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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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¿Buscaba la ley solo si es sí? ¿La ley Montero? ¿Rebajar las condenas de centenares de agresores
sexuales? ¿O este ha sido un resultado no esperado, no deseado, de la propia ley?
En Podemos, desde luego, no se aclaran. Veámoslo.
El punitivismo es una doctrina penal que aboga por combatir el delito a través del castigo.
En lugar de prevenir o en lugar de combatir las causas subyacentes que conducen a una
persona a cometer un ilícito penal, a delinquir, en lugar de centrarse en la prevención, el
punitivismo aboga por castigar, por sobrecastigar a aquellos individuos que perpetran delitos.
Al punitivismo no le interesa realmente por qué una persona ha cometido un robo. Quizá
ha robado porque esa persona es pobre y si no roba no puede comer. Al punitivismo todo
esto le trae sin cuidado. Lo único que le interesa es, usted ha delinquido, usted ha
robado, y como ha robado lo voy a castigar. Y como no quiero que se siga castigando, le
voy a imponer un castigo ejemplar. No ya solo para desincentivar que usted robe en el futuro,
sino también para que otros no caigan en la misma tentación de robar. Usted servirá
como cabeza de turco para desincentivar socialmente comportamientos que no queremos que se produzcan,
por ejemplo, robos. Así pues, los defensores del punitivismo abogarán por combatir el
delito, elevando las penas, y los críticos del punitivismo se centrarán en combatir
el delito previéndolo. Por ejemplo, alterando las condiciones institucionales dentro de
las que se ha fraguado un determinado delito. Si una persona ha robado porque es pobre,
evitar que esa persona esté en situación de necesidad para que se vea empujada a robar.
Aclarado lo anterior, ¿la ley solo sí es sí? ¿La ley Montero es una ley contraria
al punitivismo? ¿Es una ley que pretende rebajar las penas a los agresores sexuales
y combatir este tipo de delitos a través de otras actuaciones no focalizadas, no centradas
en el castigo? En principio, y tal como comenzó todo esto, parecería que la ley solo sí
es sí no era una ley especialmente opuesta al punitivismo porque se nos decía que su
objetivo no era el de rebajar las penas. Y lo digo con toda claridad, es propaganda machista.
Tanto la Fiscalía General del Estado como la jurisprudencia en nuestro país es clara
respecto a que si las penas impuestas entran dentro del nuevo rango de penas, de la nueva
horquilla de penas que sale de la nueva ley, no cabe la revisión de penas. Y como vivimos
en un contexto donde es más importante el titular que se saca para generar terror sexual
y para volver a criminalizar la lucha feminista y para poner en cuestión los avances feministas
y para hacer dudar a las mujeres, pues entonces ocurre lo que ocurre, que sí salen muchos
titulares escandalosos. Pero todavía no se conoce una sola reducción de penas y no se
va a conocer. Es propaganda machista, insisto, el único recurso que les queda a los defensores
de los agresores cuando hay avances feministas, no solo en materia legal para proteger a las
víctimas sino también en una cultura sexual que ya pone el consentimiento en el centro
y que cada vez blanquea, normaliza y disculpa menos las actitudes machistas y por supuesto
todas las formas de violencia contra las mujeres.
Por tanto, parece que el objetivo de la Ley Solo Si Es Sí no era rebajar las penas a
los agresores sexuales, es decir, que no tenía un enfoque declaradamente antipunitivista.
Y en tal caso podríamos decir que la aplicación práctica de la Ley Solo Si Es Sí, ya sea
por culpa de quienes la redactaron o por culpa de los jueces, no voy a entrar en ese debate,
pero sí podríamos decir que si el enfoque de la Ley Solo Si Es Sí no era antipunitivista,
la aplicación práctica que ha llevado a rebajas masivas de penas y excarcelaciones
de agresores sexuales ha sido un fracaso. Y si ha sido un fracaso, pues quizá, de nuevo,
tampoco voy a entrar en este debate, quizá tenga cierto sentido que desde la otra parte
del gobierno ahora intenten enmendar este fracaso de la Ley Solo Si Es Sí, ya sea fracaso,
insisto, por culpa de quienes la redactaron o por culpa de la aplicación torcida por
parte de los jueces.
Sin embargo, resulta que dentro de este contexto en el que se está debatiendo si conviene o
no conviene reformar la Ley Solo Si Es Sí porque ha fracasado a la hora de rebajar las
penas de agresores sexuales sin haber sido su objetivo, resulta que en medio de este
debate desde Podemos se nos dice que el objetivo sí era rebajar las penas. Escuchemos a Irán
Zubarella hablando en un mítin de Podemos y siendo aplaudida por los dirigentes de Podemos.
