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El bodevil político ha acontecido en la Asamblea Regional de Murcia, creo que ilustra a la perfección como, por un lado,
la política es una lucha encarnizada y sin cuartel por la conquista del poder, y como, por otro lado,
los políticos que participan en esa lucha encarnizada y sin cuartel por la conquista del poder tratan de
componer narrativas con las que manipular, con las que engañar a los ciudadanos para
autohustificarse ocultándoles que esa lucha, encarnizada y sin cuartel por el poder, está teniendo lugar.
Por resumirlo ha acontecido, en Murcia había un gobierno de coalición entre el Partido Popular y Ciudadanos.
El Partido Popular contaba con 16 diputados en la Asamblea Regional de Murcia y Ciudadanos con 6.
Con esos 22 diputados superaban los 19 que tenían Pessoe y Podemos, y había otros 4 diputados de Vox,
que, si bien no estaban integrados en el gobierno de coalición, no se aliaban con los 19 de Pessoe y Podemos
para sumar 23 y, por tanto, poder tumbar los acuerdos que adoptara el gobierno de la región.
Sin embargo, este gobierno de coalición entre PP y Ciudadanos se rompió esta semana a raíz del enfrentamiento
que ambos partidos tuvieron en el Ayuntamiento de Murcia.
En el Ayuntamiento de Murcia también había un gobierno de coalición entre PP y Ciudadanos,
sin embargo, el vicealcalde de Ciudadanos denunció a la Corporación Municipal por corrupción.
Eso, evidentemente, provocó la ruptura del gobierno de coalición en el Ayuntamiento
y, como réplica, también provocó la ruptura del gobierno de coalición en la autonomía murciana.
Es decir, Ciudadanos dio por roto el acuerdo de gobierno entre PP y Ciudadanos
para gobernar en la autonomía de Murcia, en la región de Murcia,
tras la ruptura del acuerdo de gobierno en el Ayuntamiento de Murcia.
¿Y cómo dio por roto Ciudadanos este acuerdo de gobierno en la región de Murcia?
Pues aliándose con el Partido Socialista para presentar una moción de censura
contra el gobierno autonómico de Murcia,
de tal manera que Ciudadanos adquiriera la presidencia de la región de Murcia
y, evidentemente, el PSOE, la vicepresidencia y, previsiblemente, la mayoría de consejerías autonómicas.
PSOE y Ciudadanos, como ya hemos dicho, sumaban 23 diputados en la Asamblea Regional,
es decir, mayoría absoluta, tenían plena capacidad, por tanto,
para sacar adelante esta moción de censura y para gobernar
sin necesidad de apoyo externo de ningún otro partido político.
Por tanto, lo que ha sucedido hasta aquí es denuncias por corrupción contra el Partido Popular,
denuncias que todavía no han llegado ni a la imputación ni a la condena,
pero, en todo caso, denuncias por parte de Ciudadanos de Corrupción contra el Partido Popular,
ruptura del acuerdo de gobierno autonómico entre PP y Ciudadanos,
reparto del gobierno autonómico entre PSOE y Ciudadanos
y presentación de una moción de censura para que Ciudadanos acceda a la presidencia de la región de Murcia
y, a partir de ahí, repartir las consejerías en función del acuerdo alcanzado con el PSOE.
Sin embargo, este plan se frustró por qué razón.
Pues porque el PP también comenzó a mover sus cartas
y entre las cartas que ha movido el PP ha sido captar a tres diputados de Ciudadanos.
Básicamente, el Partido Popular les ha ofrecido a estos tres diputados de Ciudadanos
la vicepresidencia del gobierno de Murcia, así como dos consejerías dentro del gobierno.
Como el PP tiene 16 diputados en la región de Murcia, más estos tres diputados tránsugas de Ciudadanos suman 19 diputados,
pero además cabe pensar que la moción de censura no será apoyada tampoco por los cuatro diputados que tiene
o que tenía, como ahora explicaremos, VOX en la región de Murcia.
