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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

La Reserva Federal estadounidense ha tenido tradicionalmente un mandato dual, la ha intentado
buscar dos objetivos a la vez, por un lado garantizar la estabilidad de precios, entendiendo
por tal que la tasa de variación anual del IPC se ubique en torno al 2% y por otro favorecer
el pleno empleo, entendiendo por tal que la tasa de paro se ubique al menos por debajo
del 6% de la población activa.
Muy bien, cuando uno de estos dos objetivos no se conseguía, la Reserva Federal daba el
salto de actuar a través de su política pública.
Que la tasa de paro era muy alta, pues la Reserva Federal buscaba implementar políticas
monetarias expansivas que en última instancia se trasladaban en menores tipos de interés
para de esa manera estimular la economía y a través del estímulo de la economía generar
más empleo.
Que la tasa de inflación estaba desbocada, pues entonces la Reserva Federal aplicaba
una política monetaria contractiva, de tal manera que los tipos de interés terminaban
subiendo y por esa vía la inflación se colocaba de nuevo bajo control.
¿Y qué pasaba cuando ambos objetivos entraban en conflicto?
¿Qué pasaba si por ejemplo en algunos periodos teníamos una alta tasa de inflación y también
una alta tasa de desempleo?
Por ejemplo, lo que sucedió en la llamada esta inflación de los años 70, pues que
la Reserva Federal tendía a priorizar el objetivo de la estabilidad de precios, tendía
a priorizar la lucha contra la inflación.
Por tanto, incluso aunque hubiese mucho desempleo, si la inflación era alta, la Reserva Federal
apostaba por subir tipos de interés.
Esto es lo que hizo Paul Volcker en los años 80, a quien por cierto ya le dedicamos un
vídeo en la fecha de su fallecimiento, podéis encontrar el vídeo arriba a la derecha en
la sección de Pestañas.
Y uno desde luego podría preguntarse ¿por qué cuando entraban en conflicto la tasa de
inflación y la tasa de paro tendía a prevalecer la tasa de inflación?
Bueno, eso es una cuestión de elección de qué modelo de banco central queremos.
Hay dos modelos de bancos centrales, un modelo de banco central es aquel que cuida esencialmente
el valor de su moneda tratando de preservar su liquidez.
El otro modelo de banco central es aquel que trata de manipular los flujos críticos para
estimular el funcionamiento de la economía.
Y hasta el momento, en muchos países desarrollados, se ha tratado de implementar el primer tipo
de banco central, aquel que se preocupa esencialmente por cuidar su moneda.
¿Por qué razón?
Pues porque si un banco central dijera que se despreocupa de cuidar su moneda, que siempre
va a priorizar el objetivo de luchar contra el desempleo, aún cuando haya inflación
muy elevada, el propio objetivo de luchar contra el desempleo terminaría socavándose,
terminaría frustrándose.
De nuevo, ¿por qué razón?
¿Por qué decir que un banco central se va a despreocupar de la inflación para concentrarse
siempre en la lucha contra el desempleo, puede terminar socavando el propio objetivo de luchar
contra el desempleo?
Pues porque la inflación puede contribuir a luchar contra el desempleo siempre y cuando
sea inflación no anticipada.
¿Qué significa esto?
Que si los precios de los bienes de las mercancías que se venden y se comercializan en una economía
aumentan, pero los costes de producción de esos bienes no han aumentado, es decir, si
los factores productivos encargados de producir los bienes que terminarán siendo comercializados
no han anticipado que va a haber inflación y por tanto no reclaman una alza en sus remuneraciones,
lo que tenemos como digo es un incremento de los precios de venta que no va de la mano
con un incremento de los costes de producción de esa mercancía.
Mayores precios de venta, mismos costes de producción, mayores beneficios para aquellos
empresarios que producen esos bienes cuyo precio ha aumentado pero cuyos costes no
lo han hecho y por tanto mayor incentivo para que esos empresarios incrementen la inversión
o incrementen las contrataciones y por tanto aumenten el empleo.
