres partidos van a incumplir sus
compromisos de gasto a lo largo de esta legislatura, desde luego el compromiso de En Comú Podem
va a ser radicalmente incumplido, probablemente ya elaborarán el programa sabiendo que se
iba a incumplir, que no lo podrían aplicar, que no tendrían la responsabilidad de aplicarlo,
y por tanto es muy fácil prometer aquello que sabes que no vas a poder cumplir, pero
tampoco se va a cumplir muy probablemente el programa, los objetivos de gasto de Esquerra
y del PSC.
¿Y cómo justificar ante la ciudadanía que te ha votado, que te ha votado mayoritariamente,
que no termines cumpliendo el programa electoral?
Bueno, pues como suele suceder con los incumplidores, la estrategia más habitual es echarle la
culpa a otros, decir que no es responsabilidad tuya, sino que la culpa la tienen los demás,
enfocar el enfado ciudadano hacia otros que no seas tú, es decir, buscar un chivo expiatorio.
¿Y qué chivos expiatorios se van a buscar en este caso?
Bueno, pues esencialmente, y de manera muy probable, van a ser dos, uno que sí tiene
cierta razón de ser, es decir, que no es propiamente un chivo expiatorio, sí que es
verdad que es un problema de fondo que aqueja las cuentas públicas de la generalidad desde
hace muchos años, y otro que sí es totalmente un chivo expiatorio y en el que, por desgracia,
se van a centrar y en el que van a cargar las tintas por intereses meramente propagandísticos
y políticos.
¿Cuál es el primer argumento que estos tres partidos de izquierdas, ya sea desde la generalidad
o a la hora de configurar unos presupuestos que no se adecuen a sus programas electorales,
van a intentar utilizar para descargarse de responsabilidades?
Bueno, el primer argumento que, como digo, sí tiene gran parte, de verdad, es que la
generalidad catalana está mal financiada.
El sistema de financiación autonómico de España perjudica especialmente a tres autonomías,
la comunidad autónoma de Madrid, Baleares y Cataluña.
Gran parte de lo que se recauda en estas regiones no permanece en estas regiones, sino que es
redistribuido, ya sea a través del presupuesto del gobierno central, o ya sea con los mecanismos
de la llamada solidaridad interterritorial, es redistribuido hacia el resto de España.
¿Cuánto pierde la generalidad catalana debido a esta redistribución de los ingresos de
los catalanes hacia el resto de España, no hacia Madrid o Baleares, sino hacia el resto
de autonomías españolas?
Bueno, pues es complicado de calcular, porque, dependiendo de los supuestos que se utilicen,
la cifra es una u otra, pero sí estamos hablando de entre 10.000 y 16.000 millones de euros,
lo cual es una cifra muy considerable, a vida cuenta de que, como decía el presupuesto
de la generalidad es de 34.000 millones de euros, por tanto, estamos hablando de alrededor
de un tercio del presupuesto de la generalidad, del presupuesto potencial de la generalidad
que va a parar que se redistribuye hacia el resto de España.
Ahí sí existe una queja legítima, tanto por del lado de la generalidad catalana, como
por el lado de la Comunidad de Madrid, de que estas autonomías están muy maltratadas
fiscalmente y que el resto de gobiernos autonómicos españoles intentan vivir de manera parasitaria
de la actividad económica que se genera en estas regiones y en lugar de dinamizar las
otras comunidades autónomas, la economía de sus propias regiones con impuestos bajos
y con regulaciones flexibles para que se genere un tejido productivo interno que también
proporciona ingresos a esas respectivas administraciones autonómicas, de algún modo se ha consolidado
un estatu quo bastante nocivo por el cual las administraciones autonómicas distintas
de Madrid, Cataluña y Baleares de alguna manera no tienen ningún incentivo a dinamizar
la economía de sus regiones y prefieren continuar viviendo, continuar incrementando el tamaño
de sus burocracias y de su intervencionismo estatal interno, prefieren seguir viviendo
a costa de estas comunidades autónomas.
