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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Importantísimo discurso del presidente de Argentina Javier Milei ante el Congreso de la Nación
en el que pretende sentar las bases políticas, sociales y económicas para un nuevo modelo
de país a lo largo de las próximas décadas. Veámoslo.
Ayer el presidente de la Argentina Javier Milei se dirigió ante el Congreso de la Nación
en un discurso que podríamos decir que pretende sentar las bases para una refundación del
país. De entrada, Javier Milei comenzó denunciando, o más bien constatando, que el Estado argentino
es una absoluta calamidad.
Un país que hace 120 años tenía uno de los 3 PBI per cápita más alto del mundo y recibía
inmigrantes de todos los confines del planeta. Detrás de todos estos males nos encontramos
con un Estado nacional inoperante, quebrado y que no puede ni siquiera cumplir con sus funciones
básicas. Un Estado que hace todo, y todo lo hace mal, generando perjuicio en cada aspecto
de la vida social en que se entromete. Es por ello que a mayor Estado presente, mayor despilfarro
y menor bienestar para los argentinos de bien.
Y si ese mega Estado que sufren los argentinos es tan sumamente desastroso para la población,
¿por qué la clase política argentina está empeñada en perpetuarlo? Pues en esencia
porque constituye un instrumento a través del cual los políticos parasitan corruptamente
a la población argentina. La casta política no trabaja para mejorar la vida de los ciudadanos,
sino para mejorar su propia vida, empobreciendo y expoliando a los ciudadanos a través de ese
mega Estado corrupto y corruptor.
Un Estado que no solo no controla, sino que lo que controla, lo controla mal. Diseñado
no para cumplir sus funciones básicas, sino para generar un kiosco en cada lugar donde
sea posible, para beneficio del burócrata de turno. Es esa tal vez la mejor definición
que podemos dar de la situación en la que hemos encontrado el Estado. Una organización
criminal diseñada para que en cada permiso, en cada regulación, en cada trámite y en
en cada operación, haya una coima para el político de turno.
¡Escidente! ¡Escidente! ¡Escidente! ¡Escidente! ¡Escidente! ¡Escidente! ¡Escidente! ¡Escidente!
Gobiernos provinciales, sindicatos, empresarios prevendarios y también medios de comunicación
que se han convertido en propagandistas profesionales a sueldo de aquel político que les pague a
través de publicidad institucional.
Este esquema putrefacto está extendido a todos los poderes del Estado, tanto el Poder Ejecutivo,
el Poder Legislativo y el Poder Judicial, y en todos sus niveles, nacional, provincial
y municipal. Sustentados por medios de comunicación que viven de la pauta oficial y formadores de
opinión ensobrados, que miran para el otro lado o que eligen cuidadosamente a quién acusar y a quién no.
Sustentado también por empresarios prevendarios, que apoyan este modelo porque el retorno de pagar
una coima es más tentador que el desfío de competir en el mercado.
Sustentado también por sindicalistas que entregan a sus trabajadores, engañándolos con supuestos beneficios
mientras promueven un régimen laboral que sólo los beneficia a ellos.
Es decir, un sistema en absoluta bancarrota moral e intrínsecamente injusto.
Un sistema que sólo puede generar pobres y a costa de ellos produce una casta privilegiada que vive
como si fueran monarcas, que llega a absurdos, obscenos de impunidad.
Y para combatir a esa casta política que está parasitando y empobreciendo a los argentinos,
Javier Milei anunció en este mismo discurso un primer paquete de medidas anticasta.
En primer lugar, se eliminan las pensiones de privilegio de los expresidentes y exvicepresidentes
de la Argentina. En segundo lugar, se establecen elecciones democráticas,
periódicas y libres en los organismos sindicales.
En tercer lugar, los convenios colectivos de empresa van a prevalecer sobre los convenios
colectivos sectoriales. En cuarto lugar, las personas condenadas en firme por corrupción
no podrán presentarse en unas elecciones nacionales.
En quinto lugar, aquellos funcionarios condenados en firme por corrupción perderán todos los privilegios
que tenían por ser funcionarios. En sexto lugar, se decreta una reducción radical del
número de asesores de los políticos. En séptimo lugar, los funcionarios que se sumen
a una huelga verán descontado el sueldo de esos días que participen en la huelga.
En octavo lugar, se pone fin a la financiación estatal de los partidos políticos, los cuales
tendrán que buscar financiación en el sector privado. Y por último, se convierte en delito
de lesa humanidad dentro del Código Penal el financiar al Tesoro a través de la creación
de moneda por parte del Banco Central de la República Argentina.
