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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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¿Es posible invertir sólo pequeñas cantidades de dinero, 50 euros o 100 euros, en los títulos
de deuda de muy alta denominación que emiten, por ejemplo, las empresas?
Sí, es posible a través de los llamados bonos fraccionados. ¿Qué son exactamente?
Veámoslo.
En el primer vídeo dentro de esta serie de educación financiera apadrenada por la plataforma
de inversión Mintos explicamos que las grandes fortunas tienden a obtener un rendimiento
ajustado por riesgo sobre su patrimonio, superior al de las medianas fortunas o pequeñas fortunas,
por dos razones.
La primera es que tienen acceso a bajo coste a un conjunto de activos que las fortunas
medianas o pequeñas no suelen tener disponibles, por ejemplo, porque la inversión inicial
mínima es muy superior a los importes que estos pequeños o medianos patrimonios tienden
a invertir periódicamente.
Y en segundo lugar, y en parte vinculado con lo anterior, porque también tienen mayor
información, mayor sofisticación financiera a la hora de seleccionar inversiones, justamente
porque pueden acceder a un menú más amplio de opciones en las que invertir, tienden a
informarse más sobre las distintas opciones disponibles que existen.
Pues bien, esta pequeña serie de tres vídeos de educación financiera apadrenada por Mintos
tiene como propósito tanto incrementar los conocimientos financieros de la audiencia
como recordar que Mintos es una plataforma de inversión dirigida a abaratar los costes
de transacción de acceder a determinados tipos de inversiones que muchas veces solo
están disponibles para patrimonios ya voluminosos que efectúan inversiones iniciales cuantiosas.
En el segundo vídeo dentro de esta serie, de hecho, hablamos sobre una de estas opciones
de inversión que muchas veces quedan fuera del radar de los pequeños inversores.
Me refiero a los bonos de titulización.
En este vídeo explicamos exactamente qué era esto de los bonos de titulización.
Pues bien, en este tercer y último vídeo dentro de esta serie, vamos a hablar sobre
otro instrumento que facilita la inversión a otro tipo de activos que muchas veces no
están fácilmente disponibles para los pequeños inversores, y me estoy refiriendo a los bonos
fraccionados.
Cuando gobiernos o empresas se quieren financiar, lo que suelen hacer muchas veces es emitir
bonos en los mercados.
Un bono, como digo, es un título de deuda, es un trozo de papel donde está escrito,
le pagaré dentro de x tiempo, un año, cinco años, diez años, treinta años, un mes,
tres meses, el periodo que sea, le pagaré al tenedor del bono una determinada cantidad
de dinero, por ejemplo, 110 millones de euros dentro de dos años.
Y además, esto también lo puede incluir el bono, al cabo de un año le pagaré en
concepto de intereses un cupón de 10 millones de euros.
Por tanto, los inversores que compren hoy ese bono tienen derecho a recibir dentro de
un año 10 millones de euros y dentro de dos años 110 millones de euros.
Si por comprar ese bono pagan, por ejemplo, 100 millones de euros, estarán renunciando
a 100 millones de euros hoy, que son los 100 millones de euros que recibe el gobierno o
la empresa que ha emitido el bono, estarán renunciando, digo, a 100 millones de euros
hoy a cambio de recibir, como digo, 10 millones de euros en un año y 110 millones de euros dentro
de dos años. Y esto supone un tipo de interés implícito, una rentabilidad implícita de esta
operación para el inversor del 10% anual. Estaría rentabilizando su capital de 100 millones de euros
a un tipo de interés del 10% anual. Y en el actual contexto de altos tipos de interés,
o más bien de tipos de interés más altos de lo que ha sido habitual durante los últimos 15 años,
puede que la inversión en bonos, ya sea bonos del Estado o bonos corporativos,
pueda constituir una opción de inversión interesante para algunos inversores. Los
bonos son un activo financiero con menos riesgo que las acciones, porque el accionista va último
en el orden de prelación de cobro. Pero aún así, si los tipos de interés libres de riesgo,
los tipos de interés base dentro de la economía son altos, pues los bonos, los bonos corporativos,
por ejemplo, pueden estar ofreciendo unas rentabilidades muy atractivas. Si los tipos
de interés de la deuda pública a un año en Estados Unidos rondan el 5%, habrá empresas
no especialmente arriesgadas que para colocar su deuda a un año tengan que estar ofreciendo el 6,
el 7 o el 8%. Y por tanto, este puede ser un activo financiero que a algunos les interese
incluir dentro de su cartera de activos. ¿Problema que puede haber para invertir en
bonos? Pues que la inversión mínima en muchos bonos suele empezar en los 10.000 euros. Y también
hay bonos cuya inversión mínima es de, por ejemplo, 100.000 euros, de modo que a uno le
puede interesar ese activo financiero concreto, pero la inversión inicial mínima para comprar
un bono puede ser superior al capital que tiene disponible para invertir, sobre todo si es un
inversor que realiza aportaciones periódicas a la adquisición de algún tipo de activo. Por
ejemplo, 50 euros todos los meses o 100 euros todos los meses o 200 o 500 euros todos los meses. Pero
en cualquier caso, una cantidad de dinero que queda muy por debajo del importe mínimo para adquirir
un solo bono en la mayoría de los casos. Una forma en la que un pequeño inversor puede adquirir
exposición a los bonos corporativos sin disponer de grandes cantidades de capital inicial puede ser
adquirir una participación en un ETF de renta fija. Si es un ETF de renta fija corporativa y compra
una participación en ese ETF, indirectamente tendrá exposición a los diversos bonos corporativos
en los que ese ETF esté invertido. Ahora bien, y como decía, al comprar participaciones en un ETF
de deuda corporativa, estás adquiriendo exposición contra todos los bonos que haya adquirido ese ETF,
que eso por un lado puede estar bien porque tienen una cartera diversificada de bonos,
pero por otro lado puede estar mal. Si ese ETF ha adquirido algunos bonos corporativos que a ti
no te gustan, ya sea porque son muy arriesgados o porque son demasiado poco arriesgados y por
tanto ofrecen una rentabilidad demasiado baja, no puedes descartar este bono si, este bono no.
