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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

PSOE Podemos y Bildu han pactado de erogar íntegramente la reforma laboral del año 2012,
aún cuando posteriormente el PSOE se haya desdicho parcialmente.
De erogar la reforma laboral de 2012 es un error, siempre lo ha sido, pero además es
un error especialmente en medio de una crisis y es un error sobre todo en medio de una crisis
como la actual.
¿Por qué razón?
¿Por qué razón en general derogar la reforma laboral siempre ha sido un error?
Bueno, si la derogamos para regresar a la legislación laboral previa a la del año 2012,
desde luego estamos ante una decisión torpe, estamos ante una decisión totalmente equivocada.
Recordemos algunos datos que, tras varios años de vigencia de la reforma laboral del año
2012, quizá se hayan olvidado, entre el año 1980 y el año 2011, es decir, durante el periodo
previo a la reforma laboral de 2012, la tasa de paro media en España fue del 16,5%.
16,5% durante más de 30 años, eso es una legislación laboral sin duda horrorosa.
Es más, solo en tres ejercicios, y además tres ejercicios en medio del mayor burbujón
inmobiliario que ha experimentado la sociedad española jamás, solo en tres ejercicios
la tasa de paro descendió del 10%, tres en más de 30 años con las normativas laborales
previas a la del año 2012.
Y que decir de la tasa de temporalidad, en la actualidad es verdad que la tasa de temporalidad
es muy alta, es altísima, en España tenemos la tasa de temporalidad más alta de Europa,
pero la temporalidad ronda el 26,27%.
Con la legislación laboral previa al año 2012, la tasa de temporalidad paro medio
desde el año 87, el primer año en el que tenemos registros en el INE sobre la temporalidad,
y el año 2011, la tasa de temporalidad media, insisto, fue del 30,5%, más alta de lo que
es hoy.
De hecho, en algunos momentos, en muchos momentos, especialmente durante la etapa más intensa
de la burbujo inmobiliaria, la tasa de temporalidad llegó a superar el 35% de todos los asalariados,
por consiguiente querer cargarse la legislación laboral actual para restablecer el marco
laboral previo al 2012, cuando ese marco laboral previo al 2012 nos condenaba a más paro y
a más temporalidad, desde luego no tiene ningún sentido.
Si alguien apuesta por cargarse la legislación laboral de 2012, no para profundizar en aquellos
principios que la inspiraron a saber la lucha contra la dualidad entre temporales e indefinidos
y la flexibilización de la negociación colectiva, sino para hacer justo lo contrario, profundizar
en esa dualidad y volver más rígida, más inflexible la negociación colectiva, entonces
haremos un pan con unas tortas, porque estaremos regresando al marco anterior que era un marco
nefasto, mucho peor que el actual.
En general, como he dicho, siempre ha sido un error de erogar la reforma laboral para
regresar a lo que había antes, pero es que además de erogarla en medio de una crisis
es especialmente un error. ¿Y por qué es especialmente un error de erogarla en medio
de una crisis? Básicamente porque durante las crisis, que es una etapa en la que la
economía se está reajustando, se está reestructurando, se está reconvirtiendo, lo que necesitamos
es mucha flexibilidad en el mercado laboral. ¿Flexibilidad para qué? Para que los trabajadores
se puedan desplazar de unos sectores productivos a otros o para que los trabajadores puedan
experimentar rebajas salariales sin que ellos signifique la desaparición de la empresa.
Si una empresa está obligada por convenio colectivo a subir los salarios más de lo
que esa empresa puede pagar en un contexto de debacle económica, lo que sucederá será
que esa empresa va a tener que despedir, aparte de los trabajadores, que a lo mejor habrían
estado dispuestos a aceptar una rebaja salarial para salvar sus puestos de trabajo, pues bien
en la medida en que esto no se pueda hacer porque la legislación laboral previa 2012
lo impedía o al menos lo dificultaba muchísimo. La legislación laboral previa 2012, en medio
de una crisis, provocaba una destrucción masiva de empleo. Esto, como digo, cambió
en 2012 a través de dos cambios que introdujo la reforma laboral. Por un lado, el convenio
negociado dentro de una empresa adquirió prevalencia sobre los convenios sectoriales,
es decir, que vinculaba a los trabajadores de la empresa, lo que esos trabajadores a
través de sus representantes en la empresa hubiesen pactado con el empresario y no vinculaba
a esos trabajadores y a ese empresario, lo que otros sindicatos y otras patronales
hubiesen negociado para todas las empresas del sector. Se trataba, por tanto, de descentralizar
la negociación colectiva, de colocar la negociación colectiva en aquel ámbito en el que esa negociación
o esos convenios colectivos, que son el fruto de la negociación, se tienen que aplicar.