Por tanto, los votos en contra de la moción de censura, 16 más 3 más 4, totalizan 23 frente a los 17 del PSOE,
los tres de Ciudadanos que siguen apoyando la moción de censura, 20 más los dos de Podemos, 22,
es decir, la moción de censura fracasaría.
Salvo que el movimiento de última hora que está intentando Ciudadanos salga adelante
y es que, como hemos dicho, hay cuatro diputados que son de VOX o que eran de VOX
que Ciudadanos está intentando atraer para apoyar la moción de censura.
¿Por qué digo que eran de VOX? Porque tres de esos cuatro diputados fueron expulsados por VOX el año pasado,
de tal manera que en realidad VOX solo tiene un diputado que pueda seguir las directrices del partido
y los otros tres diputados que fueron expulsados, si bien cabe considerar que están en la órbita ideológica de VOX
de la derecha, o como dicen Ciudadanos y el PSOE de la extrema derecha,
no estarían sin embargo bajo la dirección de VOX y, por tanto, potencialmente podrían terminar apoyando
la moción de censura contra el gobierno murciano.
17 diputados del PSOE, más tres de Ciudadanos, más dos de Podemos, más tres de Xbox,
sumarían 25 diputados y, por tanto, la mayoría absoluta para sacar adelante esta moción de censura.
Sin embargo, no parece que los diputados Xbox vayan a sumarse a la moción de censura,
dado que han puesto como condición para ello a probar el pimparental algo a lo que Ciudadanos y PSOE
sean opuestos de manera muy radical durante los últimos años.
En todo caso, creo que, como digo, este bodevil ilustra la perversión de la política.
¿Y por qué digo que ilustra la perversión de la política? Porque, esencialmente, todos han mentido.
Esencialmente, todos nos han intentado engañar.
PSOE y Ciudadanos, por ejemplo, están criticando al Partido Popular y a los diputados transfugas
de Ciudadanos de, en primer lugar, haber roto el acuerdo que estos diputados transfugas
habían suscrito días antes para apoyar la moción de censura.
Es verdad que estos tres diputados firmaron un documento interno en Ciudadanos
por el que se comprometían a votar a favor de la moción de censura.
Por tanto, han incumplido un acuerdo.
Al incumplirlo, se han convertido en transfugas, lo cual va en contra del pacto antitransfugismo
entre los partidos políticos, es decir, de no intentar captar las voluntades
de diputados que han salido elegidos dentro de un determinado partido político.
Y, en tercer lugar, cabe pensar, lógicamente, que estos tres diputados de Ciudadanos
han traicionado a su partido, entre otros motivos, porque se les ha ofrecido
la vicepresidencia del Gobierno de Murcia, así como dos jugosas consejerías
dentro del Gobierno, es decir, que PSOE y Ciudadanos acusan al PP
de comprar políticamente los votos de estos tres diputados ex-Ciudadanos.
Sin embargo, fijémonos que estas acusaciones son perfectamente atribuibles,
aplicables también al acuerdo que habían alcanzado PSOE y Ciudadanos
para desalojar al PP de la región de Murcia.
¿Por qué son aplicables? Primero porque Ciudadanos también había firmado
un acuerdo de gobierno entre PP y el propio Ciudadanos,
un acuerdo de gobierno que requería de la buena fe de ambas partes.
Si Ciudadanos ha encontrado indicios de corrupción dentro del Ayuntamiento de Murcia,
es razonable que presente una denuncia, incluso que rompa el Gobierno
de coalición municipal, incluso que amenace con romper el Gobierno
de coalición autonómico, advirtiendo de que presentará una moción de censura.
Idealmente eso sí, una moción de censura para convocar nuevas elecciones,
pero en todo caso una moción de censura, y por tanto dar tiempo
a tu socio de gobierno a que decida qué hacer, a que decida si quiere cesar
al alcalde de Murcia tal como exigía a Ciudadanos, o si en cambio
se enroca en su posición, se considera roto el acuerdo de gobierno,
y una vez este roto el acuerdo de gobierno Ciudadanos se libera.
