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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

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¿Quién ha ganado y quién ha perdido las recientes elecciones regionales en el País
Vasco? ¿Y cuáles serán las implicaciones de estos comicios sobre la gobernabilidad
del conjunto de España? Veámoslo.
Ayer se celebraron elecciones en el País Vasco, unos comicios que si bien tenían unas
implicaciones y un contenido enteramente regional, muchos quisieron transponer en unos comicios
con implicaciones y con contenido nacional. Y es que la estabilidad parlamentaria del
gobierno de España descansa en el apoyo parlamentario en Madrid de dos formaciones
políticas del País Vasco, de PNV y de Bildu. De tal manera que, según cuáles hubiesen sido
los resultados en estos comicios regionales en el País Vasco, se podría haber dado la
carambola de que tanto el PNV como Bildu le requirieran, le exigieran su apoyo en el Parlamento
Vasco al Partido Socialista Obrero Español para acceder al Ejecutivo Vasco, para obtener
la presidencia del gobierno en el País Vasco. Y como el PSOE no les puede dar el apoyo a
ambos, solo a uno de ellos, o al PNV o a Bildu, cabría haber esperado, o eso ansiaban algunos,
que aquella formación nacionalista vasca, ya sea el PNV o Bildu, que le requiriera su apoyo y no lo
obtuviera, decidiera romper unilateralmente con el PSOE en Madrid, en el Congreso de España,
y por tanto la estabilidad del gobierno de Pedro Sánchez se viniera abajo. De haber sido así,
podríamos haber estado abocados a corto plazo a elecciones generales en España, y como aparentemente
el Partido Popular de Alberto Núñez e Ijo está absolutamente disparado en los sondeos,
y el PSOE de Pedro Sánchez está irremediablemente capa caída, pues entonces Pedro Sánchez podría
acabar siendo desalojado de la Moncloa a raíz de estas elecciones en el País Vasco. Pues bien,
de todo esto, nada de nada. De hecho, si ordenamos a los partidos que concurrieron a estos comicios en
ganadores y perdedores, del lado de los ganadores habría que colocar a ambos partidos nacionalistas
vascos, al PNV y a Bildu, y también al Partido Socialista del País Vasco. Y entre los perdedores
sobresale claramente el Partido Popular. Voy a intentar explicarlo. Primero, el Partido Nacionalista Vasco es un
ganador de estas elecciones por dos motivos. En primer lugar, porque gana en número de votos y
porque empata en número de escaños. Y en segundo lugar, porque previsiblemente va a seguir gobernando
en el País Vasco como consecuencia de estas elecciones. Es verdad que se trata de una victoria
agridulce, dado que pierde cuatro escaños con respecto a las anteriores elecciones, y sobre todo,
como digo, empata en escaños con Bildu. De tal manera que su perspectiva electoral a medio plazo
no es demasiado halagüeña. De hecho, hubo algunos momentos en la noche electoral en los que Bildu
obtenía más escaños que el PNV. Pero finalmente no ha sido así y, por tanto, todo apunta a que seguirá
gobernando el País Vasco, el gobierno del País Vasco, a través del apoyo parlamentario del PSOE.
Los segundos ganadores de esta noche electoral claramente han sido EH Bildu, la izquierda
abertsale del País Vasco, tradicionalmente asociada con el entorno político de ETA. Bildu subió de 21 a
27 escaños, fue el incremento de representación parlamentaria más notable de cualquier partido
político en el País Vasco y, sobre todo, se posiciona muy cerca de poder acceder, en unos
futuros comicios, a la presidencia del gobierno del País Vasco. Hasta cierto punto, estos resultados
sirven para ir preparando a la opinión pública, ya no sólo en el País Vasco, sino en el conjunto de
España, de que Bildu, en algún momento, terminará gobernando el País Vasco. En este caso, ya ha estado
muy cerca de conseguirlo y, en las próximas décadas, es artísimamente probable que acabe ocurriendo.
