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Muy buenas noches a todos y bienvenidos a un nuevo directo en el canal de YouTube,
en este caso los directos que mes a mes apadrina la Universidad Francisco Marroquín
para tener una conversación tranquila y en libertad con alguna persona que pueda arrojar algo de luz
tanto sobre cuestiones de fondo como sobre cuestiones de actualidad.
La Universidad Francisco Marroquín es una universidad creada en el año 1971 en Guatemala
que desde hace ya algunos años tiene también sede en España, concretamente en Madrid.
Es una universidad que desde sus mismos estatutos aboga por promover una sociedad de individuos libres y responsables
que es algo de lo que cada vez por desgracia estamos más lejos en muchas partes,
por la mayor parte de occidente y también en España, ni libres ni responsables.
Una universidad además en la que algunos tenemos el placer de participar como profesores
en diversas materias tanto de grado como de posgrado.
La universidad ya os digo que tiene sede en Madrid en la calle Arturo Soria 245
y también como forma de agradecimiento por este apadrinamiento mensual de las entrevistas
os recomiendo no solo que visitéis su página web por si estáis interesados en algún título
simplemente para curiosear en qué consiste esta universidad y qué ofrece,
cuánto si tenéis ocasión, pasáos físicamente por la sede porque os recibirán sin ningún tipo de problemas.
De hecho, por cierto, aprovecho para también introducir la cuña publicitaria a ese respecto,
será en la Universidad Francisco Marroquín el próximo 16 de diciembre cuando presentaré mi próximo libro
Anti Marx, una crítica a la economía política marxista.
Y dicho esto, pues hoy vamos a hablar también de otro libro, no solo de un libro, pero también de un libro.
Vamos a hablar sobre la situación fiscal de España, si podemos considerar que España es un infierno fiscal
tanto por el fondo, tanto por la forma, es decir, tanto por la cantidad de exacción tributaria
que sufren los españoles, cuanto por el procedimiento y por la indefensión a la que se enfrentan
esos españoles frente a la administración, y para hablar sobre ello he traído a una persona
que conoce a la bestia perfectamente desde dentro y la conoce perfectamente desde dentro
porque fue director a finales del siglo XX de la Agencia Tributaria en España
y me estoy refiriendo a Ignacio Ruiz Jarabo. Muy buenas noches, Ignacio.
Muy buenas noches, Marabón.
Pues es un placer que estés aquí, la excusa, la percha, el motivo, pues a veces hay que buscar un motivo.
En realidad el motivo es que en ti mismo ya es interesante entrevistarte, pero el motivo que lo puede justificar
es que acabas de publicar un libro que se llama Impuestos o Libertad, que si lo puedes mostrar
porque creo que lo tienes por ahí, que es un libro que se publica por la editorial La Gaveta
de nuestro amigo conjunto Antonio Salazar. Antonio Salazar, para quien no lo conozca,
es un periodista y editor liberal como tantos que harían falta en España.
El título, por cierto, el libro, si lo queréis adquirir, lo podéis encontrar enlazado en la descripción
de esta entrevista, en la caja de descripción de esta entrevista.
El título del libro parece llamativo viniendo de un exdirector de la Agencia Tributaria
porque plantea una disyuntiva o Impuestos o Libertad, como si no pudiese haber libertad con impuestos.
¿A qué te refieres? Porque al final tú has estado al frente de esa maquinaria de obtención,
de recaudación a costa de los ciudadanos. Luego hablaremos de tu etapa y la contraponderemos
con lo que se hace hoy, pero de entrada parece sorprendente que alguien que ha estado ahí
luego plantee esa disyuntiva. ¿En qué sentido la planteas?
Vamos a ver, el título es llamativo y en parte eso se buscaba, pero yo creo que el título no es sino
la descripción de una verdad objetiva, es decir, el impuesto por definición es algo que se nos impone
y se nos exige coactivamente y de qué manera. Además, por tanto, cada vez que se realice un acto
para imponer o para exigir impuestos, se está restringiendo la libertad individual.
Esto es impuestionable, ¿no? A más impuestos, por tanto, hay menos libertad y a la contra,
a menos impuestos hay más libertad. Por tanto, la disyuntiva es incontestable.
Eso no quiere decir que yo defienda la inexistencia de impuestos, porque como tantas otras fatetas
de la vida en común, la organización de la vida en sociedad o en comunidad exige restringir
los derechos individuales, así ocurre con las normas de tráfico, así ocurre con las normas de urbanismo, etcétera.
Lo que ocurre es que, al ser una residencial libertad, se trata de que se nos exijan los impuestos
estrictamente necesarios, estrictamente inevitables, cosa que no es así.
Y, desgraciadamente, el fisco español, y cada vez más, tiene una tendencia a aumentar de forma sucesiva y progresiva
lo que se nos exige y, por tanto, es hora de que, previamente, nos revelemos e intentemos poner un coto
a esta exigencia excesiva de impuestos.
Precisamente sobre esto último te quería preguntar.
Hemos conocido que, en el año 2021, se ha producido un incremento verdaderamente brutal,
muy superior al que se ha vivido en países de nuestro entorno, del peso de los ingresos del Estado sobre el PIB,
que, de alguna manera, te mide, o es una de las formas de medir, a lo mejor incompleta,
pero sí es una de las formas, uno de los indicadores, que te mide cuántos recursos está extrayendo
el Estado de la sociedad. Me interesa tanto que me hagas un diagnóstico de por qué se ha producido esto,
cuanto que, de alguna manera, me traces una perspectiva de hacia dónde vamos,
porque si el extractivismo estatal va en aumento año tras año, es verdad que algunos años retrocede un poquito,
pero si miramos en los últimos 20 la tendencia es, claramente, al alza, ¿hasta dónde llegaremos?,
es decir, ¿hacia dónde se oriente a España en ese extractivismo impositivo?
Bueno, escuchando a nuestros gobernantes, yo creo que no hay límite, esto es aterrador,
escuchando a nuestros gobernantes, consideran que el impuesto es bueno,
porque sirve para cubrir, pretendidamente, necesidades básicas imprescindibles
y, por tanto, siempre habrá una necesidad que un gobernante consigue imprescindibles
para seguir aumentando la cantidad que se nos exige, por tanto, la coyuntura es aterradora.
¿Por qué ha subido tanto en los últimos 14 o 16 meses la presión fiscal en España?
Bueno, por la suma de tres cosas, una, se nos han subido todos los impuestos, todos,
unos de manera transparente, aumentando el tipo impositivo, otros de manera menos transparente,
reduciendo deducciones, por ejemplo, la deducción por primas de seguros o por planes de pensiones en el IRPF,
y luego, evidentemente, abusando y abusando de la inflación como impuesto
en una actuación absolutamente indigna del poder tributario, es decir,
aprovechar que tenemos una alta inflación para, sin deflactar la tarifa del impuesto sobre la renta
y sin actualizar los parámetros cuantitativos o monetarios del impuesto,
en realidad, subirnos también los impuestos vía inflación, que es algo absolutamente arcaico,
yo diría que incluso antidemocrático, propio de los señores ciudadanos.