Sin embargo Ciudadanos no hizo nada de todo esto, sino que pactó
de espaldas con el Partido Socialista para repartirse el gobierno murciano,
para presentar una moción de censura y repartirse el gobierno murciano.
Y esto no parece que sea una actuación de buena fe con tus socios de gobierno
con los cuales suscribiste ese acuerdo que ahora está rompiendo,
y por tanto criticara tres de tus diputados porque rompan un acuerdo interno
cuando tú inicialmente has roto un acuerdo público con tus socios de gobierno
tampoco es especialmente coherente.
Además tengamos en cuenta que Ciudadanos, el grupo político de Ciudadanos
rompió ese acuerdo de gobierno a cambio de qué, a cambio de la presidencia
de la región de Murcia, cabe entonces decir que el PSOE ha comprado
el apoyo político del grupo de Ciudadanos a cambio de la presidencia
de la región de Murcia.
Pues sí, cabe decirlo, como cabe decir que el PP ha comprado los apoyos
de los tres diputados discos de Ciudadanos a cambio de la vicepresidencia
del gobierno y de dos consejerías.
Efectivamente en la política estos sucios trapicheos
se dan de manera continuada.
Se nos habla mucho de corrupción, como tomar el dinero del contribuyente
y metérselo en el bolsillo, pero hay otras formas de corrupción
que son legales. Por ejemplo, compro tu voto en la Asamblea Regional
a cambio de darte un determinado cargo político
con un determinado sueldo, con un determinado nivel de competencias
y potestades públicas a través de las cuales puedes, por ejemplo,
promover tu candidatura política para las siguientes elecciones.
Eso también es una forma de corrupción y es una forma de corrupción legalizada
en la que ha incurrido el Partido Popular para salvar el gobierno
de la región de Murcia y en la que había incurrido el PSOE y Ciudadanos
para conquistar el gobierno de la región de Murcia.
Y en tercer lugar, PSOE y Ciudadanos están acusando con razón al Partido Popular
de saltarse el pacto antitransfugismo, porque efectivamente el pacto antitransfugismo
que el PP ha suscrito no permite captar a diputados
de otros grupos políticos y aprovecharse en tu favor de su voto.
Sin embargo, el PSOE y Ciudadanos están haciendo exactamente lo mismo
cuando intentan captar el apoyo de los tres ex-diputados de Vox.
¿Y por qué estoy diciendo que están haciendo exactamente lo mismo?
Porque la justificación de fondo del pacto antitransfugismo,
que es una justificación inconstitucional, pero en todo caso la justificación de fondo,
es que los diputados en realidad son propiedad de los partidos políticos.
Y por tanto, si un diputado decide desvincularse del resto de partidos políticos
hay que convertir a ese diputado en un apestado.
El pacto antitransfugismo me parece una indecencia
porque básicamente es una cartelización de los partidos políticos
para condenar a los trascismo, a los diputados
que simplemente siguen el mandato constitucional
de que el representante del pueblo español es el diputado
y no el partido político dentro del cual ha sido elegido, ese diputado.
Pero en todo caso, la idea de fondo del pacto antitransfugismo
al que ahora apelan PSOE y Ciudadanos
es esa, que las actas de los diputados son del partido y no del diputado.
Y si eso es así, los tres diputados que han sido expulsados por Vox
deberían haber renunciado, ya digo, en virtud de esa idea de fondo del pacto antitransfugismo
deberían haber renunciado a sus actas de diputados
para que esas actas fueran tomadas por los siguientes candidatos de Vox
en la lista que presentaron en las elecciones autonómicas.
Por tanto, cuando PSOE y Ciudadanos están mendigando
el apoyo parlamentario de los ex-diputados de Vox,
en realidad también están vulnerando el pacto antitransfugismo
porque quieren beneficiarse de unos diputados
que en todo caso votarían en contra de la directriz del partido
bajo el que fueron electos.
