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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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Reportaje de la revista estadounidense Time sobre la figura política de Javier
Milley. El radical que está sacudiendo el mundo. Pero, ¿cuál es el mensaje más
relevante y más significativo sobre la presidencia de Javier Milley que
traslada a sus lectores este reportaje de la revista Time? Veámoslo.
La revista estadounidense Time ha dedicado su último número a analizar la figura de Javier
Milley o, tal como lo denomina la propia revista en su portada, el radical que está sacudiendo
el mundo. El reportaje trata de esbozar un perfil de Javier Milley, diría, desde una perspectiva
más bien crítica hacia el presidente de Argentina, pero tratando, en cualquier caso, de mantener
una cierta objetividad. Es decir, que dentro del reportaje, con un tono bastante ecléctico,
encontraremos tanto críticas subyacentes a la figura de Javier Milley como también algunas
alabanzas a las expectativas que Javier Milley está abriendo dentro de su país. Pero desde
mi punto de vista, la parte más relevante de este reportaje, la que ojalá tenga mayor
trascendencia para los lectores estadounidenses de este reportaje, se produce cuando la revista
Time intenta trazar un paralelismo entre la figura de Javier Milley y la figura de otros
líderes internacionales de la nueva derecha, como pueden ser Donald Trump, Víctor Orbán
o Georgia Meloni. De entrada, como digo, la revista Time intenta conectar la figura política
de Javier Milley con la de otros líderes populistas de derechas. Y así el reportaje señala lo
siguiente.
La inverosímil victoria de un autodenominado anarcocapitalista refleja la fortaleza de un
movimiento populista de derechas que ha ganado elecciones en todo el mundo en los últimos
años. Al igual que sus homólogos de Italia a Hungría, de Brasil a Perú y de Estados Unidos
a la India, Milley prometió desmantelar un Estado plagado de corrupción gobernado por
élites oscuras.
Que todo explote, que la economía explote y que toda esta casta política basura se
venga abajo, dijo Javier Milley durante la campaña. Es decir, que en este párrafo la revista
Time considera a Javier Milley una expresión más, en este caso dentro de la Argentina, del floreciente
movimiento de la nueva derecha, algunos dirían de la extrema derecha o de la ultraderecha
internacional. Sin embargo, a partir de este primer párrafo, en el que, como digo, asimila
a Javier Milley con otras figuras de la nueva derecha europea, iberoamericana o asiática,
a renglón seguido de este primer párrafo, Time ya empieza a especificar las importantísimas
diferencias que existen entre Javier Milley y todos los demás.
De entrada, Time esboza una diferenciación que podríamos calificar casi de anecdótica,
pero que aún así será relevante para la más crucial diferencia que comentaremos con
posterioridad. Así las cosas escribe la revista Time.
Pero ninguno de sus homólogos, de sus homólogos de populistas de derechas, es exactamente como
Milley, con su temperamento volcánico, apariencia de científico loco. Afirma no peinar su desordenada
melena porque la mano invisible del mercado lo hace por él. Y su toque mesiánico. Y ninguno
de ellos lidera una nación como Argentina, una potencia regional rica en recursos, pero
devastada durante décadas por la mala gestión política y por la inestabilidad económica,
que ahora se ha convertido en un caso experimental para las teorías de gobierno de un ideólogo
radical. Pasar del laboratorio al mundo real es maravilloso, dice Milley con una amplia
sonrisa. Es fantástico. Y es en este punto donde la revista Time encuentra y expone la
diferencia fundamental que existe entre Javier Milley y todos los líderes populistas de derechas,
que previamente la propia revista se ha encargado de meter en un mismo saco. Javier Milley tiene
unos sólidos principios morales e ideológicos que trata de desplegar a través de su acción
de gobierno. Su acción de gobierno es instrumental para conseguir que esos valores y esos principios
morales sean socialmente restablecidos y rehabilitados. Mientras que todos los líderes
populistas de derechas, el reportaje de Time lo ilustra con el caso de Donald Trump, pero
sería generalizable a todos los demás, en realidad lo que buscan es conquistar el poder
por el poder. No tienen una ideología estructurada detrás a la que subordinen toda su acción de
gobierno. Y así podemos leer en el reportaje de Time lo siguiente.