Bueno, pues por estas tres, la concurrencia de estas circunstancias ha hecho que suba la presión fiscal en España
de forma, como digo, aterradora. Y, además, respondiendo todo a un objetivo
planteado de forma explícita, que es que debía igualarse la presión fiscal española
con la presión fiscal de los países del sector, Francia, Alemania, Italia, etcétera.
Lo cual, a mí me parece que es, primero, un enorme error y luego un enorme trampa.
Un enorme error porque nadie está obligado a cometer los errores del bequillo, de entrada,
y luego es una enorme trampa porque hay dos circunstancias que, en mi opinión, descalifican
esa pretendida igualación con la presión fiscal de los países próximos.
En primer lugar, porque yo mantengo, en el libro, además hago los cálculos, yo mantengo que ya, de hecho,
tenemos una presión fiscal bastante superior a la de nuestros socios europeos.
¿Quiénes? Aquellos que se pagamos impuestos.
Es decir, los estudios que existen, las investigaciones que existen, oficiales y oficiosas en España
y en los países con los que nos comparamos indican que el fraude fiscal en España es más del doble,
en relación al PIB, más del doble que la de los holandeses, alemanes, franceses, etcétera.
¿Eso qué quiere decir? Que la presión fiscal efectiva de los que sí pagamos impuestos es bastante más alta
que la presión fiscal efectiva de los que sí pagan impuestos en Alemania, en Francia o en Holanda.
Por tanto, ya estamos, existo, los que sí cumplimos ya estamos siendo exigidos por el PIB.
Y después hay otra cosa que también evidentemente no puede dejar de tener en cuenta,
y es el nivel de renta que en el caso español es claramente inferior al de nuestros vecinos.
Pongo siempre el caso de España y Alemania, ¿no?
La renta media de los alemanes es 43.000 euros, la renta media de los españoles es 26.000 euros.
En España el IRPF, el impuesto progresivo por excelencia, aquel español que gana 43.000 euros,
se le exige una proporción de impuestos claramente superior que la que se le exige al que gana 26.000 euros.
Por esa regla de tres, al español, a los españoles, cuya renta media son 26.000 euros,
se nos debe exigir una proporción de impuestos inferior a la que se exige a los alemanes.
Es decir, nuestros fiscofílicos, aquellos españoles que solo saben vivir a base de impuestos,
están proclamando, predicando, la progresividad fiscal entre españoles
al tiempo que predican o pretenden la proporcionalidad fiscal entre europeos.
No cabe mayor contradicción.
Sí, efectivamente, si miramos cuáles son las dos grandes partidas que nos separan de la recaudación en Europa,
son básicamente fiscalía sobre el consumo, que de eso hablan muy poco cuando se nos dice que hay que equipararnos con Europa,
porque muchas veces cuando se habla de equiparnos con Europa es en el imaginario colectivo que paguen más los ricos,
cuando en realidad en Europa lo que sucede es que se pagan muchos más impuestos, sobre todo por IVA,
pero luego efectivamente que se recauda más por IRPF, pero no porque tengan una tarifa más elevada,
sino porque si el nivel de renta media es más alto, pues entras a un tipo efectivo medio más elevado.
Con lo cual, para lograr recaudar lo mismo que recauda en otros países con una renta más alta,
habría que subir mucho más los impuestos, la tarifa del IRPF en España en comparación con otros países,
para que, como decías, los tramos bajos de renta paguen proporcionalmente más de lo que pagan en Alemania, en Francia o en otros países.
Pero ese debate está tan secuestrado que como no se ha hecho esa pedagogía pública ni siquiera por quienes defienden esto,
porque uno podría decir, mira, mi modelo es este, os voy a establear a impuestos, es lo que es necesario y vamos a tocar estos impuestos.
Pero como no se ha hecho esto, porque por un lado se dice que hay que recaudar más,
pero no se explica quién va a tener que pagar más, pues ahora la inflación les ha venido muy bien para subir los impuestos,
sin que aparentemente se esté tocando o metiendo la mano en el bolsillo a nadie, cuando sí se está haciendo.
En este sentido, hemos visto cómo se combinaban impuestos claramente populistas,
que no tienen una finalidad puramente recaudatoria para el conjunto de las arcas del Estado,
porque su contribución va a ser absolutamente ínfima, pero que sí tienen una finalidad propagandística,
es decir, fijaos cómo estamos subiendo los impuestos a los ricos, y me refiero al impuesto a las grandes fortunas,
que se aprueba mientras no se deflacta el IRPF y por tanto mientras se están subiendo de verdad los impuestos
al conjunto de la población al tiempo que se les reparte ese hueso.
Tú has sido bastante crítico con el impuesto a las grandes fortunas, también has sido muy crítico, por cierto, con la no deflactación del IRPF,
lo digo porque si uno solo critica el impuesto a las grandes fortunas parece que vaya con los ricos,
cuando si se critican los dos es que va contra, en general, subir los impuestos a quien sea.
Entonces, explícanos por qué consideras que el impuesto a las grandes fortunas es un error.
Bueno, primero, es un impuesto que graba el stock, el stock de capital de las personas naturales, de las personas visitas.
Esto, en su momento históricamente, estuvo bastante generalizado en los países,
finalmente se demostró que resultaba ineficiente desde el punto de vista económico porque desactiva el ahorro y por tanto penaliza la inversión,
se demostró que además provoca un efecto de expulsión o un efecto huida del capital y por tanto también provoca un efecto negativo sobre la inversión
y en definitiva además tenía un efecto recaudatorio realmente íntimo.
En consecuencia, todos los países han ido abandonando la imposición sobre el patrimonio.
Hasta el punto de que España se ha quedado como el único país de la Unión Europea, el único que mantenía todavía el impuesto sobre el patrimonio.
Esa figura arcaica, ancestral, inexplicable todavía ya en el año 2022. Ahí sí que somos una excepción, ahí sí que somos una excepción.
Bueno, no contento con esto, ahora llega el gobierno y aumenta todavía más la imposición sobre el patrimonio, creando este nuevo engendro que es el impuesto sobre las grandes fortunas.
Pero además de ser albarga sobre albarga, es que es un impuesto que tiene el mismo si imponible, es decir, graba el patrimonio de los personajes.
Y en nuestro ordenamiento tributario autonómico, del Estado autonómico, en la distribución de hechos imponibles, este imposición de patrimonio está atribuido a las comunidades autonómicas.
Con lo cual yo afirmo que este nuevo impuesto supone una invasión de competencias del Estado sobre las competencias de las comunidades.
Lo afirmo yo, pero lo afirmaba también el Parque Socialista hace cuatro meses, cuando Unidas Podemos presenta en el Congreso una proposición para que se crea este impuesto,
la representante socialista, desde la tribuna del Congreso de Disputados, le dice, queridos socios del gobierno, no puede ser, porque la imposición sobre el patrimonio es competencia autonómica y el Estado no puede establecer un impuesto sobre ello.
