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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

El coste de generación de la energía eléctrica, que representa aproximadamente el 30% de la factura de la luz de los hogares,
ha alcanzado hoy los 89€ el megavatio hora, su máximo histórico en un mes de mayo.
De hecho, es el precio diario más alto desde el temporal de Filomena.
Sin embargo, las diferencias con respecto entonces son obvias.
Por un lado, en el mes de enero la demanda de electricidad era mucho más alta de lo que es hoy,
y por otro, por el lado de la oferta, muchas centrales eléctricas no podían producir en medio del temporal,
lo cual también restringía a la oferta.
Sin embargo, hoy no sucede ninguna de estas dos circunstancias.
Ni la demanda eléctrica es anormalmente alta, ni la oferta eléctrica está incapacitada por alguna causa natural,
con lo cual, ¿cómo es posible que hoy el precio del megavatio hora sea tan alto como lo era en medio de Filomena?
Es más, ¿cómo es posible que si el precio del megavatio hora, en los meses de mayo del año 2019, del año 2018,
solía oscilar entre los 45 y los 60 euros el megavatio hora,
como es posible que siendo esos los precios históricos habituales, hoy y en general durante este mes de mayo,
estemos pagando entre 80 y 90 euros el megavatio hora,
es decir, entre un 50 y un 100% más de lo que solíamos pagar en otros meses de mayo.
La respuesta es esencialmente una, y se llama, política medioambiental de la Unión Europea.
En concreto, y para internalizar los efectos perjudiciales de la emisión de CO2
y a su vez impulsar la transición energética,
desde centrales intensivas en combustibles fósiles a centrales renovables,
la Unión Europea ha establecido en los últimos 15 años un mercado de derechos de emisión de CO2.
¿Qué son los derechos de emisión de CO2?
Pues, como su nombre indica, son autorizaciones administrativas
a que determinados sectores regulados puedan emitir CO2, o dicho de otra manera,
los sectores regulados no pueden emitir CO2, no pueden desarrollar actividades que emitan,
que generen CO2, salvo que hayan adquirido uno de estos derechos de emisión.
Por cada tonelada de CO2 que deseen emitir la atmósfera,
tienen que adquirir uno de estos derechos de emisión.
Las centrales eléctricas son uno de estos sectores regulados
y, como consecuencia, aquellas centrales eléctricas que utilicen combustibles fósiles.
Por ejemplo, las de ciclo combinado que emplean gas para producir electricidad
tienen que comprar estos derechos de emisión para poder generar electricidad.
Y claro, estos derechos de emisión son caros.
Su oferta no es infinita y su demanda es positiva.
Por tanto, si son derechos relativamente escasos, su precio también será positivo.
Y si estos derechos de emisión son costosos,
las centrales eléctricas que necesiten comprarlos para generar electricidad
trasladarán ese sobrecoste,
el sobrecoste de comprar las autorizaciones administrativas
llamadas derechos de emisión de CO2, trasladarán ese sobrecoste al coste de generación
y, por tanto, al precio final de la electricidad.
Durante mucho tiempo, el precio de estos derechos de emisión no ha sido especialmente alto,
no ha sido desproporcionado, más o menos oscilaban en torno a los 5€
por derecho de emisión, es decir, por derecho a emitir una tonelada de CO2.
Dado que una central de ciclo combinado es capaz de aproximadamente generar unos 2 megavatios hora
emitiendo una tonelada de CO2, podemos decir que el sobrecoste,
que estos derechos de emisión añadían al coste de generación de la electricidad,
era de aproximadamente 2,5€ el megavatio hora.
Sin embargo, durante los últimos años, y con tal de acelerar la transición energética,
la Comisión Europea ha comenzado a restringir la oferta la disponibilidad de estos derechos de emisión.
Si sigue habiendo la misma cantidad de empresas que necesitan adquirir esos derechos de emisión
y el número de derechos de emisión se reduce, su precio evidentemente tenderá a dispararse.
El objetivo de que el precio se dispare, claramente, es que haya menos empresas que emitan CO2 a la atmósfera,
ya sea porque esas empresas han quebrado, o idealmente porque se han reconvertido
para ser capaces de producir lo mismo que venían produciendo emitiendo menos CO2.
Pero claro, hasta que esa reconversión se complete, si es que se completa,
el coste de consumir cualquier bien o servicio cuya producción requiera de la emisión de CO2
se incrementará para el consumidor final, y esto es justamente lo que está sucediendo en el caso del mercado eléctrico.
En el año 2017, como ya hemos indicado, el precio de los derechos de emisión era de 5€ por tonelada de CO2.
En el año 2018 y en el año 2019, esos precios ya comenzaron a incrementarse hasta los 15€, hasta los 20€,
casi 25€ por tonelada emitida de CO2.
En este mes de mayo, el precio de los derechos de emisión supera los 50€.
Sí, como ya hemos indicado, las centrales de ciclo combinado que utilizan gas para producir electricidad
son dentro de nuestro mercado eléctrico marginalista, las que marcan el precio, el coste marginal de generación de energía eléctrica.
Si estas centrales, decíamos de ciclo combinado, son capaces de generar unos 2MW hora por cada tonelada de CO2 emitida a la atmósfera,
eso significa que el sobrecoste que, a día de hoy, los derechos de emisión de CO2, el encarecimiento político de los derechos de emisión de CO2,
está añadiendo al coste final de generación de electricidad, es de unos 25€.
Por consiguiente, si en el día de hoy el coste de generación de 1MW hora es de 89€,
estamos diciendo que en ausencia de derechos de emisión lo tendríamos cerca de los 63€.
663€ en 1MW hora es verdad, es un precio de generación eléctrica que entra dentro del rango alto de lo que es habitual en un mes de mayo.
En parte también porque el precio internacional del gas se está encareciendo, pero en todo caso es un precio que se encuentra dentro de lo habitual en un mes de mayo.
Lo que no es habitual es que el precio de generación se dispara hasta los 90€ el megawatt y hora.
Y ese estallido, como hemos dicho, es explicable por los derechos de emisión de CO2,
por el sobrecoste derivado de la restricción política de emitir CO2.
Con esta explicación ni siquiera pretendo criticar la política medioambiental que se está persiguiendo desde Europa.
Puede que sea necesario acelerar la transición energética para evitar los efectos perjudiciales,
los efectos potencialmente perjudiciales del cambio climático.
Lo que estoy poniendo de manifiesto es que esa transición energética no sale gratis.
Y no sale gratis además no para los superricos, los megarricos o al menos las clases medias altas.
No sale gratis para el conjunto de la población, porque si de lo que se trata es de restringir la emisión,
de reducir la emisión de CO2, evidentemente lo que habrá que hacer es restringir y reducir el consumo del conjunto de la población.
También el consumo eléctrico del conjunto de la población.
Y cómo se restringe, cómo se reduce el consumo eléctrico, pues con precios más caros.
Por consiguiente, hasta que estos precios más altos de la electricidad no hinduzcan una inversión privada adicional
en las energías renovables que consiga mejorar mucho su eficiencia y su estabilidad en la generación
y a su vez conduzca a invertir en implantar muchas más de esas centrales renovables más eficientes,
hasta que todo eso suceda, la electricidad se mantendrá más cara de lo habitual.
Es la nueva normalidad a la que tendremos que acostumbrarnos para pagar, para financiar la transición energética.
O dicho de otra manera, lo que estamos viviendo no es una consecuencia no intencionada, no deseada, de los planes de la Comisión Europea.
El actual encarecimiento de la electricidad es exactamente aquello que la Comisión Europea quiere que suceda.
Subtítulos por la comunidad de Amara.org