La negociación colectiva para todo un sector no tiene ningún sentido porque está obviando
las particularidades de cada una de las empresas que compone ese sector. En cambio, la negociación
colectiva en un centro de trabajo, obviamente sí tiene sentido, en la medida en que son
los trabajadores y el empresario o los empresarios de ese centro de trabajo los que negocian
sobre la marcha, sobre la situación concreta de esa compañía.
Y la otra reforma que fue introducida es la posibilidad de que las PIMES, que normalmente
no tienen capacidad para negociar su propio convenio de empresa, se puedan descolgar de
los convenios sectoriales si se dan una serie de circunstancias, que son básicamente las
circunstancias de vivir una crisis económica que ponga en peligro su supervivencia al permitir
que descolgarse de los convenios, lo que los sindicatos y las patronales hayan pactado
para un determinado sector no vincula a aquellas PIMES dentro de ese sector que estén atravesando
por unas dificultades mayúsculas para, como digo, sobrevivir.
Tan importante es la flexibilidad laboral, salarial en medio de una crisis que, de acuerdo
con uno de los últimos análisis que se hizo sobre las repercusiones de la reforma laboral
del año 2012, un análisis que firman Domène García y Uyoa, y que podéis encontrar en
la descripción de este vídeo, la reforma laboral del año 2012 evitó, a partir de
ese momento, la destrucción de un millón de puestos de trabajo.
Es más, de acuerdo con estos economistas, si la reforma laboral se hubiese aprobado
no en 2012, sino antes de 2008, es decir, antes de comenzar a la anterior crisis económica,
España habría evitado la destrucción de dos millones de empleos adicionales.
O dicho de otra manera, si hubiésemos aprobado la reforma laboral de 2012, en el año 2007,
la tasa máxima de paro que habría alcanzado España durante ese ciclo económico habría
sido del 18% de la población activa.
Si no hubiésemos aprobado la reforma laboral en ningún momento, es decir, si hubiésemos
pasado toda la crisis, también la de 2012, sin reforma laboral, la tasa de paro habría
alcanzado el 31% de la población activa.
Comparemos esta brutal diferencia, tasa de paro máxima 18%, con reforma laboral desde
el principio, tasa de paro máxima sin reforma laboral en ningún momento 31%, 13 puntos
de diferencia, 3 millones de personas que habrían salvado su empleo o lo habrían
destruido, lo habrían visto perder, con o sin reforma laboral.
Por consiguiente, querer cargarse ahora la reforma laboral en medio de una crisis que
puede ser al menos tan devastadora como la anterior, es simplemente una condena generalizada
al desempleo.
Es simplemente una forma de condenar de abocar a muchísima más gente al paro, gente que
podría conservar, que podría preservar su puesto de trabajo, pero que si se cargan la
reforma laboral, si reintroducen la rigidez regulatoria en materia de negociación colectiva,
es gente que va a perder su puesto de trabajo como lo perdió, nos olvidemos, porque aquí
nos estamos hablando de algo que no sabemos si ha pasado en algún momento de la historia,
como lo perdió en el año 2009, el año 2010 y en el año 2011, porque no olvidemos que
durante esos años no había reforma laboral y la destrucción de empleo en España fue
masiva, fue brutal, fue devastadora para la economía y desde luego para los propios trabajadores
que perdieron su empleo.
Y por último, si derogar la reforma laboral siempre en cualquier contexto ha sido un
error si se trata de regresar al marco laboral prior a 2012 y si derogar la reforma laboral
es, además, especialmente un error en medio de una crisis, es sobre todo un error en
medio de una crisis como la actual.
¿Por qué motivo?
Bueno, pues esencialmente porque la crisis actual es también o es también potencialmente
una crisis de deuda.