Sin embargo, este argumento, siendo cierto, creo que no va a concentrar el mensaje ideológico,
el mensaje propagandístico de esta coalición formal o informal de izquierdas en Cataluña,
salvo quizá con la excepción de Esquerra Republicana de Cataluña que sí tiene más
incentivos a utilizar este argumento desde la perspectiva nacionalista, pero porque creo
que no va a ser un discurso central, una reivindicación, una crítica central que se vaya a articular
desde Esquerra, desde el PSC o desde en Comú Podem, pese a que sí es una crítica relevante
y que debería ser escuchada, pues porque desde luego queda muy mal que partidos de
izquierdas que supuestamente están a favor de la redistribución de la renta desde ricos
a pobres estén diciendo que hay que poner fin a la redistribución de la renta dentro
de España desde los ciudadanos de renta relativamente más alta que habitan en Cataluña o en Madrid
hacia los ciudadanos con renta relativamente más pobres que habitan en el resto del país.
Este discurso, el de la mayor autonomía fiscal de Cataluña reduciendo la solidaridad interterritorial
hacia el resto de España, desde luego es un misil hacia la línea de flotación del discurso
igualitarista de la izquierda, del discurso redistribucionista de la izquierda desde ricos
a pobres y por tanto ya digo es muy improbable que por un ejercicio de aparentar coherencia
ideológica escuchemos mucho este argumento, no significa que no se vaya a negociar en
los despachos y desde luego se intentará mejorar la financiación catalana, por desgracia
no se intentará, no se pretenderá mejorar la negociación de Madrid cuando tendría
un derecho muy similar al de Cataluña, pero desde luego en los despachos entre bambalinas
sí se intentará mejorar la financiación catalana, pero aún así cualquier mejoría
se da insuficiente para financiar estos programas y por tanto habrá que seguir buscando excusas
de por qué no se ha aumentado el gasto tanto como se ha prometido.
Y la excusa que muy probablemente si vamos a escuchar de manera mucho más intensa, pese
a que tiene una importancia absolutamente irrelevante, es que la generalidad catalana
pierde muchos ingresos, se desangra de muchos ingresos por el dumping fiscal que está realizando
la Comunidad Autónoma de Madrid, es decir estos tres partidos van a intentar canalizar
gran parte de su guerra ideológica contra la Comunidad Autónoma de Madrid que aquí
ni pincha ni corta, de hecho la Comunidad Autónoma de Madrid en todo caso debería
ser una aliada de Cataluña y de Baleares en las negociaciones interterritoriales para
descentralizar más los ingresos y por tanto para redistribuir menos entre burocracias
autonómicas los ingresos derivados de la actividad que se genera en Madrid, Baleares o Cataluña,
pero como parece que políticamente es más jugoso, es más interesante enemistarse con
la Comunidad Autónoma de Madrid, también puede serlo por cierto para la Comunidad Autónoma
de Madrid, enemistarse con la generalidad catalana, esa derivada electoralista también puede
existir desde el otro lado, pero en el caso de las elecciones catalanas que estamos comentando
parece que es más interesante enemistarse con el gobierno autonómico de Madrid y por
eso vamos a seguir viviendo una ofensiva a favor de la armonización fiscal dentro de
España y por tanto en contra de la autonomía fiscal de Madrid, en general en contra de
la autonomía fiscal de las comunidades autónomas, lo cual es un discurso absolutamente incoherente
para partidos supuestamente autonomistas o independentistas como el PSC y en el caso
del independentismo de Esquerra Republicana de Cataluña, básicamente lo que van a pedir
es que el gobierno central asuma las competencias de toda España, centralice las competencias
de toda España en algunos impuestos como patrimonio, sucesiones y donaciones o incluso el tramo
autonómico del IRPF, lo que estarán pidiendo es que en el caso de Madrid la centralización
les permita ganar en la ley lo que no han ganado en las urnas porque Madrid reiteradamente
se ha votado por opciones económicas que defienden mantener un modelo económico de
