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El gobierno estadounidense ya ha emitido toda la deuda que el Congreso, controlado por los republicanos, le autoriza a emitir.
De manera que si el Congreso estadounidense no eleva el techo legal de deuda,
Estados Unidos podría caer en suspensión de pagos.
¿Qué opciones disponibles tiene el gobierno de Biden para evitar la suspensión de pagos de Estados Unidos?
Veámoslo.
El gobierno de los Estados Unidos ya ha emitido toda la deuda que hasta el momento le ha autorizado a emitir el Congreso del país.
Es decir, 31,4 billones de dólares, billones europeos, con 12 ceros.
Por tanto, en teoría, a partir de este momento el gobierno estadounidense ya no puede emitir nueva deuda,
a menos que el Congreso de los Estados Unidos autorice una elevación del techo de deuda.
Sin embargo, como la Cámara de Representantes está controlada por los republicanos,
este partido le exige al gobierno de Biden que, a cambio de elevar el techo de deuda,
el gobierno de Biden se comprometa a efectuar recortes del gasto público a medio plazo,
con el objetivo de que la deuda no siga creciendo a tasas tan explosivas como las del pasado reciente.
Pero el gobierno de Biden se niega a efectuar esos recortes del gasto público,
de modo que nos hallamos ante una situación de bloqueo.
El gobierno estadounidense no tiene autorización del Congreso para emitir más deuda
y el Congreso no quiere mayoritariamente elevar el techo de deuda si no hay sesiones por parte de la Casa Blanca.
Se trata de una situación de bloqueo que, en un caso extremo, podría llevar a que el gobierno estadounidense suspendiera pagos.
Y es que, como ahora mismo el gobierno estadounidense gasta mucho más de lo que ingresa,
para poder pagar los vencimientos de deuda más los intereses de esa deuda,
el gobierno tiene que emitir nueva deuda.
Paga la deuda vieja y sus intereses emitiendo nueva deuda.
Y claro, si no estás autorizado a emitir nueva deuda,
no puedes pagar la deuda que va venciendo conjuntamente con sus intereses.
Y si no atiendes puntualmente los vencimientos de deuda y los intereses,
entonces el gobierno se declara en suspensión de pagos.
De momento, la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, ha conseguido retrasar unos meses la hora de la verdad.
Básicamente reducirá temporalmente las aportaciones del gobierno a planes de pensiones de empleados públicos
y, con ese dinero que no aportará de momento a estos planes, podrá seguir gastando más de lo que ingresa
sin necesidad de emitir nueva deuda.
Pero esta estrategia únicamente le otorga unos meses de gracia para tratar de elevar el techo de deuda.
En mayo o en junio nos volveremos a encontrar en la misma situación en la que nos encontramos hace una semana
antes de que Yellen adoptara esta estrategia.
En mayo o en junio, si no ha habido antes un acuerdo entre demócratas y republicanos,
nos encontraremos con que el gobierno necesita emitir deuda y no tendrá autorización para hacerlo.
Y precisamente por eso, muchos de los intelectuales que rodean al Partido Democrata
están ahora mismo pensando en triquiñuelas legales que le permitan al gobierno estadounidense
seguir gastando más de lo que ingresa puenteando el techo de gasto,
es decir, saltándose la restricción que le impone el Congreso al gobierno, al tesoro,
para seguir endeudando al conjunto del país.
¿Cuáles son esas triquiñuelas legales que supuestamente podrían permitir al tesoro gastar más de lo que ingresa
sin necesidad de emitir más deuda o emitiendo más deuda pero sin vulnerar la textualidad de la ley que impone el techo de deuda?
En fin, vamos a analizar 5 de esas triquiñuelas de esas trampas legales para endeudar más a Estados Unidos
sin formalmente endeudarlo.
Primero, acuñar una moneda de platino de un billón de dólares.
Esta treta legal ya la comentamos en un vídeo anterior porque algunos de sus defensores
están dispuestos a llegar incluso a dar un golpe de estado para conseguir acuñar esta moneda de platino.
¿En qué consiste aquí la trampa?
La trampa o el recoveco legal consiste en que el tesoro estadounidense
tiene la competencia de acuñar monedas de dólar de distinta denominación.
Sin embargo, la ley limita la denominación, el valor nominal,
que pueden tener las monedas que emita que acuñe el tesoro.
En prácticamente todos los casos el tesoro no está autorizado a emitir una moneda
con una denominación mayor de 50 dólares.
Ese es el máximo valor que el tesoro le puede otorgar a una moneda que acuñe el propio tesoro.