Ahora bien, si el Banco Central dice siempre que estemos en un clima de posibilidad de
inflación, yo no voy a hacer nada para evitarlo, los propios factores productivos van a empezar
a pensar que va a haber inflación en el futuro y si los factores productivos anticipan inflación
en el futuro reclamarán ya por anticipado una alza en sus remuneraciones y si reclaman
una alza en sus remuneraciones si quieren cobrar más, si aumentan los costes en la
misma medida, no digamos ya en mayor medida, en la misma medida que han aumentado los precios
de venta de los bienes que producen, entonces precios de venta mayores pero costes más
altos no conduce a que los empresarios ganen más dinero, a que inviertan más y a que contraten
más reduciendo el desempleo, por tanto si un Banco Central, al menos en teoría, dijera
claramente que se va a despreocupar de la inflación, que no va a intentar buscar la
estabilidad de precios, entonces como los propios agentes económicos, receptores de
sus pasivos anticiparían inflación, la inflación se extendería por toda la economía a los
precios y a los costes y no supondría ningún tipo de estímulo al empleo, de manera que
estaríamos en el peor de los dos mundos, no tendríamos alta inflación a cambio de
un bajo desempleo sino que tendríamos alta inflación y un alto desempleo, esto es lo
que se conoce como curva de Philips a largo plazo, la curva de Philips a largo plazo
se ha tendido a pensar que era vertical, es decir que tú no puedes reducir sostenidamente
el desempleo utilizando la inflación, utilizando políticas monetarias expansivas que generen
inflación y por tanto a largo plazo lo único que puedes hacer es cuidar la inflación,
si a largo plazo quieres reducir la tasa de paro estructural de la economía necesitas
hacer reformas estructurales, no utilizar estímulos artificiales de la demanda vía
generación de crédito barato y vía generación de inflación a través del banco central,
por tanto la elección lógica, racional, a medio largo plazo por parte de cualquier
banco central era concentrarse en la lucha contra la inflación, que era el objetivo que
sí podía buscar, que sí podía perseguir, que sí podía alcanzar sin que hubiese ningún
tipo de inconsistencia temporal, ya digo el objetivo de buscar minimizar el desempleo
a costa de la inflación era un objetivo que se terminaba pegando un tiro en el pie porque
los agentes económicos anticipaban la inflación y como la anticipaban esa inflación que generaba
el banco central ya no contribuía a reducir el desempleo, sin embargo en los últimos
años parece que las reglas del juego han cambiado radicalmente, los bancos centrales
han desarrollado políticas monetarias ultra expansivas que en otras circunstancias probablemente
hubiesen generado inflación y sin embargo en este caso no han generado nada de inflación,
al contrario incluso parece que ha habido periodos con algo de deflación, no solo eso,
al mismo tiempo esas políticas monetarias expansivas han contribuido a reducir la tasa
de desempleo hasta niveles mínimos históricos, en el caso de Estados Unidos y antes de la
presente pandemia la tasa de paro se encontraba en su nivel más bajo desde los años 60 y
sin embargo a pesar de que la tasa de paro estaba en unos niveles tan bajos en parte
porque había sido empujada a la baja por las políticas monetarias expansivas del banco
central a pesar de eso la inflación no hacía acto de presencia, por tanto la famosa curva
de Philips que se creía que era vertical en el largo plazo de tal manera que no podías
reducir la tasa de paro estructural sino que como mucho buscando reducir la tasa de paro
estructural lo único que hacía era alimentar la inflación, ahora hay economistas que dicen
que no es que sea vertical sino que es más bien horizontal, es decir que el banco central
puede implementar políticas monetarias expansivas sin que ello afecte a la tasa de inflación
pero sí afectando a la tasa de desempleo, por tanto el banco central se enfrenta a una
especie de almuerzo gratuito en términos reales, puede promover la reducción del desempleo
sin que su moneda se deprecie y por tanto si esto es así, que sentido tiene que el
banco central estadounidense, la Reserva Federal, se siga guiando por las reglas que habían
sido escritas en un mundo distinto, en un mundo en el que sí había una disyuntiva entre
o luchamos contra la inflación o luchamos contra el desempleo y donde además priorizar
la lucha contra el desempleo terminaba fracasando tanto en la lucha contra el desempleo como
