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Gracias a todos y muchas gracias por la invitación. En efecto, el título de mi charla es libre
mercado contra élites y plebes extractivas. El principio central del capitalismo del
libre mercado es la libertad para asociarnos o no asociarnos con quien queramos. Esto,
desde el lado del consumidor, se traduce en que el consumidor es soberano para escoger,
para elegir a quién le quiere comprar o a quién no le quiere comprar, de quién quiere recibir
un determinado servicio o de quién no quiere recibirlo. Fijémonos que el consumidor tiene la
libertad de elegir, pero el productor en cambio no tiene la libertad de escoger de determinar
a quién le vende. El consumidor sí escoger, sí determina a quién le compra, pero el productor
no escoger, no determina a quién le vende. No puede obligar a un determinado consumidor a que
le compre su producto. Por eso el consumidor es soberano frente al productor, porque el productor
tiene que hacer esfuerzos para conseguir que el consumidor esté dispuesto a comprarle.
Y cómo hace el productor esfuerzos para conseguir que el consumidor le compre a través del proceso
competitivo. La competencia entre productores es una competencia por ofrecerle valor al
consumidor para que este sea finalmente quien escoja a qué, con qué productor se casa,
con qué oferente termina relacionándose, termina asociándose en función del valor que está
generando para cada consumidor para cada tipo de cliente. El proceso competitivo es un proceso
que no puede dejar a nadie durmiendose en los laureles, no solo porque las empresas que ya
existen en un determinado mercado puedan variar su modelo de negocio y puedan llevar a que el
consumidor cambie de proveedor. El proceso competitivo es tan dinámico que incluso
aquellos que hoy no están en el mercado pueden llegar a estarlo y las empresas que están instaladas
en el mercado lo saben. Y precisamente porque lo saben, precisamente porque son conscientes de que
si no están permanentemente innovando para crear más valor para el consumidor, otros pueden llegar
y comerles la tostada e incluso las grandes empresas que tienen una posición muy asentada en el
mercado, las grandes empresas que si no son grandes porque hayan obtenido algún tipo de favor político,
son grandes porque en el pasado fueron capaces de servir, fueron capaces de satisfacer las
necesidades de un gran número de consumidores, incluso esas grandes empresas que parece que
están consolidadas totalmente pueden ser víctimas de innovaciones disruptivas, es decir pueden ser
víctimas de reformulaciones del modelo de negocio que haga que la estrategia que están
siguiendo para servir al consumidor ya no sea la óptima en un momento determinado y por eso
ellas también si no quieren verse desplazadas del mercado tienen que estar permanentemente
innovando en qué, en generar valor para el consumidor. Este proceso que es el que Schumpeter,
el economista Schumpeter denominó como destrucción creadora, aparecen nuevos competidores que destruyen
viejos modelos de negocio y los nuevos modelos de negocio generan más valor para el consumidor que
los anteriores, es un proceso ciertamente muy duro porque uno es un día el rey del mercado y al día
siguiente puede terminar totalmente desplazado, totalmente aislado por no ser capaz de seguir
sirviendo al consumidor y por eso las empresas, los empresarios ciertamente tienen la tentación
de competir entre ellos y es bueno que compiten entre ellos para generar valor para el consumidor pero
también tienen otra tentación muy peligrosa para defender su posición dentro del mercado y es
confabularse con el poder político para que el poder político les dé diversos tipos de pre bendas
de tal manera que no sea necesario competir para seguir revalidando día a día su posición en el
mercado y hay muchos tipos de pre bendas que permiten que un empresario parasite al consumidor en
lugar de crearle valor, hay mecanismos directos por ejemplo la subvención, un consumidor no quiere
gastar su dinero en una determinada empresa sino que lo quiere gastar en otra, llega el sector
público, llega el estado, le cobra un impuesto, es decir, le quita, le arrebatan el dinero y ese
dinero en lugar de gastarlo en lo que el consumidor querría gastarlo, en cuyo caso no se lo habría
quitado en un primer momento, se lo da a la otra empresa en la que ese consumidor no quiere gastarlo,
por supuesto lo viste en forma de subvención para algún tipo de promoción del bien común,
del interés general pero en realidad es un interés privativo del empresario incapaz de
competir en el mercado para generar valor para el consumidor el que recibe esa subvención a
costa del consumidor, otras formas de proteger la posición de una empresa no competitiva,
las licencias o las regulaciones abusivas, licencia únicamente puede operar en este
mercado quien el estado diga, quien se aproxima al estado, quien se entienda con el estado,
de tal manera que todos los demás por mucho más eficientes que sean a la hora de generar valor
para el consumidor tienen prohibido entrar en ese mercado, a veces las prohibiciones no son
tan a las claras como con las licencias que es un reparto obsceno del mercado entre aquellos
que se han acercado al poder político, sino que son prohibiciones más indirectas y perregulo un
determinado sector, me cargo el nuevo argumento competitivo que ha descubierto algún nuevo
modelo de negocio para desplazar a los modelos caducos existentes y como me he cargado
regulatoriamente ese modelo competitivo diciendo que de alguna manera beneficia al interés general
del consumidor de facto estoy proscribiendo la competencia. Esto no es nuevo, esto no es una
práctica que se venga realizando desde hace un par de años, el padre de la economía o al