impuestos bajos en materia solo de impuestos sobre sucesiones y donaciones, patrimonio
y parte del tramo autonómico del IRPF. Esta ofensiva armonizadora y centralizadora en
materia fiscal es perfectamente observable en los programas electorales de estas tres
formaciones de izquierdas, por ejemplo, en el caso del PSC en su programa electoral propone
profundizar en la modificación del impuesto de sucesiones y donaciones para regresar
a los niveles de ingresos del año 2010 a partir de una reducción significativa y
selectiva de los beneficios fiscales derivados de la normativa catalana e impulsar junto
a otros gobiernos y fuerzas políticas un suelo común para todas las autonomías que
se sitúe por encima de la media actual y también en el impuesto sobre patrimonio el
PSC propone profundizar en la modificación del impuesto sobre el patrimonio de tal manera
que grave de manera más intensa los grandes patrimonios como paso previo y transitorio
al establecimiento de un impuesto sobre la riqueza trabajando además en una reforma
coordinada del impuesto en toda España para incrementar de forma sustancial la recaudación
y la contribución a una fiscalidad más progresiva. Es decir, que ILA y el PSC han hecho
campaña en Cataluña a favor de subirle los impuestos a Madrid, pero es que esto mismo
ya se lo hemos escuchado a Esquerra, recordemos que la propuesta surgió del propio Gabriel
Rufián y también lo podemos leer en el programa electoral de En Comú Podem. Evitar el dumping
fiscal sobre aquellos impuestos en los que las administraciones catalanas disponen de
capacidad normativa, establecer unas normas mínimas sobre el IRPF, el impuesto de patrimonio
y sucesiones y donaciones entre todas las comunidades autónomas para evitar la competencia
fiscal entre territorios. Y a su vez también podemos encontrarnos con este tweet que publicó
hace unos días la candidata de En Comú Podem a la Generalitat Jessica Albiac, donde escribió
«Le quedan cuatro días a tu paraíso fiscal para ricos, Isabel Díaz Ayuso, viva el Madrid
fraterno y popular». Y esta amenaza de una dirigente catalana a la autonomía de la Comunidad
de Madrid era apoyada por cierto por la candidata de Podemos a la Comunidad de Madrid, es decir,
la candidata de Podemos a la Comunidad de Madrid, lo que no pudo ganar en las urnas de
Madrid lo está intentando ganar en las urnas de Cataluña.
En todo caso, ¿por qué digo que este es un debate propagandístico, un debate irrelevante,
de cara a financiar las propuestas de política fiscal que están planteando estos tres partidos
que han obtenido una de las posibles mayorías dentro del Parlamento de Cataluña? Pues esencialmente
porque la recaudación que obtiene Cataluña o cualquier otra autonomía y la que obtendría
aún cuando Madrid no estuviese bonificando de una manera tan clara los impuestos sobre
patrimonio y sobre sucesiones y donaciones, la recaudación que obtiene y que obtendría
la generalidad catalana por estos impuestos es simplemente ridícula. Actualmente la generalidad
está recaudando, en el año 2019, últimos datos disponibles 560 millones de euros por
el impuesto sobre sucesiones y donaciones y 550 en el impuesto sobre patrimonio, es decir,
estamos hablando de unos 1.100 millones de euros. Imaginemos que poniendo fin al dumping
fiscal de la Comunidad de Madrid se incrementará un 50% de la recaudación, un 100% en la
recaudación. Bueno, estaríamos hablando de que los ingresos adicionales que afluirían
a la generalidad se tenían de 500 a 1.000 millones de euros y eso curándonos en salud
y dándole un margen enorme a la recaudación adicional que podría llegar a afluir a Cataluña
acabando con el supuesto dumping fiscal que practica Madrid. En realidad probablemente
estamos hablando de 100 o 150 millones de euros en el mejor de los casos. Recordemos,
estas son las cifras que estamos manejando por estos impuestos frente a propuestas
de aumento del gasto público de 10.000, 15.000, 20.000 o 30.000 millones de euros, en el
caso de Encomú Podem, que se están planteando desde algunos partidos de izquierdas en Cataluña.
