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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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El NASDAQ, el índice bursátil tecnológico de Estados Unidos, ha caído un 25% con respecto
a comienzos de 2022. Se trata del peor arranque de un año en toda su historia. ¿Qué ha pasado?
¿Por qué el NASDAQ cae tanto? ¿Por qué las empresas tecnológicas son las que más se
están desinflando en el contexto actual? Veámoslo.
El NASDAQ, el índice bursátil que recoge la cotización de las principales compañías
tecnológicas de Estados Unidos, ha caído un 25% desde que comenzamos el año. Se trata del peor
arranque de toda su historia. No solo eso, la mitad de todas las compañías que cotizan en el NASDAQ
han caído más de un 50% con respecto a sus recientes máximos históricos. Hay casos muy llamativos,
como el de Netflix, del que ya hablamos en su momento. Hace seis meses, la compañía tenía
un valor bursátil de más de 300.000 millones de dólares. Hoy, en cambio, su valor bursátil
apenas alcanza los 77.000 millones de dólares. Peloton, la compañía de material deportivo
para casa, cae más de un 90% con respecto a sus máximos históricos, pero es que la cotización
de Disney es un 3% inferior, a la que registró hace cinco años y la cotización de Amazon ha
perdido todo lo que ganó durante la pandemia. ¿Qué está sucediendo exactamente en la Bolsa
estadounidense y más en particular en el NASDAQ para que las compañías tecnológicas estén
registrando caídas tan acusadas en sus cotizaciones bursátiles? La cotización de cualquier empresa,
más allá de sus fluctuaciones diarias o a muy corto plazo, se puede explicar a partir
de dos elementos. Por un lado, su senda de beneficios futuros esperados y por otro los
tipos de interés. Una acción vale lo que esperamos que esa acción vaya a ganar en
forma de beneficios a largo plazo descontando esos beneficios futuros esperados al tipo
de interés vigente en el mercado. El tipo de interés refleja el precio del tiempo y
del riesgo y ese precio o coste del tiempo y del riesgo hay que descontarlo de la senda
de beneficios futuros esperados para actualizar, para traer a presente a un presente equivalente
esos beneficios futuros esperados. Dicho de una manera más sencilla, si esperamos
que una compañía gane más dinero en el futuro, el precio de sus acciones tenderá a subir.
Si en cambio esperamos que los tipos de interés se incrementen en el futuro, el precio de esa
acción, la cotización de esa compañía y de muchas otras, tenderá a bajar. El incremento
de los beneficios futuros de una empresa es un factor que influye positivamente sobre
su cotización. Las alzas de tipos de interés, en cambio, son un factor que influye negativamente
sobre el precio de una acción. Pues bien, durante los últimos meses y sobre todo durante
las últimas semanas estos dos factores han variado en una dirección adversa para el NASDAQ.
Por un lado, los inversores han revisado a la baja, sustancialmente a la baja, su previsión
de beneficios futuros esperados para las compañías de este índice tecnológico. Por
otro lado, los inversores también han revisado a la alza sus expectativas de tipos de interés
futuros. Menores beneficios esperados en el futuro cotizaciones más bajas, mayores tipos
de interés esperados en el futuro cotizaciones más bajas.
Por un lado, ¿por qué han revisado sus previsiones de beneficios futuros de las compañías
tecnológicas a la baja? Primero, por un factor del que ya hablamos en este canal hace unos
meses y es el propio fin de la pandemia. Durante la pandemia, en aquellos momentos en los que
parecía que esta no iba a terminar nunca o que se iban a producir cambios estructurales
en nuestro estilo de vida, todas aquellas compañías que proporcionaban servicios para
consumir dentro de casa, por ejemplo servicios de streaming como Netflix o por ejemplo maquinaria
para hacer deporte en casa como Peloton, todas esas compañías experimentaron un crecimiento
muy fuerte porque si parte de nuestra vida, ahí vamos a empezar a hacerla ya para siempre
dentro de casa, el consumo de bienes y servicios domésticos se iba a incrementar mucho y los
suministradores de esos bienes o servicios domésticos iban a ganar mucho.
Sin embargo, una vez terminada la pandemia y conforme hemos visto que no va a haber cambios
estructurales en nuestro nivel de vida, entonces los inversores revisan a la baja las previsiones
de crecimiento de estas compañías y por tanto sus acciones que cotizaban sobre todo
en el NASDAQ se hunden. De hecho, si cogemos la cotización de las 100 mayores compañías
tecnológicas del NASDAQ, veremos que la pandemia ya no es claramente beneficiosa para la cotización
de estas empresas. Hay tantas empresas que pierden con respecto a los niveles de cotización
alcanzados previos a la pandemia como las que ganan. De hecho, la revalorización mediana
de las 100 mayores compañías tecnológicas en el NASDAQ con respecto a las cotizaciones
alcanzadas antes de la pandemia es de apenas el 3%. Como ya hemos dicho, sin ir más lejos,
Amazon se ha convertido en un perdedor neto de la pandemia.
Y en segundo lugar, los inversores temen que puede estar a la vuelta de la esquina una recesión
o una desaceleración mucho más profunda de lo que habían anticipado hace meses.
