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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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El pasado 13 de octubre, el Gobierno de PSOE Podemos modificó la Ley 7-2012 por la que
se aprobaron medidas contra el fraude fiscal para incrementar su control sobre las llamadas
criptomonedas. En concreto, el Ejecutivo ordena a todos los ciudadanos españoles que posean
este tipo de activos monetarios que informen al FISCO sobre su tenencia o sobre las operaciones
que realicen con ellos. Podemos leerlo literalmente en la nota de prensa que publicó la Moncloa
el 13 de octubre. Control de criptomonedas. El título del epígrafe es muy claro, el objetivo
es controlar las criptomonedas. Las nuevas circunstancias existentes en el mundo hacen
necesario ajustar la Ley 7-2012, que introdujo la obligación de informar sobre bienes y
derechos situados en el extranjero. En la actualidad se hace necesario tener un mayor
control sobre las criptomonedas, y por eso se incorpora la obligación de informar sobre
la tenencia y operativa con monedas virtuales, tanto situadas en España como en el extranjero
se afecta a contribuyentes españoles. De este modo, se exigirá información sobre
saldos y titulares de las monedas en custodia. Además, se establece la obligación de suministrar
información sobre las operaciones de adquisición, transmisión, permuta, transferencia, cobros
y pagos con criptomonedas. También se introduce la obligación de informar en el modelo 720
de declaraciones de bienes y derechos en el exterior sobre la tenencia de monedas virtuales
en el extranjero. Por tanto, el gobierno está reclamando a los españoles mucha más información
sobre su posesión de criptomonedas y sobre las transacciones que efectúen con ellas,
y lo justifica diciendo que las nuevas circunstancias existentes en el mundo hacen necesario o,
en la actualidad, se hace necesario tener un mayor control sobre las criptomonedas. Pero
por qué? ¿Qué ha cambiado para que el gobierno busque incrementar su control sobre las criptomonedas?
¿Qué ha cambiado para que ahora, a partir de ahora, se haga necesario tener más información
fiscalizar, en mucha mayor medida, a aquellos ciudadanos españoles que optan por invertir
en estos activos monetarios? En general, los gobiernos llevan mucho tiempo queriendo incrementar
su control efectivo sobre las criptomonedas, y más en particular sobre bitcoin, que es
desde luego el activo monetario digital por excelencia. Pero, ¿por qué ahora aceleran
esta voluntad de control? Desde mi punto de vista, tiene mucho que ver con las circunstancias
que han rodeado a la pandemia, a la crisis sanitaria y económica y financiera del coronavirus.
Como sabemos, durante los últimos meses los estados de todo el planeta, también el estado
español, han emitido cantidades masivas, cantidades gigantescas de deuda pública. La
deuda pública de Estados Unidos ya supera al 135% del PIB, la de España va a superar
ampliamente el 120% del PIB, y en general todos los países están desbordando el endeudamiento
del 100% del PIB y bastante más allá. ¿Esto qué significa? ¿Esto qué implica?
Bueno, históricamente, la acumulación excesiva de deuda pública siempre ha terminado de
alguna de estas tres maneras. La deuda pública hay que pagarla y solo hay tres formas para
pagarla, o subiendo impuestos netos, es decir, incrementando la presión fiscal en relación
con el gasto público del estado para generar más superávit, o a través de inflación,
que es una forma de diluir el valor de la deuda pública, te debo 100€, pero como
cada vez el euro vale menos, como cada vez imprimo más euros y cada uno de ellos vale
menos, devolver 100€ no tiene la misma carga económica hoy que devolver 100€ cuando
el euro era mucho más valioso, o la tercera vía directamente es el impago de la deuda,
el repudio, te debo 100€ pero no te los voy a pagar o solo te voy a pagar 20€, una
reestructuración del principal de la deuda. Como digo, estas han sido las tres formas
en las que históricamente se ha pagado la deuda pública y fijémonos que las tres
formas son una forma de extraerriqueza de los ciudadanos, subir impuestos netos implica
que te quito más y te devuelvo menos, por tanto te estoy parasitando más. La inflación
implica diluir el valor de la moneda y el valor de la deuda pública a cuyos titulares
se les había prometido el reembolso y el repudio de la deuda es directamente no te pago y
por tanto te comes tú el agujero financiero vinculado a mi impago de mi obligación financiera
para contigo. Por tanto, la sobre acumulación de deuda pública
conlleva en última instancia una mayor necesidad de confiscación de la riqueza por parte del
estado sobre los ciudadanos, ya sea confiscación fiscal, confiscación inflacionaria o confiscación
via repudio de la deuda, es decir, confiscación de la riqueza financiera de los tenedores
de la deuda. Todo indica por consiguiente que durante los próximos años, las próximas
décadas iremos a un régimen fiscal mucho más confiscatorio. Los estados estarán aplastados
financieramente por la sobre acumulación de deuda pública y la única manera que tendrán
de descargar esa pesada losa será con confiscación de la riqueza de los ciudadanos, ya digo,
confiscación fiscal, inflacionaria o de impago de la deuda.
