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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Todavía no conocemos todos los detalles de la coalición de gobierno entre el PSOE y Unidas Podemos.
En particular no conocemos aquellas medidas específicas que este gobierno de coalición va a querer aplicar sobre el conjunto de la economía.
Sin embargo, si disponemos de los programas electorales con los que cada formación política concurrió a las elecciones
y por tanto cabe esperar que esos programas electorales sean el punto de partida de las negociaciones sobre qué medidas económicas hay que tomar para nuestro país.
En este sentido puede ser interesante recuperar, recordar las propuestas fiscales con las que Unidas Podemos concurrió a las elecciones
dado que, insisto, este paquete de subidas impositivas que plantea Podemos perfectamente puede ser el punto de partida, puede ser la base
que quiera imponerle al Partido Socialista en su negociación sobre la política económica que debe seguir el próximo ejecutivo.
En primer lugar hay dos impuestos que ya podemos dar por seguros, dado que coinciden con el Partido Socialista, que es la tasa Tobin y la tasa digital, la tasa Google.
La tasa Tobin grabaría las transacciones financieras, es decir, volvería más caro operar, participar en el mercado bursátil, lo cual penalizará la captación de capital por parte de nuestras empresas.
Y la tasa digital, que supuestamente va dirigida a que las grandes tecnológicas estadounidenses paguen impuestos en España, será en última instancia repercutida en forma de mayores costes,
de mayores precios por los servicios que comercializan estas grandes tecnológicas en España y, por tanto, dificultará la digitalización de nuestras pequeñas empresas
y también por añadidura a su capacidad para exportar a través de su digitalización, a través de su presencia, de su existencia en la red.
Por tanto, estos dos impuestos ya los podemos dar absolutamente por seguros.
Luego, hay un tercer impuesto que también lo podemos dar por seguro, dado que de nuevo coincide con el Partido Socialista, que es establecer un tipo impositivo mínimo del 15% sobre el impuesto sobre sociedades.
Esto, en principio, podría parecer razonable, como es que las empresas pueden llegar a pagar menos de un 15% si los trabajadores ya pagan más de un 18% o un 20%, incluso algunos de un 30% en términos medios,
no estoy hablando de tipos marginales, como puede ser que algunas empresas, especialmente grandes empresas, paguen menos ahora mismo de un 15%, como poco habrá que exigirles que paguen un 15%.
Ya explicamos en otro momento que todos aquellos que afirman que las grandes empresas pagan un tipo efectivo de menos del 15% están cometiendo una trampa muy importante,
y es que están comparando los beneficios que las grandes empresas obtienen en todo el planeta, además beneficios no consolidados, sin tener en cuenta que otras partes de su negocio, de su empresa,
están perdiendo dinero, están comparando, digo, los beneficios no consolidados con los impuestos que esas grandes empresas pagan en España.
Habría que comparar, en todo caso, los beneficios en España, beneficios además consolidados, teniendo en cuenta, ya digo, las pérdidas que parte de ese grupo consolidado puede tener en otros negocios,
los beneficios que ese grupo consolidado obtiene en España, con los impuestos sobre sociedades que pagan en España, o, alternativamente, los beneficios consolidados que esa empresa obtiene en todo el mundo,
con los impuestos que pagan en todo el mundo. Si hiciéramos esto último, veríamos que las empresas ya están pagando entre un 20% y un 30% según el año en impuestos sobre sociedades.
Por tanto, sí, cuando unidas podemos y el PSOE, pacten que las empresas, como mínimo, paguen un 15% de tipo efectivo por impuestos pagados en España,
sobre sus beneficios mundiales, lo que estarán haciendo es subirles muchísimo los impuestos por operar en España, porque, insisto, ya están pagando más de un 15%.
Lo que unidas podemos y el PSOE quieren hacerles pagar de más es un 15% en España sobre sus beneficios mundiales y, aparte, los impuestos de sociedades mundiales que ya están pagando,
un auténtico despropósito que desincentivará, evidentemente, la inversión empresarial. Una cuarta subida de impuestos que también puede darse por segura, prácticamente por segura,
un progresivo incremento del impuesto sobre sucesiones y donaciones. Es verdad que esta figura impositiva está transferida a las comunidades autónomas,
pero muy probablemente asistamos, a pesar de las proclamas en contra del propio Partido Socialista de Unidas Podemos en su acuerdo de gobierno,
probablemente asistamos, a lo largo de esta legislatura, a una cierta recentralización fiscal, es decir, el gobierno central, como por cierto, planteaba Vox,
recuperará determinados tributos que actualmente están cedidos en las comunidades autónomas o lo recuperará parcialmente para armonizarlos al alza, para establecer tipos impositivos mínimos sobre todo el territorio,
de tal manera que, por ejemplo, la Comunidad de Madrid no pueda bonificarlo al 99% para determinadas transferencias intervivos y mortis causa.
