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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

¿Qué es más grave? ¿Qué merece más atención mediática para los medios de comunicación
de nuestro país? ¿Que se organize en Madrid un macroevento sobre criptoactivos? ¿O que
un grupo político que gobierna España simplemente por animadversión ideológica hacia todo lo
que suene a cripto haya propuesto cancelar, haya propuesto censurar ese macroevento?
Veámoslo.
Este pasado sábado participé en una mesa redonda sobre criptoactivos junto a Daniel
La Calle y Pablo Gil dentro del evento de Mundo Cripto. La participación estuvo toda
la semana rodeada por una intensísima polémica, no solo por la mesa redonda en sí misma,
sino por el evento Mundo Cripto en general. Creo que nunca ha recibido tantas llamadas
y correos electrónicos de medios de comunicación muy distintos, el diario.es, el confidencial,
infolibre, el independiente, The Objective, muchos medios muy distintos, preguntándome
si iba a participar en este evento y casi presionándome en algunos casos para que no
lo hiciera. Ya digo, ni siquiera cuando me vetaron en 2014 de radio televisión española
cuando la UGT se alió con el gobierno de Rajoy para impedir que participara en el programa
de las mañanas de televisión española, ni siquiera en ese momento recibí tantas llamadas
y tantos correos electrónicos preguntándome sobre qué había ocurrido y qué iba a hacer.
Parecería, por tanto, que este evento Mundo Cripto es más grave o es más preocupante
que el hecho de que un sindicato se alíe con un gobierno para vetar la participación
de una persona en la televisión pública y por qué la prensa estaba tan inquieta, tan
histérica, podríamos llegar a decir, porque la atención mediática que se prestó a este
asunto a la organización de Mundo Cripto fue a todas luces desproporcionada, absolutamente
desproporcionada. Fue una cobertura gigantesca, parecía que en los medios de comunicación
casi no existiera otro tema que la organización de este macroevento o macrofuestival, como
lo llamaban, de criptoactivos. ¿A qué se debe esta desmedida, a todas luces desmedida
atención mediática? Bueno, aquí desde luego caben muchísimas interpretaciones, incluso
interpretaciones conspiranoicas. Desde mi punto de vista, la razón más probable y más
sencilla es que estamos en el mes de agosto, no hay temas con interés informativo muy
claro, los periodistas que están trabajando en agosto tienen que cubrir de alguna manera
la papeleta de presentar reportajes, de presentar noticias y, por tanto, de un asunto, de un
tema que probablemente en otros meses del año hubiese ocupado una porción marginal,
una sección marginal dentro de la prensa, pues se hicieron portadas y se dedicaron titulares
muy amarillistas y muy espectaculares. Además, desde luego toda la burbuja mediática se
infló cuando el supervisor español, la CNMV, se puso en contacto con la prensa, ni siquiera
emitió un comunicado oficial, sino que se puso en contacto con los medios de comunicación
para pedirles que alertaran sobre este macroevento, que las personas que estaban detrás de este
macroevento no tenían licencia para asesoría financiera, aunque en principio no era un
evento de asesoría financiera ni se había vendido como tal, y que, además, había distintos
chiringuitos financieros que estaban patrocinando este macroevento. Y lo que el supervisor pedía
es que las caras conocidas que participaran en este acto alertaran sobre los riesgos y
se hicieran una llamada a la prudencia sobre este tipo de activos, de criptoactivos, de
nueva categoría de activos que ahora mismo se están recalentando y que pueden implicar
pérdidas muy importantes para los inversores con menor formación.
Todo esto, por tanto, en valentón o más a la prensa, que en general imagino que los
periodistas no tienen una opinión demasiado positiva, demasiado buena acerca de todo lo
que suene a cripto, y como digo, este comunicado en valentón no a la prensa, que todavía
dedicó más atención mediática, insistiendo en que poco más o menos que todos los asistentes
a este macroevento iban a ser estafados, se les lavaría el cerebro para que entregaran
todo su patrimonio como en una secta a los organizadores y, por tanto, que era casi casi
una emergencia nacional que la gente fuera consciente, ya no de los riesgos de invertir
en criptoactivos sino de los riesgos de participar, de acudir a ese evento, a mundo cripto y, por
tanto, nuevamente presionando a todos los que finalmente decidimos participar para evitar
hacerlo, para que no lo hiciéramos, para que nos desvincularamos de ese macroevento a ver
si entre todos conseguíamos hacerlo fracasar después de la alerta emitida por la CNMV.
