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Durante los últimos días hemos podido presenciar una campaña de hostigamiento por parte de
Unidas Podemos contra diversos periodistas, como Vicente Valles o determinados medios
de comunicación, como el Confidencial, por el hecho de estar revelando, por el hecho
de estar destapando, informaciones que están resultando incómodas para Unidas Podemos.
Tan es así que muchos periodistas de muy diversos ámbitos ideológicos, no solo desde
ámbitos ideológicos, contrarios a Unidas Podemos, sino también de ámbitos ideológicos
a fines a Unidas Podemos, han tenido que dar un toque de atención, han tenido que criticar
esta táctica, cuasi matonil, de la formación política que está integrada en el gobierno
de España contra aquellos periodistas que no les bailan el agua.
Algunos han sorprendido de que Unidas Podemos cargue con tanta saña contra el ejercicio
libre del periodismo, porque en principio parecería que una formación de izquierdas
ha de ser partidaria de la libertad de expresión y que, por tanto, habría de rechazar que
un partido político, especialmente un partido político que está en el gobierno y que,
por tanto, detenta temporalmente las potestades extraordinarias de un estado, señale a los
periodistas discolos y lance contra ello a sus huestes pardas.
Pero en realidad no hay nada extraño en que Unidas Podemos cargue contra aquellos periodistas
que le están perjudicando electoralmente, aunque sean periodistas que puedan estar diciendo
la verdad.
Para intentar explicar en este vídeo la ideología de Podemos es de raíz incompatible con el
ejercicio de la libertad de prensa.
Podemos llevar en su ADN ideológico el ataque contra todos aquellos periodistas que divulgan
información que atenta contra sus intereses electorales, contra su capacidad para mantenerse
en el poder y para ejercer el poder del estado.
Para Podemos, el estado como emanación de la voluntad del pueblo, de la voluntad popular,
va a tener una soberanía absoluta sobre la sociedad.
Aquello que quiera la gente, aquello que quiera el pueblo, debe imponerse sobre toda la comunidad
sin rechistar, sin ningún tipo de limitación, sin ningún tipo de restricción, porque,
como digo, la voluntad del pueblo es absolutamente soberana.
Frente a esta visión totalizadora de la política, la tradición de pensamiento liberal siempre
ha enfatizado la necesidad de poner estrictos límites al poder político, de constreñir
radicalmente la acción del estado.
Y como ha intentado la tradición liberal constreñir la acción del estado, como ha intentado poner
límites a la acción política, pues básicamente a través de un diseño institucional que
dificulte que el estado abuse de su poder.
Y ese diseño institucional se ha basado, por un lado, en los llamados pesos y contrapesos
internos al poder político, y, por otro, en los llamados contrapoderes al poder político,
que son los pesos y contrapesos del poder político, pues en esencia la separación de
poderes interna del estado, es decir, tratar de evitar que todas las potestades extraordinarias
del estado no recaigan sobre un mismo organismo, que el diseño institucional del estado sea
tal que unos poderes se pisen con otros, que el ejecutivo deba someterse al legislativo
y que a su vez el judicial fiscalice la acción de ambos.
Sin embargo, la división de poderes interna del estado es un mecanismo bastante frágil
en solitario para evitar una expansión totalizadora del poder político, porque muchas veces el
ejecutivo tiene el poder militar bajo su control y, por tanto, nada evita que ese ejecutivo
no utilice el poder militar para cerrar el poder legislativo y para derrocar el poder
judicial.
Hay que, a la hora de la verdad, no solo sea necesario dividir internamente los poderes
del estado para garantizar o para minimizar el riesgo de que el estado abuse de su poder,
sino también establecer una serie de contrapoderes sociales que constriñan, de facto, la acción
del estado.
Es decir, de lo que se trata no es de que todo el poder esté en el estado y que dentro del
estado dividamos ese poder absolutista en varias secciones, sino de que no todo el poder
esté concentrado en el estado y de que, por tanto, esos contrapoderes sociales puedan
coaligarse para frenar la acción expansionista del estado en determinados momentos.
¿Y cuáles son esos posibles contrapoderes sociales frente a la acción del estado?
Pues históricamente los ha habido muy variados, por ejemplo, la familia, la religión, las
universidades, las ideologías, la moral, las organizaciones locales, los fueros, los indicatos
y también la prensa.
Todos estos contrapoderes sociales pueden dificultar en determinados momentos, en determinadas
coyunturas, que el estado avance y restringa adicionalmente las libertades de los ciudadanos.
Y por eso, todos los movimientos políticos que consideran que el estado ha de tener un
poder absoluto único, monopolístico dentro de una sociedad, lo que intentan hacer, lo
que han intentado hacer siempre, es ir derribando todos esos contrapoderes sociales para que
al final todo el poder esté concentrado en el estado.
En el caso de Podemos, como decimos, es uno de esos partidos políticos que considera
que el estado, en tanto en cuanto a emanación de la voluntad popular, ha de tener una soberanía
completa sobre la sociedad.