quien algunos llaman el padre de la economía Adam Smith en la riqueza de las naciones ya decía
porque Adam Smith escribió en un periodo histórico muy concreto un periodo histórico conocido como
la era del mercantilismo donde precisamente había este tipo de confabulaciones sistemáticas entre
el poder político y los empresarios para cargarse libre comercio y Adam Smith decía la gente de un
mismo sector rara vez se reúne para echarse unas risas y divertirse normalmente se unen para conspirar
contra el interés general y cómo se conspira contra el interés general evidentemente coaligándose
con el poder político que es quien dispone del BOE que es quien dispone del boletín oficial del
estado para marcar cuáles son las reglas de juego y esas reglas de juego se pueden diseñar para
favorecer sectariamente a unos jugadores a costa de otros y esos jugadores que son favorecidos por
esa manipulación política de las reglas de juego pueden ser grandes empresas es lo que llamamos
élites extractivas grandes empresas como grandes cadenas hoteleras que no quieren competir con nuevas
formas de proporcionar al quiler vacacional a quien está viajando por alguna parte del planeta patronales
del transporte que no quieren competir con nuevas formas de compartir transporte por carretera o gran
banca que no quiere competir con nuevas formas de intermediación financiera alternativas al
circuito bancario tradicional todas estas grandes empresas evidentemente promueven códigos regulatorios
dirigidos a que a que las formas emergentes de modelos de negocio las innovaciones disruptivas
sean eliminadas y su mercado que es un mercado que ha quedado caduco que ha quedado desfasado se
mantenga es decir promueven regulaciones para parasitar al consumidor en contra de la nueva
competencia pero no sólo las élites extractivas para citar al consumidor es verdad que las grandes
empresas lo tienen en general mucho más fácil para conseguir este tipo de favores porque porque
comen en la misma mesa que los políticos se reúnen de tú a tú con los políticos y pueden
pedirles favores y ofrecerles favores muy jugosos a los políticos las famosas puertas
giratorias siendo una de tantas prevendas que pueden conseguir los políticos a cambio de
favorecer a las grandes empresas pero como digo no sólo las grandes empresas presionan y consiguen
privilegios del poder político también autónomos y pequeñas empresas pueden conseguir esos mismos
favores del poder político es lo que podemos llamar plebes extractivas o simplemente gremios los
gremios tradicionales que fueron afortunadamente eliminados por las revoluciones liberales aquellos
que cerraban el sector un determinado sector sólo a los que ellos mismos escogían como productores
legítimos en ese sector están haciendo su reaparición el caso más célebre evidentemente es el sector
del taxi 70 mil autónomos pequeños empresarios cualigados gremialmente cartelizados aliados
con el poder político para defender un sistema de licencias que es un sistema caduco absolutamente
a día de hoy para qué para salvaguardar la calidad y la seguridad del servicio ya no hace
falta que sea el poder político quien centralizadamente diga qué taxista es bueno o es malo las nuevas
tecnologías permiten como bien sabéis que descentralizadamente sean los propios usuarios
quienes evalúen a cada conductor en particular y por tanto quienes permiten que el usuario tome
decisiones informadas sobre con qué conductor quiere subir o quiere no subir pues bien ese
sistema de licencias es evidentemente promovido por un conjunto de plebes extractivas que quieren
proteger su posición en el mercado para para citar al consumidor quien sabe si en el futuro nos
encontraremos con otro tipo de plebes extractivas por ejemplo en el sector de los restaurantes
cualigándose para qué para que el nuevo intercambio el nuevo tuve que el nuevo pago por comidas de
reparto a domicilio sea también controlado a través de regulaciones sanitarias de todo
tipo para impedir que una madre casa una moda de casa pueda preparar una comida pueda venderla y
pueda trasladársela a quien la quiera consumir por tanto élites y plebes extractivas pergeñan
regulaciones no para proteger al consumidor que es la excusa que suele darse pergeñan
regulaciones para proteger a los productores no competitivos son regulaciones que lo que
ambicionan es cargarse la soberanía del consumidor que caracteriza al libre mercado al mercado
abierto al mercado competitivo al mercado inclusivo quieren cargarse la soberanía del
consumidor para instaurar la tiranía del productor que el consumidor no puede elegir sino que
el político le obliga a elegir ya no lo que el político quiere sino lo que aquellos que se
arriman al político quieren que elija y creo que es muy importante denunciar que las regulaciones
que las leyes que se están aprobando no son leyes o regulaciones dirigidas a favorecer el
interés general son leyes y regulaciones dirigidas a favorecer a privilegiar intereses privativos
muy concretos porque sin cargarnos estas regulaciones de parte sin liberalizar la economía todo el
proceso de destrucción creadora que caracteriza el capitalismo del libre mercado y que permite
que sostenidamente el bienestar de los ciudadanos vaya aumentando y aumentando de manera generalizada
ese proceso tan sano y tan necesario para seguir creando riqueza para todos se verá absolutamente
impedido la riqueza dejará de crearse y la poca que se cree será parasitada por aquellos que han
dejado de generar valor para los consumidores hemos de denunciar en público que las leyes las
normas los marcos institucionales que se están conformando hoy con la excusa del interés general
son privilegios particulares de élites y de plebes extractivas muchas gracias