Cuatro meses después, lo que entonces creían y afirmaban que no se podía hacer, ahora resulta que lo hacen levantando la bandera de una supuesta progresía.
Y además, la forma de articularlo con el impuesto sobre el patrimonio es un acto de bandolerismo salvaje, y lo voy a explicar de forma muy sencilla.
Es decir, el impuesto sobre el patrimonio está bonificado en algunas comunidades autónomas, en Madrid, desde hace tiempo, Andalucía, Barrientos.
Entonces, lo que pretende hacer el gobierno, según ha presentado su proyecto, es decir, bueno, yo, como voy a grabar lo mismo en el nuevo impuesto que en el antiguo, con el impuesto sobre el patrimonio,
solo que con un tipo impositivo más alto, lo que voy a hacer es deducir, por doble imposición, de nuevo impuesto, la cuota pagada en el anterior.
Deduzco en el impuesto sobre las grandes fortunas la cuota que se haya pagado en el impuesto sobre el patrimonio.
Yo madrileño, que tengo una bonificación por la Comunidad de Madrid, no voy a pagar ese impuesto, y entonces, lo que la Comunidad de Madrid me bonifica, va a llegar la agencia tributaria y se la va a quedar.
Se apropia la agencia tributaria del importe que a mí me ha bonificado la agencia tributaria.
No existo esto ni en Sierra Morena, y además los bandoleros de allí lo hacían con más gracia y se jugaban la vida.
A mí me parece que es un acto de vandalismo fiscal absolutamente injustificado salvo, por lo que bien decías tú, Juan Ramón, antes, y es un acto de propaganda,
de pretender justificar el avasallamiento fiscal general diciendo, mira, pero a los más ricos les voy a meter más la mano en el bolsillo todavía.
Es una forma, de cierto modo, de esculpación de lo que está siendo un auténtico agresividad fiscal progresiva.
¿Qué perspectiva hay? Porque leía esta tesis el otro día en el confidencial y me pareció bastante sugerente, o al menos interesante, de que este impuesto se pague ahora por las grandes fortunas,
muchas de ellas recurran, con el tiempo terminen ganando y se les devuelva el dinero con unos correspondientes intereses, porque decía, unos intereses que ahora mismo estarían cerca del 4%,
porque decía el confidencial, muchos fiscalistas están aconsejando ver este impuesto como comprar deuda pública.
¿Pagas ahora y te lo devuelven al cabo de varios años con los intereses que se hayan devengado por demora mientras tanto?
Claro, el impuesto puede ser anulado por recursos individuales de los afectados por el pago del vino, puede ser anulado por los recursos de anticonstitucionalidad por invasión de competencia
que han anunciado la Comunidad de Madrid y la Comunidad Andalucía. En mi opinión, como el cliente considero que se produce esa invasión de competencias,
yo creo que existen muchas, muchas probabilidades de que el Tribunal Constitucional antes o después anule este impuesto.
Ahora, pensar que van a ser devueltos los importes que se hayan pagado es un acto de optimismo,
porque el Tribunal Constitucional tiene la fea costumbre de que cada vez que declara anticonstitucional una norma fiscal,
da por bueno lo que se nos ha exigido por esa norma anticonstitucional. Hace un año lo hemos visto con la Pulvería Municipal,
era anticonstitucional la forma de exigirnosla. Bueno, pues que se cambie, pero a lo hecho pecho,
lo que se nos ha cobrado anticonstitucionalmente vale, y hace, los que son los más mayores, hace dos o tres décadas pasó igual con el impuesto
sobre las rentas personales físicas y la obligación de tributar conjuntamente el matrimonio.
Por tanto, yo sí que creo que va a ser anticonstitucional, así declarado por el Tribunal, pero tengo mis dudas de que el Tribunal
no dé por bueno lo recaudado hasta ese momento.
Estamos pasando de hablar de la cantidad del robo, de la exacción tributaria, al procedimiento, a la forma en la que se desarrolla ese atraco.
Porque cuando hablamos de que España es un infierno fiscal lo podemos tratar desde esa doble perspectiva,
desde la perspectiva de que nos quitan mucho, pero también desde la perspectiva de que estamos totalmente indefensos, subordinados,
subyugados al ladrón de Sierra Morena que mencionabas antes, al bandolero.
¿Cuáles son hoy las garantías que tiene un ciudadano frente a la administración y más en concreto frente a la administración tributaria?
¿Se encuentra con muchas piedras en el camino para hacer prevalecer sus derechos? ¿Sus derechos realmente son algo más que derechos nominativos?
¿O se quedan simplemente en papel mojado?
Espérate que, si me permites antes de contestarte a esto, ¿por qué la izquierda española dice que nos tienen que seguir subiendo los impuestos cada vez más?
Dicen el siguiente argumento, es que hay que cubrir necesidades sociales básicas.
Ese es el mantra con el que nos responden a por qué nos asaetan cada vez más impuestos.
Claro, yo en el libro expongo una serie histórica de la prisión fiscal en España.
Resulta que en el año 1996 Felipe González dejó el gobierno con una prisión fiscal del entorno del 32%.
Yo no veo a estos de la progresía actual que se atrevan a decir que Felipe González dejara necesidades sociales básicas sin cubrir.
Bueno, pues si Felipe González, y insisto, no creo que se atrevan a decirlo, si Felipe González no dejó necesidades sociales básicas sin proteger con una prisión fiscal del 32%,
¿por qué ahora se nos exige el 38-39 que es donde estamos ya y se nos quiere aumentar todavía más?
Vamos a ser honestos, de 1996 aquí hay dos cosas nuevas importantes.
Por un lado, la ley de dependencia, efectivamente, que antes no existía, vale, pues la financiación de la ley de dependencia es un 0,2% del PIB.
Y por otra parte se ha producido un envejecimiento de la población que se siente aumenta el peso que en el PIB tiene el gasto en pensiones.
Exactamente 1,4-1,5% sobre el PIB, 1,5% aumento del gasto en pensiones, más 0,2% financiación de la dependencia, más el 32% que nos cobraba Felipe González, nos situamos en el 33,7%.
Y con eso tendríamos las necesidades sociales que cubrió Felipe González y dos más.
¿Por qué no tienen que pedir al 38? Es decir, su discurso es claramente tramposo.
Dicho esto, voy a responderte efectivamente a cómo se nos exigen los impulsos. Se nos exigen mucho, pero además de aquella manera.
Efectivamente, la relación jurídico-tributaria en España, es decir, la relación entre las potestades de la administración y los derechos de los contribuyentes está absolutamente desequilibrada.
Fíjate que esto ha sido una constante histórica, el poder siempre se autoprotege, concediéndose potestades, pero hubo un momento histórico, año 1996, llegada el gobierno de José María Arnar,
y la primera ley que aprueba el nuevo gobierno fue la ley de derechos y garantías de los contribuyentes, que fue un intento probable y efectivo de igualar cuando menos parcialmente esta relación jurídica.
Es decir, esta situación entre Estado y contribuyente.
