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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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Reunión entre Elon Musk y Javier Milley en la que mostraron nuevamente su profunda conexión
y sintonía ideológica en torno a cinco ideas claves. ¿Cuáles son esas ideas? Veámoslo.
Desde hace meses, Elon Musk y Javier Milley vienen exhibiendo una profunda sintonía ideológica
en redes sociales. Sin embargo, hasta el momento no se habían reunido presencialmente. Pues
bien, en el día de ayer, durante su tercera visita a Estados Unidos como presidente de
Argentina, Javier Milley viajó a la sede que tiene Tesla en Austin, Texas, y finalmente
pudo reunirse con Elon Musk. La reunión fue a puerta cerrada, no se grabó en vídeo, las
partes no han emitido un comunicado oficial transcribiendo la reunión, pero el embajador
argentino en Estados Unidos, Gerardo Bertain, sí estuvo dentro de la reunión y en declaraciones
al diario El Clarín, nos ha contado de qué hablaron ambos. Y al parecer, la reunión
giró en torno a cinco mensajes fundamentales que pasamos a resumir.
Primer mensaje. El desarrollo tecnológico es clave para el progreso de la humanidad. Si
la humanidad quiere seguir progresando, es decir, si la humanidad quiere seguir elevando
sus estándares de vida, es indispensable que la innovación y el progreso tecnológico
sigan avanzando. Si durante los últimos 200 años, a diferencia de lo que ocurrió durante
los siglos anteriores, el crecimiento económico, el incremento del ingreso per cápita de los
seres humanos ha sido continuado en prácticamente todas las regiones del planeta, ello ha sido porque
hemos conseguido que la tecnología aplicada al desarrollo económico, a la producción material
de bienes y servicios, porque hemos conseguido que esa tecnología haya avanzado de manera ininterrumpida.
La tecnología permite incrementar la productividad del trabajo y la productividad del capital y,
por tanto, permite hacer mucho más con mucho menos. Si el progreso tecnológico se para, si el progreso
tecnológico se estanca, entonces el crecimiento económico a medio plazo también lo hará. Y eso
significa que los estándares de vida se congelarán y eso significa que en una sociedad donde el crecimiento
económico haya desaparecido, unas personas sólo podrán mejorar a costa de que otras empeoren. Es decir,
la economía se convertirá en un juego de suma cero y en un germen de conflictos sociales.
Segundo mensaje clave, el progreso técnico aplicado a la creación y multiplicación de riqueza depende de
los empresarios. Son los empresarios los que experimentan dentro de su compañía, dentro de
su empresa, combinaciones y recombinaciones de los factores productivos disponibles a la luz,
en muchas ocasiones, del estado actual de la ciencia básica, para tratar justamente de multiplicar la
productividad. Es decir, de crear productos mucho más valiosos, mucho más útiles para satisfacer las
necesidades de las personas que los existentes, o productos tan útiles como los existentes, pero
creados a un coste de oportunidad muy inferior. Son los empresarios, por tanto, los encargados de
pilotar la innovación económica en el mercado, de plantearles a los consumidores nuevas propuestas de
valor que luego esos consumidores validarán, en cuyo caso esa innovación impulsada por un
determinado empresario se generalizará por emulación al resto del mercado, o no validarán,
en cuyo caso esa innovación que un determinado empresario pensaba que podía ser revolucionaria,
será descartada y no será imitada, al menos sin nuevas modificaciones, sin nuevos cambios, en el resto
del mercado. En tercer lugar, precisamente porque la tecnología es la base del progreso económico y
porque son los empresarios los que impulsan el cambio tecnológico aplicado a la técnica productiva,
los gobiernos no deberían interferir con la libre experimentación empresarial. Es decir, los gobiernos
deberían limitarse, en todo caso, a proporcionar un conjunto de reglas estables y previsibles dentro
de las cuales los empresarios puedan desarrollar su labor creativa. Y si los gobiernos sistemáticamente
maniatan a los empresarios, les impiden experimentar o se quedan con el fruto, con el resultado exitoso de
su experimentación a través del sistema fiscal, lo que tenderá a suceder es que esos empresarios,
como ya hizo Elon Musk marchándose de California a Texas, lo que tenderá a suceder es que esos
empresarios o dejen de innovar o se marchen a otras jurisdicciones que les permitan desde allí
innovar. En cuarto lugar, ese marco jurídico estable y previsible de los gobiernos que sea acogedor
con la experimentación empresarial y, por tanto, con la innovación, con la creatividad empresarial,
ha de incluir como una de sus reglas fundamentales el libre comercio. Es decir, la libre competencia
entre empresarios de todas las partes del mundo. De tal manera que si una innovación de un empresario
es peor relativamente que la innovación de otro empresario, los consumidores puedan escoger la
segunda y descartar la primera, porque sólo así tenderán a diseminarse por todas las economías ya no
las buenas ideas, sino las mejores ideas. Y en la medida en que se diseminen por todas las economías
las mejores ideas, a su vez, esas mejores ideas podrán recombinarse entre sí, creando ideas y
productos incluso superiores a las innovaciones originales. O expresado de otra manera, la libertad
de comercio también es libertad de circulación de ideas. Y el progreso técnico viene, como le gusta
repetir al pensador Matt Ridley, de que las ideas tengan sexo con otras ideas. Por tanto, es fundamental
que las mejores ideas puedan circular libremente por todos los rincones del planeta para que los
empresarios las combinen y recombinen en nuevas ideas económicas que generen nueva riqueza para el
común de los ciudadanos. Y última idea central de la que hablaron y de la que estaban de acuerdo tanto
Elon Musk como Javier Milei en esta reunión privada, el mundo necesita muchos más niños. Es decir,
hay que impulsar la natalidad a escala global. Los creadores de nuevas ideas económicas o los
recombinadores de ideas económicas, es decir, los empresarios, son personas. Y, por tanto, para que
haya nuevos empresarios y, en consecuencia, nuevas ideas económicas y nuevas recombinaciones de las
mejores ideas económicas, es fundamental que nazcan más niños. Cuantos menos niños nazcan, menor
cantidad de empresarios habrá en el futuro y, por tanto, menor cantidad de nuevas ideas económicas
enfocadas a conseguir progreso técnico y, por tanto, menor progreso económico, menor crecimiento
económico, mejor elevación de los estándares de vida de la humanidad. En definitiva, tanto Elon Musk como
Javier Milei tienen, en general, una correcta visión, una correcta comprensión de cuáles son
las causas del progreso de la humanidad a largo plazo. El progreso tecnológico es poleado por la
creatividad empresarial en competencia de seres humanos y de nuevas hornadas de seres humanos dentro
de un marco institucional estable, previsible y libre que permita la libre experimentación económica
y la elección, por parte del consumidor, de aquellas innovaciones que mejor se adaptan,
que mejor se ajustan a sus necesidades. Ojalá esta correcta visión de los pilares del crecimiento,
del desarrollo, del progreso económico termine extendiéndose no sólo a Argentina, sino al conjunto
del planeta. Y ojalá tanto Elon Musk como Javier Milei, que dicen tener muy clara esta visión del
progreso económico, contribuyan activamente a ello.