Tengamos en cuenta, no obstante, que la CNMV en ningún momento pidió que ese evento no
se llegara a celebrar, simplemente pidió, y creo que es una llamada de prudencia razonable,
que aquellas personas, aquellas caras conocidas, aquellos expertos que participan en el acto,
como he dicho, hicieran un llamamiento a la prudencia sobre este tipo de criptoactivos,
como que tanto Daniel La Calle, como Pablo Hill, como yo mismo, hicimos desde diversos
ángulos, desde diversas perspectivas complementarias, pero que hicimos en la mesa redonda en la
que participamos.
Cuidado, no se entienda todo lo anterior como una crítica contra cualquier persona que
criticara el macroevento de mundo cripto, hay muchas personas, incluso dentro de lo
que podríamos llamar la comunidad cripto, o más bien dentro de la comunidad bitcoin,
de muy sensata a la que respetó mucho, que dirigieron críticas bastante duras contra
este macroevento, y me parece del todo razonable, legítimo e incluso conveniente que lo hagan.
Es más, ni siquiera critico el papel del supervisor que lanza un comunicado haciendo
un llamamiento a la prudencia.
Los llamamientos a la prudencia nunca están de más, aunque vengan de un organismo oficial
que en ocasiones no ha hecho esos mismos llamamientos a la prudencia, en otros casos
que eran más preocupantes y más escandalosos que éste.
Ni siquiera estoy criticando que la prensa quiera prestar una atención a mi juicio totalmente
desproporcionada a este macroevento, simplemente porque en el mes de agosto no tenga otros
temas y tenga que cubrir la portada de los diarios digitales.
Estoy simplemente narrando la situación en la que me vi envuelto y que en ciertos momentos
desde mi punto de vista llegó a rozar lo ridículo.
Es más, si uno lee las crónicas que se han escrito, que se han publicado después de
la organización del sábado de este macroevento, creo que queda muy claro que la prensa infló
un globo mediático sin ningún tipo de contenido, porque las crónicas prácticamente no cuentan
nada.
Son una colección de anécdotas, una narración del evento mezclada con valoraciones personales
del cronista, pero que no apuntan en ninguna dirección de ninguna estafa de ningún macrofraude
que pudiese llegar a gestarse dentro de este evento.
En cualquier caso, todo esto, el que la prensa dedique una atención mediática a mi juicio
desproporcionada a este macroevento, o incluso que el supervisor ante la organización de
un macroevento en Madrid donde se podría llegar a inducir a los participantes a tomar decisiones
de inversión desnortadas, ante ese escenario, lance un comunicado haciendo un llamamiento
a la prudencia, todo esto creo que tiene perfectamente cabida dentro de una sociedad
libre.
Nos gustará más o menos, tendremos nuestra opinión personal sobre si se está inflando
un globo mediático o no, con qué objetivo se está haciendo, si porque no hay noticias
en el mes de agosto, si porque hay una animadversión frontal a cualquier cosa que suene a criptoactivo
o por el motivo que sea, pero será una opinión personal tan válida como la del periodista,
que quizá honestamente está escribiendo estas crónicas porque considera que está
haciendo una labor social alertando a los jóvenes que van a acudir a este macroevento
que no se dejen engañar por los organizadores o la labor social que a lo mejor también
cree que está haciendo el supervisor.
Lanzando este comunicado donde hace un llamamiento a la prudencia, la opinión personal que podemos
tener cada uno de nosotros en última instancia es tan válida como la que puedan tener ellos
respecto a su actividad, mientras no se conculque la libertad individual de nadie no pasa nada
especialmente grave.
Sin embargo, durante esta última semana también ocurrió un hecho al que se ha prestado muy
poca atención mediática o al menos comparativamente muchísima menos atención mediática de la
que debería haberse prestado, que ya no es compatible con una sociedad libre y que creo
que debería haber sido el auténtico foco de la atención mediática de los medios de
comunicación.
Y es que, pocos días antes de la organización de este macroevento, el Grupo Parlamentario
de Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid pidió al Gobierno de la Comunidad de Madrid
que interviniera para impedir la celebración de este macroevento.