¿Cómo la igualaban? ¿Qué medidas incluía esa ley que efectivamente nivelaban un poco el poder negociador de cada gente?
Pues por decir varias. La primera, que está muy significativa, se creó la figura del defensor del contribuyente, figura inexistente hasta entonces, a modo imagen en semejanza del defensor del pueblo,
o de defensores del contribuyente o abogados de los contribuyentes que existían en otros países civilizados.
En segundo lugar, el procedimiento de inspección, que es donde más se sufre cuando hay una inspección tributaria o donde más se sufre el contribuyente, se limitó a 12 meses.
Mire usted, no puede estar usted eternamente con una inspección haciendo sufrir con una inspección abierta de forma ilimitada al contribuyente.
Usted en 12 meses, desde que se ha abierto, lo hacía.
Otra cuestión, oiga, usted, para hacer la liquidación que lo va a hacer, dispone de un conjunto de documentos, de pruebas, de antecedentes que ha utilizado para ello.
Pues todo lo que usted haya utilizado tiene que estar a disposición del contribuyente.
No puede ser que usted tenga un expediente así de voluminoso, con antecedentes, pruebas, documentos, declaraciones, y que el contribuyente no sepa en base a qué usted le practica una liquidación.
Por tanto, la puesta de manifiesto, la entrega del expediente administrativo fue otra gran novedad que aumentaba, efectivamente, las posibilidades de defensa del contribuyente.
En segundo lugar, se dijo, oiga, pero ¿qué es esto?
¿Es esto de que usted me haga pagar una sanción y me la exija pagar al día siguiente cuando ni siquiera es cierto todavía que haya habido una infracción?
Y entonces se dijo, mire usted, la sanción, cuando el contribuyente la recurre, no se puede ejecutar.
La sanción queda suspendida inmediatamente si el contribuyente no está de acuerdo con que se vaya impuesto.
Bueno, digo, como veis, cuatro o cinco cuestiones, hay muchas más.
¿Qué ha ocurrido? Pues que prácticamente, desde que el gobierno ANAR acaba su mandato, todos los pasos que se han dado han sido en sentido contrario.
Es decir, hoy la Ley de Derecho Asistente de los Contribuyentes, por supuesto, está derogada, pero el contenido de esa ley está básicamente diluido, por decir solamente la primera que me he referido.
La regulación del Defensor del Contribuyente, que nació con voluntad, efectivamente, de que fuera un instrumento activo y belicoso frente a los excesos de la administración tributaria, ha quedado absolutamente en una figura decorativa.
Efectivamente, no tiene ni poder ni capacidad para influir en las decisiones administrativas.
Bueno, yo creo que, en general, ni siquiera se conoce su existencia.
Claro, claro, y algún contribuyente que se ha dirigido a él se ha quedado claramente excepcional.
Porque lo que hace el Defensor del Contribuyente es dirigir una carta al servicio respecto al que se queja el contribuyente para que le explique lo que ha hecho.
Pues el contribuyente ya sabe lo que ha hecho el servicio del cual se queja. Lo que quiere el Defensor del Contribuyente es que analice quién tiene la razón, o si el servicio ha cumplido bien con sus funciones o ha cumplido mal.
Y usted, para que usted le pida una carta y se crea lo que le han dicho, para eso no hace falta que exista usted.
Pero habiendo muchas desigualdades, porque la acción jurídica tributaria en España se basa, por decirlo de forma muy directa, el Estado es todo y el individuo es nada.
Es así de claro. Yo siempre pongo el ejemplo más sangrante, y es la presunción de veracidad de lo que dice un funcionario de la Administración tributaria.
Se presume que lo que dice un funcionario de la agencia tributaria es cierto.
Claro, cuando él y yo no coincidimos, presumir que el funcionario dice la verdad es tanto como presumir que yo mento, y a santo de que se da legalmente más credibilidad a lo que dice un funcionario que a lo que dice un ciudadano.
¿A santo de que? Y alguien puede decir, hombre, porque el ciudadano está defendiendo sus intereses, y el funcionario también.
Y entramos en otra cuestión que es tan grande, porque evidentemente, como todos sabemos, porque ha sido la actualidad esta semana, los funcionarios se llevan un premio económico cuanto más deuda levantan a los contribuyentes.
Sobre eso te quería preguntar. No quiero cortar esta línea de argumentación que estás teniendo porque es toda muy interesante, pero ya que sacas el tema de los premios o de las comisiones, explícanos un poco más en detalle qué es esto de que los funcionarios se lleven una comisión por el hecho de levantar una deuda, que además imagino que luego, si se recurre y se tumba, no sé cómo queda ese premio.
Claro, no es una comisión, no se llevan un porcentaje de cada deuda que se le tira, no es así.
Lo que hay es un incentivo económico que se reparte periódicamente y se reparte en base a un algoritmo tremendamente complejo, la complejidad es intencionada, es para poder decir al juez, como le han dicho hace 15 días, no se preocupe señoría, que el importe de la deuda no cuenta apenas para ver el premio económico.
En el algoritmo, la parte más importante para ver qué premio económico se lleva el funcionario es la valoración que de su trabajo hace su superior y luego hay un porcentaje muy pequeñito que es el importe de la deuda, claro, pero en base a qué se produce la valoración del trabajo de un inferior por el superior, en base a la deuda que han obtenido.
¿Por qué? Porque el superior a su vez le pagan en función de la deuda que obtienen sus inferiores, por lo cual es una presión que va de arriba abajo para sacar más deuda a los contribuyentes como sea, digo bien, como sea, hasta el punto de que efectivamente, como es un dato conocido, en sede administrativa el propio ministerio de Hacienda anula posteriormente aproximadamente la mitad de las deudas que liquida la administración productiva que la gente utiliza.
Claro, de las que se recurren, evidentemente, cuando te hacen una sanción de 500 euros no se recurren, 300 o 1200, primero porque cuesta más el pago al profesional que te hace el recurso y segundo porque en España hay un santo temor, un santo temor al fisco, y yo que tenía un despacho abierto hace poco, los contribuyentes decían no, no, no, no, no me recurras, no me recurras Ignacio, que luego van a por mí, eso funciona en la sociedad española.
Entonces entre el miedo al recurso y el coste del recurso solamente se recurren las cantidades, los importes, ciertamente significativos.
Ignacio, ¿hasta qué punto ese temor está justificado? Quiero decir, ¿hasta qué punto la idea de que si tú te enfrentas con el fisco y le ganas, el fisco luego te la tiene jurada y puede volver contra ti? Es decir, porque las leyes deberían ser, o las leyes supuestamente están, para no caer bajo el despotismo de las personas.
Son normas generales e imparciales que, aunque las aplique un superior, no puede o no debería poder manosear arbitrariamente con ellas. ¿Hasta qué punto esto es así?