Y por tanto, si nos parece mal que no haya disciplina de voto,
que es esto lo que se critica a los tres diputados transfugas de Ciudadanos,
estará muy mal que estos tres diputados de Vox
no sigan la disciplina de voto del partido bajo el que fueron escogidos.
Y si nos parece bien que los diputados se salten la disciplina de voto,
entonces también los tres diputados de Ciudadanos
se podrán saltar esa disciplina de voto.
En definitiva, no es que las acusaciones que estén lanzando PSOE y Ciudadanos
contra el Partido Popular y contra los tres ex-diputados de Ciudadanos
sean acusaciones infundadas,
son acusaciones perfectamente fundadas,
pero que también les son aplicables a ellos mismos.
Lo cual, por cierto, ilustra nuevamente el perverso juego de la política,
donde unos se victimizan porque les hacen exactamente lo que ellos están haciendo a los otros.
Y tanto lo que hacen unos como lo que hacen otros
son traiciones y deslealtades sistemáticas
contra sus socios e incluso contra los miembros de su propio partido.
Lo que importa, insisto, es la captura del poder.
Porque, insisto, una vez más, lo que estamos viviendo en la región de Murcia
es simplemente una lucha por el poder entre las distintas facciones políticas
representadas en la Asamblea Regional de Murcia.
Si no fuera una lucha por capturar el poder,
habría una solución tremendamente sencilla,
convocar acciones y que los murcianos se vuelvan a pronunciar.
Al fin y al cabo, la Asamblea Regional de Murcia ahora mismo es un absoluto despropósito.
Por un lado, los murcianos votaron muchos de ellos a ciudadanos
esperando que terminara pactando con el PP.
Pero ahora resulta que ciudadanos, legitimamente, no digo que no,
ha cambiado de estrategia y quiere pactar con el PSOE.
Eso ha roto a ciudadanos en dos partes.
Y, por tanto, la mitad de los diputados de ciudadanos ya no se sienten subordinados
a las directrices del grupo político bajo el que fueron escogidos.
A su vez, tenemos a tres de los cuatro diputados de Vox que fueron expulsados de su formación política
y que, por tanto, tampoco representan a aquel partido político dentro del cual fueron escogidos.
A su vez, tenemos sospechas de corrupción contra el Partido Popular en el Ayuntamiento de Murcia.
Y, en definitiva, por tanto, tenemos una configuración del tablero político
y de las alianzas políticas que es radicalmente distinta a aquella
bajo la cual se votó en el año 2019.
Ahora mismo hay un bloque de derechas, que sería más o menos PP Vox
y parte del antiguo ciudadano, si tenemos un bloque de izquierdas,
que sería PSOE Podemos y parte del antiguo ciudadano.
Por tanto, lo lógico sería que los murcianos votaran y escogieran
cuál de estos dos bloques prefieren que les gobierne.
¿Por qué nadie de los principales actores implicados está planteando esta solución?
Pues por distintos motivos.
Ciudadanos no quiere elecciones porque sabe que desaparecería de la Asamblea Regional.
El PSOE no quiere elecciones porque sabe que, muy probablemente,
si hay elecciones no va a conseguir gobernar en absoluto en la región de Murcia.
Y, por tanto, la única forma factible que tiene de llegar a acceder al Gobierno de Murcia
es pactando con ciudadanos, si bien, tras el fiasco de esta semana,
ni siquiera esa vía está abierta.
El PP tampoco quiere elecciones por dos motivos.
Primero porque su actual presidente, López Miras,
no podría presentarse a las elecciones, salvo que antes se modifique la ley regional
que impide que un presidente repita más de dos mandatos consecutivos.
Y, por tanto, como la aspiración principal del presidente del PP de Murcia,
cualquier otro político es aferrarse al sillón, es aferrarse al poder,
no puede permitirse convocar elecciones sin ser el candidato.