Y por tanto, aquellos activos que sean especialmente resilientes a la capacidad confiscatoria
del estado, aquellos activos que incluso podamos calificar como inconfiscables en el sentido
de que el gobierno no puede apropiarse de ellos, no los puede robar, no puede diluir,
no puede destruir su valor, esos activos van a tender a revalorizarse. Si yo vivo en una
sociedad donde el estado parasita mucho más que ahora a los ciudadanos, aquellas vías
de escape al parasitismo estatal se van a revalorizar. Y las criptomonedas, y más en
particular bitcoin, son un ejemplo de esos activos inconfiscables con una oferta rígida,
tanto con una oferta limitada de cada futuro que se van a tender a revalorizar porque su
demanda en un contexto institucional más caracterizado por la confiscación estatal
va a aumentar. Por tanto, va a haber más demanda de activos inconfiscables como bitcoin
y como la oferta de bitcoin es rígida, más demanda misma oferta o una oferta muy escasamente
creciente, una revalorización del activo en cuestión. Y justamente por eso, porque
el estado no quiere que nos escapemos de sus garras confiscatorias, el estado ya está
requiriendo a los españoles la obligación tributaria de que le informen de la cantidad
de bitcoins que tienen, no porque el gobierno vaya a poder confiscar esas bitcoins. Si un
ciudadano no quiere transferirle bitcoins al gobierno, por mucho que el gobierno quiera
arrebatarle esos bitcoins, no le serán transferidos. Bitcoin no es como un banco. Si el gobierno
insta a un banco a que el saldo de tesorería de un ciudadano le sea transferido en forma
de cobro de impuestos al gobierno, el banco cederá y le transferirá ese saldo al gobierno.
Por tanto, dejará de reconocerle, por ejemplo, al contribuyente que tiene un saldo de 1.000
euros con el banco y esos 1.000 euros se dan ya un saldo del fisco, del estado. Con bitcoin
esto no puede suceder, el gobierno no puede quedarse las bitcoins que tiene un ciudadano
si este ciudadano no consiente en transferírselas. Ahora bien, lo que sí puede intentar hacer
el estado es convertir a bitcoin en la base imponible para tributar, es decir, para generar
una obligación tributaria en euros que deban ser transferidos al estado. Por ejemplo, el
gobierno puede decir, yo no te puedo quitar tus bitcoins que actualmente están valoradas,
por ejemplo, en 10.000 euros, no te las puedo expropiar, no te las puedo arrebatar, no te
las puedo confiscar. Ahora bien, búscate las vueltas para entregarme 10.000 euros. No
esas bitcoins, porque ya digo, no te las puedo arrebatar, aunque te mande a la cárcel si
tú no me las quieres dar, no te las puedo quitar. Pero si no me entregas 10.000 euros,
no esas bitcoins, 10.000 euros, que es el valor monetaria de esas bitcoins, te voy a
sancionar. Y la sanción puede ir incrementándose, hasta llegar, por ejemplo, a la pena de cárcel
si tú no cumples con la obligación tributaria que te he impuesto. Por consiguiente, los
gobiernos necesitan tener información de primera mano sobre cuántas criptomonedas tienen
los ciudadanos para convertir esas criptomonedas en el hecho imponible que será cada vez más
grabado por las autoridades fiscales, no porque vayan a arrebatar, a expropiar esas criptomonedas.