Y que, además, nos están vendiendo una historia que no va con nosotras. El punitivismo no
es un discurso feminista. Nosotras no queremos que se pudran en la cárcel para siempre.
Primero, porque ya lo explicaba Angela Davis, que a la cárcel no van los peores, van los
más pobres y los más marginados.
Y segundo, porque también lo decía Angela, lo dice, lo dirá todavía Angela Davis, que
de la cárcel los violentos y machistas solo salen más violentos y más machistas. Nosotras
queremos justicia feminista y eso implica verdad, reparación y garantía de no repetición.
Es decir, que o bien a la ley solo sí es sí le da igual, es indiferente, que se rebajen
las penas a los agresores sexuales porque su enfoque no es punitivista y, por tanto,
la forma que tiene de combatir el delito es otra, o incluso favorece esas rebajas de las
penas porque considera que el riesgo de agresión sexual se incrementa si un agresor sexual
pasa mucho tiempo en la cárcel. En tal caso, la aplicación práctica de la ley solo sí
es sí, tal como la estamos experimentando, no sería un fracaso porque los objetivos
de la ley solo sí es sí son otros y todavía no se han desplegado o incluso esos objetivos
pasan por rebajar las penas.
Sin embargo, al mismo tiempo que escuchamos este discurso antipunitivista aplaudido por
Podemos y aplaudido, entre otras personas, si lo veis en el fondo del vídeo anterior,
por la secretaria general de Podemos, Joan Ebelarra, al mismo tiempo que esto sucede,
la propia Joan Ebelarra nos dice que las rebajas de penas a los agresores sexuales al amparo
de la ley solo sí es sí es una mala aplicación de la ley por parte de los jueces, con lo
cual, supuestamente, la ley solo sí es sí o no buscaba que se rebajaran las penas o
al menos no es indiferente frente a que se rebajen las penas. Porque si rebajar las
penas es una mala aplicación de la ley, significa que esa decisión judicial de rebajar las
penas atenta contra el espíritu de la ley solo sí es sí.
Mira, yo creo que aquí hay que seguir intentando explicar, a pesar del enorme ruido que hace
la derecha mediática, política y judicial, que estamos ante una mala aplicación, una
incorrecta aplicación de la ley solo sí es sí, que ha llevado a algunas rebajas de
penas por parte de una minoría de los jueces. Yo quiero insistir en esta idea, es una minoría
de jueces la que está aplicando de manera incorrecta la ley.
Es decir, que los jueces hacen mal en rebajar las penas porque la ley no aspira a que se
rebajen las penas o al menos no es indiferente con respecto a que se rebajen las penas.
Pero al mismo tiempo, en el mismo acto en el que Irán Subarela pronunció las palabras
que hemos escuchado con anterioridad, la jueza y miembro de Podemos, Vicky Roséi, también
dijo lo siguiente desde un enfoque más bien antipunitivista.
El punitivismo es una trampa, porque el punitivismo es más violencia y nunca hemos arreglado
la violencia con más violencia. Y el feminismo nunca ha sido punitivista por esto, porque
además es una gran trampa. ¿Por qué creemos que Vox pide prisión permanente revisable
y si pudieran pena de muerte? Porque imponer una pena muy alta a un agresor aísla, individualiza
el problema y de paso la aísla ella también. Nos aísla a nosotras, nos quita todo el paraguas
de lo colectivo y nos hace unas víctimas solas. No hace que el problema sea social,
cuando el problema es penal, pues se arregla con penas y ya está. Pues sabéis, cuando
una sociedad, una política solo puede proponer más penas, es una política de pena, es una
pena de política.
Por tanto, parece que en este caso el objetivo de la ley solo sí es sí sí era el de rebajar
las penas porque la violencia no se combate con más violencia. La violencia no se combate
con penas altas, aíslando el problema y dándole una solución meramente penal, en cuyo caso
la ley solo sí es sí estaría aplicándose como ha de ser aplicada. Queremos menores
penas para los agresores sexuales y los jueces establecen menores penas para los agresores
sexuales. Sin embargo, desde Podemos también se nos dice, nuevamente, que no, que los jueces
son machistas y que los jueces están aplicando mal la ley porque la ley no busca que se rebajen
las penas, es decir, que la ley no tiene un enfoque antipunitivista, que la ley no es
indiferente con respecto a las rebajas de penas, que la ley se opone a que se rebajen
las penas, que la ley quiere penas similares a las que había previamente a su aprobación.
