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¿Cuáles han sido los principales mensajes económicos que ha lanzado Ramón Tamames en
su discurso de moción de censura contra el gobierno de Pessoa y Podemos?
¿Ha acertado? ¿Se ha equivocado? Veámoslo.
El economista Ramón Tamames ha sido el candidato de Vox a la moción de censura contra el gobierno
de Pedro Sánchez. Y buena parte del discurso de Ramón Tamames en esta moción de censura
ha girado en torno a la economía. En este vídeo vamos a analizar qué partes del discurso
económico de Tamames son un acierto y cuáles han sido un error. Empecemos.
Hay desequilibrios y contradicciones en la economía. Brevemente y rápidamente trataré
de enunciarlos. Primera, España es la única economía grande, la cuarta de 27 países
de la Unión Europea que aún no ha alcanzado el nivel de PIB de antes de la pandemia. Países
como Lituania, Estonia, Eslovenia, Chipre y Malta han sobrepasado a España en PIB.
Primero, la última afirmación que hace Tamames es incuestionablemente incorrecta. Estos países
no han superado a España en PIB, sino en PIB per cápita. Sin embargo, este es un error
perfectamente disculpable porque en el texto escrito aparece correctamente. Se habla de PIB
per cápita y no de PIB, pero conviene aclararlo antes de empezar. Aclarado esto, ¿es verdad que
España es la única de las grandes economías que no ha recuperado su nivel de PIB prepandemia? Si
atendemos a las estadísticas oficiales, sin duda, esto es correcto y es preocupante. ¿Qué hemos
hecho mal para no haber sido capaces de recuperar nuestro nivel de PIB previo a la pandemia cuando
el resto de economías globales sí lo han hecho? Cuestión distinta es el debate de si las estadísticas
oficiales están midiendo correctamente el PIB o no. Un debate legítimo, pero que de momento no está
saldado y, por tanto, si atendemos a las estadísticas oficiales, que es a partir de lo que podemos
hablar, evidentemente, la afirmación de Tamames es correcta. Pero, ¿qué decir de la segunda
afirmación? Es decir, ¿qué países como Chipre, como Malta, como Eslovenia, como Estonia o como
Lituania han superado a España en PIB per cápita? Pues esto es una verdad a medias. ¿Por qué es una
verdad a medias? Porque esto era cierto, y es desde luego muy preocupante, en el año 2021. En el año
2021, todos estos países, salvo Chipre, tenían unos niveles de renta per cápita en paridad de
poder adquisitivo, que es como hay que medirla, que superaban a España. Es decir, que en términos
promedio, los estándares de vida en todos estos países, salvo en Chipre, eran superiores a los de
España. El problema es que no tenemos datos actualizados de 2022, y en 2022 la economía
española, el PIB de España, experimentó un notable crecimiento, en gran medida por un efecto
estadístico arrastre del año 2021. Pero, no obstante, en las estadísticas se durará como un
importante crecimiento, y eso llevará claro a revisar las cifras de PIB per cápita. Y en tal
caso, es posible que algunos de estos países ya no nos superen. Por tanto, si exceptuamos a Chipre,
la afirmación de Tamames es correcta, pero solo con respecto al año 2021. No tenemos datos del
año 2022, y es bastante probable que en el año 2022 esta jerarquía de países por renta per cápita
en paridad de poder adquisitivo se haya alterado. La cuota, el 115% sobre el PIB con más de millón y
medio de euros, un peligro grave cuando el coste de mantenimiento de la deuda pública ha pasado
de prácticamente cero a 3,5%. En cualquier caso, es una situación nunca vista de existencia en España
en esos niveles. Tamames está hablando, en este caso, del sobreendeudamiento público de España y
de los altos riesgos que acarrea. Y, desde luego, tiene toda la razón en que la situación de la
deuda pública española es muy preocupante. Estamos no en el 115% de deuda sobre PIB,
en el 113,5%, más o menos lo mismo. Y, desde luego, en este contexto de tipos de interés crecientes,
desde el cero al 3,5% y probablemente más, ese sobreendeudamiento público puede ser una
bomba de relojería, porque supone con el tiempo tener que pagar muchos más intereses, y si esos
intereses no se cobran a través de mayores impuestos, lo que sucede es que la bola de la
deuda va engordando y devenga más intereses y engorda todavía más. Por tanto, la situación
financiera, la situación de solvencia de España, sin ser ni mucho menos irreversible, desde luego,
es muy preocupante y nuestra clase política no se está preocupando en absoluto por ello,
porque se trata de un problema no del muy corto plazo, sino del medio plazo, y el horizonte
temporal que contempla cualquier político es el de las siguientes elecciones en las que se juega
su sillón, aunque se esté empujando poco a poco a España hacia el abismo. Hay que decir, de todas
formas, que la última parte de la afirmación de Tamámez no es correcta. Cuando señala que España
nunca se ha visto en esta situación, quizás se refiera a la España democrática, a la España del
78, pero sin esta matización, desde luego, no es correcta. Ya ha habido otros periodos en la historia
de España, en el siglo XIX, en los que el nivel de deuda pública sobre el PIB era superior e incluso
bastante superior al actual. La deuda pública española llegó a rebasar el 160% del PIB en el
año 1875, justo después de la Primera República, y también superó el 120% del PIB después de la
guerra de Cuba y de Filipinas. No es que esos episodios sean felices antecedentes, ambos se
resolvieron con subida de precios, con inflación. De hecho, el monopolio monetario del Banco de
España y la inconvertibilidad de la peseta en oro se decretan como consecuencia de los altos
niveles de endeudamiento público de España durante el llamado sexenio revolucionario,
ese 160% de deuda sobre PIB que se alcanza en 1875. Por tanto, al final, España ha sido capaz de salir
de esos episodios de sobreendeudamiento público licuando la deuda con inflación, y por tanto,
esos no deberían ser unos antecedentes demasiado esperanzadores. Pero lo cierto es que sí ha habido
antecedentes en los que nuestros niveles de deuda pública sobre PIB han sido superiores a los actuales.
