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En tres vídeos anteriores explicamos, en primer lugar, que es una IPO,
en segundo lugar, cuáles son los riesgos y las oportunidades de invertir en una IPO,
y en tercer lugar, cuáles son las empresas que van a ejecutar una IPO a lo largo de este 2022.
Pues bien, en este cuarto y último vídeo, dentro de la serie de vídeos apadrinada por Freedom Finance Europe,
vamos a explicar cómo se puede valorar, cómo se puede evaluar,
cuáles son los métodos para ponerle un precio a una IPO.
Veámoslo.
Una IPO, UOPI en español, es el proceso a través del cual una empresa no cotizada
empieza a cotizar a los mercados vendiendo, en forma de acciones, parte de su capital social,
a los inversores interesados en adquirirlas.
Precisamente por esto, las IPOs constituyen situaciones especiales de inversión
que presentan riesgos y oportunidades.
Y para conocer las oportunidades potenciales que representa una IPO, debemos conocer
cuál es el precio de mercado que esa empresa, una vez esté cotizando en bolsa, puede llegar a alcanzar.
O dicho de otra manera, cuál es el precio potencial que sus acciones pueden llegar a exhibir en el mercado.
Si tengo una estimación de cuál es el precio potencial, puedo comparar esa estimación con el precio
al cual se está vendiendo la IPO, en la oferta pública inicial, las acciones de esa compañía
y si el potencial de revalorización es muy alto, eso puede señalizar de entrada una oportunidad de inversión
que en todo caso y siempre habrá que comparar con los riesgos que puede implicar la operación.
En este vídeo vamos a explicar de manera muy genérica las bases de tres métodos de evaluación,
de valoración, de ponerle un precio a la IPO.
¿Cómo podemos llegar a estimar cuánto puede valer una empresa que está empezando hoy a cotizar en los mercados?
¿Cuál puede ser el precio que alcance su acción? En comparación con el precio al que sale inicialmente a la venta.
Como digo, voy a exponer los fundamentos, no querría con esto dar a entender que evaluar, que ponerle un precio a una empresa
es un método sencillo y automático en el que apenas hay que utilizar un par de operaciones matemáticas
y ya alcanzamos el valor objetivo que poseerá esa empresa en el futuro, nada más lejos de la realidad.
El proceso de valoración de cualquier empresa, sea una empresa que está empezando a cotizar o sea una empresa ya cotizada
es la parte más complicada de la profesión del inversor y por tanto cualquier intento de simplificar la complejidad que ello acarrea
sería un reduccionismo engañoso por mi parte.
No obstante se pueden explicar, claro está, cuáles son las líneas maestras que pueden utilizar los inversores
a la hora de valorar una empresa, una empresa que está empezando a cotizar.
Bien, lo primero antes de intentar evaluar, valorar cualquier empresa es conocer bien qué hace esa empresa, a qué se dedica.
En el caso de la SIPO tenemos la oportunidad de acercarnos a las tripas o al menos al esqueleto de esa compañía
porque toda empresa que sale a cotización inicialmente tiene la obligación de registrar lo que se llama un folleto de emisión.
En el caso de las compañías estadounidenses reguladas por la SEC, este folleto de emisión se conoce como S1.
En ese folleto de emisión la compañía explica a los potenciales inversores futuros a que se dedica cuál es el objeto de su negocio,
cuánto dinero, si es que lo ha ganado, ha ganado en el pasado, cuáles son los riesgos de invertir en esta compañía,
cuáles son las potenciales perspectivas de futuro de la misma, cuáles son los planes de futuro que tiene la dirección para esa compañía, etc.
Es decir, antes de plantearnos invertir en cualquier IPO es, diría yo, obligatorio, al menos desde un punto de vista de responsabilidad inversora,
leernos como mínimo el resumen de la actividad y de las perspectivas de esa compañía dentro del folleto de emisión que las propias compañías tienen el deber de registrar,
tienen el deber de publicar antes de vender sus acciones al público.
Bien, una vez conocemos a qué se dedica la empresa, cuál es su modelo de negocio, ya podemos proceder a intentar evaluar esa empresa,
es decir, a intentar anticipar cuál puede llegar a ser el valor de mercado y, por tanto, también el valor de las acciones de la empresa,
que no es más que una subdivisión por acción de ese valor de mercado global, cuál puede llegar a ser el valor de mercado de la empresa.