Para profundizar en nuestra misión de terminar con los privilegios de la política y sus
amigos, estamos enviando al Congreso un paquete de leyes anticasta, del cual quiero compartir
con ustedes algunos de sus componentes.
Eliminaremos las jubilaciones de privilegios para presidente y vicepresidente.
Obligaremos a los sindicatos a elegir sus autoridades a través de elecciones periódicas
libres y supervisadas por la justicia electoral, que limitará los mandatos de esas autoridades
a cuatro años y establecerá un tope de una sola reelección posible.
Los convenios colectivos específicos que realizan en la Asociación Libre los trabajadores
de una empresa o grupo de empresas primarán sobre los convenios colectivos del sector.
Vamos a terminar con esa locura de imponerle a la gente las condiciones laborales que define
atrás de un escritorio un señor que no trabaja hace 30 años.
Las personas condenadas por corrupción en segunda instancia no podrán presentarse como candidatos
en elecciones nacionales.
Además, todo exfuncionario público con condena firma en segunda instancia por delitos de corrupción
perderá automáticamente cualquier beneficio que tenga por haber sido funcionario.
Gracias.
Aplausos.
Aplausos.
¡Gracias!
Reduciremos drásticamente la cantidad de contratos para asesores de los diputados y senadores de la Nación.
Ha sido una práctica común de la política que los representantes del pueblo armen pymes de 30 o 40 asesores cada uno,
dilapidando los recursos de los argentinos.
Se descontará la jornada del sueldo a los empleados del Estado que no vayan a trabajar por motivo de paro.
Y a su vez eliminaremos el financiamiento público de los partidos políticos.
Cada partido tendrá que financiarse con aportes voluntarios de donantes o afiliados propios.
Todos los economistas serios del mundo, salvo algunos perros falderos de la política argentina,
coincide que financiar el tesoro con dinero emitido por el Banco Central genera inflación.
Esto no es opinable. Financiar al tesoro con emisión está simplemente mal, técnica y moralmente mal.
Esto es así porque genera inflación y porque licúa la capacidad de compra de todos los argentinos.
¿Y para qué? Para poner plata en la mano de la política, que no la usan para otra cosa que su provecho personal.
Sin embargo, en Argentina lo hemos hecho una y otra vez.
Y como resultado, somos uno de los países que más inflación ha tenido en la historia moderna.
Con nosotros se acaba. Vamos a enviar un proyecto al Congreso para penalizar por ley al Presidente de la Nación,
al Ministro de Economía, a los funcionarios del Banco Central y a los diputados y senadores
que aprueben un presupuesto que contemple financiar déficit fiscal con emisión monetaria
para terminar de una vez por todo y para siempre con estas prácticas insostenibles, moralmente y criminal.
Y además, propondremos que dicho delito esté a la altura de un delito de lesa humanidad,
de manera tal que sea imprescriptible, para que tarde o temprano paguen el costo de sus acciones.
Y además, Javier Milei les lanza un importante mensaje a la casta política,
que no se van a dejar amedrentar, porque ellos, dice Javier Milei,
no han entrado a la política para convertirse en casta política, sino para combatirla.
Y frente a la adversidad, frente a los obstáculos, frente a los palos en la rueda,
ellos no se achican, sino que se embravecen.
Nosotros no vinimos a jugar el juego mediocre de la política.
No vinimos a prestarnos al toma y daca de siempre,
a emular a esos políticos que supeditan sus proyectos al intercambio de favores, cargos y negocios.
No vinimos a hacer más de lo mismo. Vinimos a cambiar el país en serio.
Por eso, antes que aprobar un proyecto vaciado de contenido, preferimos retirarlo.
No negociamos el cambio y vamos a cumplir la promesa que le hicimos a la sociedad
con o sin el apoyo de la dirigencia política.
Lo haremos con las herramientas que nos puedan brindar
o lo haremos únicamente con los resortes legales del Poder Ejecutivo,
como venimos haciendo hasta ahora.
Porque nosotros, cuando nos encontramos con un obstáculo,
no vamos a dar marcha atrás.
Vamos a seguir acelerando.
¡Espiriente! ¡Espiriente! ¡Espiriente! ¡Espiriente! ¡Espiriente! ¡Espiriente! ¡Espiriente! ¡Espiriente!
¡Espiriente!
