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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Siempre que los obreros no votan como supuestamente deberían, aparecen algunos
sectores de la izquierda que empiezan a descalificarlos, diciendo que no hay
nada más tonto que un obrero de derechas. En un vídeo anterior, que
podréis encontrar arriba a la derecha en la sección de pestañas, ya reflejamos
algunas de estas actitudes en el caso de las recientes elecciones madrileñas.
Algunos sectores de la izquierda, especialmente aquellos vinculados con
Podemos, empezaron a tildar a aquellos obreros que habían votado al PP, a
ciudadanos o a Vox, de tontos, de catetos, de analfabetos, de enemigos de clase y de
cosas bastante peores. En este vídeo, mi objetivo es analizar si esta proposición
que se repite tantas veces, no hay nada más tonto que un obrero de derechas,
tiene sentido o no lo tiene, si es verdad o si no es verdad. Es cierto que los
obreros, si es que son inteligentes, medianamente razonables, solo deberían
votar a la izquierda y que, por tanto, todos aquellos que votan a la derecha no
tienen muchas luces o, como diría Juan Carlos Monedero, no son Einstein.
Bueno, la proposición no hay nada más tonto que un obrero de derechas parte de
dos premisas que no se suelen explicitar. La primera premisa es que si un obrero
vota a la derecha, está atacando, está atentando contra sus intereses. La
segunda premisa es que hacer algo que atente contra tus intereses es irracional,
es estúpido, es de tontos. Por tanto, si un obrero vota a la derecha y votar a la
derecha es atentar contra sus intereses y atentar contra sus intereses te hace
estúpido, el obrero de derechas será estúpido. Bueno, pues vamos a analizar
cada una de estas dos premisas. Empecemos por la primera. Es verdad que un obrero
que vota a la derecha está atentando contra sus intereses. Hay que empezar
necesariamente definiendo qué entendemos por derecha. Cuando decimos que un
obrero vota a la derecha, que un obrero apoya a la derecha, ¿qué entendemos por
derecha? Y en el contexto en el que se pronuncia esta frase, no hay nada más
tonto que un obrero de derechas, derecha significa salvaguardar los intereses de
los empresarios, los intereses de la clase capitalista. Desde una perspectiva
marxista, si los capitalistas explotan a los trabajadores y la clase
capitalista explota en su conjunto a la clase trabajadora, evidentemente que un
obrero vota a partidos que representan los intereses de clase de los
capitalistas, atentaría contra los intereses de la clase a la que pertenece
ese obrero. Por tanto, votar a la derecha atentaría contra los intereses del
propio obrero y promovería los intereses de los capitalistas, de personas que son
ajenas a la clase social a la que pertenece el obrero. Pero esta visión,
evidentemente, presupone la validez del análisis marxista, es decir, la validez
de que el capitalista gana a costa del trabajador y de que el trabajador
pierde en favor del capitalista, de manera que la relación capital trabajo es un
juego de suma cero donde, cuando gana uno, pierde el otro. Si eso fuera así,
efectivamente, el trabajador para promocionar socialmente, para mejorar su
calidad de vida, sólo podría hacerlo a costa del capitalista, a costa de extraer
renta, de extraerle recursos al capitalista o, dentro de la perspectiva
marxista, no dejando que el capitalista le arrevate esa renta, esos recursos, esa
producción al obrero. Y desde luego, en el corto plazo, puede que esta perspectiva
sea cierta, sea válida. Es obvio que los trabajadores dentro de una determinada
empresa, en muchas ocasiones, pueden mejorar su calidad de vida a costa de
perjudicar los intereses del capitalista. Si, por ejemplo, el estado decreta una
subida salarial dentro de esa empresa, cabe perfectamente la posibilidad de que
los salarios de los empleados o de algunos empleados se incrementen a costa
de reducir los beneficios del capitalista. Por tanto, en ese caso, sí que
parecería que estamos ante un juego de suma cero. Si el trabajador gana más, si
cobra más salarios, el empresario gana menos, obtiene menos beneficios. El
problema es cuando pasamos del corto al largo plazo. Si los beneficios que
obtienen el capitalista no son suficientes como para compensarle el
ahorro y la inversión continuada de capital en esa empresa, lo que irá
sucediendo conforme pase el tiempo, es que el capitalista dejará de reinvertir en