Y, por tanto, ahora mismo las elecciones no tocan.
Y, en segundo lugar, tampoco el PP quiere convocar elecciones en Murcia
porque hay un riesgo más que cierto de que Vox pase a ser la primera fuerza política en Murcia,
en cuyo caso aún reformando la ley, la presidencia probablemente terminaría correspondiéndole a Vox y no al PP.
Por tanto, como nadie de los principales actores implicados en este bodevil,
ni PP, ni ciudadanos, ni PSOE, quieren elecciones,
están peleándose entre ellos por repartirse los diputados para retener o conquistar el poder.
Y lo peor de todo es que todos están diciendo que lo hacen pensando en el bienestar de los murcianos,
pensando en el pueblo de Murcia.
El PP dice que ha hecho esto para evitar que los socialcomunistas lleguen al Gobierno de Murcia,
pero si eso fue así, porque López Miras no quiso convocar elecciones para evitar la moción de censura.
No será que López Miras entre convocar elecciones
y que el candidato del PP a la presidencia de Murcia fuera otra persona distinta de López Miras,
o que, por otro lado, el Gobierno de Murcia cayera en manos de una coalición,
como dicen ahora, socialcomunista, no será que López Miras prefirió lo segundo a lo primero,
prefirió entregar el Gobierno de Murcia a esa coalición socialcomunista,
antes que verse defenestrado definitivamente del poder, del poder en el Gobierno de Murcia
y del poder dentro del Partido Popular Autonómico.
Por otro lado, PSOE y ciudadanos dicen que toman esta decisión para regenerar las instituciones murcianas de la corrupción.
Pero aquí se están mezclando dos cuestiones distintas.
Quien tiene que sancionar la corrupción dentro de la administración murciana son los tribunales.
Si PSOE y ciudadanos tienen pruebas de corrupción sistemática,
que la denuncien, como ha hecho el vicealcalde de Murcia en el Ayuntamiento de Murcia.
Y si esa corrupción es cierta, los tribunales así la apreciarán y la sancionarán.
Por otro lado, quien tiene que determinar la configuración política del Gobierno de Murcia
son los votantes murcianos y por tanto deberían ser ellos quienes son llamados a las urnas.
Eso sí, con toda la información pública disponible sobre las sospechas de corrupción del Partido Popular.
¿O cuál es el mensaje si no de PSOE y ciudadanos?
Queremos regenerar la administración murciana de la corrupción pero sin el pueblo de Murcia
porque si dejamos votar al pueblo de Murcia, votará mal, volverá a votar a los corruptos del Partido Popular.
Lo cual quizás sea cierto, no digo que no, pero es desde luego un mensaje muy antidemocrático
que casa mal con el mensaje que normalmente PSOE y ciudadanos suelen transmitir.
¿Que su legitimidad depende de la voluntad del pueblo?
Bueno, si ellos así, porque ahora amordazáis al pueblo después de que el tablero político murciano
se haya movido tanto que tiene pleno sentido que el pueblo se vuelva a pronunciar.
Pues lo amordazan porque, insisto, lo que les interesa no es luchar contra la corrupción,
no es mejorar el bienestar de los murcianos, es conquistar el poder exactamente lo mismo
que le interesa al Partido Popular de la región de Murcia,
que tampoco le interesa proteger a los murcianos de un gobierno social comunista.
No, le interesa retener el poder con la excusa,
con el miedo de que vienen las huestes sanchistas y socialcomunistas.
Porque, repito, si de verdad eso fuera un peligro cierto,
lo que debería haber hecho López Miras es convocar elecciones
y no lo hizo por intereses personales y por miedo a que Vox le coma la tostada
de la presidencia de la región de Murcia.
Por tanto, lo que prioriza de nuevo es retener el poder, es retener la presidencia de Murcia.
Una vez más, por tanto, la política es una cienaga donde todos mienten.
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