Y por consiguiente, la prensa, que no deja de ser un conjunto de asociaciones empresariales
o no empresariales que trasladan información a los ciudadanos sobre las acciones, sobre
las actividades que están desarrollando los políticos y que, por tanto, contribuyen a
conformar un clima de opinión pública que se puede dirigir en contra de una determinada
acción de gobierno, la prensa, evidentemente, puede tumbar gobiernos, puede tumbar estados,
si la gente que lee la prensa decide hacer caso a algunos de los mensajes que se trasladan
desde la prensa y, por tanto, se moviliza socialmente para dirigirse contra un determinado
gobierno o contra una determinada forma de estado.
Y por consiguiente, la prensa libre, que no es más que prensa no sometida a los dictados
del estado, será vista como potencial enemiga por partidos políticos como podemos, porque
si esa prensa libre e independiente no sigue los dictados del estado, al final se está
dirigiendo en un contrapoder que puede limitar el poder del estado, el poder del partido
que está en el estado, en determinadas coyunturas.
Y si tú crees y tú consideras que el poder del estado ha de ser absoluto, porque en caso
contrario, lo que estás haciendo es ir contra la voluntad general, la prensa libre no es
más que un elemento contrarrevolucionario, no es más que un elemento insubordinado,
no es más que un elemento saboteador, no es más que un elemento golpista dentro del
proyecto político que es la cristalización de la voluntad del pueblo, no es más, por
tanto, que un elemento antidemocrático dentro de la visión absolutista de la política
que tiene unidas Podemos.
Pero a caso alguien podría pensar que esta interpretación que estoy efectuando de la
ideología subyacente en Podemos es una interpretación tergiversada, una interpretación manipulada,
una interpretación que en realidad no refleja el verdadero sentir, el verdadero pensar
de una formación como Podemos.
Pues bien, para verificar que, en efecto, esto es lo que en última instancia piensa
a un partido político como Podemos, por tener una visión totalizadora de la política y
una visión absolutista del estado donde este detenta la soberanía completa sobre una sociedad,
basta con que leamos uno de los últimos tweets que ha publicado Monedero y también basta
con que escuchemos algunas reflexiones que efectuaba el hoy vicepresidente del gobierno
Pablo Iglesias hace algunos años cuando opinaba sobre qué significaba para su modelo de sociedad
la prensa libre.
Vamos primero con el tweet de Monedero, un tweet hace apenas unos días dice, haber periodistas,
la libertad de prensa pertenece a la ciudadanía, no a las empresas de comunicación ni a los
periodistas.
Se delega si trabajas con objetividad, no cuando eres parte de las cloacas.
La libertad de cátedra no nos pertenece a los docentes, pertenece a la sociedad.
Fijémonos que aquí Monedero lo que está diciendo es que la libertad de expresión,
la libertad de prensa no es un derecho individual.
La libertad de expresión, la libertad de prensa es una concesión, es una delegación que la
sociedad, que la comunidad política, efectúa a algunos individuos siempre y cuando esos
individuos trabajen de acuerdo con los criterios que decide la sociedad, que decide el colectivo.
Por consiguiente, si la libertad de expresión, si la libertad de prensa es una concesión
del poder político a algunos ciudadanos, es una concesión que se puede retirar cuando
ese poder político como representante, insisto, de la voluntad del pueblo, de la voluntad
general, decida retirarlo.
Y, por tanto, los periodistas, los medios de comunicación no podrían elevar ninguna
queja de que se esté vulnerando ninguno de sus derechos, porque, en realidad, esos
derechos, insisto, son licencias, son concesiones, que se pueden retirar en cualquier momento
cuando el pueblo así lo quiera.
Repito, esta visión es una visión absolutista de la política, es una visión que considera
que no existen derechos individuales, que no existen libertades individuales, que lo
único que existe es la voluntad general y esa voluntad general puede hacer con las partes
de la comunidad política, con los individuos, lo que esa voluntad general quiera.
Claro, ¿qué es la voluntad general?
La voluntad general es lo que se manifiesta a través del proceso político y, en este
caso, a través del Parlamento y a través del Gobierno, y, por tanto, lo que, en última
instancia, pesó y podemos, como miembros del Gobierno, deciden que es la voluntad general.
Y, en definitiva, lo que está diciendo Juan Carlos Númedo es que el Estado sí está
legitimado para censurar a aquellos periodistas que ese Estado considere que no están ejerciendo
adecuadamente su labor.
Fijémonos cómo contrasta esta visión absolutista y totalizadora de la política con la visión
del pensamiento liberal.
De acuerdo con el pensamiento liberal, los derechos son inerentes a las personas y, por
tanto, son derechos frente al Estado.
El Estado, en ningún caso, está legitimado para hacer cenar la libertad de expresión
o la libertad de prensa de los individuos.
Y, por consiguiente, aunque haya sectores dentro del Estado que están muy molestos
con algunas de las cosas que están diciendo algunos periodistas, esos sectores dentro
del Gobierno, dentro de los tribunales, dentro del Parlamento no estarían legitimados para
hacer cenar un derecho del que no pueden disponer, un derecho que es de cada persona frente a
todos aquellos que intentan censurarlos.
