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La televisión pública catalana TV3 me acusa de difundir bulos sobre la ocupación y de
integrar el entorno ideológico de la extrema derecha. ¿Pero con qué argumento os afirma
todo esto? Pues en realidad con ninguno. Veámoslo.
Las televisiones públicas supuestamente existen para ofrecer un servicio público, en este
caso en el ámbito informativo, de calidad. Es decir, información contrastada, información
rigurosa, información imparcial, información no sesgada e información no transmutada en
propaganda política. Sin embargo, ya sabemos que toda esta justificación no es más que un
mero brindis al sol. Las televisiones públicas o están al servicio de los gobiernos o están
al servicio de la burocracia periodística que las controla. Los periodistas en una televisión
pública, como también en una televisión privada evidentemente, tienen su propia ideología e
instrumentalizan los recursos públicos que costeamos entre todos para, con una
falsa apariencia de imparcialidad y de rigor, transmitir su propia ideología enlatada a todos
los televidentes. Las televisiones públicas, en suma, son formas de subsidiar a costa del
contribuyente la difusión de la ideología o de la propaganda de los gobiernos de turno o de los
periodistas que tienen el control de esas televisiones públicas. Y claro, siendo así las
cosas, pues pasa lo que pasa. Y lo que pasa es que los periodistas de una televisión pública pueden
instrumentalizar arteriamente los medios de la televisión pública, medios que no han costeado
ellos, sino que han sido costeados por los contribuyentes y ellos los han tomado coactiva
y privilegiadamente, pueden instrumentalizar arteriamente esos medios de una televisión pública para
mentir, para tergiversar, para engañar e incluso para señalar a ciudadanos particulares falseando
lo que son, lo que dicen o lo que piensan. Y en este caso, entre otros, me ha tocado a mí. Y me
ha tocado a mí dentro de la televisión pública catalana TV3. El pasado miércoles 19 de julio,
los informativos de Mediodía de TV3 elaboraron una noticia en la que sostenían que se estaban
difundiendo a través de las redes sociales muchos bulos sobre la ocupación y que esa difusión de
bulos sobre la ocupación de vivienda en redes sociales estaba alimentando un sentimiento
antiocupación entre la población que no estaba fundamentado. Porque, según los periodistas de
esta televisión pública, los movimientos de izquierdas a favor de políticas públicas más
intensas en materia de vivienda ya han desmontado absolutamente todos los bulos en contra de la
ocupación. Sin embargo, dicen que es muy difícil luchar contra la verdad que comunican estos
movimientos de izquierdas sobre la vivienda porque en las redes sociales existen desinformadores
profesionales que siguen extendiendo esos bulos. Y claro, entonces la verdad no puede abrirse paso
entre tanta mentira. Y a su vez, la propia pieza de la noticia se encarga de vincular esa
desinformación, esos bulos que se vierten a través de las redes sociales con la extrema
derecha. Compartidos movimientos de extrema derecha que, claro, quieren criminalizar la
ocupación a través de mentiras. Pues bien, fijémonos a quiénes señalan como difusores
de bulos antiocupación dentro de la órbita de la extrema derecha.
Fá 15 días va ser la empresa Desocupa, la que va a penjar también a Madrid, una pancarta en contra del
gobierno Sánchez. Llavors, los movimientos a favor de las políticas de habitación,
lo han aprovechado para denunciar cómo esta empresa y los partidos de extrema
derecha difunden constantemente informaciones falsas sobre el fenómeno de la ocupación.
25 metros finanzados por un bufete de abogados duden a Desocupa, una empresa con clas
vínclas con la extrema derecha que se encarga de forzar desallotjaments a cambio de
Los movimientos en contra de las insuficientes políticas públicas de vivienda van responde de
seguida. Una rápida contestación con datos que cada copo es más difícil de hacer en
unos mitjans y charlas sociales, donde proliferan noticias esviajadas o directamente falsas sobre
el fenómeno de la ocupación. ¿Dónde está el perro flauta? No tenemos ninguna... Oye, ¿tú tienes contrato de alquiler?
Lleguando de poner contexto, se criminaliza a las personas que ocupan y se fomenta la por.
Ellos tienen mucha ayuda.
Que la ley está más hecha para los que delinquen que para los que no.
A partir de hoy, ocupar una vivienda en España va a ser mucho más sencillo.
¿En qué momento se ha dejado al ciudadano medio totalmente desprotegido frente a los delincuentes?
No hay gens casuales que apareguen en este momento porque tienen un claro posicionamiento
político en contra de determinados grupos, ¿no? Fajan la política del enemigo.
Fijaos con qué simpleza nos acusan algunos de difundir bulos sin explicar por qué son un bulo.