esa compañía o incluso, en algunos casos, podría activamente desinvertir en esa
empresa. Y lo que inicialmente era una alza salarial extraordinaria a costa de
infligirle pérdidas extraordinarias al capitalista. A largo plazo, lo que puede
suceder es que la empresa desaparezca, se descapitalice y, por consiguiente, la
plantilla de trabajadores de esa empresa o se vaya al paro o, como cuenta con mucho
menos capital, en la medida en que el capitalista ha desinvertido porque ya no
le rentaba reinvertir a vida cuenta de las sobrecargas que le había impuesto el
estado para supuestamente beneficiar a los trabajadores, pues como el capitalista
ha dejado de reinvertir, no hay capital y sin capital los trabajadores no son
igual de productivos, no producen lo mismo con máquinas que sin ellas, con
construcciones que sin ellas, con materias primas que sin ellas, y si los
trabajadores no son productivos porque no tienen capital, porque el capitalista
ha dejado de reinvertirlo en la empresa, pues a largo plazo la remuneración de
aquellos trabajadores que mantengan su empleo en esa empresa, si es que la
empresa sigue existiendo, inevitablemente se irá reduciendo, este ejemplo pone de
manifiesto que nuestras intuiciones en el corto plazo acerca de la relación
capital y trabajo no tienen por qué ser válidas para el largo plazo, como digo en
el corto plazo parece muy evidente que podemos mejorar la calidad de vida de los
trabajadores a costa del capitalista, pero a largo plazo, maltratar el ahorro,
maltratar la inversión, maltratar la empresarialidad, tiende a redundar en
perjuicio también del trabajador, a corto plazo salarios y beneficios puede que
sean un juego de suma cero, a largo plazo son un juego de suma positiva y las
medidas antiempresario, anticapitalista que promueven algunos partidos de
izquierda pueden terminar perjudicando al obrero que vote a la izquierda o que
vote a la derecha y es perfectamente posible que un obrero entienda, aunque
sea intuitivamente esto, entienda que si desde la política se adoptan medidas que
espanten la inversión, que alejen a los inversores, a los capitalistas que
quieran crear empresa y que quieran invertir en general riqueza en este
país, pues a largo plazo a los trabajadores les terminará yendo peor
que si se crea un marco institucional alternativo en el que la inversión es
atraída globalmente, se crean muchas empresas dentro de ese país, esas
empresas compiten por contratar a los trabajadores y los trabajadores por
tanto terminan recibiendo altos salarios porque el país, la economía está tan
sumamente capitalizada que todo trabajador vaya donde vaya es
hiperproductivo y las empresas se pelean por contratar a esos trabajadores
hiperproductivos, el caso de suiza que ya tratamos en un vídeo anterior y que
podréis consultar en la sección de pestañas arriba a la derecha. Si esto
fuera así realmente el obrero de derechas no sería un obrero que vota en
contra de sus intereses mientras que el obrero de izquierdas sería alguien que
vota a favor de sus intereses, más bien el obrero de derechas tendría una
visión de largo plazo y entendería que a largo plazo sus intereses se promueven
mejor cuando desde la política nos ataca sistemáticamente a los
empresarios, a los capitalistas que crean las empresas que acumulan el
capital, merced a los cuales el obrero se vuelve productivo y obtiene salarios
crecientes y en cambio el obrero de izquierdas podría ser una persona que
entendiendo también esto no necesariamente el obrero de izquierdas
tiene porque ser tonto a lo mejor entiende esto a lo mejor entiende que
a largo plazo es verdad que salarios y beneficios van de la mano pero quizá
ese trabajador de izquierdas prioriza más el corto plazo y prefiere que hoy se
mejore la situación de los trabajadores a costa de los beneficios
presentes de los capitalistas aún cuando ello provoque que a largo plazo todos
van a salir perdiendo en ese caso el obrero de izquierdas estaría priorizando
el corto sobre el largo plazo el obrero de derechas tendría una visión más
largo plazista de sus intereses y el obrero de izquierdas una visión más
corto plazista pero ninguno de los dos tendría porque ser tonto
analicemos ahora la segunda premisa sobre la que se basa la proposición no hay
nada más tonto que un obrero de derechas a saber que votar en contra de tus
intereses te hace tonto imaginemos que efectivamente y pese a todo lo que hemos
dicho hasta el momento un obrero que vote a la derecha está atentando contra