Sin embargo, hay una laguna legal y es que en las monedas de platino para coleccionistas
no existe ninguna limitación legal al valor que puede poseer esa moneda.
De modo que, en teoría, el tesoro estadounidense estaría capacitado,
estaría legalmente autorizado a acuñar monedas, no solo unas, sino todas las necesarias,
monedas de, por ejemplo, un billón de dólares.
Y cuando decimos un billón de dólares podríamos decir 2 billones de dólares,
5 billones de dólares o 10 billones de dólares,
porque, repito, no existe una limitación al valor de las monedas de platino.
Con lo cual, los defensores de esta estrategia para burlar el techo de deuda,
lo que defienden es que el tesoro únicamente tiene que acuñar monedas de un billón de dólares,
depositar esas monedas de platino de un billón de dólares a la Reserva Federal,
que la Reserva Federal le reconozca al gobierno un saldo a creedor,
por importe equivalente al de la moneda de un billón de dólares,
y de esa manera el tesoro ya tendría dinero fresco para poder gastar más de lo que ingresa.
No necesitaría emitir deuda en los mercados,
simplemente echaría a mano del saldo de su cuenta corriente en la Reserva Federal
que se habría visto incrementado tras la acuñación y entrega de la moneda de platino
de un billón de dólares por parte del tesoro a la Reserva Federal.
Segunda estrategia MA, emitir bonos con un súper cupón, con un súper interés.
El techo de deuda que establece el Congreso establece un límite máximo al valor nominal,
al valor facial de los bonos que emite el gobierno.
Pero el valor facial de los bonos no incluye el interés que pagan los bonos,
es decir, el techo de deuda no limita que puedas emitir deuda con un tipo de interés
muy alto o muy bajo. Lo único que limita es el volumen del principal de los bonos
que emite el gobierno, con lo cual el tesoro puede reestructurar el tipo de emisión
de deuda pública que hace para que parte del dinero que está captando
de los inversores compute como interés, que no está limitado por el techo de deuda,
en lugar de como principal, que sí está limitado por el techo de deuda.
Por ejemplo, imaginemos que mañana le vencen al tesoro bonos por valor de 100 dólares.
Decimos 100 dólares, podríamos decir 100 millones de dólares, 100 mil millones de dólares, da igual.
Pongamos la cifra de 100 dólares y ha de devolver esos 100 dólares más los intereses
que había prometido pagar por esos 100 dólares. Pongamos que son el 5%.
Porque mañana tiene que devolver 100 de principal y 5 de intereses, 105 dólares.
Como el gobierno estadounidense tiene déficit para poder devolver esos 105 dólares
a de emitir una nueva deuda por importe principal a de emitir una nueva deuda
por valor de 105 dólares más intereses. Es decir, el valor facial de la nueva deuda
emite a de ser de 105 dólares. Y si los intereses son del 5%,
cuando venza este título de deuda, deberá devolver 110,25 dólares,
105 de principal y 5,25 de intereses.
¿Cuál es el problema? Que si el gobierno y ha alcanzado el techo de deuda
no puede emitir una deuda con valor facial, con valor nominal de 105 dólares.
Como mucho, puede emitir deuda con un valor nominal de 100 dólares.
Es decir, puede reemplazar 100 dólares que vencen con 100 dólares de nueva deuda,
pero no puede reemplazar 100 dólares de deuda que vencen por 105 dólares de nueva deuda,
porque en tal caso superaría el techo de deuda.
Ahora bien, ¿cómo puede el gobierno reestructurar esta emisión de deuda
para formalmente seguir dentro de la ley?
Recordemos, el gobierno necesita obtener de los inversores 105 dólares,
a cambio de pagarles, en el futuro, ese mismo dinero, 105 dólares,
más unos intereses de 5,25 dólares. En total, por tanto, 110,25 dólares.
Pues bien, imaginemos que el gobierno estadounidense dice lo siguiente.
Voy a emitir un bono, no de 105 dólares, sino de 50 dólares.
Y prometo que pagaré, a vencimiento, unos intereses de 60,25 dólares.
Es decir, que a vencimiento pagará lo mismo que esperaba pagar, 110,25 dólares.
Lo que pasa es que en lugar de emitir un bono con un valor facial de 105 dólares
más unos intereses de 5,25 dólares, lo que hace es emitir un bono con valor facial
de 50 dólares más intereses de 60,25 dólares.
Es decir, que en lugar de emitir un bono con un tipo de interés del 5%,
emite un bono con un tipo de interés del 120%.
¿Y esto qué sentido tiene? ¿Por qué el gobierno estadounidense
da a emitir un bono con un interés del 120%?