Hace apenas unos días conocimos que el PIB de Estados Unidos durante el primer trimestre
de este año se contrajo un 1,4%. Eso no significa que vayamos a entrar en recesión ya el siguiente
trimestre, pero sí pone de manifiesto que la economía no está tan bollante como parecía
en un primer momento. Y si la economía no está muy bollante y si la economía puede
entrar en recesión o en una desaceleración más acusada de lo esperado, menos actividad
económica en el futuro significa también menores beneficios futuros para el conjunto
de las compañías y también para las compañías tecnológicas. Y además, como sabemos, la
Reserva Federal y también, crecientemente, el Banco Central Europeo están apostando
por subir tipos de interés para contrarrestar la muy alta inflación, la históricamente
alta inflación que estamos padeciendo en estos momentos. Y como también pudimos explicar
en un vídeo anterior, una de las formas, uno de los canales a través de los cuales
la subida de tipos de interés frena la inflación es contrayendo la actividad económica. Se
suben tipos de interés para enfriar todavía más la economía con respecto a su grado
de calentamiento actual. Por consiguiente, si vamos a un escenario de mayores subidas
de tipos de interés que pueden dañar adicionalmente una economía que no está tan bollante como
inicialmente se creía, todo eso provoca una ronda de revisiones a la baja de los beneficios
futuros esperados de las empresas y, por tanto, menores cotizaciones. Pero es que, además,
si por otro lado recordemos que las subidas de tipos de interés son el otro factor independiente
que provoca, en sí mismo, al margen de los efectos que la subida de tipos de interés
pueda tener sobre el crecimiento económico, una caída de las cotizaciones bursátiles
porque el tipo de interés es el factor que se utiliza para descontar a presente los beneficios
futuros esperados. Y un tipo de interés más alto significa un descuento más agravado,
más acusado y, por tanto, un menor valor presente. Por simplificar los cálculos, el derecho
a recibir a perpetuidad para siempre 100 euros, dejando de lado la inflación, cuando los
tipos de interés están al 1%, ese derecho, que cotizaría en los mercados, tiene un valor
objetivo de 10.000 euros. En cambio, si los tipos de interés pasan del 1 al 5%, el valor
de mercado de ese derecho a recibir 100 euros a perpetuidad caería de 10.000 a 2.000 euros,
un hundimiento del 80% como consecuencia de la subida de tipos de interés.
La subida de tipos de interés, por tanto, tiende a perjudicar a todas las acciones,
no específicamente a las acciones tecnológicas, pero ¿por qué está cayendo más el NASDAQ
que otros índices bursátiles? Pues porque la subida de tipos de interés tiende a perjudicar
sobreproporcionalmente a las compañías tecnológicas. ¿Por qué razón? Pues porque las compañías
tecnológicas, típicamente, no todas ellas, pero sí una mayoría de ellas, son empresas
cuyos beneficios futuros esperados se ubican en plazos temporales muy lejanos. Son compañías
que no esperamos que empiecen a ganar mucho dinero de manera muy inmediata, sino que esperamos
que quizá ganen muchísimo dinero cuando completen la implantación de su revolucionario modelo
de negocio en el futuro lejano. Y cuanto más lejos coseches obtengas los beneficios, más
te perjudica a la hora de descontar esos beneficios futuros en valor presente la subida de tipos
de interés. Por ejemplo, si los tipos de interés están al 1%, el valor presente, el valor
descontado apresente del derecho a recibir 1.000 euros dentro de un año es de 990 euros hoy.
Si los tipos de interés pasan del 1 al 5%, el valor de mercado de este derecho a recibir
1.000 euros dentro de un año se reduce de 990 euros a 952 euros. Por tanto, hay una
caída del precio de la cotización de este derecho, pero es una caída de apenas el 3.5%,
es decir, no es una caída dramática. Comparemos ahora estos datos con el valor presente del
derecho a recibir 1.000 euros, pero no en un año, sino en 10 años. Si los tipos de interés
están al 1%, el valor de mercado, el valor descontado apresente del derecho a recibir
1.000 euros dentro de 10 años es de 905 euros. En cambio, si los tipos de interés suben
del 1 al 5%, el valor de mercado de este derecho 1.000 euros dentro de 10 años se desploma
hasta 614 euros. Es decir, que la subida de tipos de interés del 1 al 5% en este caso
concreto provocará una caída de la cotización de este derecho en el mercado del 32%. Claramente
por tanto, una misma subida de los tipos de interés perjudica sobreproporcionalmente
a aquellas compañías que tengan la mayor parte de los beneficios futuros esperados
concentrados en el muy largo plazo y no en el muy corto plazo. Menores beneficios futuros
esperados y mayores tipos de interés futuros esperados se traducen de manera generalizada
en una caída de los índices bursátiles, pero en la medida en que los tipos de interés,
las subidas de tipos de interés perjudican especialmente más a aquellas empresas que
esperamos que ganen la mayor parte de su dinero en el futuro, típicamente empresas
tecnológicas, la subida de tipos dañará especialmente más a las compañías tecnológicas
que cotizan en el NASDAQ. En definitiva, después de varios años en los que escuchábamos continuamente
que la economía real había pasado a un segundo plano frente a la nueva economía tecnológica,
que las compañías tradicionales de toda la vida no tenían ningún futuro frente a las
nuevas compañías tecnológicas, el mercado empieza a corregirse y nos devuelve a la realidad.