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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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¿De verdad la izquierda ha ganado las elecciones generales españolas del pasado 23 de julio?
¿O más bien las ha perdido? Veámoslo.
Ya tenemos resultados definitivos de las elecciones generales españolas del pasado 23 de julio,
después de que se haya terminado de contabilizar el voto extranjero.
Y aunque estos resultados puedan parecer desobras conocidos, muy obvios para todo el mundo,
en realidad conviene levantar acta de uno de los titulares falsos, de una de las consignas
engañosas, que se han difundido durante los últimos días y que han terminado calando no
solo dentro de España, sino también fuera de España. Y me estoy refiriendo al titular de que
la izquierda ha ganado las elecciones generales del 23 de julio. Desde luego, los términos izquierda
y derecha son términos muy ambigües en torno a los que no existe un claro consenso científico.
Cada uno termina definiendo izquierda y derecha más o menos como considerado oportuno. Pero
sociológicamente el uso de las etiquetas izquierda y derecha sí se sigue utilizando y sí sigue
describiendo parte de nuestra realidad política. En este vídeo vamos a llamar izquierda a aquellos
partidos políticos españoles que se llaman a sí mismos de izquierdas y vamos a llamar derecha
a todos los demás. Es decir, derecha, desde esta definición muy laxa y que desde luego no
compartirá mucha gente, es todo aquello que no es izquierda o que no se califica a sí mismo como
izquierda. Partiendo de estas definiciones, ¿cuántos diputados ha obtenido el bloque de
la izquierda en las elecciones generales del pasado 23 de julio? Pues después de contabilizar
el voto extranjero, el Partido Socialista Obrero Español, el PSOE, el partido predominante dentro
del bloque de la izquierda, ha conseguido 121 diputados. Por su parte, sumar los herederos de
Podemos, la izquierda a la izquierda del PSOE, algunos lo llamarían extrema izquierda, ha obtenido
31 diputados. La izquierda nacionalista catalana, Esquerra Republicana de Cataluña, ha logrado
7 diputados. La izquierda nacionalista vasca, Bildu, ha logrado 6 diputados. Y la izquierda
nacionalista gallega, el vénega, ha logrado 1 diputado. En total, por consiguiente, el bloque
de la izquierda logró 166 diputados en las elecciones generales del pasado 23 de julio.
Permítanme remarcar este dato. Los partidos políticos con representación en el Congreso
de los Diputados, que se califican a sí mismos como de izquierdas y que, por tanto, constituyen,
al menos según su propia declaración, el bloque de la izquierda, han logrado 166 diputados. Ni
uno más, ni uno menos. Eso es el bloque de la izquierda en España ahora mismo, después de las
elecciones generales del 23 de julio. Esta cifra, por cierto, es apreciablemente peor a la que
obtuvieron los partidos de izquierdas en las elecciones generales de noviembre del año 2019,
hace aproximadamente 4 años. En ese momento, el Partido Socialista Obrero Español consiguió
120 diputados. El espacio político que hoy se agrupa en torno a su mar, en ese momento Unidas,
Podemos y más País, logró en 2019 38 diputados. La izquierda nacionalista catalana, Esquerra
Republicana de Cataluña, 13 diputados. La CUP, la extrema izquierda nacionalista catalana,
consiguió dos diputados. La izquierda nacionalista gallega, el Venega, un diputado. Y finalmente,
la izquierda regionalista canaria, Nueva Canaria, consiguió otro diputado. Y estoy dejando fuera
del bloque de izquierdas en las elecciones de 2019 a otros partidos regionalistas, como el
partido regionalista Cántabro o Teruel existe, que si bien ideológicamente se ubican probablemente
a la izquierda, al no autodefinirse de izquierdas no los voy a incluir. En las elecciones generales
de 2019, por tanto, el bloque de izquierdas consiguió 180 diputados. Cuatro por encima
de la mayoría absoluta, que en España se ubica en 176 diputados. Cuatro años después,
en las elecciones generales del 23 de julio, el bloque de izquierdas ha conseguido 166 diputados.
Por tanto, no solo se trata de que en cuatro años haya perdido 14 diputados, sino que,
además, el bloque de izquierdas ha perdido, y no por poco, la mayoría absoluta en el Congreso.