Y para esto existen tres posibles métodos.
El primer método, que es el más riguroso, que es en realidad el único válido, es un método difícil de aplicar por la falta de información que vamos a tener a la hora de querer aplicarlo,
que es el método del descuento de los flujos libres de caja futuros de una empresa.
¿Cuánto vale hoy una empresa?
Pues lo que vale hoy una empresa es lo que valen hoy los flujos de caja, el dinero contante y sonante, después de hacer frente a sus gastos y a sus reinversiones y a sus repagos de obligaciones,
el dinero contante y sonante que va a entrar en esa empresa en el futuro, a lo largo del tiempo.
Cuanto más dinero consideremos que vaya a entrar de manera sostenida a lo largo del tiempo dentro de una empresa, mayor será el valor objetivo de esa empresa.
Problema que aquí nos faltan dos informaciones cruciales.
La primera es conocer cuál va a ser la cantidad de dinero contante y sonante que en términos netos va a entrar año por año en esa empresa.
Debemos hacer una estimación no solo para este año o para el año que viene, sino para toda la vida potencial de la empresa.
Y si ya es complicado conocer cuánto dinero va a ganar la empresa este año o el año que viene, no digo nada de cuánto va a ganar en 10, 15 o 20 años.
Y la segunda información crucial que necesitamos para poder alcanzar una estimación de valor presente, de valor objetivo, de valor intrínseco de la empresa,
es cuál es el tipo de interés al que debemos descontar esos flujos libres de caja futuros.
Este dato parece en principio muy sencillo de conseguir.
El tipo de interés al que traemos a presente, al que descontamos, al que retiramos algo de valor a esos flujos libres de caja futuros,
por el hecho de ser futuros y por el hecho de ser arriesgados, pues podemos pensar que es el tipo de interés que encontramos en el mercado.
Lo que sucede es que en el mercado encontramos muchísimos tipos de interés distintos.
Y para hacer una evaluación adecuada hay que seleccionar aquel que sea el más apropiado para esa compañía.
¿De qué dependerá el tipo de interés más apropiado?
Pues dependerá del plazo al que esperemos que empiecen a llegar el grueso de sus flujos libres de caja
y sobre todo del riesgo implícito en esa empresa o del riesgo que subjetivamente vaya a percibir el mercado que tiene esa empresa.
Cuanto más elevado sea el plazo en el que esa empresa se espera que gane dinero
o cuanto mayor sea el riesgo implicado en las operaciones de esa empresa,
mayor debería ser el tipo de interés al que descontemos nuestra expectativa de flujos libres de caja futuros.
Y cuanto más a corto plazo y menos arriesgadas sea una empresa más bajo.
¿Qué sucede? Pues que si escogemos un tipo de interés más bajo del que deberíamos haber escogido
dado el plazo y dado el riesgo de esa empresa cuando descontemos sus flujos libres de caja futuros
a ese tipo de interés artificial erróneamente bajo, alcanzaremos valoraciones de la empresa infladas.
Valoraciones de la empresa infladas con respecto al valor que le llegará a reconocer el mercado
pero también infladas con respecto al riesgo real que esa empresa conlleva
y por tanto podemos caer en malas decisiones de inversión.
Nos puede parecer que una compañía es muy valiosa en relación con su riesgo cuando en realidad
si hubiésemos escogido un tipo de interés para descontar sus flujos libres de caja futuros
más alto el valor objetivo de esa empresa habría sido mucho más bajo
y no la consideraríamos una oportunidad de inversión.
Pero también nos podemos equivocar en el sentido inverso.
Si escogemos un tipo de interés demasiado alto para descontar los flujos libres de caja futuros
demasiado alto en relación con el plazo al que llegarán esos flujos libres de caja futuros
o con respecto al riesgo implicado en la operación
lo que sucederá es que llegaremos a una estimación del valor objetivo
del valor que esa empresa tenderá a exhibir a largo plazo en el mercado
que será artificialmente bajo, que será erróneamente bajo
de manera que estaremos rechazando inapropiadamente oportunidades reales de inversión.