Una casa la podrían expropiar y la podrían vender en pública subasta para resarcirse
una deuda tributaria. Con bitcoins eso no podrán hacerlo, pero sí pueden utilizar
la cantidad y el valor que una persona tenga de bitcoins como referencia para fijarle la
obligación tributaria. Y como los gobiernos, tal como decíamos antes, van a necesitar
subir de manera muy importante los impuestos netos sobre los ciudadanos, ya van preparando
el terreno, ya van dificultando, o ya van intentando dificultar, que los ciudadanos
escapen de ese expoliotributario. Bien, te puedes refugiar en bitcoins, pero me vas a
tener que informar de todas las que tienes para, en función de tu tenencia de las mismas,
generar cuantos impuestos en euros me vas a tener que pagar. Por consiguiente, lo que
estamos viviendo, lo que estamos presenciando, son solo los primeros pasos a la estocada
fiscal, a la brutal estocada fiscal que nos va a venir durante las próximas décadas.
Están intentando poner coto a las criptomonedas, están intentando poner coto a bitcoin para
que no constituya una vía de escape al parasitismo estatal. Pero no olvidemos que al campo no
se le pueden poner puertas. Bitcoin es una moneda seudónima, es decir, que la identidad
del titular de una determinada cantidad de bitcoins es un seudónimo. ¿Cómo va el gobierno
a conocer cuántas bitcoins tiene una persona si esa persona no se lo comunica voluntariamente?
Por supuesto, si el gobierno fuera capaz de detectar qué identidad real se corresponde
con un seudónimo, el gobierno sí podría averiguar cuántas bitcoins tiene un individuo
o tiene un contribuyente, aunque éste no le informe de ello. Pero no es nada fácil
vincular un seudónimo de bitcoin con la identidad real de una persona, porque no existen bases
de datos centralizadas que puedan ser secuestradas por el gobierno para adquirir un listado de
qué identidad seudónima se corresponde con qué identidad real. Por tanto, y en términos
generales, solo si el contribuyente decide cooperar voluntariamente con el fisco a la
hora de revelarle no solo su identidad, porque además un mismo ciudadano puede tener varias
identidades seudónimas de bitcoin, puede tener varias cuentas con varios seudónimos
de bitcoin, con lo cual no solo tiene que colaborar a la hora de revelarle su identidad
o una de sus identidades, sino todas ellas y todas las bitcoins que tiene esa persona.
Un contribuyente podría decirle al gobierno, tengo medio bitcoin vinculada a esta identidad
seudónima, pero lo mejor tiene muchas otras identidades seudónimas con otras muchas bitcoins
que no ha comunicado al gobierno. ¿Cómo va a saber esto el gobierno? No hay forma
de que lo sepa, insisto, salvo que los ciudadanos deciden cooperar voluntariamente en esa revelación
de información al fisco. Esta normativa que establece la obligación de revelar esta información
es por tanto más bien un intento de conseguir que el ratón acuda voluntariamente a la ratonera
que una forma de cazar ratones desde el gobierno, porque el gobierno no tiene en términos
generales, podrá haber excepciones, pero no tiene en términos generales ninguna capacidad
real para conocer qué español, qué contribuyente español tiene cuántas bitcoins o deja de
tenerlas. Es una llamada impotente a la colaboración de la víctima con el verdugo. Por favor,
informadnos verazmente de cuántas bitcoins tenéis para incrementar vuestra deuda tributaria
con hacienda porque necesitamos que pagáis muchos más impuestos. Pero cuanto más extorsiones
fiscalmente a los ciudadanos, más van a intentar esos ciudadanos defenderse de semejante extorsión
tributaria y las kiltomonedas, más en particular bitcoins, constituyen un vehículo para protegerse
de la confiscación estatal. Por mucho que el gobierno intente controlar lo incontrolable,
los activos han llegado para quedarse y eso, quiera o no quiera el gobierno, le va a restar
capacidad para parasitar a los ciudadanos. Por suerte, para todos, bitcoin es un nuevo
contrapoder frente a los estados omnipotentes.
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