No, ese santo temor lo estamos diciendo en general, prácticamente casi siempre sin fundar. Es decir, no hay represalias por parte de la gente autogutaria a quien se atreva a recurrir sus actos de violencia. Otra cosa, otra cosa, y ahí no diría lo mismo, es cuando alguien que se siente que ha sido especialmente perjudicado por actuaciones ilegales, declaradas ilegales finalmente de los funcionarios o de algún funcionario,
se atreve después a ir, digamos, judicialmente contra el funcionario. Es decir, cuando alguien hace una querella, por ejemplo, contra un funcionario, ahí sí que el santo temor a la agencia autogutaria está justificado, porque ahí sí que hay una actuación después absolutamente corporativa en defensa de ese funcionario que ha sido demandado o querellado contra el demandante o querellado.
Yo siempre cuando alguien, cuando algún cliente me viene diciendo, fíjate, me acusaron de delito fiscal, me han hecho pasar las decaín, siete años después he sido absuelto porque era infundado la acusación, ahora quiero ir contra el inspector que me acusó.
Yo ahí siempre he recomendado no lo hagas, no lo hagas, no lo hagas. Alguna vez no se me ha hecho caso y viene apretendido estar de haberlo hecho. Pero insisto, es un caso especial, es decir, cuando se va, digamos, judicialmente contra un funcionario. El hecho de recurrir los actos de liquidación no tiene consecuencias más allá efectivamente de lo que es procedimentalmente sustentar un proceso.
Quiero profundizar sobre esto. Primero, ¿qué pasa con los premios cuando esas deudas posteriormente se anulan? Y en segundo lugar, has dicho que no hay represalias, pero esto sigue siendo cierto, por ejemplo, con personajes famosos.
Por ejemplo, todos tenemos, creo, en la cabeza del caso de Xavi Alonso, no tanto porque haya represalias personales, sino porque hay una inquina en intentar doblegarlo y en intentar vencerlo, quizá con una intención ejemplarizante frente al resto de la población.
Y también, yo recuerdo, y creo que muchos otros recordarán, durante la etapa de Montoro al frente del Ministerio de Hacienda, hubo ciertas insinuaciones hacia ciertos colectivos, actores, periodistas, de, bueno, cuidado con lo que ustedes van diciendo, que a ver si encontramos algo.
¿Esto hasta qué punto es así? Es decir, ¿hasta qué punto un político puede instrumentalizar la agencia tributaria para destrozar a una persona?
Pues respecto a los premios, efectivamente, sucede encima que cuando aquella deuda por la que varios funcionarios se llevaron un premio económico, aquella deuda es años después anulada,
bien, por los propios tribunales administrativos del Ministerio, bien, por los jueces y tribunales de la Comisión Administrativa, nadie le exija al funcionario que devuelva el premio.
Es decir, la ganancia del premio es irreversible, jamás debe devolverse.
Con lo cual el incentivo, claro, es a intentar crear todas las deudas tributarias posibles porque yo inflo mi retribución complementaria por esta vía y luego, aunque lo tumben,
que ya es difícil porque muchos no se atreven a recurrir, como decías, pero aunque haya muchos que se atrevan y lo tumben, yo no devuelvo el dinero.
El mecanismo es perverso y no se puede asegurar que en base a ello se produzcan intencionadamente liquidaciones ilegales, pero tampoco se puede asegurar lo contrario.
Nadie puede decir que dado que eso existe no pueda provocar que se produzcan voluntariamente liquidaciones ilegales.
Yo creo que no es razonable que ese mecanismo siga funcionando así. La agencia tributaria, en mi opinión, está obligada éticamente a cambiar el sistema de incentivos.
Respecto a las amenazas, bueno, aquellas actuaciones que además se hicieron desde la tribuna de consolicitados fueron absolutamente desafortunadas.
Pero yo creo que afortunadamente la organización interna de la agencia tributaria impide que pueda haber ese tipo de direccionamiento del mecanismo de los sistemas de control de la agencia tributaria.
¿Por qué? Porque nunca dependen de una sola persona. Es decir, para que un contribuyente sea inspeccionado tiene que haber una confluencia de voluntades.
Aparte de unos datos objetivos que funcionan mediante programas informáticos y demás, pero además una concurrencia de voluntades.
Nunca una persona sola puede decidir que se inspecciona un contribuyente. Tiene que haber una concurrencia de voluntades.
Claro, cuando tiene que haber varios funcionarios tributaria de acuerdo en la realidad de este tipo de actuaciones es más difícil la utilización escuria y la utilización, digamos, indebida de los mecanismos de control.
Yo creo, no digo que no los haya podido producir en alguna ocasión, pero yo creo que ese no es precisamente un riesgo al que nos enfrentemos.
Lo cual nos quita para que aquellas declaraciones fueran absolutamente ignominiosas.
¿Y casos como el de Xavi Alonso que gana?
Claro, el caso de Xavi Alonso, así objetivamente hablando, es que es un tema que evidentemente a la gente tributaria no le interesa perder de ese caso. Pero no tanto por el importe de lo que estaba diriméndose,
sino porque se trata de una situación, la utilización de sociedades por parte de personas físicas, artistas, deportistas, para facturar, donde estaba ganando todos los casos en la vía contencioso-harmista.
En la vía contencioso-harmista lo estaba ganando. Y en la vía penal no se llegaba nunca al juicio, porque hay casos conocidos, Luciano Ronaldo, Messi, etc., donde se llegaba al pacto antes del trato.
Con lo cual la situación para la agencia tributaria era magnífica. Es decir, en vía contencioso-harmista estuve ganando, me daban la razón los tribunales, y en vía penal los contribuyentes me daban la razón el día antes del juicio.
Xavi Alonso tuvo el atrevimiento, el valor, el coraje de ir al juicio, y ganó. Y aquello suponía romper el discurso del triunfador, el discurso del triunfante de la agencia tributaria.
Yo pienso que más es por esto, por lo que recorrió en dos ocasiones la agencia tributaria intentando revertir el criterio de la sentencia. Perdió. Por tanto, en vía penal Xavi Alonso ganó.
Lo cual ahora, fíjate qué situación tan extraña. En el mismo caso, si la agencia lo considera solo en fracción administrativa, iría por vía contencioso y ganaría la agencia tributaria.
Si la agencia tributaria considera que es delito fiscal, iría por vía penal y perdería la agencia tributaria.
Esto puede llevar a dos cosas. A que finalmente el Supremo tenga, en la sala que significa criterios de dos jurisdicciones, tenga que desempatar.
O bien, que la agencia tributaria no lleve más estos asuntos por vía penal, ante el riesgo de perderlos, y a pesar de que el importe pueda ser muy elevado, reconduzca siempre los temas a infracción administrativa, a la vía contenciosa, donde hasta ahora está ganando.
Claro, el riesgo de ir por el procedimiento penal es entrar en la cárcel, que no es poca cosa.
De ahí el coraje y la valentía de Xavi Alonso. Fíjate que yo, en lo que es el procedimiento, creo que no se puede achacar nada la tributaria.
Otra cosa son rumores, nada más que rumores que hay sobre presiones que han existido fuera del procedimiento al propio abogado de Xavi Alonso. Pero como son rumores, yo no me puedo hacer eco dentro.