Como tampoco hay cuarto punto ningún programa de reducción de gasto o situación de consolidación
fiscal. Todavía tenemos la posibilidad de que en un meeting del señor Sánchez se proclamara
hace muy poco, el 20 de febrero, el reparto inmediato de más de 2.500 millones de euros en
becas para un millón de estudiantes que todavía no se sabía ni cómo se iban a seleccionar. Lo siento,
pero no es eso una forma de comprar votos. ¿Están justificadas las 2.500 sesiones de euros para tan
rápidamente y de cara al proceso electoral del 28 de mayo? No se hace caso desde el gobierno de la
recomendación de la autoridad independiente de responsabilidades oficiales a IREF de retirar
60.000 millones de euros considerados como gasto innecesario. Es una situación de desmadre
generalizado del gasto público en función de propósitos electorales más de creación de
riqueza y de creación de empleo. Tamames tiene razón en que España debería empezar a reducir
de manera seria e importante el gasto público, no sólo por nuestro nivel de sobreendeudamiento
público, sino también porque si queremos luchar concertadamente contra la inflación dentro de la
eurozona, es necesario que todos los gobiernos contribuyan a ello minorando su déficit público,
y el déficit público se minora o subiendo impuestos o recortando el gasto público. Si
no queremos destrozar todavía más la economía, el camino a seguir debería ser reducir el gasto
público. Por tanto, esta prescripción es correcta. Si los gobiernos no reducen su déficit,
ojalá a través de reducciones del gasto público, el Banco Central Europeo en su lucha contra la
inflación tendrá que subir mucho más los tipos de interés de lo que debería subirlos si los
gobiernos pusieran de su parte, si los gobiernos redujeran el déficit público. Ahora bien,
que la prescripción sea correcta no significa que el diagnóstico o la información que adjunta esa
prescripción también lo sea. El cálculo de que España podría rebajar en 60.000 millones de euros
el gasto público sin que ello repercutiera negativamente en la calidad de los servicios
públicos no es un cálculo que haya efectuado la AIREF, es un cálculo que ha efectuado el
Instituto de Estudios Económicos. Es un cálculo, desde luego, mucho más controvertido, mucho más
debatible que otros cálculos que sí efectuó la AIREF, analizando los problemas y las ineficiencias
de muchos programas de gasto público en España. La AIREF revisó en sus llamados spending reviews
diversos programas, diversas rúbricas del gasto de las administraciones públicas españolas,
e hizo muchas recomendaciones que, en general, los políticos no han atendido. Es decir, que sí
hay margen para recortar en términos de eficiencia y, según la AIREF, determinadas partidas de gasto
público. Pero esas partidas de gasto público, de acuerdo con la AIREF, no totalizan ni mucho menos
los 60.000 millones de euros. De hecho, la principal recomendación que hizo la AIREF en materia de
eficiencia fiscal, de reajuste de las cuentas para evitar dilapidar recursos públicos, fue la
revisión, cuando no su presión, de hasta 35.000 millones de beneficios fiscales. Es decir, que en
todo caso, lo que propuso gruesamente la AIREF fue subir impuestos, no recortar tanto el gasto
público, que, insisto, también había muchas sugerencias de recorte del gasto público. Pero la
partida cuantitativamente más notable fue la revisión de los beneficios fiscales, beneficios
en el IRPF y beneficios en el IVA, tipo reducido, superreducido y no sujeción a IVA. Por tanto,
atribuyéndole la paternidad de este argumento a la AIREF, Tamamés, desde luego, no ha estado
acertado. Ojalá hubiese en España margen para recortar de manera muy sencilla, muy fácil,
60.000 millones de euros de gasto público. Yo soy bastante escéptico, creo que hay mucho margen
para recortar, pero es un margen a costa de dejar de transferir dinero público y es un margen a costa
de que servicios que hoy proporciona el Estado empiece a proporcionarlos el sector privado y no
el Estado. Pensar que todo puede seguir más o menos igual, pero gastando muchísimo menos,
en gran medida creo que es pensamiento mágico. A lo largo de su discurso, Tamamés también defiende
de manera acertada y razonable, por ejemplo, el papel que ha de tener en cualquier sociedad la
sanidad privada. La sanidad está deteriorada, lo sabemos todos. Una pretensión gubernativa demasiado
clara muchas veces de conseguir el monopolio de la sanidad pública. ¿Por qué el monopolio si podemos
tener sanidad pública y sanidad privada en un sistema de cooperación público-privada que es lo
que se estilan todas las administraciones racionales hoy? La sanidad pública satisface algo más del
80% de las necesidades públicas, pero esto está facilitado por una sanidad privada a la que se
critican todas las manifestaciones como si fueran los criminales de la película. Y también rechazó
con acierto esa idea tan extendida de que el futuro económico de España pasa por las Pymes.
