logo

Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Colapso total del sistema eléctrico castrista. El socialismo deja a Cuba a oscuras. Veámoslo.
El socialismo ha empobrecido a los cubanos hasta límites insospechados y una de las
muestras más flagrantes de la destrucción económica perpetrada en Cuba por el socialismo
la encontramos en su deplorable sistema eléctrico. Suele decirse que podemos inferir el nivel de
desarrollo, el nivel de prosperidad material de una sociedad en función de su consumo energético
y, acaso, de manera más restringida, de su consumo eléctrico. Y es que cuanta más energía per cápita
consume una sociedad, más tiende a producir y a mayor producción, mayor disposición y disfrute
de bienes económicos. Pues bien, desde esta métrica, el grado de subdesarrollo, de empobrecimiento de la
sociedad cubana resulta verdaderamente escandaloso. La generación eléctrica anual de Cuba ronda los
18.250 gigavatios hora. Y dado que en Cuba hay más de 11 millones de habitantes, el consumo eléctrico
per cápita anual de los cubanos es de apenas 1,6 megavatios hora. En comparación, la generación
eléctrica anual de España supera los 266.000 gigavatios hora, lo que para una población de 47,6
millones de habitantes representa un consumo anual per cápita de más de 5,6 megavatios hora. Es decir,
más del triple del consumo eléctrico per cápita de Cuba. Pero no sólo se trata de que cuantitativamente
Cuba produzca muy poca electricidad, sino que cualitativamente la produce en unas condiciones
tremendamente precarias. ¿Y por qué esas condiciones son tremendamente precarias? Pues para entenderlo,
comencemos constatando que más del 90% de toda la electricidad en Cuba se produce a través del uso
de combustibles fósiles. De sus 6,5 gigavatios de potencia instalada, el 40% es potencia instalada
en centrales termoeléctricas, el 22% en motores fuel oil, el 20% en motores diésel y el 8% de la quema
de gas. Pues bien, esta estructura de generación eléctrica se enfrenta a dos graves problemas. El
primero es que Cuba no produce combustibles fósiles y, por tanto, para poner en funcionamiento sus
centrales eléctricas, más del 90% de su potencia instalada para generar electricidad, tiene que
importar ese combustible fósil. Pero dada la tremenda pobreza del país, dada la nula competitividad de sus
exportaciones, en Cuba escasea fuertemente la divisa extranjera. Y para poder pagar los combustibles
fósiles que necesita importar, necesita de divisa extranjera. Si no tienes dinero para comprar petróleo,
o para comprar carbón, o para comprar gas, no lo podrás obtener. Y si no lo obtienes, dada la
infraestructura eléctrica con la que cuentas, no podrás generar electricidad. Y uno podría plantearse,
entonces, ¿por qué el socialismo científico cubano no cambia la infraestructura eléctrica del país
para poder generar electricidad por otras vías, por ejemplo, a través de energías renovables? Y aquí
nos topamos con el segundo problema del sistema eléctrico cubano, que se trata de un sistema
eléctrico viejo, obsoleto, anquilosado, creado durante la etapa de apoyo ilimitado que la Unión
Soviética proporcionaba a Cuba. Y desde la caída de la Unión Soviética, Cuba se ha quedado sin recursos
para transformar su sistema eléctrico. Ya no sólo para transformar su sistema eléctrico,
migrando, por ejemplo, del uso de combustibles fósiles de los que no dispone Cuba a otro tipo
de generación eléctrica, sino incluso para mantener en un estado de mínima funcionalidad
su infraestructura eléctrica. El socialismo científico cubano no invierte prácticamente
nada en el mantenimiento de sus centrales termoeléctricas, que, como hemos visto,
proporcionan el 40% de la potencia instalada en el sistema eléctrico cubano. Y, por tanto,
esas centrales termoeléctricas se están cayendo a pedazos. Baste decir que el máximo de vida útil de
una central termoeléctrica es de 35 años. Y la mayoría de las centrales termoeléctricas
cubanas ya superan los 40 años en funcionamiento. Y así llegamos a la explicación del colapso total
que ha experimentado el sistema eléctrico cubano desde el pasado jueves. La principal central
termoeléctrica del país, la central termoeléctrica Antonio Guiteras, ha dejado de funcionar. Y esto,
se ha producido, mientras otras siete centrales termoeléctricas se hallan a sí mismo fuera de
servicio por mantenimiento. Por tanto, la generación eléctrica dentro de Cuba se ha desplomado y es
incapaz de abastecer toda la demanda del país, por pequeña que ésta sea. Más de 10 millones de cubanos,
es decir, prácticamente todos, salvo quizá la oligarquía castrista, se hallan ahora mismo sin
electricidad. Y eso que el régimen socialista ha suspendido toda la producción fabril para poder
dirigir la escasa generación eléctrica que ahora mismo está produciendo Cuba hacia las familias
cubanas. Es decir, que no sólo se trata de que las familias cubanas estén a oscuras, es que la
actividad económica de Cuba, la producción dentro de Cuba, también ha sufrido un apagón, también se ha
paralizado. Escuchemos, si no, la desoladora narración de los hechos que efectúa el primer
ministro cubano, Manuel Marrero. Cuando hablamos que hemos llegado a este lugar, hay que decir con
toda transparencia que es que ya la economía, hemos tenido que paralizar todas las fundamentales
instituciones para poder garantizar este mínimo de energía eléctrica de la población. Es decir,
hemos estado paralizando actividades económicas para poder garantizar la generación a la población.
paralizar todas las actividades laborales estatales que no son estrictamente imprescindibles. Eso es
desconectar, no solamente que el centro de trabajo no se vaya a trabajar, sino que se hace una
desconexión general, lo que a veces, aún estando vacío la instalación, se están generando
electricidad. Entonces, lo laborable que se pueda estimular, el teletrabajo, el trabajo a distancia
para disminuir consumo, el apagar todos los equipos que son altos consumidores. Todos los
centros de producción cerrados y desconectados de la red eléctrica y todos los ciudadanos a sus casas,
incluyendo a los niños porque también han suspendido las clases, y todos los ciudadanos a sus casas con
una disponibilidad de electricidad exigua e intermitente porque el socialismo científico
cubano ha sido incapaz de planificar adecuadamente la generación eléctrica de su país. Y es incapaz
de planificarlo adecuadamente no sólo porque carece de los conocimientos, de la información
contextual necesaria para ello, sino porque durante décadas el socialismo castrista ha multiplicado
la pobreza dentro de su isla cárcel cubana. Y cuando multiplicas la pobreza, te quedas sin recursos
materiales siquiera para reponer el escaso stock de medios de producción con el que cuentas. Se trata
de un descenso creciente hacia la pobreza porque el socialismo ha matado las bases de la generación
de riqueza. Y cuando matas las bases de la generación de riqueza, lo único que te queda es racionar la
pobreza. Y eso está haciendo ahora mismo el socialismo científico cubano, racionar la pobreza
eléctrica que él mismo ha generado. El socialismo, la abolición de la propiedad privada de los medios
de producción y la completa planificación centralizada de la economía. El socialismo es
miseria. Y Cuba, por desgracia, vuelve a recordárnoslo.