en la lucha contra la inflación, que sentido tiene mantener ese marco conceptual cuando
supuestamente estamos en un nuevo mundo donde esa disyuntiva entre lucha contra la inflación
o lucha contra el desempleo ya no existe y lo que tenemos es que el banco central puede
contribuir con sus políticas monetarias expansivas a reducir la casa de paro sin con ello incrementar
la inflación y es probablemente en parte por este pensamiento de que estamos en una nueva
era, en un nuevo mundo, en unas nuevas reglas económicas por lo que la Reserva Federal
decidió hace unos días revisar su mandato estatutario, hasta ahora como digo la Reserva
Federal tenía dos objetivos, uno luchar contra la inflación entendiendo por tal una tasa
de variación del IPC de aproximadamente el 2% ni por arriba ni por abajo y a su vez
la lucha contra el desempleo, pero como ya he dicho si había un conflicto entre ambos
objetivos el que prevalecía era la lucha contra la inflación, pues bien en estas nuevas
reglas que ha escrito la Reserva Federal dos cosas han cambiado, dos cosas fundamentales
han cambiado, la primera es que si hay un conflicto en la lucha contra el desempleo y la lucha
contra la inflación ya no va a prevalecer la lucha contra la inflación, prevalecerá
la lucha contra el desempleo, por tanto se les está diciendo a los agentes económicos
señores mientras la tasa de paro siga muy alta aunque ustedes observen que los precios
empiezan a crecer y a crecer y a crecer nosotros no vamos a subir los tipos de interés, nosotros
no vamos a endurecer la política monetaria, nosotros seguiremos con una política monetaria
expansiva hasta que la tasa de paro baje hasta niveles cercanos al pleno empleo, nos despreocupamos
de la inflación, nos ocupamos de la tasa de desempleo, este es el primero de los elementos
que cambia y el segundo de los elementos que cambia tampoco menor es como se redefine
la lucha contra la inflación, como se redefine la búsqueda de la estabilidad de precios,
como hemos dicho hasta el momento estabilidad de precios era que el IPC anual no subiera
más de un 2% pero tampoco menos porque si sube menos mucho menos de un 2% tampoco tenemos
estabilidad de precios, tenemos una tendencia a que los precios decrezcan, tenemos una tendencia
hacia la de inflación, por tanto se buscaba una inflación del 2% como equivalente a la
estabilidad de precios, 2% anual, sin embargo a partir de ahora la reserva federal ya no
buscará una inflación anual del 2%, buscará una inflación media a largo plazo del 2%,
esto que significa, pues imaginemos que durante varios años la tasa de inflación está en
el 0%, pues bien como la reserva federal no busca que todos los años la inflación esté
en torno al 2%, sino que lo que busca es que la media de muchos años sea del 2%, si durante
varios años la inflación está en el 0%, durante otros años podrá estar en el 4%, sin que
eso signifique que la reserva federal tiene que endurecer su política monetaria, si hemos estado
por ejemplo 10 años con una inflación del 0%, luego la reserva federal puede perfectamente
tolerar algo que no podía hacer antes con su mandato estatutario que durante otra década
la inflación ahora esté en el 4% sin que ella reaccione para contraer la política
monetaria, ¿por qué? porque 10 años al 0 y 10 años al 4 promedian 10 años al 2%, y
al revés, aunque no hayamos tenido hasta la fecha años de baja inflación, aunque la
inflación se dispare, la reserva federal siempre puede decir, en el futuro ya me encargaré
de compensar este exceso de inflación presente con una menor inflación futura, aunque ahora
mismo la inflación esté en el 5% durante 5 años, ya me encargaré luego de que la inflación
esté en el 0% durante casi una década para que en todo caso la inflación media anual
sea del 2%. Pues bien, este es el nuevo marco de la política
monetaria de la reserva federal, claramente se trata de un nuevo marco bastante más laxo,
bastante más tolerante con la inflación. Se prioriza la lucha contra el desempleo,
no la lucha contra la inflación, y además, en cuanto a la lucha contra la inflación,
el mandato estatutario de la reserva federal es bastante poco restrictivo, la reserva
federal puede fácilmente encontrar excusas para justificar que aunque la inflación esté
en el 5%, en el 10% o en el 20% no toca ahora mismo restringir la política monetaria, porque
siempre se puede compensar, como he dicho, en el futuro con años de baja inflación.