Pues porque si el gobierno estadounidense ofrece por un bono suyo
un tipo de interés del 120%, los inversores se van a pelear por comprar ese bono.
Y eso hará que en la subasta de bonos del tesoro, el tesoro termine recaudando
no 50, que es el valor facial del bono, sino una cifra cercana a 105 dólares
porque el tipo de interés de mercado seguirá siendo del 5%.
Es decir, que el gobierno emitirá un bono de 50 dólares,
pero recaudará 105 dólares y pagará al final del vencimiento de ese bono
110,25 dólares. Lo que ha hecho simplemente es a lo que debería haber llamado principal
llamarlo interés para que sobre la textualidad de la ley
esos intereses que en realidad son principal no computen como principal
y por tanto no se haya constreñido por el límite del techo de deuda.
Emitiendo estos bonos con supercupón, por consiguiente, se puede reducir el valor nominal
de la deuda emitida y no vencida a cambio de que esa deuda emitida y no vencida
conlleve un tipo de interés muy superior, que al final el tesoro pagaría lo mismo,
pero sobre el papel la deuda viva menguaría porque el techo de deuda
no incluye el pago futuro de intereses, no limita los intereses futuros que puede tener que pagar el tesoro.
Tercera posible estrata gema, crear una entidad no gubernamental
que se dedique a comprar la recaudación fiscal futura del gobierno estadounidense.
El techo de deuda, en teoría, limita que el gobierno estadounidense pueda emitir
nueva deuda contra el conjunto de activos del gobierno estadounidense.
Sin embargo, si el gobierno estadounidense únicamente vende la expectativa de recaudación futura
de sus impuestos o incluso de algún impuesto en particular,
imaginémonos que el gobierno estadounidense vende la recaudación
de los próximos 20 años de IRPF dentro de Estados Unidos,
entonces, en teoría, los inversores no están comprando deuda
contra el conjunto de activos del gobierno estadounidense,
sino que están comprando deuda pagadera únicamente
en uno de los activos futuros del gobierno estadounidense, la recaudación por IRPF.
De esa manera, el gobierno puede crear una entidad a pantalla
que no sea parte del sector público,
esa entidad a pantalla vende deuda en los mercados
y con la recaudación de esa deuda que no computa en el techo de deuda,
esa entidad le compra al gobierno el derecho a obtener los ingresos fiscales futuros
que recaudará el gobierno.
Técnicamente, como digo, esta cesión del cobro de los impuestos futuros
no computaría en el techo de deuda porque no es una deuda frente
al conjunto de los activos estadounidenses.
Si el gobierno, por ejemplo, eliminara el IRPF en el futuro,
esa entidad que ha comprado el derecho de cobro de IRPF en el futuro
no cobraría nada, de modo que los inversores que han financiado
a esa entidad para que compre la recaudación futura del IRPF al gobierno
no podrían reclamarle al gobierno nada más
y se expondrían a la suspensión de pagos.
De modo que esta tercera forma de burlar el techo de deuda
en realidad nos lleva a titulizar impuestos
emitiendo una pseudo deuda pública de Estados Unidos
que no computa legalmente a efectos del techo de deuda
y que resultaría más arriesgada para los inversores que la adquirirán,
pero aún así, muy probablemente habría muchos inversores dispuestos
a adquirirla a cambio de un tipo de interés más alto.
Cuarta vía para burlar el techo de deuda que establece el Congreso.
Instrumentalizar a la Reserva Federal.
Como sabemos, durante los últimos años el Banco Central de Estados Unidos
la Reserva Federal ha comprado muchos títulos de deuda pública
estadounidense a largo plazo.
Pues bien, imaginemos que precisamente porque se ha alcanzado el techo de deuda
y el gobierno, el tesoro no puede emitir más deuda
los títulos de deuda que hay en el mercado y que van venciendo
se impagan. El gobierno no puede pagar esos títulos de deuda vencidos
porque no puede emitir nueva deuda.
Pues bien, lo que podría hacer la Reserva Federal es lo siguiente.
Oye, inversor que has comprado deuda pública estadounidense
vencida e impagada, dame tu título de deuda pública
a su valor facial, es decir, como si no estuviera impagado
y yo te lo intercambio por uno de mis títulos de deuda pública
que todavía no han vencido, que vencerán en el futuro
pero todavía no han vencido y que por tanto no están formalmente impagados.
Si la Reserva Federal intercambia deuda pública vencida e impagada
por deuda pública no vencida y no impagada, los inversores privados
no se tendrían porque anotar ninguna pérdida como consecuencia del impago.