Vamos ahora con las declaraciones que efectuó Pablo Iglesias ya hace algunos años, hace
siete años, pero que siguen siendo muy representativas del pensamiento del que hoy es vicepresidente
del Gobierno.
Es crucial, inistro de comunicación, tomando como referencia lo que han hecho en Ecuador,
en Argentina y en Venezuela.
Y decirme usted si la información es un derecho, es la medida en que un derecho se convierte
en susceptible de mercantilización y en susceptible de ser una propiedad privada, se convierte
en un privilegio.
Por lo tanto, lo que ataca la libertad de expresión es que la mayor parte de los medios
sean privados e incluso que existan medios privados ataca la libertad de expresión,
hay que decirlo abiertamente, porque esto de tener medio va a ser un privilegio de los
ricos que solamente tenga medios de comunicación los multimillonarios y alguien los tiene que
tener, tiene que estar controlado por una cosa que se llama Estado, con todas sus contradicciones
pero que es representativo en última instancia de la voluntad popular.
Fijémonos en lo que está diciendo Pablo Iglesias, el hecho de que existan medios de comunicación
privados, que podrían ser un periodista a través de su red social, a través de su
página web creada en internet, no tiene porque ser un gran emporio de medios de comunicación,
el hecho de que existan medios de comunicación privados, el hecho de que exista un derecho
individual a expresar lo que quieras, a comunicar lo que quieras, atenta contra la libertad
de información, atenta contra la libertad de prensa.
¿Por qué?
Porque desde la visión de Pablo Iglesias esa libertad de prensa tiene que estar absolutamente
tutelada, absolutamente planificada, absolutamente sometida a las directrices del Estado como
emanación, como decíamos antes, de esa voluntad general, de esa voluntad popular.
Por supuesto, Pablo Iglesias es muy consciente de que a la hora de la verdad ni siquiera
el Estado es esa representación de la voluntad general, el mismo en las declaraciones que
acabamos de escuchar, lo que nos dice es que el Estado con todas sus contradicciones es
la representación de esa voluntad general.
Lo que está admitiendo ahí, sin verbalizarlo, es que en última instancia quienes manejan
el Estado y quienes instrumentalizan el Estado para sus intereses son los lobis, los burocratas
y los políticos que en un determinado momento están al frente del Estado, es decir el Estado
en muchas ocasiones es simplemente el instrumento de aquellos que logran hacerse con la legitimidad
social para representar el movimiento de ese Estado, y por consiguiente en la práctica
ni siquiera la libertad de información estaría sometida a la voluntad general, algo que de
por sí ya sería una práctica verdaderamente liberticida, sino que en realidad estaría
sometida a los intereses de aquellos grupos que realmente controlan el Estado, entre ellos
en este momento podemos, es decir, la libertad de información sería una concesión tutelada
por el Estado, es decir, tutelada por PSOE y Podemos en estos momentos.
Creo que es evidente el enorme peligro que tendría para nuestras libertades que mensajes
como este terminarán calando, de momento Pablo Iglesias ostenta el poder político y puede
intentar aplicar reformas en esa dirección, pero en la medida en que no exista un consenso
social amplio en que de verdad la libertad de información tiene que someterse a las
directrices del Estado, la capacidad que tendrá Podemos para hacer cenar esa libertad de información
será muy limitada.
Ahora bien, si Podemos sigue envenenando ideológicamente a la sociedad, si Podemos sigue tras
ladrando mensajes tramposos, mensajes engañosos, mensajes liberticidas, como los que acabamos
de escuchar vendiéndonos que el derecho de información es, en última instancia, una
concesión del poder político a determinados periodistas para que cuenten lo que esos políticos
quieren que cuenten, entonces sí que Podemos terminar avanzando en una dictadura informativa,
así que Podemos terminar avanzando hacia ese gran hermano donde es el Estado quien controla
los flujos de información, donde no se puede contradecir al Estado desde flujos de información
externos porque toda la información está controlada, está sometida a la soberanía
estatal.
Por eso es tan importante que en todo momento, siempre que se produzcan este tipo de situaciones,
defendamos como gatos panza arriba la libertad de expresión y la libertad de información,
porque es un contrapoder fundamental, un contrapoder esencial frente a las intentonas expansionistas
del poder político, frente a las intentonas totalizadoras del poder político.
Lo que hemos presenciado estos días no ha sido un desliz, no ha sido un ex abrupto,
no ha sido un calentón de Podemos porque se hayan publicado informaciones que les molestan
y por tanto se hayan subido a la parra o se hayan echado al monte, no, lo que hemos
presenciado durante estos días es la esencia del pensamiento más profundo de unidas Podemos,
un pensamiento que es de raíz incompatible con la libertad de prensa.
Por eso es tan importante que en todo momento, siempre que se produzca este tipo de situaciones
en el país, no es un desliz, no es un desliz, no es un desliz.
Por eso es tan importante que en todo momento, siempre que se produzca este tipo de situaciones
en el país, no es un desliz.