Leo el último párrafo, que es el párrafo clave de la carta que dos diputadas de Unidas
Podemos en la Asamblea de Madrid remitieron al Gobierno de Madrid.
A pesar de la gestión privada de esta instalación pública, entendemos que la Comunidad de Madrid
no puede desentenderse de la celebración y consecuencias de este macroevento por todo
lo expuesto y, por ello, desde Unidas Podemos solicitamos a los y las responsables de la
Consejería indicados en el encabezado de esta carta que insten a la empresa concesionaria
a cancelar la celebración del evento denominado Mundo Cripto Metaversei y a que la Comunidad
de Madrid se desvincule de dicho evento y alerte a la población general de los riesgos
que implican los denominados criptoactivos y las organizaciones que proliferan a su
alrededor.
Es decir, que si Unidas Podemos hubiese estado en estos momentos en el Gobierno de la Comunidad
Autónoma de Madrid, hubiese hecho todo lo que estaba en su mano para impedir la celebración
de este macroevento, para cancelar forzosamente este macroevento.
Y esto es un asunto gravísimo, es un asunto que atenta contra la libertad de reunión
de los españoles.
Podremos tener la opinión que queramos tener sobre este macroevento, sobre los organizadores,
sobre las personas que participan en él, que si son Freakies, que si son Criptobros,
que si son Criptosisters, sean lo que sean, pero tienen pleno derecho a reunirse pacíficamente.
Y esa libertad de reunión pacífica es una libertad que, sin embargo, Podemos está pidiendo
no respetar, porque el trasfondo ideológico de este evento, lo cripto, que en muchos casos
se vincula con una actitud antiestatal, con una actitud liberal, libertaria, neoliberal,
de jóvenes que no quieren pagar impuestos, que se quieren desvincular del Estado, que
no confían en el dinero público, en el dinero institucional del Estado, y todo eso para Podemos,
que es un partido pro-estado, pro-establishment, pues evidentemente no le gusta.
Y es muy legítimo que no le guste, nuevamente es una opinión política que tienen los miembros
de Podemos y que pueden defender en público como consideren oportuno, lo que ya no es legítimo
es pasar a querer imponer tus opiniones personales sobre terceros, cercenándoles sus libertades
personales, en este caso la libertad de reunión.
Es decir, que tenemos a uno de los principales partidos políticos de España, uno de los
dos partidos que integra ahora mismo el Gobierno de España presionando al Gobierno de la Comunidad
de Madrid para que cercene la libertad de reunión de 7.000 españoles y a lo que dedica atención
mediática absolutamente inflada y desproporcionada a la prensa, esa que se está organizando
un macroevento de criptoactivos donde participan criptobros, criptosisters que van a perder
hasta la camisa y sobre el cual el supervisor, la CNMV, ha emitido un comunicado pidiendo
transparencia y pidiendo prudencia.
Ese es el foco de atención mediática de nuestros medios de comunicación y no que
unidas Podemos esté pidiendo la cancelación de este macroevento, insisto, cercenando la
libertad personal de miles de personas, es más en algunos medios de comunicación incluso
parecía que Podemos estaba yendo a remolque de las informaciones que ellos estaban publicando
y que justificaban plenamente esa actitud prohibicionista, insisto, de uno de los principales
partidos de España.
Y aquí la prensa sí debería hacer una reflexión muy seria, de verdad es más grave, por mucho
que nos pueda desagradar incluso estéticamente la organización de un macroevento como este,
es más grave ese macroevento que el hecho de que uno de los principales partidos políticos
de España esté pidiendo públicamente prohibir esa reunión pacífica de 7000 personas.
De verdad tiene sentido dedicar decenas de titulares en primera plana a este macroevento
y en cambio apenas llamar la atención, apenas denunciar esta actitud censora de unidas Podemos.
Tan estropeada tienen muchos medios de comunicación la brújula moral como para priorizarlo primero
frente a claramente la amenaza que supone lo segundo.
Parece que algunos les molesta más que uno haga un uso de su libertad que les desagrada
antes que otros cercenen la libertad de ese uno de un modo que sí les agrada, pero los
medios no deberían convertirse en correas de transmisión de la censura política, deberían
ser diques de contención de la censura política y por desgracia parece que algunos se han
olvidado de ese cometido fundamental dentro de una social libre.