No vamos a restringir ahora la política monetaria, ya la restringiremos en 10 años para compensar
la inflación, el exceso de inflación actual. Por bien, este nuevo marco de política monetaria
lo que otorga es muchísima más discrecionalidad a la reserva federal, hasta la fecha, la reserva
federal está obligada a cumplir un mandato estatutario que era bastante restrictivo,
como he dicho. Si recurrentemente la inflación anual estaba por encima del 2%, necesariamente,
aunque los banqueros centrales no quisieran, había que subir los tipos de interés para
intentar frenar esa escalada inflacionista. A partir de ahora, como he dicho, esto no
sucederá. Ni siquiera hay una regla muy clara de durante cuántos años hay que extraer la
media. La reserva federal no ha dicho, voy a buscar una inflación media del 2% durante
10 años o durante 20 años. No, la reserva federal simplemente dice 2% de media a largo
plazo, pero ¿cuál es el largo plazo? Podría decir la reserva federal que ahora van a subir
mucho los precios y que durante los próximos 500 años ya se encargará de promediar a
la baja la inflación que hemos experimentado durante los presentes años.
Y además, también puede decir, en última instancia, que bueno, que si el paro no está
muy bajo, entonces no es momento de subir los tipos de interés. Por tanto, insisto,
más discrecionalidad para los banqueros centrales. La reserva federal, lejos de ser un organismo
que vaya a estar gobernado por leyes, va a ser un organismo que estará gobernado por
hombres, por los caprichos, por las intuiciones, por los deseos de los hombres. Dentro de la
comprensión del entorno que efectúen los bancos centrales, con sus limitaciones de
conocimiento y con sus sesgos de intereses, serán ellos los que determinarán el curso
de la política monetaria al margen de lo que suceda con la inflación. Por tanto, se
han quitado cadenas para poder actuar como ellos gusten.
Lo anterior no significa necesariamente que vaya a haber mucha inflación. En otras circunstancias,
es muy probable que, si la reserva federal hubiese expresado que ya no se va a preocupar
por la estabilidad de precios, hubiese habido una huida del dólar y eso hubiese provocado
inflación. En las actuales circunstancias, sin embargo, esto no se da básicamente por
dos razones. La primera es que, aún cuando los banqueros centrales hayan dicho que van
a ser libres para dirigir su política monetaria como ellos crean convenientes y que, de hecho,
no van a priorizar especialmente la lucha contra la inflación, cabe pensar que si los
banqueros centrales que ahora mismo están al frente de la FED tienen dos de dos de frente
en caso de que se produjera un repunte inflacionista serio, sí implementarían una política monetaria
contractiva. Es decir, que, aún cuando no estén obligados a hacerlo como las personas
que ocupan las altas direcciones de la FED son personas relativamente formadas en economía
o, en algunos casos, muy formadas en economía y, además, son gente relativamente seria
y, en algunos casos, muy seria, cabe presuponer que llegadas las dificultades obrarán de
la manera más responsable posible. Distinto sería el caso si colocaramos al frente de
la FED a un loco inflacionista que quisiera hundir el dólar. En ese caso, como se ha
liberado al presidente de la FED, al Consejo de Gobierno de la FED para que haga lo que
quiera, sí que habría muy probablemente una huida del dólar porque se anticiparía
que este señor quiera hundir el dólar y, además, ya no tendría restricciones estas
dotarias que le impedirían hacerlo. Pero, de momento, mientras se siga colocando al