Pero hay algunas cuestiones importantes en las que estos dos hombres, Trump y Milley,
son muy diferentes. Milley es un ideólogo inflexible, un verdadero creyente, me dijo un
alto diplomático estadounidense. Y Trump solo cree en sí mismo. Milley cree que fue elegido gracias a sus
promesas de promover una revolución cultural más amplia dentro de la Argentina, y no a pesar de
esas promesas. De ahí que esté decidido a realizar, a ejecutar esa misión sin importar cuáles sean los
costes políticos. Conseguir que Argentina sea grande otra vez significa, para Milley, reestablecer esos
valores libertarios que hicieron de Argentina una potencia líder global, me dijo Milley. Esa es mi
visión. O expresado de otra manera, según este reportaje de la revista Time, Javier Milley no es
un nacionalista de derechas, sino en realidad un liberal libertario dentro del movimiento de la derecha
global. Porque cuando Javier Milley apela a lograr que Argentina sea grande otra vez, en realidad a lo
que está apelando es a conseguir que el liberalismo, que los valores liberales, que la sociedad liberal
vuelva a florecer dentro de la Argentina. Y de hecho, tal como deja entrever este reportaje de la
revista Time, ni siquiera Javier Milley restringe su objetivo, su ambición, su propósito político a
reestablecer la sociedad liberal dentro de la Argentina. Sino que, en última instancia, veremos si lo
consigue o no, por supuesto, pero la ambición política de Milley consiste en fomentar una revolución
cultural libertaria en el resto del planeta, tomando como inspiración la experiencia del caso
argentino. Y no en vano, la propia revista Time concluye su reportaje con este significativo último
párrafo donde recoge las declaraciones del ministro de Economía de Javier Milley, Luis Caputo. Dice Time,
A diferencia de cualquier otro líder elegido bajo el influjo de la ola del populismo de derechas,
Milley ha demostrado que piensa seguir adelante con los planes radicales que propuso en campaña.
El mundo está mirando, dice Luis Caputo, ministro de Economía, porque si Argentina logra revertir esto,
eso significa que cualquier otro país puede hacerlo. Es decir, que en el
fondo Javier Milley quiere que Argentina, quiere que la revolución libertaria que él pretende aplicar
en Argentina sirva como inspiración al resto del mundo para que se sumen a esa revolución cultural
libertaria, para que sus sociedades también abandonen la creciente estatolatría que las caracteriza. Y ahí
radica precisamente el gran riesgo y la gran oportunidad de la presidencia de Javier Milley. El mundo,
está mirando a la Argentina, está mirando a la Argentina. Y si Javier Milley, en medio de condiciones
tremendamente adversas, un Estado argentino quebrado y una oligarquía política que trata de obstaculizar,
de sabotear cualquier reforma liberalizadora impulsada por el nuevo gobierno de Argentina,
si Milley en esas tan complicadas condiciones termina fracasando, desde luego se aprovechará ese fracaso
para desprestigiar, para denostar reformas liberalizadoras similares en otras partes del
globo. Pero en cambio, si Javier Milley consigue tener éxito, si consigue primero estabilizar macroeconómicamente
a la Argentina, y segundo, que el país vuelva a crecer de manera saludable, entonces inevitablemente
ese ejemplo permeará en otras sociedades del planeta. Y este, a mi juicio, es el principal mensaje
que se desprende de este reportaje de la revista Time sobre la figura de Javier Milley.
Que el verdadero objetivo de Javier Milley, a diferencia de todos los otros líderes de
derechas con los que se los suele comparar, el auténtico objetivo de Javier Milley es liderar
y fomentar una revolución cultural libertaria dentro y fuera de la Argentina.