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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

El último Consejo Europeo se saldó con un rotundo fracaso porque España e Italia pretendían
que se aprobaran los eurobonos o los coronabonos para hacer frente a la situación de crisis
sanitaria en la que nos encontramos actualmente y, sin embargo, Alemania y Holanda bloquearon
la emisión mutualizada de deuda entre todos los socios europeos, como no podía ser de
otra manera, en España, en los medios de comunicación españoles, en la opinión pública española,
este bloqueo de Holanda y de Alemania a lo que se ha llamado la solidaridad intra-europea
ha sentado fatal y se ha empezado a acusar a Alemania y a Holanda de querer cargarse la
Unión Europea de no tener ningún tipo de consideración hacia sus socios comunitarios
que lo están pasando fatal en estos momentos, como Italia o como España.
Sin embargo, y pese a que sea una opinión tremendamente impopular dentro de España,
hay que reconocer que los gobiernos de Alemania y de Holanda tienen toda la razón en lo que
están diciendo, en las críticas que están emitiendo contra España y contra Italia.
De hecho, para comprender por qué tienen toda la razón en lo que están afirmando,
basta con que mostremos un gráfico, un gráfico que representa la deuda pública sobre el
PIB de estos cuatro países, de España e Italia por un lado y de Alemania y Holanda por otro.
Como vemos en el gráfico, no solo se trata de que Alemania y Holanda tengan mucha menos
deuda sobre el PIB que España e Italia, de hecho Alemania y Holanda tienen la mitad
de deuda pública sobre el PIB que Italia, no solo se trata como digo de esto, también
se trata de que Alemania y Holanda, después de la crisis financiera que asoló toda la
economía mundial, a partir del año 2010-2011, cuando comienza la recuperación global, empiezan
a reducir su deuda sobre el PIB.
España e Italia la siguen incrementando y no podría decir, bueno, pero es que en 2012-2013
España e Italia entraron en recesión justamente por las dudas sobre si la zona euro iba a
sobrevivir o no y, por tanto, es lógico que hasta el año 2014 la deuda pública seguirá
aumentando.
Y sí, el argumento sería correcto, pero el problema es que tampoco vemos una tendencia
nada clara a la baja de la deuda pública de España e Italia a partir del año 2014,
años en los que, sobre todo, España ha estado creciendo a tasas interanuales por encima
del 3%.
Por consiguiente, es lógico que Alemania y Holanda se quejen ahora de que, mientras
ellos estaban actuando como hormiguitas, estaban acumulando, estaban saneando sus
finanzas, Italia y España estaban actuando como cigarras, seguían emitiendo deuda como
si no hubiera mañana y despreocupándose de lo que podía venir, es en estos momentos
de hecho, donde vemos el valor muy considerable de la austeridad, de tener un margen fiscal
para, en caso de extrema necesidad, poder endeudarse sin tener que depender de otros.
Y no olvidemos, además, que esta austeridad tampoco es un capricho de Alemania y de Holanda
frente a España y frente a Italia, algunos vienen a argumentar ahora que Alemania y Holanda
se están cargando el proyecto europeo porque quieren una Europa a la carta, es decir, solo
quieren Europa cuando a ellas les interesa, pero no cuando no les interesa.
Pero no olvidemos que España e Italia aceptaron entrar en el Euro y creo que fue una buena
decisión, sobre todo para España, pero aceptaron entrar en el Euro suscribiendo un compromiso,
un pacto que afecta a todos los países de la eurozona, llamado pacto de estabilidad
y crecimiento.
¿Y qué dice este pacto de estabilidad y crecimiento?
Que los países miembro del Euro no pueden tener déficits públicos por encima del 3%
del PIB, ni deudas públicas por encima del 60% del PIB.
Es verdad que este pacto de estabilidad y crecimiento admite una cierta flexibilidad,
en qué sentido? Si hay circunstancias extraordinarias que lo justifiquen, se puede suspender temporalmente
sustituyéndolo por un protocolo denominado procedimiento de déficit excesivo por el cual
se establece un itinerario de reducción del déficit público y de reducción de la deuda
pública de obligado cumplimiento para los países que incumplen el objetivo de déficit
y de deuda.
Si España entra en recesión y tiene un déficit del 10%, la eurozona admite como flexibilidad
que el año que viene no se someta al límite del 3% del pacto de estabilidad y crecimiento,
pero si le exige que desarrolle un plan aprobado por la eurozona en virtud del cual España
va a ir reduciendo su endeudamiento público y su déficit público hasta llegar en no
muchos años a ese límite que ha pactado al entrar en el euro del 3% del PIB.
Y no olvidemos que España, si bien desde el año 2008 se ha sometido a estos protocolos
de déficit excesivo, ha incumplido todos los protocolos de déficit excesivo que ha ido
suscribiendo.
De hecho, no olvidemos que este gobierno, el gobierno de PSOE y Podemos, antes de que
estallara la crisis actual, estaba pidiendo sin ninguna necesidad objetiva para ello,
porque la economía estaba creciendo por encima del 1,5%.