frente de la FED a personas que siguen considerando, pese a sus declaraciones públicas, la inflación
alta, no la inflación del 2 ni siquiera del 3, sino la inflación más alta, como un
peligro, como algo inconveniente para la economía, también cabe anticipar que seguirán actuando
de esa manera en caso de que sea necesario. El segundo motivo por el cual no parece probable
que pese a este cambio de mandato estatutario se produzca de momento un repunte inflacionista
es porque todo lo que hemos explicado antes, todo este cambio de paradigma, todas estas
nuevas reglas de juego que han sido redescritas y que aparentemente han eliminado la disyuntiva
que había entre la tasa de inflación y la tasa de desempleo, todo esto se explica,
desde mi punto de vista, por una variable que muchas veces se omite, y es la demanda
de dinero. Durante las últimas décadas, y muy en especial desde la última crisis económica
de la gran recesión, la demanda global de dinero ha aumentado muchísimo. ¿Por qué?
Porque estamos en un contexto de alta incertidumbre, sobre todo durante los años posteriores
a la crisis y la mejor manera de blindarte frente a la incertidumbre es atesorando activos
líquidos. ¿Qué son los activos líquidos en la actualidad? Pues los activos líquidos
en la actualidad son sobre todo deuda pública, títulos de deuda pública de gobiernos solventes,
entre ellos la moneda nacional. Como el gobierno a Estados Unidos sigue siendo, pese a todo,
muy solvente, hay una demanda global muy fuerte por la deuda por los pasivos gubernamentales
de Estados Unidos, como lo hay por los pasivos gubernamentales de Alemania o por los pasivos
gubernamentales de Suiza. Pero en el caso de Estados Unidos, sus pasivos también tienen
una demanda muy fuerte, entre ellos la demanda de dólares, de base monetaria dólar. ¿Por
qué? Insisto porque es un activo líquido que te permite cubrirte frente a la incertidumbre.
Además, durante los últimos años, como las economías han entrado en un entorno de no
muy alto crecimiento, la rentabilidad de las inversiones, la rentabilidad de muchas inversiones
no es demasiado alta y los inversores que tienen un exceso de ahorro se plantean, voy
a invertir en una inversión arriesgada que me va a dar muy poco retorno o, en cambio,
me limito a atesorar activos líquidos que no me dan ningún retorno pero tampoco implican
ningún riesgo. Y muchos optan en este entorno de inversiones de poco rendimiento, de inversiones
de escasa rentabilidad, optan por atesorar dólares. Una mayor demanda de dólares explica
por qué la resedad federal es capaz de incrementar la oferta de dólares, de incrementarla muy
sustancialmente, sin que el valor del dólar se deprecie, es decir, sin que haya inflación.
También permite explicar por qué muchos trabajadores estadounidenses están dispuestos
a seguir trabajando o incluso a incrementar su oferta de trabajo sin reclamar, necesariamente
por ello mayores salarios, porque se contentan con disponer de los dólares que están demandando,
por tanto, se pueden crear más dólares e intercambiarlos por más bienes presentes
o también por más servicios, y entre esos servicios encontramos los servicios laborales.
Que la demanda de activos líquidos ha aumentado globalmente es algo que no debería admitir
demasiada discusión porque basta con ver que prácticamente todos los títulos de deuda
pública de todos los países solventes están cotizando a tipos de interés del 0% o incluso
a tipos de interés negativos, lo que significa, lo que pone de manifiesto, la alta demanda
por este tipo de activos y también, por tanto, por las monedas nacionales que no son más
que otro tipo de pasivo estatal.