Si eligen el camino de la confrontación, se encontrarán con un animal muy distinto
al que están acostumbrados.
Porque a diferencia de algunos de los que están acá
o de quienes nos miran desde su provincia,
la política para nosotros no es un fin en sí mismo.
No vivimos por la política.
No vivimos de la política.
No tenemos ambición de poder.
Lejos de todo eso, lo único que tenemos es sed de cambio.
Nosotros no tomamos decisiones pensando en nuestra carrera política.
Nosotros vinimos a enarbolar las banderas de la libertad
con plena conciencia de que íbamos a tener que pagar los costos de la fiesta obscena
que muchos de ustedes realizaron.
Porque lo que nos mueve a nosotros no es el poder por el poder mismo,
sino nuestra causa sagrada, la defensa de la vida, la libertad
y la propiedad privada de los argentinos.
No obstante, hoy por hoy Javier Milei no cuenta con mayoría en las cámaras
como para poder sacar adelante gran parte de su agenda legislativa
y transformadora del país.
Y precisamente por eso, aunque con un enorme escepticismo,
también en este discurso aprovecha para proponerles un pacto
a aquellos miembros de la casta política existente
que se quieran sumar al cambio,
que quieran también contribuir a transformar a Argentina.
Es lo que Milei denomina el Pacto de Mayo
y lo que espera que se convierta en un momento histórico
de refundación nacional e institucional.
Debo ser honesto en decirles que no tengo demasiadas esperanzas
de que tomen este camino.
Creo que la corrupción, la mezquindad y el egoísmo
están demasiado extendidos,
pero si bien no tengo demasiadas esperanzas,
tampoco las he perdido.
Es más, quiero que me demuestren que estoy equivocado.
Quiero desafiarlos a que demuestren que la política puede ser más que lo que es,
que podemos aspirar a ser mejores,
que demuestren que a pesar de nuestras diferencias
podemos anteponer los intereses de la Nación
a los miserables intereses electorales.
Por esta razón y con el deseo de estar equivocado
en mi desconfianza hacia muchos de ustedes,
es que quiero aprovechar esta ocasión
para extenderles una invitación.
Hoy, en la primera apertura de sesiones de nuestra Administración,
quiero convocar tanto a gobernadores como a expresidentes
y líderes de los principales partidos políticos
a que depongamos nuestros intereses personales
y nos encontremos el próximo 25 de mayo
en la provincia de Córdoba
para la firma de un nuevo contrato social
llamado Pacto de Mayo,
un contrato social que establezca
los 10 principios del nuevo orden económico argentino.
¡Aplausos!
¡Aplausos!
¡Aplausos!
¡Aplausos!
¡Aplausos!
¡Aplausos!
¡Aplausos!
¡Aplausos!
¡Aplausos!
¡Aplausos!
¡Aplausos!
¡Aplausos!
¡Aplausos!
¡Aplausos!
¡Aplausos!
¡Aplausos!
¡Aplausos!
¡Aplausos!
¿Y cuáles son los 10 puntos de ese Pacto de Mayo
que Javier Milei pretende convertir en algo así como
los 10 mandamientos de la nación argentina?
En primer lugar, la inviolabilidad de la propiedad privada.
En segundo lugar, el equilibrio fiscal innegociable.
En tercer lugar, una reducción histórica del gasto público
hasta el 25% del PIB.
En cuarto lugar, una reforma tributaria que vaya de la mano de esa reducción histórica
del gasto público y que alivie de manera muy considerable la presión fiscal que pesa
sobre los argentinos.
En quinto lugar, el rediseño de las transferencias a las provincias para automatizarlas y transparentarlas
de tal manera que nunca más se conviertan en un objeto del tráfico y del mercadeo político.
En sexto lugar, un compromiso por parte de las provincias para facilitar la explotación
económica de los recursos naturales del país.
En séptimo lugar, una reforma laboral liberalizadora y modernizadora de las relaciones de trabajo.
En octavo lugar, una reforma del sistema de pensiones que amplíe la libertad de elección
de los ciudadanos argentinos para que puedan optar por sistemas de capitalización de su ahorro.
En noveno lugar, una reforma estructural del sistema político argentino para facilitar
que los ciudadanos puedan controlar a sus representantes y que éstos deban responder
ante ellos.
Y en décimo lugar, una apertura comercial global de la Argentina.
Ese pacto de mayo tendrá por fin establecer las 10 políticas de Estado que el país necesita
para abandonar la senda del fracaso y comenzar a recorrer el camino de la prosperidad.