El impago lo soportaría la Reserva Federal.
Y claro, eso ya son pérdidas que se socializan entre el conjunto de los estadounidenses
si es que se terminan produciendo, porque claro, la expectativa
es que aunque a corto plazo se puedan impagar algunos títulos de deuda pública
el techo de deuda en el futuro se termine elevando
y cuando se eleve esos títulos de deuda impagados
se pagarían en su totalidad con efectos retroactivos,
es decir, estaríamos ante lo que se conoce como un default técnico,
no retraso en los pagos, no un impago definitivo.
Y ese default técnico lo soportaría contablemente la Reserva Federal,
no los inversores privados que originariamente invirtieron en esos bonos.
Hay que decir que esta estrategia fue debatida ya dentro de la Reserva Federal
en el año 2013, momento en el que también hubo que renegociar el techo de deuda
y en el que se planteó la posibilidad, como ahora,
de que el gobierno estadounidense entrara en suspensión de pagos
y en aquel entonces el hoy gobernador de la Reserva Federal,
Jerome Powell, que ya formaba parte del Consejo de Gobierno,
no como presidente, pero sí formaba parte del Consejo de Gobierno de la Reserva Federal,
calificó esa estrategia de repugnante.
Veremos si llegado el caso está dispuesto a aplicarla en estos momentos.
Y quinta y última treta legal a la que podría terminar recurriendo el tesoro
para seguir gastando más de lo que ingresa sin necesidad de negociar
una elevación del techo de deuda en el Congreso.
Declarar inconstitucional el techo de deuda.
Y es que si acudimos a la sección cuarta de la decimocuarta enmienda
de la Constitución de Estados Unidos, enmienda, por cierto, aprobada después,
inmediatamente después de la Guerra Civil en Estados Unidos,
podemos leer lo siguiente. La validez de la deuda pública de los Estados Unidos,
autorizada por ley, incluyendo deudas contraídas para el pago de pensiones
y recompensas para suprimir insurrecciones o rebeliones,
no deberá ser cuestionada.
Claro, si el techo de deuda no se incrementa,
como ya hemos dicho, el Gobierno estadounidense entrará en suspensión de pagos.
Y entrar en suspensión de pagos lleva a cuestionar la deuda pública estadounidense.
De modo que el Tesoro podría apelar a que si el Congreso se niega a elevar el techo de deuda,
el Congreso estaría abocando al Tesoro a incumplir la Constitución
y, por tanto, el Congreso se estaría ubicando fuera de la Constitución.
De manera que el Tesoro debería simplemente ignorar el techo de deuda
y seguir emitiendo más deuda para que no se cuestione la solvencia
en los mercados de la deuda pública estadounidense,
deuda que hoy por hoy sólo se puede pagar emitiendo más deuda
que no autoriza a emitir el techo de deuda actual.
Como vemos, por tanto, existen distintas tretas legales
que permitirían potencialmente al Tesoro burlar el techo de deuda que le impone el Congreso.
Sin embargo, tengamos muy presente que todas estas tretas legales,
precisamente porque son tretas, porque son argucias,
porque buscan cometer un fraude de ley,
es decir, que el Gobierno se siga endeudando sin autorización del Congreso,
precisamente por estos son tretas legales cuya constitucionalidad es cuestionable
y que debería ser, en consecuencia, examinada por un Tribunal Supremo,
que hoy por hoy tiene una amplia mayoría conservadora
y que podría llevar a no autorizar ninguna de estas tretas legales.
Es aquí, como ya explicamos en un vídeo anterior,
donde algunos demócratas abogan directamente por dar un golpe de Estado,
es decir, por no hacer caso a una sentencia del Tribunal Supremo
que declare inconstitucional alguna de estas tretas para burlar el techo de deuda.
Como es lógico, la solución más sensata, más razonable
y más probable, con diferencia la más probable,
es que demócratas y republicanos, como ya han hecho en el pasado,
terminen negociando para elevar el techo de deuda.
Los republicanos aceptarán un límite de deuda más alto
a cambio de que los demócratas se comprometan a hacer recortes de gasto en el futuro.
Sólo en el caso de que los demócratas se nieguen a recortar el gasto
a pesar de que la mayoría de la Cámara de Representantes,
después de las elecciones midterm, está reclamando ese recorte del gasto,
sólo, en ese supuesto, se abocaría a los Estados Unidos
a una crisis institucional de salida muy incierta,
tan incierta como para terminar colocando al país
ante una disyuntiva terrorífica o suspensión de pagos o golpe de estado.
Mucho más sencillo, recorten el gasto.