Y si la demanda de dólares es muy alta, entonces, aunque ahora mismo las condiciones, el marco
estatutario de la resedad federal no sea idóneo, la demanda de dólares sigue siendo muy alta
y eso pesa más que cualquier erosión, que cualquier desprestigio del marco estatutario
de la Reserva Federal.
En definitiva, este es el cambio que ha traído la FED en los últimos días, un cambio que
ha llegado por desgracia para quedarse.
Se va a priorizar la lucha contra el desempleo, la lucha contra el desempleo, no a través
de reformas estructurales, sino la lucha contra el desempleo a través de estímulos monetarios,
a través de la expansión crediticia, a través de potenciar el endeudamiento del sector privado
para que este cree empleo incluso en condiciones de bajo rendimiento.
Y a su vez nos vamos a despreocupar, o Estados Unidos se va a despreocupar, o al menos eso
dice que va a hacer, ya veremos si luego es así, llegado el caso en el que tenga que
actuar o no actuar, pero dice que se va a despreocupar de luchar contra la inflación,
al menos sobre una base anual.
Y esto, como digo, podría parecer un almorzo gratuito, podría parecer un win-win, porque
si no hay inflación, ¿para qué nos vamos a fustigar luchando contra la inflación, desarrollando
una política monetaria contractiva que puede incrementar el desempleo?
Y creo que el enfoque que se está adoptando sobre esta cuestión es un enfoque deficiente.
Yo personalmente nunca he considerado que el objetivo casi único del Banco Central de
luchar contra la inflación, alcanzando la estabilidad de precios, sea un objetivo sacrosanto,
o sea un objetivo que oriente especialmente bien la acción de los bancos centrales.
La inflación, el alza de los precios dentro de una economía, no es la causa de los problemas,
es un síntoma de que está habiendo otros problemas, entre ellos, por ejemplo, que está
habiendo un recalentamiento de la economía sobre la base del crédito barato, sobre la
base de la expansión crediticia, que está provocando una sobre inversión en proyectos
de bajo retorno, pero que adquieren, que consumen, que utilizan muchos factores productivos
y por tanto que están incrementando el precio de esos factores productivos.
De ahí que luchar contra la inflación es luchar contra los síntomas, no es luchar contra
las causas subyacentes, pero al menos si los síntomas te ponen una camisa de fuerza
que te impiden, que te imposibilitan seguir alimentando las causas subyacentes que generan
la inflación, o dicho de otra manera, si cuando hay inflación se fuerza el Banco Central
a que cierra el grifo del crédito, para que no siga alimentando el crédito barato que
está generando la inflación, al menos a través de este proxy que es la inflación,
se consigue un objetivo indirectamente que es un objetivo valioso, que es evitar el recalentamiento
vía crédito barato de las economías.
Sin embargo, a partir de ahora, esto no tiene por qué suceder, a partir de ahora el Banco
Central, si así lo quiere, otra cosa es que sus banqueros centrales no lo quieran, pero
si así lo quiere, puede seguir cebando y cebando y cebando el crédito barato generalizando
las malas inversiones o consolidando las malas inversiones previas, sin que ni siquiera haya
un canario en la mina, la inflación, que le diga tienes que cambiar de rumbo, simplemente
el Banco Central podrá hacer, como digo, lo que guste, y esto es para mí lo más preocupante
de todo, lo más preocupante no es si se lucha exactamente contra la inflación, contra el
desempleo, lo más preocupante es que le estamos atribuyendo al Banco Central funciones
que el Banco Central no debería tener, el Banco Central debería ser un garante de la
liquidez, pero de la liquidez de verdad, de última instancia de los bancos comerciales
y solo de aquellos bancos comerciales que tengan liquidez previa para poder acceder a
la ventanilla de redescuento del Banco Central, el Banco Central no debería ser una agencia
de estímulo macroeconómico de la economía vía endeudamiento barato, vía socialización
de pérdidas a través del endeudamiento barato, y por desgracia parece que ese es el nuevo
rol que se le quiere atribuir al Banco Central, y por eso creo que estamos desenfocando totalmente