sus intereses es decir imaginemos que es verdad que votar a la izquierda promueve
los intereses de todos los trabajadores aún así necesariamente un obrero
tendría que votar a la izquierda salvo que sea tonto pues no quienes dicen
esto no se dan cuenta de que están equiparando justicia justicia general
justicia universal justicia imparcial con intereses personales lo que es justo lo
que es moral incluso de una perspectiva más amplia es aquello que encaja
perfectamente con mis intereses esta visión por tanto es una visión
absolutamente egoísta de las relaciones sociales yo he de hacer aquello que
promueva que avance mi agenda personal con independencia de cómo eso afecte a
los demás y con independencia de si mis acciones mis comportamientos mis
conductas son justos o son injustos en la medida en que esas acciones mías
promuevan mis intereses serán justas y por tanto haré muy bien en impulsarlas
en cierto modo pues está presuponiendo que los obreros son seres amorales o
inmorales que únicamente se mueven por sus intereses personales al margen de
concepciones más amplias y más generales de justicia respetar criterios
generales de justicia muchas veces implica reprimir acciones que podrían
directamente beneficiarnos a nosotros mismos pero que consideramos injustas
que consideramos en un sentido más amplio inmorales
imaginemos una persona que tiene la oportunidad de entrar en la casa de su
vecino porque a lo mejor su vecino confía en él y puede entrar y le puede
robar la caja fuerte y por tanto se puede enriquecer a costa de su vecino
imaginemos además que esa persona tiene la completa seguridad de que nadie lo
va a descubrir de que nadie va a sospechar que ha sido él el que ha
entrado en la casa de su vecino y le ha desvalijado la caja fuerte si eso es
así robar a tu vecino promovería tus intereses egoístas porque porque tú
te enriqueces a costa de tu vecino y no hay ningún riesgo implicado en esa
operación no es que tu reputación social se vaya a mancillar no es que la
policía te vaya a descubrir y te vaya a sancionar no no tú tienes la opción de
incrementar tu riqueza sin ningún coste para ti sin ningún riesgo para ti a
costa evidentemente de reducir la riqueza de tu vecino en ese caso diríamos que
eres tonto por no promover tu interés egoísta de enriquecerte a costa de tu
vecino diríamos que lo inteligente y lo racional es robar a tu vecino o en
cambio no diríamos que esa persona que tiene la oportunidad de robar
impunemente a su vecino si finalmente se abstiene de robarle es una persona
justa una persona honorable una persona íntegra una persona que antepone su
ideal de justicia respetar la propiedad de su vecino a su interés personal pues
creo que más bien diríamos esto último no que es estúpido sino que es una
persona justa una persona recta una persona íntegra pues lo mismo podría
suceder con un obrero de derechas imaginemos un obrero que está convencido
de que las políticas económicas de izquierdas consistentes en vulnerar la
propiedad privada y la libertad de empresa de los empresarios y de los
capitalistas promueven sus intereses personales sus intereses crematísticos
imaginemos que ese obrero cree que si llega a Podemos al poder que si llega el
peso del poder él va a vivir mejor pero a costa de cercenar las libertades de
otras personas que han montado sus empresas que han invertido y arriesgado
sus ahorros etcétera ese obrero de derechas podría decir aunque yo creo que
las políticas económicas de izquierdas consistentes en parasitar a esos
empresarios a esos capitalistas para darme su dinero a mí aunque creo que
esas políticas económicas de izquierdas a mí me benefician creo que esas
políticas son injustas de raíz y por tanto yo prefiero que se respete la
justicia creo que es más moral respetar la justicia en términos generales e
imparciales que retorcer la justicia para vulnerar los derechos ajenos en mi
propio exclusivo beneficio en definitiva los obreros de derecha
entendiendo por derecha una política económica no anti empresarial no
anticapitalista podrían ser tontos como dice alguna izquierda pero también
cabría la posibilidad de que sean o personas con una visión a largo plazo
de cuáles son sus intereses económicos o personas íntegras y justas que no
consideran adecuado para citar a otros individuos para promover su
bienestar personal y estas dos hipótesis alternativas no parece ni hipótesis
que parte de nuestra izquierda esté dispuesta a considerar