¿Y qué ha ocurrido con el bloque de derechas, definiendo nuevamente derecha como aquellos
partidos que no se definen a sí mismos como de izquierdas, en las pasadas elecciones del 23 de
julio? Pues, por un lado, el Partido Popular, después de contabilizar el voto extranjero,
ha cosechado 137 diputados, y Vox ha conseguido 33 diputados. Por consiguiente,
solo PP más Vox ya tienen 170 diputados, más que todo el bloque de izquierdas junto,
que totaliza, ya lo hemos dicho, 166 diputados. Además, también podemos incluir dentro de este
bloque de derechas al Partido Unión del Pueblo Navarro, que es algo así, no exactamente,
pero algo así como la filial del PP en Navarra. Y también, con más dudas,
pero también podemos incluir a Coalición Canaria, la derecha regionalista canaria,
con otro diputado. Por tanto, el bloque de derechas, definiendo bloque de derechas como
PP, Vox, Unión del Pueblo Navarro y Coalición Canaria, tiene 172 diputados, 6 más que el bloque
de izquierdas y apreciablemente más que los diputados obtenidos por estos partidos en las
elecciones generales de 2019. En esas elecciones, el Partido Popular logró 89 diputados, Vox 52
diputados, la Coalición de Unión del Pueblo Navarro, PP y Ciudadanos en Navarra, 2 diputados,
Coalición Canaria, 1 diputado, y el extinto partido Ciudadanos, que también lo podríamos
incluir en el bloque de la derecha, 10 diputados. En total, por tanto, 154 diputados,
18 menos que en estas últimas elecciones generales. Dicho de otra manera, el bloque de
izquierdas ha perdido 14 diputados y el bloque de derechas ha ganado 18 diputados, y ahora mismo,
el bloque de derechas tiene más diputados, 172, que el bloque de izquierdas, 166. Pero es que en
realidad la cosa no termina aquí. Hemos dejado deliberadamente fuera de estos cómputos a dos
partidos políticos que tienen representación en el Congreso de España y que desde luego no se
califican a sí mismos como partidos de izquierdas. Me estoy refiriendo a la derecha nacionalista
vasca, el PNV, y a la derecha nacionalista catalana, Junts per Catalunya. En estas elecciones,
el PNV ha conseguido 5 diputados y Junts per Catalunya, 7. Por tanto, estamos hablando de 12
diputados adicionales que habría que sumar al bloque de la derecha, en cuyo caso el bloque de
la derecha llegaría a 184 diputados frente a los 166 del bloque de izquierdas. Démonos cuenta de
que aún cuando hubiésemos incluido al PNV y a Junts per Catalunya en el bloque de la derecha en
las elecciones de 2019, el bloque de la derecha no habría alcanzado en absoluto la mayoría absoluta.
En 2019, Junts per Catalunya tuvo 8 diputados y el PNV 6. Por tanto, el bloque de la derecha en 2019
tuvo 168 diputados, 8 por debajo de la mayoría absoluta. Ahora, repito, tiene 184 diputados,
8 por encima de la mayoría absoluta. ¿Por qué entonces se nos está repitiendo machaconamente
que la izquierda ha ganado las elecciones en España? Pues simplemente por el hecho de que la
derecha, a pesar de tener una amplia mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados,
la derecha española, o mejor dicho, las derechas españolas, no van a terminar sumando porque se
llevan muy mal entre sí por cuestiones territoriales. La derecha nacionalista vasca, el PNV o la
derecha nacionalista catalana, Junts per Catalunya, prefieren pactar y entenderse,
al menos en principio, con el bloque de izquierdas por cuestiones territoriales que
con su bloque ideológico natural, que sería el bloque de derechas. Y lo mismo cabe decir de
PP y, sobre todo, de Vox. PP y Vox prefieren no pactar con el PNV y, sobre todo, con Junts per
Catalunya, a pesar de que todos ellos puedan calificarse de derechas y prefieren no pactar
con ellos. De hecho, preferirían pactar con el PSOE o incluso consumar con los herederos de
Podemos antes que con Junts per Catalunya, con el partido de Puigdemont. Precisamente porque
PP y, sobre todo, Vox defienden una concepción centralista y unitaria de España, mientras que
el PNV y Junts per Catalunya quieren separarse, segregarse, secesionarse de España. Prima más el
nacionalismo español o el nacionalismo catalán o el nacionalismo vasco que la órbita ideológica
de la derecha. Y claro, si la derecha electoral en España está tan sumamente fragmentada y
enemistada entre sí, hasta el punto de que los partidos dentro del bloque de la derecha,
antes que pactar entre sí, prefieren pactar y dar sus votos a los partidos del bloque de la
izquierda, si la derecha está tan sumamente fragmentada y enemistada en España, es muy
complicado que la derecha termine gobernando en España. No solo es que PP y Vox no puedan
contar para gobernar en España con los votos de la derecha sociológica vasca y con los votos de
la derecha sociológica catalana. Es que además esos votos de la derecha sociológica catalana y
vasca más bien pueden dar apoyo, pueden sostener, pueden investir presidente a alguien del bloque de
la izquierda. Hasta ese punto el debate territorial en España envenena las elecciones. La derecha o
las derechas españolas tienen ahora mismo una mayoría absolutísima en el Congreso y el escenario
más probable, más verosímil, es que el próximo presidente del Gobierno siga siendo Pedro Sánchez
del Partido Socialista Obrero Español porque parte de las derechas le terminen dando su apoyo en el
Congreso. Lo cual no quita claro para que aún cuando Pedro Sánchez del PSOE termine siendo
reelegido presidente del Gobierno, la gobernabilidad a lo largo de la legislatura se le va a hacer muy
cuesta arriba dado que más allá de cuestiones territoriales, para asuntos por ejemplo económicos,
la derecha tiene en el Congreso una mayoría absolutísima y por tanto si Pedro Sánchez
quiere promover una agenda política, ideológica, económica muy de izquierdas no le va a ser sencillo
lograrlo. En definitiva no es verdad que la izquierda haya ganado las elecciones generales
en España, en cambio sí es verdad que la derecha las ha perdido, pero las ha perdido no porque no
las haya ganado sino porque ganándolas la derecha española está tan sumamente dividida y enfrentada
entre sí que no terminará sumando.