Si una compañía va a valer 100 millones y yo estimo porque aplico porque utilizo
un tipo de descuento muy agresivo que esa empresa va a valer como mucho 30
pues me estoy colocando una venda en los ojos ante esa oportunidad de inversión
en lugar de considerar que vale 100, me engaño a mí mismo diciendo que vale 30
no invierto y se me pasa esa oportunidad.
Por consiguiente el primer método de valoración de una compañía también de una IPO
es un método adecuado pero problemático, es adecuado porque efectivamente
el mercado a largo plazo tiende a valorar a las empresas de esta manera
las empresas en el mercado tienden a valer el dinero que en términos netos
son capaces de generar de manera sostenida descontando ese dinero
en función del tiempo y del riesgo implícitos en esa ganancia de dinero
pero es problemático porque la información que necesitamos para alcanzar
una adecuada estimación del valor objetivo de esa empresa
es decir, cuáles van a ser los flujos libres de caja futuros
que va a poder conseguir esa compañía y cuál es el tipo de descuento adecuado
al que descontar esos flujos libres de caja futuros
pues no tenemos ni una parte de la información ni la otra
o al menos no la tenemos con mucha seguridad
de ahí que aunque sea el método más adecuado para evaluar una compañía
puede no ser el método más práctico
segundo método para evaluar un AIPO
el método de la valoración relativa, ¿en qué consiste este método?
bueno, un AIPO como ya hemos dicho es una compañía no cotizada
cuyo valor de mercado por tanto no conocemos porque si no está cotizada el mercado
los inversores no la están evaluando
es una empresa no cotizada que va a empezar a cotizar a un precio
que todavía no sabemos cuál va a ser, justamente esa es la incógnita que queremos despejar
pues bien, si encontramos en el mercado bursátil otras empresas cotizadas
que desarrollen una actividad similar a la empresa que está planteando el AIPO
y que consideramos que pueden ser empresas que de alguna manera reflejen
lo que es o lo que puede llegar a ser
la empresa que está ejecutando el AIPO podemos hacer una comparación entre ambas
si esta compañía cotizada que es valorada por el mercado en 100 millones de euros
es muy parecida a lo que es o a lo que creemos que será
esta empresa que va a empezar a cotizar en los mercados
bueno, pues tenemos una cierta referencia de que quizá esa empresa terminará valiendo
alrededor de 100 millones de euros, es decir, evaluamos la empresa
no por sus méritos internos sino que la evaluamos en relación
con otras empresas cuya valoración de mercados si conocemos
porque son empresas ya cotizadas que los inversores llevan tiempo evaluando
el problema de este método claro es que deberíamos ser capaces de encontrar
empresas muy similares a lo que es o a lo que creemos que será
la empresa que está desarrollando un AIPO
y esto no siempre es posible, no siempre existen empresas
no ya que se dediquen a lo mismo sino que vayan a tener un mismo tamaño
que estén operando en un mismo mercado con unos mismos riesgos
que la empresa que está planteando la AIPO y claro, si no existen estas empresas similares
no podemos aplicar el método de valoración relativa
y en tercer lugar nos encontramos con el método de múltiplos
que no deja de ser una especie de mezcla de los dos métodos anteriores
del método de descuento de flujos libres de caja y del método de valoración relativa
¿En qué consiste el método de múltiplos?