Estaba pidiendo, estaba exigiendo a Europa que le permitiera relajar los objetivos de
déficit.
Con qué cara, por tanto, después de tener una deuda pública cercana al 100% del PIB,
después de haber incumplido todos los plazos para reducir el déficit que habían sido
también consensuados con Europa, después incluso de que este año quisiéramos todavía
más déficit antes de que hubiese una necesidad objetiva del mismo, con qué cara ahora le
pedimos a Alemania y a Holanda que sí han mantenido una disciplina fiscal para tener
espacio fiscal suficiente como para afrontar crisis como la que ahora nos afecta, con que
cara le pedimos que nos paguen los costes de la crisis que estamos ahora soportando.
Y desde luego, uno podría reconocer que las consideraciones anteriores son correctas,
son acertadas, que Alemania y Holanda tienen razón en el fondo de las críticas que están
lanzando contra España y contra Italia, pero que ahora mismo no es el momento de hacer
estas críticas, que ahora mismo, mientras España y mientras Italia están viviendo
crisis humanitarias, crisis sanitarias de primer nivel, Europa tiene que permanecer unida
y por tanto tiene que aprobar los eurobonos y los coronabonos para no racanear ni un
solo euro de los que España e Italia pueden necesitar para que sobreviva su población.
Ya digo, este argumento podría tener cierto sentido si Alemania y Holanda se hubiesen negado
totalmente a concedernos cualquier tipo de asistencia financiera para que podamos sufragar
los gastos que el Estado expresamente necesita para hacer frente a la emergencia sanitaria.
Sin embargo, a este respecto, dos consideraciones.
Primero, a lo que se oponen Alemania y Holanda no es a que el gobierno español y el gobierno
italiano puedan endeudarse para comprar el material sanitario que, por ejemplo, necesitan
para que sobreviva su población.
Estamos hablando de endeudamiento para hacer frente a esta emergencia sanitaria, estamos
hablando de endeudamiento para aplicar políticas de estímulo del gasto agregado cuya eficacia
es más que discutible y que, en todo caso, desde luego no tienen por qué pagar Alemania
y Holanda.
Si la economía española, si la economía italiana se hunden porque no tenemos capacidad
de reaccionar para sostener el tejido productivo, eso sí que ya es responsabilidad entera de
los gobernantes españoles e italianos que no construyeron el espacio fiscal necesario
para poder endeudarse en momentos como el actual y sostener con gasto público, suponiendo
que el gasto público sirva para esto, es una hipótesis que yo no compro, pero a efectos
dialécticos la admitimos para seguir el argumento, para sostener con gasto público el tejido
productivo.
¿Por qué el gasto público que Holanda y Alemania así pueden financiarse?
Porque durante los años anteriores fueron suficientemente austeras como para construir
ese espacio fiscal, tenemos que utilizarlo en reflotar no al sistema sanitario español
o italiano, no estamos hablando de esto, sino a la economía española al tejido productivo
español e italiano, que las empresas y los trabajadores de España e Italia le exijan
cuentas a su gobierno por no haber sido lo suficientemente austero cuando podía serlo
para tener ahora espacio fiscal suficiente, que le exijan las cuentas por poco previsor,
pero no descarguemos las culpas en gobiernos que sí fueron previsores, que sí fueron
responsables durante muchos años y que ahora, con toda la lógica del mundo, no quieren
ayudarnos porque además nos estuvieron advirtiendo año tras año de que una situación como esta
podía pasar y que precisamente porque podía pasar, porque podía venir una crisis económica
de primer nivel, era imprescindible que se saneara lo antes posible la posición financiera
de cada uno de los países más endeudados.
Pero es que además la realidad todavía es más deplorable que ésta, los gobiernos de
Alemania y de Holanda ni siquiera se han opuesto a que España e Italia puedan emitir deuda
pública en condiciones más favorables a las que podrían emitirlas si no contaran con
el sostén, con la ayuda, con el respaldo de Alemania y de Holanda.
La eurozona ya cuenta con dos instrumentos de rescate estatal que Alemania y Holanda
no se han negado a que España e Italia utilicen.
Por un lado, el Banco Central Europeo aprobó la semana pasada un paquete de adquisición
de deuda pública del conjunto de la eurozona por valor de 750.000 millones de euros.
Como ya explicamos en otro vídeo que podréis encontrar en las pestañas, esto supone de
facto una mutualización de la deuda europea y justamente por eso, la prima de riesgo,
los tipos de interés de la deuda pública española e italiana comenzaron a descender
nada más el Banco Central Europeo hizo este anuncio.
Y a su vez, la eurozona también dispone de otro instrumento para rescatar, para subsidiar
el tipo de interés al que sus miembros se pueden endeudar en caso de necesidad, que
es el MEDE, el Fondo de Rescate Permanente.
El MEDE cuenta con una capacidad de préstamo para estados en problemas, por ejemplo España
e Italia, de 500.000 millones de euros.