Y el tercer ganador de la noche fue claramente el Partido Socialista del País Vasco, tanto en
clave regional como en clave nacional. En clave regional fue un ganador porque incrementó su
representación parlamentaria y también el porcentaje de votos que obtuvo con respecto a
los anteriores comicios. Después de Bildu, fue el partido político que más incrementó su
representación parlamentaria. Pero es que, además, en conjunto, estos resultados fueron muy positivos
en clave nacional para el Partido Socialista. Primero, el hecho de que el PNV haya ganado en
número de votos no coloca al Partido Socialista en un brete de tener que decidir entre papá y mamá,
de tener que decidir si apoyar al PNV o a Bildu, lo cual podría haber conducido, como ya hemos explicado
al principio, a que alguno de ellos dos le retirara el apoyo parlamentario en Madrid. Pero como el PNV ha
ganado en número de votos, previsiblemente Bildu aceptará que el PNV pueda gobernar y, por tanto,
el PSOE en el País Vasco sólo tendrá que seguir haciendo lo que ya venía haciendo, darle apoyo
parlamentario en el País Vasco al PNV. Y a cambio de ello, Pedro Sánchez recibirá en Madrid, en el
Congreso Nacional, apoyo parlamentario tanto del PNV como de Bildu. De modo que su mayoría parlamentaria,
si bien puede ser frágil, no significa que ambos partidos vayan a apoyarlo siempre en todo, desde
luego no se enfrentará a una situación de bloqueo. O no se enfrentará a una situación de bloqueo, al
menos, proveniente del PNV o de Bildu. Y, a su vez, también son buenos resultados para el PSOE en
clave nacional porque, al menos momentáneamente, entierran esa narrativa de que Pedro Sánchez estaba
capa caída, que comicio tras comicio iba haciendo lo peor porque el grueso de la población española
quería sacarlo de la Moncloa, sobre todo después de la aprobación de la ley de amnistía, y, por tanto,
que estaba socialmente sin apoyos, frente a un Partido Popular de Alberto Núñez Fijo que estaba
completamente disparado, en ascenso imparable, hacia la Moncloa. Pues bien, en estas elecciones esto no ha
sucedido. El Partido Socialista en el País Vasco ha incrementado sus escaños más de lo que lo ha
hecho el PP. No es que el PP haya caído, pero desde luego no ha aumentado tanto en representación
parlamentaria como lo ha hecho el PSOE. Por tanto, la narrativa que puede construir a partir de ahora el
Partido Socialista, que además se verá muy probablemente reforzada en las elecciones autonómicas
de Cataluña, es que el PSOE ya está de remontada, que ha tocado fondo, tocó fondo en las encuestas,
y a partir de ahora ya vuelve a crecer, ya vuelve a generar optimismo, ya vuelve a generar apoyo
generalizado. Y además con una buena noticia añadida para el PSOE. Y es que los partidos políticos
que están a su izquierda, Sumar y Podemos se están desmoronando. De tal manera que, hasta cierto punto,
el voto útil de la izquierda termina o puede terminar concentrándose en el PSOE. ¿Y quiénes son los
perdedores electorales de la noche? Pues claramente hay tres grandes perdedores electorales. El Partido
Popular, Sumar y Podemos. Y hay un cuarto que no es perdedor, pero desde luego tampoco es ganador,
que es Vox. ¿Y por qué creo que cabe considerar al Partido Popular perdedor de esta noche electoral?
Pues porque los objetivos en clave nacional que se fijó en esta campaña no se han conseguido en
absoluto. Pedro Sánchez no sale más débil, sino más fuerte de estos comicios. Y Alberto Núñez
dijo, no es que salga más débil, porque el Partido Popular ha incrementado su número de votos y ha
aumentado su representación parlamentaria en un diputado, pero desde luego no sale con la sensación
de estar generando un baño de ilusión que vaya a arrasar en las próximas elecciones generales.
Es verdad que el País Vasco no tiene por qué ser representativo de otras plazas electorales de España.