Pero sí que hay rumores en el mundo de la abogacía maldileña respecto a que no hubo un comportamiento especialmente ético con el abogado de Xavi Alonso.
Te había cortado cuando estabas exponiendo el caso de los premios y demás sobre el procedimiento y sobre la indefensión que experimenta el contribuyente frente al Estado y seguro que nos querías contar más cuestiones relativas a esto.
Sí, nos está diciendo que cuando discrepan funcionario y ciudadano, la ley dice que tiene la razón el funcionario. Al nuevo ciudadano que recurra y que espere siete años a ver qué dicen los tribunales.
Claro, pero entre medias, entre tanto, la deuda ya es ejecutiva. Es decir, es exigible y por tanto ha de ser pagada. Y si no la puedes pagar, llega la agencia tributaria y de forma inclemente usa y abusa de las potestades que tiene materia recalvatoria.
Evidentemente, pues como sabemos es o me pagas en plazo, pero no ya la deuda que yo digo que no me pagaste debido a pagar, sino también la sanción que te pongo y también los intereses de demora.
Y si no me pagas todo esto en un plazo, además, relativamente corto, pues yo te embargo. Y una vez que te embargo, pues si eres un ciudadano normal, se lo hacen pasar mal. Pero si eres un empresario y te embargan las cuentas bancarias, pues te han dificultado enormemente tu operativa.
Y si te embargan los saldos de clientes, pues han matado a tu empresa, ¿verdad? Porque nadie quiere efectivamente operar con alguien que tiene embargo de la agencia tributaria. Y eso está sucediendo en la realidad, Juan Ramón. Yo conozco que he sido asesor fiscal de empresas que han tenido que liquidar por no poder hacer frente a la deuda con la agencia tributaria y porque la actuación recalvatoria de esta les han impedido seguir funcionando.
Y después ganaron el edificio, pero ya la empresa había cerrado, ya los empleados se habían ido a la calle y evidentemente el empresario recuperó dinero, pero la empresa, la actividad empresarial, el instrumento de creación de riqueza y de empleo en este país, había sido asesinado por este funcionamiento de la agencia tributaria.
Entonces, cuando yo digo esto, me dicen, oye, pero fíjate, que esa presunción de veracidad de lo que dice un funcionario, existen muchos otros ámbitos de ordenación de la vida en común, ¿no?
Una multa, policía de tráfico y también tiene presunción de veracidad. Sí, hombre, sí, pero no es lo mismo que se dé presunción de veracidad a una multa de 50 euros a que se dé presunción de veracidad a una exigencia de millones de euros, por parte de la agencia tributaria que, como digo, acaba con la vida de muchas empresas.
Y además con el porcentaje de recursos ganados frente a esos casos, ¿no?
Exactamente.
Así dijeras, no, es que casi nunca pierde la agencia tributaria, pues bueno, a lo mejor tendría algún sentido esa presunción de veracidad, aunque generaría incentivos perversos.
Pero bueno, estadísticamente tendría algún sentido, pero si la mitad de las veces la pierdes, pues hombre, la mitad de las veces no mucha veracidad tendrá, ¿no?
Cuando cuento en el libro, os pongo en el libro el último, lo que fue mi última actuación profesional, ¿no?
Antes de pasar a la vida, a la situación de jubilado.
Era un empresario, tenía un pequeño grupo de pequeñas empresas al cual se le pedían, se le acusaba de haber cometido 15 delitos fiscales.
Se le exigían 37, se le pedían 37 años de cárcel, 37, y se le exigían 12 millones de euros.
Te puedes imaginar el shock, shock, cuando recibe la acusación, el shock que sucursó aquello para el empresario, ¿no?
Ha estado 7 años, 7 años de viagrutas, en el cual sus empresas, te puedes imaginar, que han ido completamente al garante.
Su vida personal también, su salud física y mental también, y evidentemente su economía absolutamente quebrada
porque sus empresas se han ido al garante y por los gastos de su defensa, ¿verdad?
A los 7 años ha sido absuelto de los 15, absuelto de los 15 delitos.
Claro, ¿quién le resarce a este ciudadano de los 7 años de viacrucis que ha pasado?
¿Quién le resarce de las pérdidas económicas? ¿Quién le resarce de la pérdida de su salud física y mental?
¿Y qué responsabilidad tiene el inspector que realizó las acusaciones?
¿El fiscal que las hizo suyas y el abogado del Estado que las apoyó?
¿Qué responsabilidades se les exigen al inspector de Hacienda, al abogado del Estado y al fiscal?
Ninguna, ninguna, Juan Ramón, ninguna.
A mí me parece que eso no es propio de un Estado de derecho.
Y en esa situación, evidentemente, acusar les sale gratis.
Acusar les sale gratis y encima ganan dinero.
O cambiamos o acabamos efectivamente con este estado de cosas o evidentemente yo creo que no entraremos nunca,
en mi opinión, en lo que es el cru de las democracias avanzadas.
¿Y entonces qué habría que hacer?
Porque yo las únicas propuestas que escucho con respecto a la Agencia Tributaria es inflar mucho más el personal.
Es convertir a los técnicos en inspectores o al menos que los técnicos tengan potestades similares a las de los inspectores
y por tanto multiplicar la capacidad de inspección y de sanción preventiva contra los contribuyentes españoles.
Además de hacer cada año una nueva ley con un nuevo plan de lucha contra el fraude y demás medidas todas
que si a juzgar por lo que dicen los estudios sobre la dimensión del Prode Fiscal en España han resultado un absoluto fracaso
porque el Prode Fiscal en España sigue estando entre el 20 y el 25%, según los estudios oficiales y oficiosos, que es donde estaba hace 15 años.
Por tanto, todos estos esfuerzos de luchar contra el fraude, combatir contra el fraude, han fracasado de forma estrepitosa.
Eso sí, entre tanto, nos han supuesto una restricción de derechos individuales y de libertades civiles.
Yo cuando se me pregunta qué hacer, para apreciar a Lenin, qué hacer, yo digo que evidentemente la respuesta, la rebelión tiene que venir de la sociedad.
Es la sociedad civil la que tiene que dar el impulso para democratizar a los discos españoles.
Esto es sociedad civil, esta entrevista que tú estás haciendo y que luego va a seguir en directo, va a ser divulgada de sociedad civil.
La Universidad de Francisco Marroquín es sociedad civil, las asociaciones, corporaciones.
Lo que ocurre es que en España, probablemente por ser una democracia relativamente bisoña a otras democracias de este entorno, la sociedad civil está muy debilitada.
Y probablemente ahora parece imposible que seamos capaces, desde la sociedad civil, de imponer esta democratización de nuestra hacienda pública.
Yo siempre pongo un ejemplo, y es en Estados Unidos, la democracia, en mi opinión, que mejor funciona en el mundo.
Hace 25, 30 años, estaban sufriendo los contribuyentes norteamericanos una política agresiva del IRS, nuestra agencia tributaria norteamericana, probablemente tan agresiva como la de nuestra agencia tributaria o más.