Una mayor fiscalidad sobre sucesiones y donaciones implica que el ahorro, el patrimonio, la acumulación de riqueza estará más penalizada.
Hay algunos autores que defienden la necesidad de grabar en mayor medida la riqueza acumulada, pero lo hacen a cambio de defender bajadas de impuestos sobre la renta,
es decir, grabamos más la riqueza estática a cambio de grabar menos la generación dinámica de renta.
Este argumento podría tener cierto sentido, podría ser defendible, como redistribuimos la carga fiscal para impulsar la eficiencia y la productividad y el crecimiento en la economía,
pero desde luego no es el razonamiento que sigue unidas Podemos. Unidas Podemos quiere grabar más el ahorro acumulado y también grabar mucho más la renta.
De hecho, la quinta de las propuestas fiscales que plantea Podemos es incrementar los tipos marginales máximos sobre el IRPF.
Actualmente, a partir de 60.000 euros de ingresos, el exceso sobre 60.000 euros paga términos medios, porque depende de cada comunidad autónoma, pero paga en términos medios un tipo marginal del 45%.
Es decir, que si una persona gana 70.000 euros, los 10.000 euros de diferencia entre 60.000 y 70.000 tributan a un tipo del 45%. Esto es, 4.500 de esos 10.000 euros van a parar al fisco.
Por bien, unidas Podemos parece que no tiene suficiente con esto y lo que plantea es que el tipo marginal a partir de 100.000 euros pase al 47%.
Y que además se vaya incrementando hasta el 55% a partir de 300.000 euros. Es decir, que por cada euro adicional, por encima de 300.000 euros,
55 céntimos van a parar al fisco y solo 45% a la persona que los ha generado. Esta medida, este sablazo tributario, evidentemente desincentivaría muy profundamente la generación de nuevo valor por parte de aquel personal laboral más cualificado.
Siempre estamos diciendo que queremos que España sea un país que incorpore mucho más valor añadido, que incorpore mucho más talento y, sin embargo, lo que estamos haciendo es penalizar enormemente ese talento y ese valor añadido.
Si aquellas personas que son más productivas o que no son tan productivas pero que dedican muchísimo tiempo a trabajar, es decir, que generan rentas muy cuantiosas porque os son muy buenos, os son muy esforzados,
si a esas personas les metemos un brutal sablazo tributario de hasta el 55% sobre sus ingresos marginales, lo que tendremos es menor productividad y menor esfuerzo laboral para generar riqueza que en última instancia redunda en el bienestar de todos los demás,
porque no olvidemos que la renta de una persona no es más que el valor añadido que ha generado para otras personas.
Además, y todavía dentro del capítulo de la reforma del IRPF, unidas podemos quiere que las rentas del capital tributen a unos tipos marginales de entre el 21 y el 23%
cuando, según acabamos de ver, las rentas del trabajo tributan a unos tipos marginales de hasta el 45% que podemos quiere elevar hasta el 55%.
Esto de nuevo puede parecer una medida razonable porque las rentas del capital tributan a un tipo marginal bastante menor que las rentas del trabajo.
Sin embargo, recordemos que gran parte de las rentas del capital son rentas empresariales, es decir, si yo tengo una acción, por ejemplo, y esa acción me paga un dividendo, ese dividendo procede de los beneficios que ha obtenido una empresa.
Y, por tanto, cuando computamos el tipo efectivo final de las rentas del capital, hay que tener necesariamente en cuenta los impuestos que una empresa ya ha pagado antes de distribuir esas rentas del capital.
Me explico. Imaginemos que una empresa gana 100 y paga un tipo sobre sociedades del 25%, por tanto, la renta del capital ya pasa de 100 a 75.
Luego, si esa empresa distribuye en forma de dividendos esas 75 unidades monetarias, los receptores de ese dividendo, los accionistas de la empresa, pagarán, según la cantidad, un tipo entre el 21% y el 23%.
De manera que el dividendo que efectivamente recibirán los accionistas será entre 57 y 60, es decir, las rentas del capital habrán estado grabadas a un tipo entre el 40% y el 45%,
que es un tipo efectivo medio superior al que abonan hoy en día la inmensa mayoría de rentas del trabajo, el tipo impositivo medio de la mayoría de trabajadores en España apenas está en torno al 20%.
Por consiguiente, si hacemos tributar a las rentas del capital dentro del IRPF a un tipo que puede llegar hasta el 55%, sin tener en cuenta que previamente ya han pagado un 25% del impuesto sobre sociedades,
nos podemos acercar a grabámenes cercanos al 70% o al 80% de tipo efectivo, sobre todo cuando además incorporamos la última gran propuesta fiscal de Podemos, que es un impuesto a las grandes fortunas.