Desde su supuestamente honorable púlpito de televisión pública, que de honorable no tiene nada
porque está financiado coactivamente por todos los contribuyentes y estos señores lo instrumentalizan
para hacer propaganda, pero desde su supuesto honorable púlpito de la televisión pública
se limitan a descalificar como bulos sin ningún argumento, lo que algunos hemos intentado argumentar
de manera prolija. En mi caso, se limitan a coger unos segundos de un vídeo que publiqué hace dos meses
y en el que argumento con bastante detalle, explico las diversas causas por las que la nueva ley
de la vivienda de Pessoa, Podemos, Esquerra y Bildu va a facilitar de manera muy importante
la ocupación de viviendas. Os invito a todos los que no visteis ese vídeo en su momento a que lo
veáis ahora y después de verlo opinéis si es un vídeo superficial, simplista, sin contenido,
que meramente se limita a repetir con signas tergiversadas o si hay una argumentación detrás
fundamentada en la ley de la vivienda que sustenta la tesis principal de que esta nueva ley de la
vivienda va a facilitar la ocupación. Que ni siquiera estoy diciendo que por necesidad deba
ser un vídeo inapelable, la última palabra, la última opinión definitiva sobre el asunto de
cómo la nueva ley de la vivienda afronta el problema de la ocupación. Pero si uno quiere
descalificar ese vídeo que es un vídeo técnico, si uno quiere acusarme de soltar bulos,
de tergiversar las cosas en ese vídeo, tendrá como mínimo que remangarse y argumentar por qué lo
que estoy diciendo en ese vídeo no es correcto. Porque, repito, en el vídeo se presentan muchos
argumentos al respecto. Y si tú quieres descalificar esos argumentos, tendrás que
presentar contraargumentos. Y si no los tienes o no los quieres exponer, pues lo mejor que puedes
hacer es callarte. No acusarme de manera absolutamente gratuita en una televisión pública de estar
difundiendo bulos sobre la ocupación. No, quienes estáis difundiendo bulos sobre los que contamos
la verdad de la ocupación sois vosotros. Porque acusáis a quienes informamos de desinformar para
que vuestra desinformación cuele como información. Y además contextualicemos políticamente por qué
estáis soltando esos bulos sobre los bulos de la ocupación. ¿Quién ha redactado la nueva ley de
la vivienda que facilita? Y si no lo facilita, refutad los argumentos que presento en el vídeo.
¿Quién ha redactado la nueva ley de la vivienda que facilita la ocupación? Como he dicho, PSOE,
Podemos, Bildu y Esquerra Republicana de Cataluña. ¿Quién gobierna en la Generalitat Catalana?
Esquerra Republicana de Cataluña. ¿Quién ha nombrado a la presidenta de la Corporación
Catalana de Medios Audiovisuales? Esquerra Republicana de Cataluña. ¿Qué partidos
han nombrado a cinco de los siete miembros de este Consejo de Gobierno de la Corporación Catalana de
Medios Audiovisuales? Dos, incluyendo a su presidenta Esquerra Republicana de Cataluña,
y tres, el PSC, es decir, el PSOE. Cinco de los siete miembros que gobiernan la Corporación
de Medios Audiovisuales catalanes, entre ellos TV3, son miembros nombrados a dedo por dos de los
partidos que han redactado esta ley de la vivienda que ahora, con bulos, sin argumento alguno,
nos queréis hacer creer que no fomenta la ocupación. Oye, que vienen las elecciones y
necesitamos que le labéis la cara a esta ley de la vivienda y que contrarrestéis la información
que se ha vertido desde ciertos medios de comunicación o desde ciertas redes sociales de
que la ley de la vivienda que hemos redactado nosotros, Partido Socialista y Esquerra Republicana
de Cataluña, fomenta la ocupación. De acuerdo, amos y señores, nosotros, como siervos periodísticos,
vamos a servir de correa de transmisión a vuestras consignas propagandísticas y vamos a elaborar una
información en la que vamos a descalificar, sin argumentos, a determinadas personas que
se han encargado de informar con argumentos por qué la nueva ley de la vivienda fomenta la
ocupación. Y, además, y para terminar de rematar su credibilidad, las vamos a asociar, de nuevo,
sin ningún tipo de argumento, con la extrema derecha. Porque, claro, si les colocamos el
san benito de que son del entorno de la extrema derecha, entonces ya nadie les va a escuchar con
independencia de lo que digan y de cuán argumentado esté lo que digan. Vamos, que al menos en este
caso, no voy a opinar por otros, pero al menos en este caso no estáis actuando como periodistas,
sino como correas de transmisión de la propaganda de vuestros amos, los políticos. Que en muchos
casos es probable que lo hagáis encantado porque la ideología de los propios periodistas coincidirá
con la ideología de sus amos políticos. Pero tener una determinada ideología no debería ser
incompatible con el rigor y con la honestidad. Y aquí sí lo ha sido. Y, oye, que esto lo haga un
particular con su dinero nos podrá parecer mal, porque mentir, tergiversar, falsear la realidad
no está bien. Lo hagas con tu dinero o con el dinero de otros. Pero, claro, si encima lo haces
con el dinero de otros, mucho peor. Porque estás metiéndole la mano en el bolsillo a otra gente
para difundir tus mentiras y encima para difundir mentiras que señalan a ciudadanos particulares
y los acusan de mentirosos y de integrar el ecosistema de la extrema derecha. Pues, oye,
felicidades, os habéis coronado. Otro argumento más, por si faltar alguno, por el que hay que
cerrar absolutamente todas las televisiones públicas, no a los órganos de desinformación
y propaganda política costeados coactivamente por todos los contribuyentes. Con mi dinero no,
y menos para que me insulten.