Por tanto, es evidente que ese no es el problema o ese no es un problema muy relevante. La falta
o la mala financiación de Cataluña de la generalidad podría serlo, porque ya hemos
dicho que el déficit de financiación por esta causa sí puede rondar los 10.000 o
15.000 millones de euros, pero la competencia fiscal de Madrid eso es absolutamente un chiste
para desviar el foco del debate. Y el problema no es solo que se desvia el foco del debate
a la hora de por qué estos partidos están proponiendo unas medidas de gasto que saben
que no van a cumplir y que aún así las están planteando para engañar a los ciudadanos.
El problema es que se sigue alimentando la venenosa retórica de que la política fiscal
de Cataluña, la actual, la política fiscal que ha llevado a Cataluña a ser, según el
último ranking elaborado por Fundalip en su índice de competitividad autonómico,
la región española con peor sistema tributario, con un sistema tributario más gravoso para
sus ciudadanos y sus empresas, esa política fiscal, se nos intenta vender, no es un fracaso
porque se esté cargando las bases de competitividad de la economía catalana, sino porque Madrid
la está haciendo fracasar. Es decir, estamos desviando absolutamente el foco del debate.
El foco del debate debería ser Cataluña ya está asfixiada por impuestos. Los partidos
de izquierdas catalanes están proponiendo más gasto público y por tanto todavía más
impuestos. Podría haber una vía de financiar esto reformando el sistema de financiación
autonómico de España, pero eso supondría restarles financiación a las autonomías
más pobres del país, lo cual encaja mal con el discurso ideológico redistribucionista
de la izquierda española, como puede ser el PSOE o como puede ser Podemos. Y por tanto,
en lugar de plantear el debate tal cual es con las disyuntivas realmente existentes,
si no reformamos el sistema de financiación autonómico y queremos aumentar el gasto,
entonces habrá que disparar los impuestos hasta destrozar totalmente la economía catalana.
Si no lo reformamos y no disparamos los impuestos, entonces no podremos aumentar el gasto. Si
reformamos el sistema para aumentar el gasto sin machacar a los ciudadanos catalanes todavía
más impuestos, entonces otras administraciones autonómicas más pobres que Cataluña tendrán
que apretarse el cinturón, tendrán que practicar ajustes y recortes de esos que no gustan a PSOE
y Podemos. En lugar de plantear el debate en esos términos, toda la basura se intenta
echar sobre los hombros de la comunidad autónoma de Madrid. ¿Por qué? Porque a pesar de ser
una comunidad que también está siendo enormemente perjudicada por el sistema de financiación
autonómico, esa comunidad ha apostado, con razón o sin ella, a mi juicio en este caso
con bastante razón, por una administración pública más austera que le permita bajar
impuestos, que es una apuesta distinta a la de la Generalitat catalana, pero la Generalitat
catalana tendrá que cargar con los costes de su apuesta y la comunidad de Madrid también
tendrá que cargar con los costes de su apuesta, porque a lo mejor los servicios públicos
de Madrid no son tan buenos como podrían ser con más impuestos, o a lo mejor sí y disfrutamos
los madrileños de unos servicios públicos no mucho peores que los del resto de España
con una fiscalidad apreciablemente más baja en algunos impuestos.
Sea como fuere, toda esta batalla politiquera entre la Generalitat y la comunidad de Madrid
a través del Gobierno central para conseguir armonizar los impuestos en España y subir
los impuestos a los madrileños, aunque los madrileños en el ejercicio de su autogobierno
fiscal hayan decidido que quieren tener impuestos bajos, al final solo es una forma de desviar
la atención de los auténticos problemas de Cataluña y concentrar el foco de la batalla,
el foco de la enemistad en la comunidad autónoma de Madrid que en estas elecciones poco ha
tenido que ver, porque eran unas elecciones para la Generalitat catalana, ni siquiera
para el Gobierno de España y mucho menos para el Gobierno de la comunidad autónoma
de Madrid.
Y por desgracia, mucho me temo que la política fiscal de la izquierda catalana durante los
próximos años va a ser una política antifiscal para perjudicar a la comunidad autónoma de
Madrid y poder justificar internamente las mentiras que les han vendido durante esta campaña
a los electores catalanes.