En realidad, si España quiere incrementar sustancialmente su productividad, necesita
que las Pymes, las Pymes de hoy, se conviertan en grandes empresas de mañana. No es que haya
que prescindir de las Pymes, pero han de ser un ascensor para convertirse en grandes empresas,
no para quedarse estancadas en Pymes. Las Pymes. El saco santo, respeto a las Pymes. Hay que
respetarlas como a todo, pero hay que tener en cuenta que no son las empresas del futuro. No
tienen arrastre, no tienen fuerza suficiente. Dan empleo, naturalmente, pero depende en gran
parte de una estructura industrial sólida. Pero más allá de estos comentarios adyacentes correctos,
si hubo algo que me gustó del discurso de Tamames fue su crítica al estado de derecho
declinante, al creciente control económico que el Estado está ejerciendo sobre nuestra sociedad,
asimilando cada vez más estructuras fascistas de gestión económica. Así, por ejemplo,
la diarrea legislativa con el uso y abuso del decreto ley. Se puede decir que además,
en su gobierno, que hayamos contado, se publicaron 132 decretos leyes, aprobados en los últimos 4
años. Un instrumento de utilización solo extraordinario se ha convertido en algo casual.
Persecución y demonización de aquellos empresarios o capitalistas no fanáticamente
alineados con el gobierno. El desarrollo industrial de España tiene su primer enemigo
en el gobierno. ¿Por qué? Pues precisamente por la aversión a los empresarios, auténtica aversión
a los empresarios. Busquen ustedes en la presa internacional críticas a empresas en Francia,
o en Italia, o en Alemania, como las que tenemos en España a Mancio Ortega y a Juan Rocha, al
frente de Inditex y al frente de Mercadona. Dos empresas fundamentales que precisamente están
siendo criticadas de manera permanente. Y por último, el rescate de ese elemento
tan fascista como son los comités paritarios, los representantes de los trabajadores y los
representantes de los empresarios, junto con el gobierno, negociando las condiciones laborales
y empresariales de toda la economía. Pues bien, esto mismo, que no ha dejado de hacerse en España
a lo largo de décadas, es por lo que tanto pecho saca este gobierno, por rescatar instituciones
económicas propiamente fascistas. ¿Qué decirles de lo que es el sindicalismo en España en estos
momentos? El artículo 28 de la Constitución configura el libre sindicalismo y en los artículos 7
hay, y en el 37, otras cuestiones sindicales. Se puede decir que el gobierno se convierte en
el empresario máximo y en el sindicato máximo a la vez. Y todo se negocia en el propio gobierno
sin entrar en el enmarco sindical propiamente. Nos encontramos también con una nueva pretensión
laboral desde su gobierno, que es sencillamente que los 33 días acordados de indemnización por
despido improcedente se leven de nuevo a 45 jornadas. Era un pacto franquista, absolutamente
franquista. Es la llamada protección heteronómica que hacían los sindicatos verticales sobre los
obreros encausados y los obreros todavía sin sindicarismo propio. No volvamos, por favor,
a aquella situación que además desconoce los problemas de la empresa en un mundo internacional
cada vez más complicado. A tenor del análisis anterior, desde luego cabrá decir que el discurso
de Ramón Tamames ha tenido sus luces y sus sombras, pero en todo caso habrá tenido luces y sombras
frente a la oscuridad que representa este gobierno. Este vídeo ha sido posible gracias a la newsletter
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