En concreto, Podemos plantea que las grandes fortunas de más de un millón de euros paguen un impuesto reformulado sobre el patrimonio del 2%, que llegaría hasta el 3,5% para aquellos patrimonios superiores a 100 millones de euros.
De nuevo, estos tipos impositivos parecen minúsculos, que más le da a una persona que tiene más de 100 millones de euros pagar un 3,5% sobre su riqueza, parece que sea un tipo bajísimo y del que no debería nadie protestar, por el que nadie debería posicionarse en contra.
Sin embargo, es necesario entender cómo funciona la tributación de la riqueza. Imaginemos que yo soy el propietario de una empresa que tiene un valor de mercado de 100 millones de euros.
¿Cuál es la rentabilidad que habitualmente puede extraer un empresario eficiente sobre el conjunto del valor de sus activos?
Pues bien, actualmente que la rentabilidad de la mayoría de empresas es muy baja, podríamos hablar quizá de un 3, un 4, un 5%, como mucho.
Pues bien, si esa persona saca una rentabilidad del 3, del 4, del 5% sobre su empresa valorada con un valor de mercado de 100 millones de euros, estamos diciendo que sus beneficios netos a final de año serán 3, 4 o 5 millones de euros.
Recordemos que sobre esos beneficios netos, ese empresario ya tiene que pagar un impuesto del 25%, y por tanto, esa beneficia se habría disminuido después de impuestos en un millón de euros.
Si además el empresario quisiera distribuirse personalmente esas ganancias para poder gastarlas en su día a día, tendría que abonar además un 23%.
Eso actualmente, bajo el esquema de Podemos, el impuesto sobre las sociedades sería mayor y además la distribución de las rentas del capital podría tributar hasta un 55%.
Pero olvidémonos de estos detalles, imaginemos que en efecto este empresario que tiene una empresa valorada en 100 millones de euros, gana 5 millones de euros al año en beneficios, es decir, una rentabilidad del 5%.
Pues bien, si ese empresario tiene que pagar un 3,5% de impuesto sobre patrimonio, estamos diciendo que ese empresario tendrá que pagar 3,5 millones de euros. 3,5 millones de euros sobre un beneficio de 5 millones equivale a un tipo impositivo del 70%.
Insisto a esto, hay que sumarle el impuesto sobre sociedades y el impuesto sobre rentas del capital al distribuir esas ganancias si es que queda alguna.
Por consiguiente, la reforma fiscal que está planteando Podemos subir impuesto sobre sociedades, subir el impuesto sobre la distribución del capital en forma de rentas dentro del IRPF
y sobre todo el impuesto sobre el patrimonio reforzado puede acercar a muchos inversores a un tipo impositivo cercano al 100% de sus ingresos cuando no quizá superior.
Imaginemos que el empresario del que hablábamos antes en lugar de ganar un 5% sobre su patrimonio tiene unas ganancias del 3%.
Ganará 3 millones, tendrá que pagar impuesto sobre sociedades, es decir 750.000 euros y además por impuesto sobre las grandes fortunas tendrá que pagar 3,5 millones de euros.
Estamos hablando de más de 4 millones en impuestos sobre unas ganancias de 3 millones, eso es un impuesto, un tipo efectivo de más del 130%.
En definitiva, el sablazo fiscal de Podemos es un sablazo fiscal contra el ahorro y contra la inversión, aparte de contra el trabajador cualificado.
Es una forma de destruir los incentivos que podrían existir para destinar capital a incrementar la riqueza y la productividad de la economía española.
Es un ataque contra la línea de flotación de nuestra capacidad de crecimiento económico a largo plazo.
Es una forma, por tanto, de expoliar al sistema productivo para que el gobierno parasitando ese sistema productivo pueda generar una sociedad de dependientes de las ayudas de ese gobierno
en lugar de facilitar, de potencial, de posibilitar que sean los ciudadanos los que obtengan sus propios ingresos dentro de un sistema económico, dentro de un sistema productivo
cada vez más eficiente y cada vez capaz de pagar mayores salarios o de abonar mayores dividendos.
Esperemos que el Partido Socialista tenga todavía algo de sensatez en su programa
y, por tanto, ponga fortísimas líneas rojas a muchas de estas ideas de Podemos.
Ya sabemos que va a haber impuesto digital, que va a haber impuesto sobre las transacciones financieras,
es decir, que nos vamos a quedar atrás en la digitalización y en la captación de capital,
ya sabemos que vamos a grabar fuertemente la transmisión de riqueza entre vivos o mortis causa,
pero esperemos que, al menos, no haya un despropósito confiscatorio sobre la riqueza empresarial viva.
Cuanto más penalicen a ahorrar e invertir para generar valor dentro de nuestra economía, menor valor va a generar nuestra economía y eso lo pagamos todos.
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