Se produjo, efectivamente, un movimiento ciudadano de reacción, aprovechando la fortaleza de lo que es la sociedad civil norteamericana,
llegó a haber programas de televisión donde iban los contribuyentes y sus abogados a denunciar los abusos y los excesos de los inspectores norteamericanos.
El resultado de aquello fue prácticamente un año de parálisis de las inspecciones tributarias en Norteamérica,
y finalmente una reforma en profundidad de un cambio radical al funcionamiento de la administración tributaria.
Con un ejemplo, ese defensor del pueblo que en España, perdón, defensor y contribuyente que en España hoy es un jarrón de cerámica,
en Estados Unidos, que se llama el abogado general del contribuyente, puede paralizar una inspección tributaria, puede anular embargos,
y puede, efectivamente, declarar no operativa una liquidación que haya realizado la administración tributaria, y no por razones solo de derechos,
sino también por razones de equidad material. Esas son funciones del abogado del contribuyente en Estados Unidos.
Cualquier parecido con lo que hay en España es pura función.
Pero el CISCO, la sociedad civil, tenemos que ser la sociedad civil los que reaccionemos.
Y estoy seguro, además, que si la sociedad civil reacciona, los partidos políticos, algunos partidos políticos que hoy están,
en mi opinión, dormidos en la submisión ante el CISCO, entenderán y aceptarán, efectivamente, las razones de la sociedad civil.
Pero tenemos que dar el paso a nosotros.
Pero me estás hablando de cuestiones estratégicas, de cómo conseguir presionar a los políticos para que cambien.
¿Qué cambiarías en cuanto al fondo? ¿Cómo sería tu procedimiento tributario ideal?
¿Cómo sería tu composición ideal de la agencia tributaria? ¿Qué forma debería tener todo eso?
Bueno, de entrada yo pondría un límite a la presión fiscal. Pondría un límite en una ley orgánica que desarrollara
el título de promedación de la Constitución. Y pondría un límite, igual que ahí anualmente se fija el techo de gasto,
pondría un límite a la presión fiscal. De manera que, mire usted, usted puede hacer la política tributaria que quiera,
recayendo más en los impuestos directos, en los indirectos o en los consumos específicos.
Pero usted no puede exigir más de este porcentaje a la Constitución. Fíjate, hago un pequeño paréntesis,
que es que el límite conjunto de RPF patrimonio ahora mismo es un 60% de los ingresos.
En el libro blanco de los expertos de manifestación Montero quieren que suba al 70%.
Es decir, que solamente por dos impuestos se puede llegar a pagar hasta el 70% de los ingresos.
Añade a eso el IVA de lo que te queda, añade el IVA en un 21%.
Si haces alguna adquisición patrimonial, transmisiones patrimoniales.
Y añade los impuestos locales, el IVI, costo de circulación, etc.
Bueno, es que se puede llegar a pagar hasta el 85-90% de los ingresos. Eso no puede ser. Hay que poner más.
En Suecia, en su momento, se llegó a pagar más del 100%.
Es decir, se llegaron a liquidar deudas tributarias por más de la totalidad de los ingresos recibidos por el contribuyente.
Bueno, con eso pasa en España, en el impuesto sobre la edad desfortunada, puede pasar.
Y eso, bueno, hemos tenido durante 11 años vincente en España el famoso régimen sancionador del modelo 720, los bienes en exterior,
donde se te exigía hasta el 120% del valor del bien que se te había olvidado incluir en una declaración de carácter informativo.
11 años hasta vincente en España, con los dos gobiernos. 11 años. Y ha sido finalmente el turno de justicia el que nos ha puesto a nuestro poder fiscal y a nuestro poder judicial en su sitio.
Porque en esos 11 años ni un solo juez tuvo a bien plantear la cuestión prejudicial.
Ni un solo juez. Ni el turno de justicia tampoco tuvo a bien plantear la cuestión de anticonfidencialidad.
Bueno, a lo que íbamos. Respecto a poner un límite, evidentemente, a lo que se nos pueda exigir vía impuesto.
Y después, desde el punto de vista de este procedimiento, pues yo rescataría la Ley de Derechos y Garantías de 1996, la actualizaría y desde luego iría frecuente al corazón de la desigualdad que es la reacción fideocontributaria.
Porque en el libro dices que esa ley nivelaba algo, el desequilibrio, pero tampoco lo eliminaba. Entonces, habría que ir más allá de esa ley.
Claro. Háblate, hablando de cosas más completas. Por ejemplo, hoy los tribunales de concreto administrativos son un atasco absoluto.
Te puedes tirar tres años y, además, es que mientras no acabe esa vía no puedes ir al conjunto de verdad. Y al final te puedes tirar siete años.
¿Para cuándo en España estamos dispuestos a poner en marcha el arbitraje? El arbitraje para resolver conflictos entre administración tributaria y contribuyente.
Es una experiencia que está funcionando en Portugal, que está funcionando en otros países próximos a nosotros.
¿Por qué no intentamos ponerlo en marcha como medio, efectivamente, de evitar que un contribuyente tenga que esperar siete años a que se resuelvan su litigio con la gente tributaria?
Pues el arbitraje es un mecanismo que podría ser efectivamente rápido y que, además, daría paso efectivamente a un equilibrio entre los que han de decidir.
Porque en ese colegio arbitral estarían representantes de los sindicatos, de las instituciones patronales, de las categorías de universidad, en definitiva de la sociedad civil.
También habría centenarios, pero habría una representación paritaria de administración tributaria y de sociedad civil.
Es una cuestión en concreto que yo creo que es absolutamente necesario, no conveniente, necesario poner en marcha.
Desde luego, la presunción de veracidad a la que me he referido antes debería desaparecer, o si no, que desapareciera la ejecutividad de la deuda.
Bueno, yo presumo que lo que usted dice es verdad, pero la deuda, mientras esté pendiente de que un tribunal decida, esa deuda no se puede exigir.
Vamos a garantizar que no se produzca un hampamiento de bienes, vamos a garantizarlo, pero usted no me puede embargar por una deuda que no sabemos si es deuda o no es deuda.
Fíjate, Juan Ramón, yo otra cosa que quitaría prácticamente es las medidas cautelares.
Fíjate que me duele que fui yo el que impusé que se adoptaran en la ley general tributaria la posibilidad de adoptar medidas cautelares.
¿Qué es una medida cautelares? Es cuando antes, antes de que haya una deuda, ni siquiera la deuda que dice la agencia tributaria, es decir, cuando se inicie una inspección el primer día,
te pueden ya embargar bienes o derechos, por si acaso, por si acaso sale una deuda.
Bueno, yo lo puse para casos muy extremos, para casos efectivamente auténticos delincuentes, que efectivamente se podía pensar que efectivamente pudieran cometer un delito al hampamiento de bienes.
Una serie de requisitos, solamente la oportunidad de autorizar al delegado especial, etcétera, por un plazo limitado de tiempo y demás.