Compras exposición al conjunto de la cartera. Con lo cual, ¿qué alternativa existe para el
pequeño inversor que quiere invertir en bonos corporativos pero no en una amplia selección de
bonos corporativos, sino quizá en el bono corporativo específicamente de esta empresa?
Si el importe mínimo de inversión en los bonos de una empresa es de 100.000 euros,
¿cómo puedo adquirir exposición solo a los bonos de esa empresa pero en pequeñas cantidades,
que es el pequeño capital que puede tener disponible un pequeño patrimonio a la hora
de hacer aportaciones periódicas a la adquisición, por ejemplo, de bonos corporativos?
Pues aquí es donde entran los bonos fraccionados. ¿Qué es un bono fraccionado? Pues si en el vídeo
anterior entendiste qué es un bono de titulización, en este vídeo no te costará nada entender qué es un
bono fraccionado. Imaginemos una empresa que emite bonos corporativos en el mercado a través de un
banco de inversión. En ese momento, por ejemplo, Mintos crea una entidad de propósito especial,
un vehículo especial de inversión, que adquiere los bonos de esa empresa. ¿Y con qué capital los
adquiere? Pues esa entidad de propósito especial, cuya única finalidad es comprar los bonos
corporativos que emite esa empresa, esa entidad de propósito especial lo que hace es emitir bonos
fraccionados, títulos de deuda de muy baja denominación, que pueden ser adquiridos por
los pequeños inversores. Por ejemplo, en el caso de Mintos, el importe mínimo de un bono fraccionado
son solo 50 euros. Y la estructura de pagos de esos bonos fraccionados mimetiza la estructura
de pagos de los bonos corporativos que ha adquirido la entidad de propósito especial.
Si el bono corporativo paga un cupón cada seis meses y se amortiza a los cinco años,
pues los bonos fraccionados pagarán la parte proporcional del cupón cada seis meses y la
parte proporcional de la amortización final al cabo de cinco años. Y, obviamente, si el inversor
en bonos fraccionados recibe la parte proporcional de los intereses y del principal del bono
corporativo base, también estará expuesto a los mismos riesgos. Si el bono corporativo es impagado,
si, por ejemplo, la empresa que ha emitido ese bono quiebra, pues evidentemente el bono fraccionado,
cuyo único colateral, cuya única garantía es el bono corporativo subyacente, pues el bono
fraccionado tampoco podrá pagar. Por tanto, es lo mismo que invertir en el bono corporativo,
pero con la ventaja de poder hacerlo en pequeñas cantidades. Eso sí, el inversor es propietario
del bono fraccionado, no del bono subyacente. Tiene exposición al bono subyacente, al bono
corporativo emitido por la empresa, a través de su titularidad sobre el bono fraccionado. Aunque
la implicación de esto es muy escasa porque la entidad de propósito especial únicamente ha
comprado esos bonos. Por tanto, siendo el acreedor de la entidad de propósito especial,
cuyo único activo son esos bonos, también eres, en última instancia, acreedor de la empresa que
ha emitido los bonos que están en el activo de la entidad de propósito especial. En definitiva,
en esta breve serie de vídeos apadrinada por Mintos, hemos tratado de remarcar la importancia,
primero, de que el pequeño inversor trate de ampliar sus horizontes de inversión más allá
de los activos tradicionales que conoce. Porque la clave del diferencial de rentabilidad entre
patrimonios grandes, medianos y pequeños reside esencialmente en que los patrimonios grandes
tienden a invertir en activos en los que los patrimonios pequeños y medianos no lo hacen.
Y en segundo lugar, hemos aportado algo de información sobre dos tipos de activos financieros
que suelen ser algo atípicos para el pequeño y mediano inversor, los bonos de titulización y
los bonos fraccionados. Estos dos tipos de activos que suelen quedar fuera del radar del inversor,
porque o bien no son conocidos o bien siendo conocidos requieren de una inversión mínima
inicial bastante fuerte, los tenéis disponibles con una inversión inicial muy baja en la plataforma
de inversión Mintos. Ojalá esta serie de vídeos haya servido al menos para despertaros el gusano
de la curiosidad respecto a estos dos tipos de activos y a partir de ahí seguir investigando
sobre ellos. Porque solo después de una exhaustiva investigación hay que tomar la decisión siempre
personal sobre si invertir o no invertir en ellos.