Recordemos, de hecho, las recientes elecciones en Galicia, donde el Partido Popular sí que arrasó,
pero uno de los lugares clave donde el PP se juega la Moncloa es el País Vasco. El otro es Cataluña,
pero uno de ellos es el País Vasco, que es un lugar donde, al menos en los últimos ciclos
electorales, ha obtenido muy malos resultados. Y sin mejorar sustancialmente esos malos resultados,
es muy complicado, salvo que en el resto de España obtengas una supermayoría,
es muy complicado llegar a la Moncloa. Y, de momento, esa remontada en las plazas malas para
el PP, en este caso País Vasco, veremos más adelante en Cataluña, al menos de momento esa
remontada clara no se observa. No sólo eso. Al parecer, el Partido Popular tenía otro objetivo
en clave nacional en estas elecciones en el País Vasco. Y era que Vox desapareciera del Parlamento
Vasco, de tal manera que todo el voto útil de la derecha, desde el centro derecha a la derecha,
fuera concentrándose progresivamente en el PP. Si se genera nacionalmente la imagen de que Vox está
en retroceso, de que Vox es incapaz de conseguir representación parlamentaria en las distintas
elecciones para oponer resistencia al avance de Pedro Sánchez, pues entonces el PP se convertiría
en el único partido de la oposición y recibiría, o al menos eso esperan ellos, muchos de los votos que
hoy van a parar a Vox, pero que si percibieran que Vox no es útil para frenar a Pedro Sánchez,
terminarían en el PP. No digo que eso vaya a ser así. Digo que ese es el análisis que hacen en Génova,
en el Partido Popular. Pero, en cualquier caso, como Vox sí se ha mantenido dentro del Parlamento
Vasco, ni siquiera este fruto puede ser cosechado por el Partido Popular. Ni siquiera esta alegría,
que Vox no entre en el Parlamento Vasco, se puede llevar a casa el PP. Por consiguiente,
la instrumentalización nacional de estos resultados electorales en el País Vasco, que a buen seguro
planeaba hacer el PP, ha quedado totalmente frustrada. Ni frente al PSOE, ni frente a Vox,
el PP tiene nada que oponer desde un punto de vista nacional. Más bien, por lo que puede rezar
el PP es porque el PSOE y Vox no instrumentalicen estos resultados regionales en su contra en clave
nacional. Y los otros grandes perdedores de esta noche electoral, como ya he mencionado, son Sumar
y Podemos. Podemos, que en el año 2020 cosechó el 8% del voto y seis diputados, se ha quedado ahora
con el 2% del voto y con cero diputados. Y podríamos pensar que este desplome de la izquierda
a la izquierda del PSOE se ha fraguado porque se ha producido una transferencia de votos desde
Podemos a Sumar. Y desde luego, parte de los votos han terminado en Sumar. Sumar ha cosechado
alrededor del 3% de los votos. 3,34% más concretamente. Pero a cambio de todos esos
votos sólo ha conseguido un diputado. Es decir, que la izquierda a la izquierda del PSOE nacional,
o la extrema izquierda nacional, como la llaman algunos, ha pasado de seis diputados en el Parlamento
Vasco a uno. Las luchas internas entre Sumar y Podemos y también la transferencia de parte
de sus apoyos a Bildu ha completado una destrucción de este ámbito político en el País Vasco que,
durante buena parte de la noche, ni siquiera llegó a tener un diputado. Es decir, parecía
que iba a quedarse sin ningún tipo de representación. Lo cual, por cierto, y como decía, también es
una buena noticia para el PSOE. Porque cuantos menos partidos tenga a su izquierda, cuanta menor
sea la competencia electoral a su izquierda, más votos terminará concentrando el PSOE.
Y por último tenemos a Vox. Vox ha mantenido el diputado que ya había logrado en las elecciones
del año 2020 y ha mejorado en unas décimas, apenas imperceptible, pero ha mejorado su voto en
estas elecciones. Desde luego es difícil considerarlo un ganador, porque si sólo obtienes un diputado de
75 y tu intención de voto es el 2%, pues complicado que te puedas considerar ganador. Ahora bien, desde
luego también sería inapropiado calificarlos de perdedores, porque han conseguido conservar ese
diputado por álava dentro del Parlamento Vasco y, por tanto, han conseguido desactivar la aspiración que
tenía el PP en estas elecciones regionales, de que Vox no entrara en el Parlamento, de que por
tanto fuera percibido socialmente como un voto inútil y de que, en última instancia, la mayor
parte de sus votantes terminara en los brazos de Fijó, desencantados de cualquier posibilidad
electoral de Vox. Al menos en estos comicios en el País Vasco, veremos si en futuros comicios en
otras plazas electorales, pero al menos en estos comicios no se ha verificado, no se ha materializado
esa aspiración del PP y ese posible miedo de Vox. En definitiva, los vascos han votado en estas
elecciones regionales vascas en clave vasca. El PNV simboliza en el País Vasco algo así como la
derecha, el equivalente al PP en el resto de España, y cada vez más, sobre todo ya en estos
comicios de manera muy clara, Bildu simboliza algo así como la izquierda, el equivalente al
PSOE en el resto de España. Y simplemente, como sucede en cualquier otro electorado, los
vascos han votado entre derecha, o lo que ellos perciben como derecha, y entre izquierda, o lo que
ellos perciben como izquierda. Y puede que el resto de partidos nacionales, PSOE, PP, Vox,
Sumat y Podemos, quisieran hacer algún tipo de lectura, de interpretación, de reverberación
nacional de estos resultados regionales del País Vasco. Pero si se pretende hacer esta lectura,
y como ya hemos explicado, el único que tiene algo que celebrar en clave nacional en estos
resultados regionales en el País Vasco es el PSOE de Pedro Sánchez.