Esas 10 políticas de Estado son
1. La inviolabilidad de la propiedad privada.
2. El equilibrio fiscal innegociable.
3. La reducción del gasto público a niveles históricos en torno al 25% del PIB.
4. Una reforma tributaria que reduzca la presión impositiva,
simplifique la vida de los argentinos y promueva el comercio.
5. Rediscutir la coparticipación federal de impuestos y terminar para siempre
con el modelo extorsivo actual.
6. Un compromiso de las provincias de avanzar en la explotación de los recursos naturales
del país.
7. Una reforma laboral moderna que promueva el trabajo formal.
7. Una reforma previsional que le dé sustentabilidad al sistema,
respete a quienes aportaron y permita a quienes prefieran suscribirse a un sistema privado de jubilación.
9. Una reforma política estructural que modifique el sistema actual
y vuelva a alinear los intereses de los representantes y los representados.
10. Y por último, la apertura del comercio internacional de manera que la Argentina vuelva a ser un protagonista del mercado global.
10. Estas 10 ideas, que son las bases del progreso de cualquier nación, podrán sentar las condiciones del crecimiento argentino por los próximos 100 años,
para que una vez más Argentina sea un faro de luz para Occidente.
10. Pero antes de alcanzar ese pacto de mayo, Javier Milei, con bastante habilidad política,
reclama a los gobernadores de las provincias que hagan un gesto de buena voluntad
y que terminen aprobando la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos,
que hace escasas semanas vaciaron de contenido para tumbarla.
A cambio de ello, Javier Milei también se compromete a modificar el sistema de financiación de las provincias
para reducir el grado de asfixia financiera en el que ahora mismo se encuentra.
Para mostrar el compromiso del Gobierno de avanzar en esta dirección, he instrumentado al Jefe de Gabinete,
al Ministro de Economía y al Ministro del Interior, a que como primer paso antes de firmar el Pacto de Mayo,
convoque a los gobernadores de todas las provincias argentinas a la Casa Rosada,
para firmar un preacuerdo y sancionar tanto la Ley de Bases como un paquete de alivio fiscal para las provincias.
Sancionadas ambas leyes como muestra de buena voluntad,
podremos empezar a trabajar en un documento común,
basado en estos 10 principios esbozados previamente,
para así, el 25 de mayo de este año, reunidos en la DOCTA,
podamos dar inicio a una nueva época de gloria para nuestro país.
¡Viva! ¡Viva! ¡Viva! ¡Viva! ¡Viva!
Esta es la oferta que nosotros ponemos sobre la mesa.
Quedarán ustedes y en el resto de la dirigencia argentina,
saber aprovechar la oportunidad de cambiar la historia,
o en lo contrario, pretender continuar por este camino de decadencia por el cual nos han traído.
Ese día veremos quiénes están sentados en la mesa trabajando por los argentinos
y quiénes pretenden continuar por este camino de servidumbre.
Pero con o sin acuerdo, porque recordemos que Milley ya ha mostrado su escepticismo
de que la casta política quiera sumarse a ese pacto que supone desarmar los privilegios de la casta política,
con o sin acuerdo, Javier Milley también explica que se va a mantener firme,
que va a tomar las medidas necesarias para alcanzar sus objetivos de estabilización macroeconómica.
Y lo va a hacer porque su prioridad, dice, no es la reelección o aferrarse al poder,
de tal manera que está dispuesto a pagar todo el coste político en términos de popularidad que tenga que pagar.
Su prioridad es la libertad de los argentinos.
Quiero ser claro acerca de la naturaleza de esta convocatoria.
Nuestras convicciones son inalterables.
Ordenaremos las cuentas fiscales de la Argentina con o sin la ayuda del resto de la dirigencia política.
Por eso tenemos la mano firme, porque tenemos el rumbo claro.
Por eso también aceptamos pagar todos los costos políticos para lograr esos cambios,
inclusive costos políticos que no nos correspondan.
Porque si el precio de arreglar este país es caer al ostracismo,
allí me encontrarán con orgullo.
Porque para nosotros no hay nada más sagrado que la lucha por la libertad.
Si no son capaces de desmoralizarlo, si no son capaces de doblegarlo,
si no son capaces de comprarlo, si no son capaces de corromperlo,
tampoco serán capaces de derrotarlo.
Y su victoria será la victoria de la libertad de los argentinos.
Y su victoria será la victoria de los argentinos.