Bueno, toda empresa cotiza en el mercado a un determinado múltiplo
con respecto a sus beneficios
esto es lo que se conoce como ratio per price earning ratio
el precio de una acción o la capitalización de una empresa es x veces superior
a su beneficio por acción o al beneficio del conjunto de la empresa
históricamente el conjunto de las empresas del mercado bursátil
suele cotizar a unas 15 o 16 veces beneficios
es decir, que si una empresa gana 10 millones de euros
tiende a valer su valor de mercado en condiciones normales a medio largo plazo
tiende a ser de 150 a 160 millones de euros
sin embargo aquí influyen muchas variables
también influyen por ejemplo los tipos de interés
y los tipos de interés en el conjunto del mercado están muy bajos
estos múltiplos tienden a incrementarse
a su vez si esperamos que una empresa gane mucho más dinero del que está ganando hoy
podemos estar dispuestos a pagar múltiplos mucho más altos
50, 60 o 70 veces beneficios presentes
porque lo que estamos es no calculando el múltiplo con respecto a los beneficios presentes
sino calculándolo con respecto a los mayores beneficios futuros
la valoración por múltiplos en última instancia no es más que una forma abreviada, simplificada, imprecisa
de desarrollar el primer método que hemos mencionado
el descuento de flujos libres de caja
pero tiene la ventaja de que no necesitamos estimar toda la serie de beneficios futuros
que puede llegar a conseguir una determinada empresa
como mucho así, cuando quieren empezar a cotizar en los mercados ya tienen beneficios
ese dato histórico pasado ya lo tenemos
y también podemos observar cuál ha sido la evolución del crecimiento de esos beneficios
de tal manera que podemos extrapolar
siempre con prudencia y siendo conscientes de que será una extrapolación probablemente imprecisa
pero podemos tratar de extrapolar cuál será la evolución de sus beneficios en el medio plazo
no en el muy largo plazo pero sí en el medio plazo
y si tenemos ya digo ese beneficio promedio
ya sea promedio hacia el pasado o promedio hacia el futuro
ya tenemos uno de los datos que necesitamos para aplicar el método de valoración por múltiples
cuál es el otro dato que necesitamos
el múltiplo al que debemos multiplicar ese beneficio promedio
y aquí de nuevo nos encontramos con un problema similar a la elección
del tipo de descuento adecuado en el primer método que hemos analizado
el descuento de flujos libres de caja futuros
cuál es el múltiplo correcto dado el riesgo que acarre a esta empresa
o dado el plazo al que consideramos que van a llegar los beneficios futuros
cuál es el múltiplo adecuado al que multiplicar ese beneficio promedio histórico
o ese beneficio promedio previsible en el corto medio plazo
es 10, 15, 20, 25, 30
fijémonos que a poco que variemos el múltiplo la valoración de una empresa cambia mucho
si una empresa tiene unos beneficios promedio de 10 millones de euros
a un múltiplo de 10 la empresa tenderá a valer o estimaremos que tenderá a valer 100 millones
pero a un múltiplo de 20, 200, ya a un múltiplo de 30, 300
por tanto la elección del múltiplo es muy delicada, es muy importante y muy complicada
¿qué podemos hacer? pues aquí es donde encontramos el paralelismo con el método de valoración relativa
si existen otras empresas cotizadas similares, globalmente similares
en este caso no hace falta que sean exactamente iguales
que la empresa que va a lanzar un AIPO, por ejemplo empresas de su mismo sector
podemos analizar cuál es el múltiplo al que está cotizando y al que históricamente ha cotizado este tipo de empresas
un múltiplo de 16, de 17, de 20
y podemos coger ese múltiplo de empresas similares no idénticas sino similares
para multiplicar el beneficio promedio de la empresa que va a iniciar un AIPO
y así alcanzar una aproximación a cuál puede ser el valor de mercado
cuál puede ser el valor objetivo que tenderá a exhibir en el mercado
esa empresa que quiere salir a cotizar en bolsa
el método de valoración por múltiplos por consiguiente puede que no sea el más preciso, el más riguroso
pero puede ser el más práctico o quizá incluso el único que podamos aplicar
con cierta prudencia a la hora de evaluar un AIPO
pues bien, estos son los tres métodos principales a través de los que se valora una empresa
y también por consiguiente a través de los que se valora una empresa
para la que no tenemos ninguna referencia previa de mercado sobre cuál puede ser su valor
porque es una empresa que va a empezar a cotizar
y sobre la que por tanto no han recaído valoraciones competitivas de inversores
que se pelean por comprar sus acciones, que es lo que sucede día a día en el mercado bursátil
estos son los tres métodos centrales para evaluar una empresa y también una AIPO
siempre, insisto, siendo conscientes, del enorme margen de indeterminación
que existe en este arte más que ciencia de la valoración de empresas
espero que hayáis disfrutado y aprendido con estos cuatro vídeos específicamente dirigidos a analizar la inversión en AIPOs
y aprovecho para agradecer nuevamente a Freedom Finance Europe
su apadrinamiento de esta serie de vídeos