Hoy el embargo cautelar que lo aplica cualquier funcionario de la inspección de hacienda, cualquier funcionario de la inspección de hacienda, y además lo aplican con una frecuencia inusitada.
A mí me parece que desde luego habría que eliminar, digo así de claro, eliminar las medidas cautelares adoptadas por cualquier funcionario, eliminarlas radicalmente.
Podríamos ir poniendo más ejemplos, pero te he puesto tres casos para que veas por dónde en mi opinión deberían ir ese reequilibrio de potestades y derechos.
Pues bueno, hay algunos que están preguntando ahora en el chat quién es Ignacio, que les gusta cómo habla.
Ignacio Ruiz-Jarabo fue director de la Agencia Tributaria en España entre el año 98...
98-2001.
98-2001.
Bueno, pues fijaos qué diferencia entre tener a una persona así al frente de la Agencia Tributaria, es decir, aún cuando la Agencia Tributaria sea el mal,
pues mejor que haya alguien que sea consciente de lo peligrosa que es esa herramienta e intente de alguna manera domarla desde dentro.
Qué diferencia entre tener a una persona así o tener a alguien que vea la Agencia como un medio para hacer el bien saqueando a la sociedad, que es por desgracia lo que me temo que prevalece.
Fíjate, pero es que en la época aquella, en la época cuando yo fui directivo de la Agencia Tributaria, primero director de recalabación y luego director general, fíjate que había tres ejes, la política fiscal del gobierno de Andad, eran tres ejes. Una bajar impuesto.
Hoy, como hemos explicado antes, no hacen más que subir.
Otra era, efectivamente, reequilibrar la relación privada y contributaria. Hoy, no hacen más que efectivamente aumentar las potestades y además abusar de esas potestades y aplastar al individuo.
Esto es todo el individuo, nada. Y la tercera eje, entonces, era la vocación de servicio público a los contribuyentes.
Nosotros pusimos en marcha todo en la informatización de la Agencia para, efectivamente, poder dar los borradores de declaraciones, para poder dar las citas previas.
Todo ese proceso de mejora del servicio a contribuyente se puso en marcha, era el tercer eje de aquella política.
Hoy, los ejes de la actual política fiscal es subir impuestos, desequilibrar la relación privada y contributaria y aumentar el control y el atosigamiento a los contribuyentes. Es que es completamente antagónica.
Por eso yo fui, fui bien satisfecho y orgulloso directivo de aquella agencia tributaria y hoy no me reconocería, ni siquiera como proveo funcionario en esta.
Pues muchísimas gracias, Ignacio, por acompañarnos en esta hora de entrevista.
Sí, me da dos minutos.
Claro, adelante.
Es que, vuelvo, una cosa que me obsesiona es la obsesión con la que se nos dice que hay que cubrir las necesidades sociales básicas y que por eso hay que pagar más y más impuestos.
Y siempre se olvida de que el gasto público, el gasto para esas necesidades básicas se puede hacer de una manera más eficaz.
Tanto me obsesiona la obsesiva autorización de ese mantra por parte de la izquierda que he estudiado un caso para poderlo explicar y divulgar, que es el Servicio Público de Educación.
En dos comunidades autónomas, que son las que he comparado, Comunidad de Valencia y Comunidad de Madrid.
Vamos a ver cuánto y cómo se gasta. La Comunidad de Valencia destina 5.500 millones de euros al Servicio Público de Educación.
La Comunidad de Madrid, 5.000. Solo, entre comillas, solo 5.000. Es decir, Valencia gasta más que Madrid.
Claro, si tenemos en cuenta que en Madrid somos bastante más los madrileños que los valencianos, pues el gasto per cápita es todavía más distante. En Valencia se gasta per cápita 1.100 euros en educación.
La Comunidad de Madrid gasta 750 euros en educación. Valencia gasta más que en Madrid. Es objetivo, es un dato estadístico.
Según el mantra de la izquierda, la educación en Valencia sería mucho mejor que la educación en Madrid. Vamos a ver.
Informe Pisa. Informe Pisa. En todas las materias objeto de evaluación, los alumnos de Madrid salieron mejor evaluados que los alumnos de Valencia. En todas las materias.
Coeficiente de multidisciplinar de calidad de disuco nacional estadístico. La calidad de la educación en Madrid está por encima de la media nacional. La calidad de la educación de la Comunidad de Valencia está por debajo de la media nacional.
Informe anual de Safe the Children. Que lo que mide no solamente es calidad en la educación, sino también equidad en la educación. Porque tiene en cuenta el dinero destinado y el interés manifestado en atender, por ejemplo, becas de comedor o becas para aquellas complementarias.
Madrid es, según Safe the Children, la segunda mejor comunidad autónoma de España en equidad en la educación. Valencia es la décima segunda.
Conclusión. ¿Valencia gasta mucho más que en Madrid? Sí. Madrid gasta mucho mejor que Valencia. Por tanto, no es necesario gastar más. Lo que hay que hacer es gastar mejor.
O incluso gastar menos y que gasten los ciudadanos. Que muchas veces se pretende quitarnos o arrebatarnos la capacidad de gestión sobre ámbitos cruciales de nuestra vida cuando no existe mucha justificación para ello.
Porque uno puede decir que el Estado tiene que gastar para que aquellas personas que no tienen recursos o que no tendrían recursos si no se los quitará yo a través de impuestos, no pudiesen acceder a la educación o a la sanidad, etc.
Pero a personas que si les bajas los impuestos tienen recursos para escoger su educación, su sanidad, etc. ¿Por qué has de estar metiéndole la mano en el bolsillo a uno para dárselo a otro al que también le has metido la mano en el bolsillo?
Lo dicho Ignacio, muchísimas gracias por acompañarnos. Ha sido tanto por el contenido como por la experiencia personal en el sector público, en el sector privado, una entrevista muy reveladora, muy iluminadora.
Una vez más enséñanos tu libro porque seguro que hay gente que impuesto su libertad de la gaveta ediciones. Tenéis el link de todas formas para quien lo quiera adquirir, el link a Amazon en la caja de la descripción del vídeo.
La editorial ha contribuido con un grafismo magnífico a la portada. Es muy bonita. Un buitre que no tiene por qué representar a nadie en concreto sino a la institución, aunque muchas veces también podría representar a algunos ministros de Hacienda.
Lo he dicho, muchísimas gracias Ignacio. A ver si hay ocasión de volverte a traer a lo mejor en alguna tertulia sobre actualidad económica con tintes claramente fiscales que será un placer tenerte por aquí.
Encantado, a vuestra disposición Juan.
Pues nada, lo he dicho, un fuerte abrazo Ignacio y muchas gracias a todos por habernos acompañado en esta hora de muy interesante entrevista.
Nos veremos, por cierto todavía no le he anunciado este próximo martes, con otra entrevista, en este caso sobre inversión, sobre la situación de los mercados financieros, sobre hacia dónde va la bolsa y de dónde viene.
Pero esto en los próximos días. Hasta entonces, aguardad y nos vemos.