el debate, el debate no debería ser si aumentar mucho la oferta monetaria está generando
inflación o no está generando inflación, ese es un debate secundario, el debate principal
es el siguiente, cuando el Banco Central aumenta la oferta monetaria el Banco Central está
dando crédito para contribuir a financiar indirectamente inversiones, ya sean nuevas
inversiones o a sostener la financiación de inversiones que ya existen, y por tanto
cuando el Banco Central incrementa tantísimo la oferta monetaria lo que estamos diciendo
es que el Banco Central está canalizando cantidades ingentes de financiación, y lo
que deberíamos estudiar, lo que deberíamos analizar es esa financiación que está otorgando
el Banco Central, en última instancia con cargo al endeudamiento estatal porque el garante
de la solvencia del Banco Central y de la financiación que da es el Estado, es decir
el conjunto de los contribuyentes, esa financiación monstruosa gigantesca que está dando el
Banco Central se está utilizando bien o se está utilizando mal, y ese análisis no
lo está haciendo prácticamente nadie, simplemente se está limitando de decir el Banco Central
está generando inflación, no, pues entonces lo estará haciendo bien, ese es un análisis
tremendamente simplista y reduccionista, que haya inflación puede ser una condición
suficiente, que ni siquiera, pero podría ser una condición suficiente para indicarnos
que el Banco Central lo está haciendo mal, pero no es una condición necesaria, es decir
el Banco Central lo puede estar haciendo mal sin que haya inflación, el Banco Central
puede estar dilapidando la riqueza de los contribuyentes extendiendo crédito barato
para sostener un esquema, una estructura económica absolutamente zombificada sin que ello implique
que haya inflación, pero aún así que no haya inflación no debería ser un pretexto
para que el Banco Central pueda otorgar financiación en pésimos términos, pueda otorgar financiación
que lo que hace, lo único que hace es esclerotizar la economía, este es el tipo de análisis,
este es el tipo de juicio crítico que deberíamos estar viendo, este es el tipo de fiscalización
de la actividad del Banco Central que deberíamos estar realizando, qué tiene el Banco Central
en su activo, qué líneas de financiación ha otorgado el Banco Central y para qué se
está utilizando esa financiación que ha otorgado el Banco Central, se está otorgando
para generar mayor valor del que consume, pues entonces adelante, se está otorgando para
generar menos valor del que consume, pues entonces retiremos esa línea de financiación, pero
como digo este análisis no lo hace nadie y de hecho el análisis mucho más simplificado
que se hacía hasta la fecha que es si la actividad creditícea del Banco Central genera
inflación, eso es que no lo está haciendo bien y por tanto tiene que restringir su actividad
creditícia, ni siquiera ese análisis se va a seguir haciendo a partir de ahora, la inflación
no nos va a preocupar, nos vamos a despreocupar de ella y por tanto le vamos a dar todavía
más cancha, todavía más cartas blancas al Banco Central para que haga lo que quiera
con la gestión del crédito que en última instancia es el crédito de los contribuyentes
canalizado vía el Banco Central, por tanto en la medida en que les estamos dando más
autonomía más poderes extraordinarios a los banqueros centrales para que actúen de
manera irresponsable, no digo que lo vayan a hacer, digo que pueden hacerlo sin ningún
tipo de control y sin ningún tipo de consecuencias jurídicas en la medida en que les estamos
dando más autonomía a los banqueros centrales para que actúen irresponsablemente lo que
cabe esperar a largo plazo, no a corto necesariamente pero muy probablemente si a largo es que actúen
todavía más irresponsablemente y que por tanto la provisión de crédito a nuestra
economía, la financiación de nuevas inversiones en nuestra economía sea una provisión de
crédito, sea una financiación de nuevas inversiones cada vez más zombificada, cada
vez más esclerotizada, cada vez más ineficiente, cada vez más destructora de valor y no generadora
de valor.
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