Por tanto, estamos hablando de 750.000 millones de euros por el lado del Banco Central, 500.000
millones de euros, que además podría ampliarse ni siquiera Holanda y Alemania se han opuesto
a ello, 500.000 millones de euros por el lado del MEDE, en total 1,2 más de 1,2 billones
de euros, el 100% del PIB español.
Es que acaso necesitamos endeudarnos en mayor medida que se importe, desde luego que no.
Estamos hablando realmente de que la eurozona no tenga armas, no tenga instrumentos para
hacer frente a las necesidades de endeudamiento de España e Italia a tipos de interés bajos.
De lo que estamos hablando es de que el gobierno español e italiano no quieren depender, no
quieren que su endeudamiento dependa ni del MEDE ni del Banco Central Europeo.
Y por qué no quieren que su endeudamiento dependa del MEDE o del Banco Central Europeo?
Porque saben que endeudarse a través del Banco Central Europeo y sobre todo del MEDE
conlleva aparejada condicionalidad, es decir, saben que para pedir asistencia financiera
del Banco Central Europeo y sobre todo del MEDE les van a exigir que en el futuro hagan
ajustes para sanear sus finanzas públicas.
Por ejemplo, en la página web del MEDE podemos leer ya en su segundo párrafo lo siguiente,
la asistencia financiera estará supeditada a unas condiciones estrictas y solo se concede
si la situación supone una amenaza para la estabilidad financiera del conjunto de la
zona del euro o de sus estados miembros.
Es decir, que el MEDE, lo que está diciendo es, sí, sí, ustedes pueden venir aquí a
pedir prestado, pero, si piden prestado, lógicamente les vamos a exigir que en el futuro
tengan capacidad financiera suficiente para, por un lado, devolver los créditos que han
tomado y, segundo, reducir su dependencia para crisis futuras de pedir prestado al MEDE.
En el caso del Banco Central Europeo, esta condicionalidad no es explícita, el Banco
Central Europeo no exige nada a los países europeos para comprar su deuda, pero sí sabemos,
en función de lo que ha sucedido durante los últimos años, sí sabemos que el Banco Central
Europeo puede chantajear a aquellos países que no se están comportando de manera disciplinada,
por ejemplo, reduciendo el ritmo al que compra su deuda pública.
Esto es lo que sucedió, de hecho, cuando el gobierno italiano quiso aprobar un presupuesto
estatal con mucho más déficit del que la Comisión Europea le admitía.
¿Cómo consiguió la Comisión Europea doblegar al gobierno italiano?
Pues porque el Banco Central Europeo dejó de comprar durante unos días de deuda italiana
en los mercados y el tipo de interés empezó a dispararse.
Por tanto, como España e Italia saben que, si piden prestado a través del MEDE, o si
dependen de las compras de deuda del Banco Central Europeo, la troika tendrá poder para
exigirles que saneen sus finanzas públicas, algo, insisto, del todo razonable, no quieren
pasar por ahí.
Lo que quieren son eurobonos o coronabonos sin condicionalidad, que sendeuda el conjunto
de la zona euro con cargo a la credibilidad, a la solvencia de Alemania y de Holanda, de
Austria y de Finlandia, y que luego gastemos, según los criterios, torcidos y perversos
e ineficientes de los políticos nacionales, en aquello que estos políticos nacionales
manirrotos y despilfarradores consideran que hay que gastar sin tener que rendir cuentas
ante nadie.
Estamos ante un ejercicio de cinismo de primer nivel, por el que nuestros políticos se
envuelven en la bandera nacional para cargar contra los perversos socios europeos que no
quieren ser solidarios con los españoles en estos momentos tan críticos.
Lo que se busca, por tanto, es armar un enemigo exterior para olvidar las enormes responsabilidades
por negligencia absoluta que han tenido los políticos que han gestionado la crisis del
coronavirus dentro de España, pero también los que han gestionado la bonanza de los últimos
años sin ningún tipo de preocupación por reducir el endeudamiento público, una reducción
de endeudamiento público que ahora nos permitiría emitir deuda sin depender de terceros.
Por tanto, no echemos las culpas a Alemania y a Holanda por aquello de lo que tienen la
culpa los políticos españoles o los políticos italianos.
Son los políticos españoles y los italianos los que, en primer lugar, han reaccionado
fatal a la crisis del coronavirus, especialmente en España, negando la gravedad de la situación
desde el primer momento, incluso cuando la Organización Mundial de la Salud nos estaba
advirtiendo de que corríamos el riesgo de caer en una pandemia global.
En segundo lugar, también son ellos los responsables, y aquí, con toda claridad, de no haber saneado
su presupuesto estatal.
¿Cómo le piden ahora responsabilidades a Alemania y a Holanda por no haber hecho ellos
los deberes cuando, además, Alemania y Holanda han estado una década exigiendoles, pidiendoles,
rogándoles, tratándoles de imponer que hagan los deberes?
No, tanta caradura no es posible, no es admisible, no caigamos en sus mentiras, no caigamos en
su propaganda.
Los políticos españoles son responsables de la pésima gestión de la crisis sanitaria
interna y, sobre todo, son responsables de haber hiperendeudado a los españoles durante
los últimos 10 años.