Ahora, una minoría de jueces señoros ignora los agravantes por parentesco y superioridad
que contempla la ley y rebajan las penas de los violadores. ¿Qué importa favorecer
a los violadores si así podemos vengarnos de las feministas y del Ministerio de Igualdad?
¡Qué gente tan mágica!
Pero entonces rebajar las penas es favorecer a los violadores. No es combatir una concepción
del derecho penal que centra en el castigo la lucha contra el delito. Es decir, que la
ley no tendría una vocación antipunitivista como nos estaba diciendo Varela o como nos
decía Roséi. La ley quiere que se mantengan unas penas altas contra la agresión sexual
y los jueces cuando rebajan las penas están aplicando incorrectamente la ley porque son
machistas y porque quieren tumbarla. Pero entonces la ley no es antipunitivista, sino que es
más bien punitivista.
Pues bien, en medio de todo este entuerto, para terminar de añadir confusión, hoy ha
salido a la palestra Íñigo Erejón, exdirigente de Podemos, dirigente actual de más país,
en todo caso uno de los políticos a la izquierda del PSOE, que además votaron a favor de
la ley solo sí es sí. Y Erejón se ha manifestado en contra del punitivismo, es decir, se ha
manifestado en contra de reformar la ley solo sí es sí para evitar rebajas de penas o
para evitar penas bajas.
En España las penas son generalmente más altas que en los países de nuestro entorno
y sin embargo estamos teniendo unos repuntes de los casos de atentado contra la libertad
sexual de las mujeres y estamos teniendo repuntes de casos de violencia sexual. Eso significa
que el debate no puede estar solo centrado en las penas, que el debate se tiene que centrar
en la falta de educación sexo afectiva a los niños y a los adolescentes, en la falta
de referentes de una masculina de diferente, en la falta de referentes sobre medidas de
detección, de prevención y de acompañamiento. No podemos centrarnos en el debate exclusivamente
en las penas que ya son altas, el debate se tiene que centrar en qué está pasando culturalmente
para que cada vez aumenten más los casos de violencia contra la libertad de las mujeres
o de agresión sexual contra las mujeres.
Por tanto, la ley solo sí es sí no tiene por qué ser un fracaso por el hecho de que
se estén rebajando las penas a los agresores sexuales porque lo central, lo crucial no
es que las penas sean altas, lo crucial es todo lo demás que supuestamente desplegaría
la ley solo sí es sí para evitar, para prevenir en el futuro agresiones sexuales. Y si la
ley solo sí es sí no ha fracasado en su aplicación por el hecho de que se estén rebajando masivamente
penas a agresores sexuales, pues entonces tampoco habría ninguna razón para cambiarla
porque el objetivo no es evitar que se rebajen las penas, sino evitar que se cometan delitos.
Pero en ese caso, los jueces no estarían aplicando mal la ley solo sí es sí al rebajar
las penas. Sería perfectamente compatible con el espíritu antipunitivista de la ley
que se rebajaran las penas a los agresores sexuales porque esas personas ya han perpetrado
delitos, esos delitos no se pueden evitar y quizá estando en la cárcel durante tanto
tiempo se les puede predisponer a que cometan en el futuro nuevos delitos. Eso sería lo
que entendería un enfoque antipunitivista del derecho.
En definitiva, señores y señoras de Podemos, aclárense. Aclárense si ustedes han escrito
y promovido una ley punitivista, una ley que pretende castigar con altas penas la agresión
sexual o una ley antipunitivista, una ley que no pretende castigar con altas penas
la agresión sexual, sino que busca combatirla, prevenirla a través de otros mecanismos.
Pero si su ley es antipunitivista, si su ley apuesta por penas más bajas y por otras medidas
de prevención de la delincuencia sexual, entonces no digan que los jueces están aplicando
mal la ley. No se rasguen las vestiduras por el hecho de que los jueces estén revisando
masivamente condenas a la baja, porque eso entra dentro del enfoque antipunitivista bajo
el que supuestamente se habría redactado esta ley.
Y si ustedes no necesitaran aclararse, si el caso es que ustedes tienen muy claro si
la ley tiene un espíritu punitivista o un espíritu antipunitivista, entonces dejen
de engañarnos, dejen de intentar confundirnos, o en misa o replicando.
Pero no se nos puede vender a la vez que está muy bien que se rebajen las penas porque el
enfoque de la ley es antipunitivista y que está muy mal que se rebajen las penas porque
el enfoque de la ley es punitivista y todo es culpa de jueces machistas que están prevaricando
a la hora de rebajar las penas.
Aclárense o dejen de mentir.