España tiene un déficit público monstruoso, va a terminar este año con una deuda pública
por encima del 120% del PIB y por tanto es muy dudoso que nuestro país sea capaz de
navegar por los mercados financieros sin algún tipo de apoyo, de ayuda, de aval por parte
del resto de nuestros socios europeos.
Los socios europeos de momento parece que están dispuestos a concedernos esa ayuda
para que en los mercados financieros no caigamos en una especie de default o de descrédito
generalizado.
Nos están dando la ayuda a través del Banco Central, han habilitado tres fondos a través
de las instituciones europeas, uno para deuda empresarial, otro para el pago de los ERTE
y otro para el pago de los gastos más vinculados al sistema sanitario, pero aún así estos
fondos van a ser bien suficientes para refinanciar la deuda pública española de cara al futuro.
Por eso, recientemente dos países con tanta relevancia dentro de la Unión Europea como
son Francia y Alemania han dado un paso adelante y han propuesto la creación de un fondo
de reconstrucción dotado con 500.000 millones de euros para financiar de una manera bastante
generosa y sin que de hecho los receptores tengan que ser quienes devuelvan este dinero
a los países en problemas, es decir, para refinanciar a España, Italia, Portugal, etc.
Ahora bien, en el texto del acuerdo entre Francia y Alemania para impulsar este fondo, podemos
leer con mucha claridad lo siguiente, el apoyo a la recuperación complementará los esfuerzos
nacionales y las medidas acordadas por el Eurogrupo y se fundamentará en un compromiso
claro de los Estados miembros a seguir políticas económicas sólidas y una agenda de reformas
ambiciosas.
Es decir, lo que nos está reclamando la Unión Europea o más concretamente Francia y Alemania
para darnos su dinero a fondo perdido es que al menos nos esforcemos por generar riqueza
dentro del país, que no empecemos a adoptar políticas económicas que destruyan esa riqueza,
que impidan generar empleo, que generen un incremento de los gastos porque el gobierno
está saboteando el funcionamiento de la economía y está dificultando la creación de empleo.
Por este motivo, si Francia y Alemania están condicionando la ayuda, las transferencias,
a que los Estados receptores de esas ayudas sigan abriendo sus mercados, sigan facilitando
y impulsando la recuperación con reformas legislativas que permitan a los agentes económicos
en la riqueza dentro de esas economías, lo que no tiene ningún sentido es que a las
puertas de solicitar esta ayuda deroguemos integramente la reforma laboral que fue una
reforma que en definitiva nos la redactó Europa en el año 2012, porque la reforma
laboral la aproba Rajoy pero desde luego el texto se lo mandan desde Bruselas, sería
básicamente mandarles un mensaje de insubordinación, sería mandarles el mensaje de queremos
vuestro dinero para hacer lo que nosotros queramos, no lo que vosotros que nos dais
el dinero queréis que hagamos, y si eso es así España no va a recibir financiación
y si España no recibe financiación y no se preocupa por ajustar internamente sus
cuentas y no parece ni que pese, ni podemos, tengan mucho interés en ajustar a largo plazo
el decidido público recortando gastos y bueno subiendo impuestos si tienen interés pero
en todo caso también recortando gastos, pues España va a sufrir un problema de descrédito
en los mercados financieros y va a tener dificultades para refinanciar su deuda debido a que estamos
utilizando la legislación laboral como un arma para enfrentarnos con Europa, en definitiva
derogar la reforma laboral como decía nunca ha sido una buena idea salvo que sea para mejorarla
y no para empeorarla regresando al marco laboral previo a 2012, no es una buena idea
especialmente durante una recesión porque en una recesión es cuando más necesitamos
del contenido de la reforma laboral que ahora PSOE, Podemos y Bildu se quieren cargar y
desde luego no lo es en una crisis como la actual donde vamos a depender de la financiación
que nos quieran otorgar nuestros socios comunitarios y esa financiación va a estar condicionada
a que no solo mantengamos la reforma laboral sino a que probablemente la profundicemos
y a que avancemos con ese espíritu reformista en muchos otros mercados, es un despropósito
de política económica en un momento tan crítico como el actual, esperemos que se
trate solamente de la enésima mentira de Pedro Sánchez y en este caso de la enésima
mentira a sus socios de gobierno o a sus socios parlamentarios.